“¡Mira, mira qué espectáculo tan maravilloso!... Toda la juventud se ha
puesto de mi parte. Es mi juventud. A muchos he seducido con la lujuria,
con la droga, con el espíritu de revolución. Pero a la mayor parte la he
ganado con el lazo del marxismo materialista. Casi todos han venido aquí
sin los acostumbrados esquís bautismales. Estos jóvenes han pasado a
través de escuelas programadas sobre un ateísmo radical, Allí han
aprendido que no ha sido aquél de allá arriba quien creó al hombre, sino
que el hombre se ha creado estúpidamente a si mismo. Ahora aguerridamente
luchan contra Él, que se resiste a desaparecer. Pero desaparecerá. ¡Es
fatal! Estos jóvenes míos han aprendido a deshacerse de todas las verdades
así llamadas metafísicas. Para ellos existe sólo el mundo material y
sensible. Ha sido un universal lavado de cerebro, y nos serviremos de
éstos para todos los que se atrevan a mantenerse todavía agarrados a las
viejas creencias. Él debe desaparecer de modo absoluto. Pronto vendrá el
día en que ni siquiera será recordado su Nombre. Las pocas zonas de
resistencia que no lograremos eliminar con nuestra filosofía, lo haremos
con el terror. Existe para los que queden, decenas y decenas de hospitales
psiquiátricos y centenares de campos de concentración donde les enviaremos
a morir. Así para todos los países de la tierra. Uno tras otro deben caer
a mis pies, abrazar mi culto, reconocer que el único señor del mundo soy
yo...”
* * *
En este punto, mientras el Maligno se
exaltaba y se calentaba hablando con tanta seguridad, la plaza de
improviso desapareció, y toda aquella muchedumbre desapareció, de toda
aquella muchedumbre exterminada no quedaba ni la más pequeña traza, y el
discurso del orador cesó como por una inesperada interrupción de
corriente. En un instante me encontré en un profundo subterráneo iluminado
escasamente, que me hizo recordar los pasillos de las catacumbas romanas,
dominadas por un aire de serenidad y de paz.
Visto allá, a lo lejos un punto más luminoso, me dirigí con ánimo y paso
seguro hacia aquel lugar. Presentándome, sentí venir a mi encuentro el eco
de una oración coral. Me detuve, esperando captar el significado.
Imposible; aunque se trataba de una lengua desconocida por mí, comprendí
por ciertos motivos que era el Padre Nuestro. Una fuerza interior me animó
a seguir caminando. Uno del grupo vestido de pope, se dio cuenta de mi
presencia, vino inseguro y excitado a mi encuentro. "Sea alabado Jesús”,
le dije. Ante aquel saludo, alargó los brazos y sonriendo me pregunto:
"¿Eres acaso un hermano nuestro?».
"Si, soy un hermano vuestro” y nos abrazamos calurosamente.
“En nombre de Dios”, le pedí, “explicadme ¿dónde me encuentro y quiénes
sois vosotros?".
“Te encuentras en un subterráneo del país de los sin Dios. Dos veces a la
semana, de noche, nos reunimos aquí para nuestras oraciones comunes, para
asistir a la liturgia, y dar testimonio de Dios lo mejor que podamos".
Sonrió viendo mi estupor y continuó: "Mira, aquí somos apenas un centenar,
pero en otros sitios se reúnen incluso más para orar por nosotros, por la
patria, por el mundo entero".
“¿Cómo en los tiempos de las catacumbas?”
“Exacto, como en los tiempos de las catacumbas; ésta es nuestra catacumba"
“¿Pero es verdad que Dios ha sido eliminado de este gran país?”
“¡A Dios no se le puede eliminar, querido hermano! Expulsado de la puerta,
entra por todas las vías misteriosas que sólo Él sabe abrirse”.
Mi interlocutor se dio cuenta de que estaba conmovido y calló.
* * *
"Veo que también hay jóvenes".
"Aquí cerca de la mitad de los que recogemos son jóvenes. En otros
refugios aún son más. Jóvenes que no vienen sólo a orar sino a trabajar.
Piensa, querido hermano, después de una jornada de fatiga demasiado
extenuante, estos hijitos sacrifican por turnos, horas enteras, para venir
aquí a prestar su trabajo”.
“¿Qué hacen?"
"Ven, te lo enseñaré”.
Después en una pequeña vuelta a la derecha, bajados pocos peldaños, nos
encontramos en un antro con algunas salidas de seguridad y transformado en
una oficina tipográfica rudimentaria: algunas máquinas de escribir; una
multicopista que iba velozmente a pedaladas, una atadora y otros
utensilios.
“¿Qué están imprimiendo?”.
«Ante todo parte de la Biblia, Evangelios, los Hechos de los Apóstoles,
pequeños misales, catecismos, libros de oración y también romances,
poesías de escritores no aliados y condenados o expulsados de la patria.
Creo que nuestro país una gran parte ha leído ya las obras de Pasternak,
de Sinjavskij, de SoIzenitzin; el ejemplo de estos hombres es enorme sobre
nuestra juventud.
Apenas ésta se ha dado cuenta de haber estado años y años engañada y
embotada por mentiras en los discursos de las plazas, por los libros, en
las escuelas, ha sido cogida por un hambre insaciable por la verdad:
quieren saber la verdad sobre todo. No te digo la conmoción que nos sucede
cuando no logramos escuchar la liturgia transmitida en nuestra lengua por
Radio Vaticano".
* * *
Me di cuenta de mi interlocutor mientras
me hablaba continuaba examinándome. Pero se dio cuenta que conmigo podía
hablar libremente, y continuó hasta vaciar el saco. Me retiró un poco a un
lado y acercándose un poco más, me tomó las manos en las suyas y continuó:
"Mira, yo soy un pope pero hace años que disiento con mi superior local,
demasiado politizado por el régimen y pasado al servicio del partido. He
sido obligado por tanto a vivir escondido. Estos jóvenes lo saben; la voz
ha pasado de éste a los demás refugios y así me toca vivir de uno al otro
para el servicio religioso. ¡Qué jóvenes tan queridos¡ Me han dado toda su
confianza. Me tratan como a un padre. Me abren su alma, ¡y si vieses qué
almas!. ¡Sobre todo son héroes!
“¡Y esto en el país de los sin Dios!”
"Oh, no ¡no digas esto! ¡Aquí Dios existe, y trabaja con su gracia y
obtiene! Créeme, en estos 60 años de prueba infernal el pueblo ruso ha
dado a Dios ejércitos de Santos y de mártires como nunca en la historia
pasada. Todo lo que este pueblo ha sufrido y está sufriendo no es algo
perdido. Yo pienso que sea el largo invierno que prepara en nuestro país
una primavera jamás vista, un renacimiento religioso que será la envidia
de tantos países libres. Mira, yo soy acusado demasiado de hacer
cristianos: estos jóvenes lo saben y de aquí su confianza. Piensa: entre
ellos hay quienes saben de memoria el evangelio de San Juan, alguna carta
de los apóstoles, la Pacem in terris, La Lumen gentium, el Credo de Pablo
VI. Y editan y difunden todo esto. Rusia está llena de estos libros.
“¡Dios, Dios mío! ¡Qué cosas tan grandes me dices, hermano mío!"
“¿También tú eres sacerdote?”
“Sí”
Me abrazó y me besó: "¿Y vienes de Italia?... ¿De Roma?... Aquí dicen que
Italia es toda comunista, ¿Es esto posible?.
«Toda no, pero una parte si".
¡Es increíble! ¿Pero saben qué significa vivir bajo el comunismo? Aquí en
Rusia no hay ninguno que crea en ellos. Aquí ha sido suficiente que
nuestros jóvenes habían aprendido a hacer la comparación entre la
propaganda oficial y la realidad de la vida de nuestro país para perder la
fe en la ideología del partido".
"Precisamente lo que en Italia no logramos hacer creer especialmente a los
jóvenes. ¡Es un fenómeno de monstruosa ceguera!"
Me llevó todavía un poco más hacia un lado y continuó: "Mira, aquí el
materialismo nos ha cazado en una calle ciega. El alma rusa no sabe
prescindir de una explicación del hombre y del mundo, y como el
materialismo en esto ha fallado, nos lanza con una sed instintiva a los
valores espirituales, a la iglesia, a Dios. La ideología marxista nos
lleva a la muerte y al nada, y nuestro pueblo tiene enraizada en el alma
la fe en el más allá. Tú no puedes creer qué acrobacias de prudencia
realiza esta pobre gente para poder decir un De profundis en la tumba de
algún familiar sepultado recientemente. Cuántos vericuetos son necesarios
para obtener en Pascua un poco de pan bendecido para distribuir en la
mesa, después del saludo familiar "Cristo verdaderamente ha resucitado"
“Todo esto, querido hermano, lo sabemos y nos conmueve inmensamente”
“¿Entonces porque los italianos quieren caminar bajo el comunismo ateo?”
"Porque muchísimos creen más en el demonio que en Dios: Esta es la verdad"
“Estos jóvenes han comprendido que sólo El cristianismo pone el máximo
acento sobre el valor de los derechos de la persona humana: el socialismo
habla sólo de colectivismo, de masa, para él el individuo no existe".
“A este paso, hay que esperar que el más grande estado comunista del
mundo, por la lógica de las cosas, pueda desenvolverse en la más grande
fuerza anticomunista”
“Lo pensamos todos, hermano, aunque somos pocos a decirlo, porque es
horrible el terror que se tiene de los juicios, del lavado de cerebro, de
los campos de concentración diseminados por todo el territorio ruso. Aquí,
sin embargo, la ideología marxista se rige únicamente por la fuerza. Pero
el día en que ésta caiga - sólo Dios sabe cuándo- Rusia se presentará con
un rostro completamente nuevo, religiosamente probada, gracias a la
experiencia del martirio que ningún pueblo ha sufrido hasta ahora”
"Nosotros confiamos mucho en las promesas de la Virgen de Fátima”.
"¡Oh, la Santa Madre de Dios! ¡Si supieses cómo la venera nuestro pueblo!
Y es Ella quien ha conservado - aunque en ciertos momentos muy reducida -
nuestra fe. Sus imágenes han desaparecido de casi toda las casas, pero
muchísimos las conservan escondidas, y sobre todo la invocan”
“¿Crees que pronto la oposición de los jóvenes, de los intelectuales, de
la clase que reflexiona podrá aumentar?”
"Para mí es una cosa muy cierta. Y esto sucederá poco a poco a medida que
progresará el descubrimiento alegre de la fe cristiana y la persuasión en
muchos ya radicada de que el cristianismo es la única fuerza capaz de
cambiar el mundo. Si entre nosotros se recogiesen las voces de nuestros
convertidos del materialismo, pensarías en el milagro de un nuevo
Pentecostés."
«Puedo decirte que muchas de estas voces llegan a nuestro país. Existen
también antologías que las recogen, pero, por desgracia, no todos las
leen".
"Conservamos cartas que nos llegan de los campos de concentración. Son de
hombres, mujeres, de jóvenes allí condenados que nos animan a conservar
intacta nuestra fe en Dios: imposible leerlas sin estremecerse de
conmoción y sin llorar”.
En Italia se lee mucho El Doctor Zivago de Pasternák, La otra litera tura
de Molicev, Padre Dimitrij Dunko, Párroco en Moscú,
Un golpe de gong anunció la recitación en común del Padrenuestro.
* * *
Aquí me desperté. Pero me di cuenta que a arrancarme del sueño fue un gran
golpe en la puerta de la habitación. Miré el reloj, era todavía muy
pronto. Un nuevo golpe me hizo saltar y grité: «¿Quién es?" La respuesta
fue una risa burlona loca y sin sentido que me advirtió de inmediato de la
presencia de él.
"¿Qué bello sueño, eh? Te habrá gustado mucho, pienso, Quizás incluso
te habrá dejado la boca dulce. Pensando de nuevo, ¿serías capaz de creer
todas aquellas bellas noticias?”
`Es una terrible desbaratadora de mis planes. Es una devastadora de mi
reino. No me deja conseguir una victoria y ya me prepara una derrota. Me
la encuentro siempre entre los pies. Siempre ocupada en atravesarse en mi
camino, a suscitare fanáticos que la ayudan a arrebatarme almas. Allí
donde más clamorosas son mis conquistas, en un silencio capilar ella
multiplica las suyas. Pero ahora ha llegado el tiempo en que obtendré
sobre ella victorias jamás vistas...
"¡Efímeras como las demás!”
Aún un breve silencio. “¡No serán efímeras!.. Esta vez será una
victoria total. Creía estar al seguro en una fortaleza inalcanzable.
¡Ahora os he abierto una brecha que será peor que la primera!...”
“¿Qué brecha? Pienso que corres demasiado. Estás muy seguro de ti mismo".
“Tengo de mi parte también a los teólogos. Los mis presuntuosísimos
doctores, Si fuese capaz de amar, serían mis amigos más queridos. Vuestros
cultivadores del dogma van abandonando una tras otra vuestras posiciones.
Los he inducido a avergonzarse de ciertas fórmulas ridículas. A
avergonzarse antes que nada de creer en mi existencia y en mi trabajo en
medio a vosotros: Cosa para mí comodísima".
"¿Y con esto, crees?
“De este modo, las fábulas de la Inmaculada Concepción, de la
Maternidad Divina, de la siempre Virgen, de la omnipotente llena de gracia
están siendo desmoronadas como miserables necedades. Dentro de pocos años
quedará solo el recuerdo - vergonzante recuerdo - de tan estúpidas
leyendas. Mucho he debido esperar pero ahora ha llegado finalmente mi
tiempo. ¡Definitivamente ha llegado mí hora! ¡Si supieras lo bien que
trabajan mis aliados: curas, frailes, doctores!... ¿Dónde están ahora los
fanáticos de su culto, sus calenturientos simpatizantes?”
“Si, las creo todas como cosas verdaderas."
"No me maravillo, conozco tu credulidad. Crees también en los sueños".
“¡Cuántos sueños han venido de Dios!”
"¿Entonces serías capaz de probarme que una sola de todas aquellas
tonterías responda a la verdad? Venga, una prueba”.
Estuve un tiempo sobre mí mismo, después apretando fuerte entre las manos
la corona del Rosario, me senté sobre la cama y con tono imperativo dije:
Ya que vienes a desafiarme, en nombre de Ella, que es tu enemiga capital,
te ordeno decirme si en aquel sueño había una sola mentira."
“Es todo una mentira”.
"Tú debes responder en nombre de Ella, te lo he dicho, en nombre de Ella."
En vez de responder, el Maligno se enfureció como no lo había hecho nunca.
Parecía que estuviese desencadenando un terremoto.
“En vez de hacer toda esta comedia, te ordenó responder: Debes decirme que
aquel sueño era verdad. Vamos, en nombre de María, te lo ordeno, responde”
Lo sentí gritar como un león herido de muerte y le vi desaparecer.
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