15.
LA MADRE DE JESUS
Palabra
de Dios
Gál
4, 1-7: Jesús, nacido de mujer.
Lc
2, 1-7: Dio a luz a su hijo.
Lc
2, 51-52: Jesús vivía con ellos y les estaba sujeto.
Texto
antológico
"María
fue la madre de Jesús. Esto significa que Jesús, en cuanto hombre, fue criado
por María y por José. Esto es, indudablemente, un gran misterio y muy difícil
de entender para la mente humana. Sin embargo, hemos de afirmar el dogma de que
Cristo fue verdadero ser humano, y de que -como tal- tuvo que ser criado y
educado (en el más estricto sentido de la palabra) por su madre. Las cualidades
humanas y el carácter de Jesús se formaron y fueron influenciados por las
virtudes de su madre. Y cuando la Escritura nos dice que Jesús pasó por tierra
de Israel haciendo el bien en derredor suyo, y nosotros nos damos cuenta de que
esa bondad humana fue el amor de Dios traducido a expresiones humanas, hemos de
reconocer -además- que María tuvo también su participación maternal en la
interpretación cristiana de ese amor de Dios. Es una experiencia humana general
el que los rasgos de la madre se reconozcan en el hijo. Y así ocurrió también
en el caso de María y de Jesús. Fue una tarea continua, que llevaba consigo la
formación humana del muchacho según iba creciendo de la niñez a la
adolescencia y de la adolescencia a la adultez. La manera concreta con que esto
se fue efectuando es algo que queda oculto a nuestros ojos.
Cristo
y sólo Cristo -y Dios en su humanidad- fueron responsables de todo. Pero, en la
Sagrada Familia, María llegó a ser la parte maternal, con el resultado de que
todo lo que ocurrió en la familia quedó afectado por la cualidad maternal de
María. Considerando las cosas a esta luz, podemos afirmar que María fue
responsable también de todo, como madre que era del Redentor y de la redención.
La redención de Cristo nos fue ofrecida por Cristo en su Iglesia saturada -como
quien dice- de esta cualidad maternal. Así pues, todo el ser de María, toda su
actividad, redundaba en esto: como madre, ella estaba convirtiendo
constantemente en expresiones maternales todo lo que Cristo pensaba, deseaba,
sentía y hacía con respecto a nuestra salvación. Este proceso de conversión
continúa aún, ¡qué duda cabe! María es la traducción y expresión eficaz
-en términos maternales- de la misericordia, gracia y amor redentor de Dios,
que se nos manifestaron (en forma visible y tangible) en la persona de Cristo,
Redentor nuestro. Su poder maternal, María lo sacó del hecho de estar tan
cercana a Cristo, que era su propio Hijo, su Redentor y el nuestro, y que
emanaba poder. Esto no difiere, ni mucho menos, de la actividad normal de
Cristo. Pero, en el caso de María, contenía un elemento único e
irreemplazable, ya que implicaba su participación (de María) como madre de él
(de Jesús)".
Edward
Schillebeeckx
Reflexión
El
misterio de la encarnación no fue una simple apariencia externa. Dios se hizo
verdaderamente hombre, asumió plenamente la humanidad. Entró en la historia
humana a través de María, su madre, y vivió plenamente esa historia, como
proceso, como evolución, maduración, historia verdaderamente humana; en
definitiva, desvalida como las demás y sujeta como todas a los cuidados y
atenciones de los otros.
María,
la madre de Jesús, tuvo ahí un papel singular. Ella fue verdaderamente madre
de Jesús, con todo el papel que corresponde a una madre en la educación y
configuración de la personalidad madura del hijo. La maternidad de María no
fue simplemente biológica. María fue, de alguna manera, el instrumento que
Dios tomó para ayudarse a configurar, a deletrear la propia Palabra que quería
pronunciar en Jesús.
Examen
-¿Sentimos
a María como alguien verdaderamente cercana a Jesús?
-¿Valoramos
el puesto de María en la vida de Jesús?
-¿Valoramos
el puesto de la mujer en la historia de la salvación?
-(Las
madres de familia), ¿somos conscientes de la influencia capital de la educación
en la vida futura de los niños?
Conversión
*Tomar
decisiones para sentir a María verdaderamente cercana a nosotros.
*Apoyar
a los padres en la tarea de la educación de los hijos.
*Crear
un ambiente sano para la educación de los niños y jóvenes.
Invocación
-Madre
de Jesús...
-
...ruega por nosotros.
Cantos
sugeridos
"Cristo,
nuestro hermano", de C. Gabaráin, en Eres tú, María.
"Madre
del Salvador", de J. A. Espinosa, en Madre nuestra.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que quisiste que tu Hijo, por el misterio de la encarnación,
tomara carne en el seno de María y se hiciera enteramente humano, obedeciendo
sumisamente las leyes del desarrollo natural de nuestra condición humana. Haz
que nosotros, por el ejemplo de María y de Jesús, seamos también enteramente
humanos, hijos tuyos y buenos hermanos.
16.
DICHOSA POR HABER PUESTO EN PRACTICA LA PALABRA
Palabra
de Dios
Lc
11, 27-28: Dichosos más bien los que ponen en práctica la palabra de Dios.
Mt
7, 21-27: No todo el que dice "Señor, Señor"...
Mt
21, 28-32: ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del Padre?
Mc
3, 31-35; Lc 8, 19-21; Mt 12, 46-50: Verdadero parentesco con Jesús.
Texto
antológico
"El
que hiciere la voluntad de mi Padre, que me ha enviado, ése es mi hermano, y mi
hermana, y mi madre. ¿Por ventura no hizo la voluntad del Padre la Virgen María,
la cual creyó por la fe, concibió por la fe y fue elegida para que de ella
naciera entre los hombres nuestra salvación, y fue creada por Cristo antes que
Cristo naciera de ella? Sí, cumplió perfectamente Santa María la voluntad del
Padre, por lo cual más importante es para María el haber sido discípula de
Cristo que el haber sido madre de Cristo. Más mérito y mayor dicha es el haber
sido discípula de Cristo que el haber sido madre de Cristo. María era dichosa,
porque antes de llevarle en su seno llevaba ya en su espíritu al Maestro. Mira
si no es verdad lo que digo. Pasando el Señor seguido de las turbas y haciendo
milagros, una mujer exclama: Bienaventurado el vientre que te llevó. Y el Señor,
para que la dicha no se pusiera en la carne, ¿qué respondió?: Bienaventurados
más bien los que oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica. María es
bienaventurada porque escuchó la palabra de Dios y la puso en práctica, porque
guardó con más cuidado la verdad en su espíritu que la carne en su seno.
Verdad es Cristo, carne es Cristo: verdad en la mente de María, carne en el
vientre de María. Y vale más lo que se lleva en la mente que lo que se lleva
en el vientre".
San
Agustín
Reflexión
Lo
que más se cotiza en nuestro mundo de pecado es lo externo, lo visible, las
apariencias, los títulos, honores, admiraciones, el qué dirán. Y nosotros
tendemos a dejarnos llevar por ello y a proyectarlo a todos los demás planos.
Pasaba
también en tiempo de Jesús. Y él lo corrigió, incluso cuando se refirió a
su madre. Con ello dejó bien claro que lo más importante en María no es algo
solamente admirable (ser madre de Dios, ser virgen, ser inmaculada ... ), sino
algo imitable: haber escuchado la palabra de Dios y haberla puesto en práctica.
Lo más importante en María es, pues, algo igualmente accesible a todos.
Examen
-¿Nos
fijamos más en lo admirable que en lo imitable de la madre de Jesús?
-¿Somos
de los que alabamos mucho a María, pero no la imitamos?
-¿Cada
cuánto tiempo escuchamos o leemos la Biblia?
-¿Nuestra
religiosidad popular, en general, peca de incoherencia con nuestra vida?
-¿Podemos
decir que nuestra vida es una puesta en práctica de la palabra de Dios?
-En
la vida diaria, ¿nos dejamos llevar por las apariencias, honores, títulos... más
que por lo que las personas son en su corazón frente a Dios?
Conversión
Tomar
decisiones para escuchar más asiduamente la palabra de Dios y para lograr
llevarla en la práctica más verazmente.
*Purificar
nuestra devoción mariana en la línea de lo que Jesús nos dice.
*Afinar
nuestra mirada de fe para no dejamos llevar de las apariencias, títulos,
honores... valorados en este mundo.
Invocación
-María,
mujer creyente y cumplidora de la palabra de Dios...
-
...enséñanos a escucharla y cumplirla como tú.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que en la madre de tu Hijo nos has dado un ejemplo de cristiana
bienaventurada, de creyente fiel, que ha escuchado la palabra de Dios y la ha
puesto en práctica. Educa nuestros ojos y fortalece nuestra voluntad para que
sepamos poner nuestro corazón en la verdadera bienaventuranza, tal como nos
dijo Jesús, tu Hijo.
Cantos
sugeridos
"Santa
María del Amén", de J. A. Espinosa, en El Señor es mi fuerza.
"Magnificat",
de F. Palazón, en Madre de los creyentes.
17.
MADRE DE CORAZÓN RESPONSABLE
Palabra
de Dios
Lc
2, 51-52: María daba vueltas a todas estas cosas meditándolas en su corazón.
Lc
22, 39-46: Orad para no caer en la tentación.
Texto
antológico
"La
lectura de las Sagradas Escrituras, hecha bajo el influjo del Espíritu Santo y
teniendo presentes las adquisiciones de las ciencias humanas y las variadas
situaciones del mundo contemporáneo, llevará a descubrir cómo María puede
ser tomada como espejo de las esperanzas de los hombres de nuestro tiempo. De
este modo, por poner algún ejemplo, la mujer contemporánea, deseosa de
participar con poder de decisión en las elecciones de la comunidad, contemplará
con íntima alegría a María, que, puesta a diálogo con Dios, da su
consentimiento activo y responsable no a la solución de un problema
contingente, sino a la 'obra de los siglos', como se ha llamado justamente a la
Encarnación del Verbo; se dará cuenta de que la opción del estado virginal
por parte de María, que en el designio de Dios la disponía al misterio de la
Encarnación, no fue un acto de cerrarse a algunos de los valores del estado
matrimonial, sino que constituyó una opción valiente, llevada a cabo para
consagrarse totalmente al amor de Dios; comprobará con gozosa sorpresa que María
de Nazaret, aun habiéndose abandonado a la voluntad del Señor, fue algo del
todo distinta de una mujer pasivamente remisiva o de religiosidad alienante,
antes bien fue mujer que no dudó en proclamar que Dios es vindicador de los
humildes y de los oprimidos y derriba de sus, tronos a los poderosos del mundo (cf Lc 1,51-53); reconocerá en María, que 'sobresale entre los humildes y los
pobres del Señor', una mujer fuerte que conoció la pobreza y el sufrimiento,
la huida y el exilio (cf Mt 2,13-23): situaciones todas éstas que no pueden
escapar a la atención de quien quiere secundar con espíritu evangélico las
energías liberadoras del hombre y de la sociedad, y no se le presentará María
como una madre celosamente replegada sobre su propio Hijo divino, sino como
mujer que con su acción favoreció la fe de la comunidad apostólica en Cristo
(cf Jn 2,1-12) y cuya función maternal se dilató, asumiendo sobre el Calvario
dimensiones universales. Son ejemplos. Sin embargo, aparece claro en ellos cómo
la figura de la Virgen no defrauda esperanza alguna profunda de los hombres de
nuestro tiempo y les ofrece el modelo perfecto del discípulo del Señor: artífice
de la ciudad terrena y temporal, pero peregrino diligente hacía la celeste y
eterna; promotor de la justicia que libera al oprimido y de la caridad que
socorre al necesitado, pero, sobre todo, testigo activo del amor que edifica a
Cristo en los corazones".
Pablo
VI, Marialis cultus
Reflexión
María
vivió con Jesús en Nazaret, haciendo compañía a Dios, como ama de casa
responsable, madre viuda en una sociedad machista. Era un papel difícil. Pero
"respondió" bien a la tarea que se le había encomendado. La cercanía
de Jesús no le sirvió para excusarse y evadirse, sino para sumergirse más y más
en las responsabilidades diarias.
Y
en su corazón, nos dice el evangelio, contemplaba todas las cosas miradas desde
la preocupación del crecimiento de Jesús, a la luz de la aproximación del
Reino, barajando todas las cosas contemplativamente en su corazón.
Su
contemplación no fue idealista, evadida, salida de la historia. Meditaba
"todas estas cosas", es decir, la vida diaria, los acontecimientos,
las acciones de Dios ocultas en la trama oscura de la vida cotidiana, que son
-para quien sabe verdaderas gestas de Dios en la historia a favor de su pueblo.
La
oración, la contemplación de María era una oración personal, desde la
profundidad personal, desde. el corazón. Y era una oración también "por
el Reino", suspirando y deseando su advenimiento, discerniendo
trabajosamente los signos de su llegada en la sencillez de cada día.
Examen
-¿"Respondemos" a Dios? ¿Somos responsables ante
él?
-¿Oramos,
contemplamos, "damos vueltas a estas cosas en nuestro corazón"?
-¿Oramos,
como María, a partir de la historia real, o nos sirve la oración para
evadirnos de la historia?
-¿Anhelamos,
suspiramos por el reino de Dios?
-¿Es
nuestra oración una oración por el Reino?
Conversión
*Dedicar
más tiempo a nuestra oración personal, si no es suficiente el que le
dedicamos.
*Revisar
nuestra oración. Hacerla más encarnada y más contemplativo, más a partir de
la historia y más en la perspectiva del Reino.
*Convertir
en oración nuestras acciones y preocupaciones humanas, sociales, políticas,
materiales... por el Reino y verificar nuestra oración en compromisos
concretos.
Invocación
-Madre
de Jesús, madre de corazón responsable...
-
...haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que en María nos has dado un ejemplo de corazón contemplativo y
responsable, hondo en profundidad personal, ancho en compromiso con la historia.
Haz nuestro corazón semejante al suyo: grande y fuerte para amar, agradecido al
contemplar, encarnado para luchar.
Cantos
sugeridos
"Pienso
en ti", de E. V. Mateu, en Madre del pueblo.
"Ruega
por nosotros", de G. Ferrero, en María de Nazaret.
18.
FLOR DEL REINO DE DIOS
Palabra
de Dios
Is
11, 1-9: La utopía del Reino. El lobo vivirá con el cordero.
Lc
10, 3-9: Decidles: "Ha llegado a vosotros el reino de Dios".
Texto
antológico
"Cristo
no comenzó predicándose a sí mismo, sino al reino de Dios. ¿Qué es lo que
significa el reino de Dios, que, indiscutiblemente, constituye el centro de su
mensaje? Para los oyentes de Jesús significaba algo muy distinto de lo que
significa para los oídos del creyente moderno, para quien el reino de Dios es
la otra vida, el cielo, lo que hay después de la muerte. El reino de Dios -que
aparece ciento veintidós veces en los evangelios, y de ellas, noventa en los
labios de Jesús- significaba para los oyentes de Jesús la verificación de una
esperanza, al fin del mundo, de superación de todas las alienaciones humanas,
de destrucción de todo mal físico o moral, del pecado, del odio, de la división,
del dolor y de la muerte. El reino de Dios sería la manifestación de la
soberanía y el señorío de Dios sobre este mundo siniestro, dominado por las
fuerzas satánicas en lucha contra las fuerzas del bien; el término con el que
poder expresar que Dios es el sentido último de este mundo, que él no tardará
en intervenir para sanar toda la creación en sus fundamentos, instaurando el
nuevo cielo y la nueva tierra. Esta utopía, que constituye el anhelo de todos
los pueblos, es objeto de la predicación de Jesús, el cual promete que ya no
será utopía, sino una realidad que habrá de ser introducida por Dios. Por
eso, al predicar por primera vez en la sinagoga de Galilea y leer el pasaje de
Isaías 61, 1ss ('El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido. Me ha
enviado a anunciar a los pobres la Buena Nueva, a proclamar la liberación a los
cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y
proclamar un año de gracia del Señor'), dice: 'Esta Escritura que acabáis de
oír se ha cumplido hoy' (Lc 4,18-19.21)".
Leonardo
Boff
Reflexión
Hace
años, en nuestra formación cristiana, se nos habló poco del reino de Dios. Más
lo llamaban reino de los cielos, y ello hacía que lo confundiéramos con el
cielo, sin más.
La
cristología bíblica nos redescubre el reino de Dios como tema mayor de Jesús.
El dato históricamente más cierto que tenemos de Jesús es que su predicación
y su vida toda giró en torno a este anuncio: el reino de Dios está viniendo.
Jesús
fue verdaderamente un hombre con un ideal, con una causa: el reino de Dios. Esta
fue la causa con la que soñó, de la que predicó obsesivamente, por la que se
arriesgó, le persiguieron, lo capturaron, lo condenaron y lo ejecutaron.
El
reino de Dios es la transfiguración, la transformación de este mundo
introducido plenamente en el orden de la voluntad de Dios. No es otro mundo,
sino este mismo, pero totalmente transformado, habitado por Dios como Señor y
Padre, y trasladado definitivamente más allá del tiempo...
Redescubierto
el Reino como el centro de la vida, la palabra y los hechos de Jesús, todo hay
que redimensionarlo desde esa perspectiva del reino. Ser cristiano consistirá
en vivir y luchar por la causa de Jesús.
La
gloria de María también brilla con nueva luz dentro de esta perspectiva: ella
es como una realización anticipada, una concentración del Reino en apretada síntesis,
una fiesta para los ojos de la fe, una flor del reino de Dios. Flor fecunda que
nos traerá en su seno al anunciador y realizador definitivo del reino.
Examen
-¿Hemos
hecho nuestro, personalmente el redescubrimiento cristológico de la perspectiva
del reino de Dios? ¿Lo hemos estudia suficientemente? ¿Hemos meditado en
debidamente? ¿Preferimos quedamos anclados en la espiritualidad en la que
fuimos educados?
-¿Vivimos
y luchamos por el reino de Dios?
-¿Es
el centro de nuestras ilusiones y esfuerzos el advenimiento del reino? ¿Suspiramos
en nuestro corazón por ello?
-¿Está
enmarcada nuestra lucha personal y de nuestra comunidad cristiana en la luc por
el reino?
Conversión
*Tomar
medidas oportunas para que los p que nos círculos en los que nos movemos cada
uno, en lo que de nosotros depende, se vaya configurando con el proyecto de
Dios, reino.
*Leer
el evangelio y meditar las palabras hechos de Jesús sobre el reino de Dios.
*Tratar
de colaborar con espíritu amplio ecuménico con todos los grupos, movimientos e
iniciativas que luchan por un mundo mejor, más justo y más en paz, más cerca
reino.
Invocación
-María,
madre de Jesús, fiel discípula del Señor...
-
...ayúdanos a vivir y luchar por su reino.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que en María, la madre de Jesús, has hecho florecer
anticipadamente una muestra de lo que es tu voluntad sobre el mundo y sobre la
historia, ¡el reino! Haz que, animados e iluminados por la belleza de esa flor,
fructifiquemos también nosotros en frutos del reino.
Cantos
sugeridos
"Reina
del mundo", de G. Ferrero, en Madre de todos.
"El
reino de los pobres", de G. Ferrero, en Madre de todos.
19.
LLENA ERES DE GRACIA
Palabra
de Dios
Lc
1, 26-38: Alégrate, llena de gracia.
Mt
5, 43-48: Sed perfectos, como vuestro Padre.
Texto
antológico
"Es
posible sintetizar así la vida religiosa de María. La revelación es más que
una simple comunicación de verdad o de conocimiento. Es, al mismo tiempo, un
acontecimiento salvador que ha de ser considerado constantemente con amor y que
debe ser experimentado activamente en la fe y por medio de la fe, de suerte que
podamos penetrar en el misterio de esta revelación, que se va desdoblando
gradualmente, aunque siempre permanece velada. María nos proporciona aquí un
sublime ejemplo. Ella es el prototipo, el primerísimo ejemplo de una vida
cristiana de fe, verdaderamente sacramental. María estuvo hondamente envuelta y
plenamente implicada en los acontecimientos visibles de la vida humana de Cristo
en el mundo. Precisamente por esto María se levantó para aceptar -con fe- el
divino misterio que se había hecho visible, y ciertamente público, en el signo
sacramental externo de la humanidad de Cristo, y se dejó empapar del vigor que
sobre ella derramaba la gracia de esa humanidad de Cristo. Su vigorosa fe y su
confianza la capacitaron para traspasar el 'velo' humano de Cristo y penetrar en
el mundo divino. El misterio de la vida religiosa y de la fe de María tenemos
que buscarlo en su fe, esperanza y amor. La Escritura nos presenta muy pocos
hechos concernientes a la vida de María. Y sólo de vez en cuando nos ofrece
algunos destellos de luz que ilumina la imagen concreta de su fe en su
crecimiento gradual hacia la victoria última: la imagen de su vida sacramental.
Ahora bien, lo que conocemos de hecho es más que suficiente para que podamos
dar a María el título de 'Reina de los confesores"'.
Edward
Schillebeeckx
Reflexión
Algunas
afirmaciones-imperativos que nos hace el capítulo quinto de la Lumen Gentium
del Concilio Vaticano II nos pueden servir de reflexión. El capítulo trata
de la "universal llamada a la santidad en la Iglesia".
"En
la Iglesia, todos están llamados a la santidad. Esta santidad se manifiesta y
debe manifestarse sin cesar en los frutos de gracia que el Espíritu produce en
los 'creyentes" (LG 39).
"Jesús
predicó a todos y cada uno de sus discípulos, cualquiera que fuese su condición,
la santidad de vida de la que él es iniciador y consumador. Los seguidores de
Cristo han sido hechos por el bautismo verdaderos hijos de Dios y partícipes de
la divina naturaleza, y por lo mismo realmente santos. Todos los fieles, de
cualquier estado y condición, están llamados a la plenitud de la vida
cristiana y a la perfección del amor. Esta santidad suscita un nivel de vida más
humano incluso en la sociedad" (LG 40).
"Quedan
invitados y aun obligados todos los cristianos a buscar insistentemente la
santidad y la perfección dentro del propio estado" (LG 42).
María,
la "llena de gracia", es modelo de santidad para el pueblo de Dios.
Examen
-¿Tenemos todavía una idea de la santidad como reservada a
clérigos, monjes... o ñoña, anticuada?
-¿Contribuimos
con nuestra palabra y con nuestra vida a renovar la santidad en el pueblo de
Dios?
-¿Creemos
de verdad que es posible vivir en santidad, plenamente de acuerdo con el
evangelio, en nuestro estado y condición particular?
Conversión
*Tomar
decisiones para secundar esta llamada y obligación universal a la santidad
dentro de las ocupaciones y preocupaciones de nuestra vida personal diaria.
*Estudiar
las exigencias concretas que tiene, en nuestra situación comunitaria real, la
llamada universal a la santidad.
Invocación
-Alégrate,
llena de gracia...
-
...ruega por nosotros, pecadores.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que en María, la llena de gracia, nos das un impulso siempre
nuevo para caminar hacia ti, el solo Santo. Haznos participar de tu santidad.
Cantos
sugeridos
"María
es esa mujer", de C. Gabaráin, en Eres tú, María.
"Estrella
y camino", de C. Gabaráin, en María Siempre.
20.
HIJA DE SION, MADRE DE LA ESPERANZA
Palabra
de Dios
Zac
9, 9-10: Alégrate, hija de Sión.
Sof
3, 14-18: Alégrate, hija de Sión; no temas.
Lc
1, 26-38: Alégrate, María; no temas.
1
Pe 3, 13-17: Dispuestos a dar razón de vuestra esperanza.
Rom
8, 18-27: Las criaturas gimen en dolores de parto.
1
Pe 1, 3-9: Hemos sido engendrados para una esperanza viva.
Texto
antológico
"Así
fue saludada María: 'Alégrate, colmada de gracia; el Señor está contigo'.
Fue saludada como siendo la hija de Sión, símbolo de Israel, a quien fue
anunciado el rescate, la venida del Mesías: el Señor está contigo. No se
trata, pues, de un saludo vulgar y corriente, sino más bien de una invitación
al gozo mesiánico dirigido a la hija de Sión: 'Alégrate vehementemente' (en
hebreo, ranni'; en griego, chaire sphodra).
Esto
aparece manifiesto al comparar el relato de la anunciación con la profecía de
Sofonías (3, 14-17), teniendo cuidado en señalar los evidentes puntos de
contacto entre los dos textos.
El
texto original hebreo del relato de san Lucas nos hubiera mostrado, sin duda, la
evidencia de los contactos literarios entre el anuncio mesiánico de Sofonías a
la hija de Sión y la anunciación del ángel a María. Además, el texto griego
mismo los deja ver. Por ahora nos basta con hacer notar, una vez más, la
indudable relación entre la hija de Sión, que personifica al pueblo de Dios, y
María. La Virgen, madre del Mesías, es la manifestación personal del pueblo
de Israel, hija de Sión, que esperaba, en los dolores de la historia, el alegre
parto de su esperanza y de su liberación, prometida por el Señor. María, hija
de Sión, es la 'encarnación' de Israel.
San
Lucas ha visto en la Virgen María a la hija de Sión del Antiguo Testamento, a
la hija de Sión escatológico, la 'encarnación' del 'resto' fiel de Israel,
quien, en su pobreza y santidad, esperaba la alegría de la venida de Dios en su
Mesías.
María,
hija de Sión, va a ser la madre del Mesías, y en el momento de su concepción
virginal, Yavé vendrá a morar en su seno, como en el arca de la alianza. Hija
de Sión, Madre del Mesías, Morada de Dios, tales son los títulos que pueden
darse a María, contemplándola en la perspectiva del Antiguo Testamento que san
Lucas ha querido subrayar".
Max
Thurian
Reflexión
El
texto de Le 1,28-37 es más que un improvisado saludo de un arcángel ocurrente.
Es la fe de la primitiva comunidad cristiana expresada por medio del
evangelista, fe que ve en María el cumplimiento de las promesas mesiánicas y
liberadoras del Antiguo Testamento.
María,
prestando su fe y su esperanza como pista de aterrizaje de Dios en Jesús,
personifica la fe y la esperanza de Israel. Es, para la fe del Nuevo Testamento,
la nueva y definitiva hija de Sión, el resumen y la cristalización de todas
las esperanzas mesiánicas en el Dios liberador.
María,
nueva hija de Sión, es el símbolo de una esperanza activa, que ofrece a sí
misma, que se compromete por el advenimiento del reino, que no falla aun a pesar
de las dificultades y oscuridades, que sintoniza y resume la esperanza colectiva
de todo un pueblo, de todos los hombres y pueblos que esperan en el Dios
liberador. Una esperanza cristocéntrica: ¡Ven, Señor Jesús!, que apunta al
reino: "Venga a nosotros tu reino".
Examen
¿
Cómo andamos de esperanza? Hacernos un chequeo sobre la esperanza. Frente a la
marcha del mundo, la evolución de la Iglesia, el caminar de la sociedad, el
itinerario de nuestra familia...
-¿En
qué cosas, hechos, personas, movimientos históricos se fundamentan mis
esperanzas? ¿Tengo alguna esperanza desprovista de todo fundamento, arraigada sólo
en Dios? ¿Quién puede estar dependiendo de mí -aun sin saberlo yo- para
mantener viva su esperanza? ¿Me siento responsable, solidario en la esperanza?
-¿Sabemos
mantener la esperanza en formas como la perplejidad, el desconcierto, la crítica,
la involución, los fracasos, las deserciones?
Conversión
*Tomar
decisiones para hacer un chequeo a nuestra esperanza.
*Provocar
una forma realista para compartir comunitariamente las esperanzas concretas que
nos animan en la comunidad cristiana.
*Sostener
a quien cerca de mí está desesperanzado.
*Sentirnos
solidarios de todos los hombres y pueblos que esperan la liberación.
Invocación
-María,
hija de Sión, aurora del reino, esperanza del pueblo de Dios...
-
...anima nuestra esperanza en la liberación total.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que en María hiciste aparecer las primeras luces de la liberación
anunciada, esperada ardientemente por la hija de Sión. Renueva hoy en el pueblo
de Dios una apasionada esperanza. Haz que vivamos pendientes de la autora de la
liberación que estás haciendo llegar con tu reino.
Cantos
sugeridos
"Santa
María de la Esperanza", de J. A. Espinosa, en Madre nuestra.
"Cántico
de María", de A. Mejía, en La asamblea que canta.
21.
MARIA, VICTORIA DE DIOS CONTRA EL MAL
Palabra
de Dios
Gén
3, 14-16: El linaje de la mujer aplastará la cabeza a la serpiente.
Ap
12, 1-17: No pudiendo vencer el dragón a la mujer, se marchó a hacer la guerra
a sus hijos, a los que hacen la voluntad de Dios y mantienen el testimonio de
Jesús.
1
Pe 4, 12-16: Alegría y coraje en la lucha contra el mal.
Mt
16, 24-28: El que quiera seguirme, que cargue con su cruz y me siga.
Texto
antológico
"El
Apocalipsis narra que la mujer dio a luz a un niño que fue arrebatado al cielo
(cf Ap 12,5-
6).
Es ésta la descripción más breve de la vida de Jesús: nació de María en la
gruta de Belén, vivió treinta años en Nazaret, anduvo predicando al pueblo
durante tres años, estuvo a punto de ser devorado por el dragón, que le condenó
a muerte y lo mató en la cruz..., pero Dios intervino y le resucité. Le
arrebató a la muerte de la boca del dragón malvado y le llevó al cielo, haciéndole
sentar a su derecha (cf Ap 12,5). Allá arriba, Jesús recibió todo el poder y
se convirtió en el Señor de la historia (cf Ap 12,10-12).
Humanamente
hablando, la mujer iba a perder. Pero intervino Dios, poniéndose del lado de la
vida. ¡Triunfó la mujer, triunfó la vida! El dragón de la maldad y de la
muerte quedó derrotado. ¡No tuvo opción! ¡La debilidad venció a la fuerza!
Esta
victoria de Dios nos garantiza la victoria final del bien en la lucha contra el
mal, que sigue combatiéndose aún hoy día. Dios tomó partido y definió su
posición. ¡El dragón de la maldad caerá derrotado!
Cuando
nació Jesús sólo se presentaron unos pobres pastores. Unicamente los pobres
consiguen descubrir la riqueza escondida en la pobreza. Sólo los pobres y los
humildes descubren la grandeza del poder de Dios, presente en la debilidad de
las cosas humanas. Jesús mismo decía al Padre: 'Padre, Señor del cielo y de
la tierra, yo te alabo porque has mantenido estas cosas ocultas a los sabios y
prudentes y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, gracias porque así
te pareció bien' (Mt 11,25-26).
Por
eso mismo los pobres pueden considerarse felices, porque es grande la misión
que deben desempeñar. Han de descubrir y anunciar a los demás la Buena Noticia
de la liberación que viene de Dios.
Ahí
está la razón de que el pueblo humilde lleve las andas de Nuestra Señora por
las calles y se proteja bajo el nombre de María. Es en ésta en quien los
pobres se reconocen, como en un espejo que Dios pone ante ellos. En tal espejo
de la vida de María, el pueblo descubre su rostro humano y la misión que debe
cumplir. La historia de este pueblo pobre es igual a la historia de María, que
sigue hasta hoy. Hasta hoy continúa entre nosotros la lucha de la mujer contra
el dragón de la maldad, llenando el corazón de todos de una nueva esperanza.
¡La mujer va a vencer, porque Dios está con ella!"
Carlos
Mesters
Reflexión
La
realidad no está quieta, sino en movimiento. La realidad humana no es
principalmente naturaleza sino ante todo historia. Todo es dinámico. El hombre
es historia. Dios es el que era, el que es y el que será. El es el que infunde
dinamismo a la realidad. Y este carácter dinámico de la realidad es
conflictivo: la historia es una lucha entre el bien y el mal.
La
historia de la salvación es la historia de Dios salvando a su pueblo, defendiéndolo
del mal, comprometiéndose en las duras batallas a favor de la vida, de la
justicia, el amor, el futuro, la liberación, la instauración de su reinado.
La
lucha de Dios contra el mal a favor de su pueblo no pertenece a una etapa histórica
pasada mitológico. Es actual. La instauración del Reino se juega en las luchas
actuales. En ellas Dios ha revelado sus secretos a los pobres y sencillos, que
se hacen portadores de su utopía. El Dios que nos revela Jesús no es un Dios
abstracto, simétrico, neutral, aséptico, sino un Dios que toma partido, que
escucha los clamores de su pueblo, que baja a liberarlo, que se identifica con
los pobres...
En
esta lucha histórica, María se presenta como una batalla victoriosa de Dios
frente a las fuerzas del mal. Una victoria que sigue inspirando al pueblo de
Dios en sus luchas en favor del reino.
Examen
-¿Sabemos
ver, con los ojos de la fe, más allá de la superficie de los hechos y de las
noticias las batallas de Dios en la historia?
-¿Estamos
con Dios en vela frente a las asechanzas del mal y del pecado?
-¿Vivimos
cómodamente desapercibidos y desentendidos de las batallas de Dios por la
justicia, el amor..., el reino?
-¿Asumimos
la conflictividad cristiana como militancia a favor del reino de Dios?
-¿Tenemos
todavía una idea de Dios como simétrico, imparcial, abstracto, neutral,
idealista, aristotélico, platónico, metafísico?
Conversión
*Asumir
la vida como militancia por el reino.
*Abandonar
toda actitud de pasividad, neutralidad, indiferencia.
*Pronunciarse
vitalmente a favor de Dios, de la vida, de la justicia, de los pobres, del
reino.
*
Convertirnos al Dios vivo, abandonando todos los dioses falsos.
Invocación
-Santa
María, victoria de Dios frente al mal...
-
...ayúdanos en el combate por el reino de Dios.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que en María has conseguido una victoria perfecta contra las
fuerzas del mal. Danos fuerza para luchar diariamente por la causa del hombre,
tu causa, ¡el reino! Haz valer también hoy tu brazo poderoso junto a todos los
que dan su vida por el triunfo de la paz, el amor y la justicia.
Cantos
sugeridos
"Estrella
y camino", de C. Gabaráin, en María siempre.
"Mujer
fuerte", de F. Palazón, en Madre de los creyentes.
22.
MADRE DEL SALVADOR
Palabra
de Dios
Le
2, 1-14: Una gran alegría para todo el pueblo: "Os ha nacido un
salvador".
Le
1, 26-38: Le pondrás por nombre Jesús, Salvador.
Is
7, 10-15: Le pondrán por nombre Emmanuel, Dios-con-nosotros.
Texto
antológico
"Esta
unión de la madre y del Hijo va mucho más allá de lo que parece a simple
vista. Una madre ordinaria engendra a su hijo sin asociarse por eso a su obra
futura. Ella echa las bases remotas, pero no se compromete con sus trabajos, que
se llevarán a cabo mañana aparte de ella. No ocurre lo mismo con María: su
maternidad la compromete en la obra redentora, así como la encarnación lleva
ya en germen a la redención. María no es la madre de alguien que un día será
redentor y salvador del mundo, como la madre de un sacerdote es la madre de un
hijo que un día será llamado al sacerdocio. El Hijo que nace de ella viene al
mundo como redentor y salvador. No es accidental para Jesús el ser sacerdote y
la víctima de la Nueva Alianza. Nace ya sacerdote y nace ya cordero de Dios.
Los Padres griegos han insistido fuertemente sobre esta salvación del mundo
incluida en el nacimiento de Cristo. No debe jamás olvidarse que la madre del
Salvador está asociada, desde el principio, a la obra de la salvación".
Cardenal
Suenens
Reflexión
Jesús
significa "salvador". Y Jesús lo es. El nos trajo el sentido, la paz,
la utopía, la palabra definitiva y total de Dios, el sacramento original, la
salvación presente. Jesús es el Emmanuel, el Dios con nosotros, Dios mismo en
medio de nosotros, dándonos la salvación que desde siempre ofreció a los
hombres. El vino para dar la vida. Para que tengamos vida, y la tengamos en
abundancia. El vino a salvar al mundo, no a condenar.
Y
todo eso en una humanidad concreta histórica, en Jesús de Nazaret. Dios hecho
hombre. Y María es la madre de este hombre, Jesús, el Salvador.
Por
eso María siempre tendrá un puesto importante en la fe de los seguidores de
Jesús. Además, su función materna no acabó entonces: "La Virgen fue en
su vida ejemplo de aquel amor maternal con que es necesario que estén animados
todos aquellos que en la misión apostólica cooperan a la salvación de los
hombres" (LG 65).
Examen
-¿Somos
signos y vehículos de la salvación que Dios nos ha hecho realidad en Jesús?
-¿Sentimos
a María cercana, como madre de Jesús que es?
-¿Estamos
animados de su espíritu de amor maternal, sintiéndonos corresponsables de la
extensión de la salvación a todos los seres humanos?
Conversión
Procurar
convertir nuestra vida en cauce de saIvación para todos los que nos rodean.
Sentir como nuestra la preocupación por la salvación de los hombres en todo lo
ancho del mundo.
Invocación
-María,
madre del Salvador...
-
...ayúdanos a colaborar en la gestación del mundo.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que, por María, nos diste al Salvador, haznos participar de su
amor materno para sentirnos corresponsables con todos los hombres que esperan y
hacen más próxima la salvación.
Cantos
sugeridos
"Madre
del Salvador", de J. A. Espinosa, en Madre nuestra.
"Cristo,
nuestro hermano", de C. Gabaráin, en Eres tú, María.
23.
MARIA, FAMILIAR Y VECINA
Palabra
de Dios
Lc
1, 39-45: Fue a visitar a su prima Isabel.
Jn
2, 1-12: Bodas en Caná de Galilea.
Texto
antológico
"El
apostolado en el medio social, es decir, el afán por llenar de espíritu
cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la
comunidad en que uno vive, es hasta tal punto deber y carga de los seglares que
nunca podrá realizarse convenientemente por los demás. En este campo, los
seglares pueden ejercer el apostolado del compañero con el compañero. Es aquí
donde se complementa el testimonio de la vida con el testimonio de la palabra.
En el campo del trabajo, de la profesión, del estudio, de la vecindad, del
descanso o de la convivencia, son los seglares los más aptos para ayudar a sus
hermanos" (AA 13).
"Siembren
también la fe de Cristo entre sus compañeros de trabajo, obligación que tanto
más urge cuanto que muchos hombres no pueden oír hablar del evangelio ni
conocer a Cristo más que por sus vecinos seglares" (AG 21).
Reflexión
Las
grandes cosas se realizan casi siempre en la pequeñez, en lo sencillo. Es la
ley de la encarnación.
Nazaret:
Dios mismo escondido en la pequeñez de una familia, en la oscuridad de un caserío
olvidado y miserable, en la cotidianeidad de unos quehaceres domésticos, en las
relaciones familiares con un vecindario inadvertido...
María:
velando anónimamente el crecimiento de Jesús, haciendo posible calladamente el
advenimiento del reino, haciendo presente el misterio, llevando ocultamente a
Dios a su prima, haciendo el bien a sus amigos de Caná. Dios hecho familia y
vecindad en la familia de María.
Examen
-¿Valoramos
la vida sencilla? ¿Sabemos ver en ella, con fe, la hondura de nuestras
responsabilidades divinas?
-¿Somos
portadores de Dios hacia los amigos, conocidos, familiares... sin espectáculos,
calladamente, con paciencia y constancia?
-
¿A qué amigos, familiares, vecinos... puedo llevarles a Jesús? ¿Cómo? ¿Qué
pasos voy a dar?
-
Revisar nuestra vida, sencilla, doméstica, intima. ¿Qué presencia de Dios
dejo que la habite?
Conversión
Tomar
decisiones para tratar de convertir la vida familiar, de relaciones de
vecindario, de amistad..., en un primer ámbito de compromiso por realizar el
reino de Dios, de "impregnación de las estructuras temporales con el espíritu
de las bienaventuranzas". * Trata de vivir con más amor tus relaciones
humanas, con más humanidad. * Abre los ojos, da un repaso: ¿qué necesidades
ajenas, próximas a mí, no he descubierto en familiares, parientes, amigos,
vecinos, compañeros, conocidos?
Invocación
-María,
madre de Jesús, madre de todos los seres humanos...
-
...ayúdanos a llevar a Jesús a toda la familia humana.
Oración
Dios,
Padre nuestro, que en María de Nazaret nos has dado un ejemplo de vida
familiar, sencilla, oculta, solidaria. Haz que nuestra vida cotidiana, sencilla
y humildemente, introduzca también la presencia de Jesús en medio del pueblo.
Cantos
sugeridos
"En
el trabajo", de C. Gabaráin, en Eres tú, María.
"Hija
del pueblo", de A. Taulé, en Dios te salve, María.