Edith Stein:
Hebraicidad y santidad cristiana - III

Armando Gargiulo s.j.
Traducción de Antonella Nappo

 

1: Ambitos de su investigación - 2: Familia hebraica y educación en familia
3.1: Husserl y la universidad de Gottinga - 3.2: Ambiente del grupo husserliano

3.3: Experiencias que aceleran su camino
4: Bautismo: conversión en Cristo - 5.1: Edith y su sentirse hebrea

5.2: Edith y su madre Augusta - 6: Edith y la persecución nacista
7: La Oferta - 8: El holocausto : Edith mártir porque católica y hebrea

5.2 - Edith y su madre Augusta

La relación íntima con su madre Augusta, fiel observante de la fe hebraica, nos ayuda más a entender la convicción de Edith acerca de la compatibilidad entre la fe hebraica y la cristiana. Es la última vez que Edith acompaña su madre a la sinagoga, por la fiesta de los Tabernáculos (está para engresar en el orden carmelita), y volviendo en casa, su madre le pregunta: "¿El sermón fue hermoso, verdad?" - "". "¿También en la fe hebraica se puede ser religiosos, verdad?" - "Seguro, cuando no se ha conocido otro". Así, su madre contesta, desolada: "¿Y tú, por qué has conocido a Él? No quiero decir nada mal de Él, porque habrá sido seguramente un hombre muy justo, pero ¿por qué se ha vuelto en Dios?".

Edith Stein en 1931

Madre y hija sufren terriblemente, tanto que Edith escribe: "He tenido que dar una vuelta una sola y totalmente hundida en la noche de la fe. Muchas veces, durante esas semanas tan duras, me preguntaba cual de nosotros, yo y mi madre, habría perdido la salud. Pero hemos mantenido nuestras posiciones hasta el último día". No obstante Edith conserva mucha admiración por la fe de su madre, no solo por istinto filial, porque está segura que Dios obra más allá de los límites de la Iglesia, en otras religiones también.

Algunas cartas escribidas en 1936, 1938 y 1939, acuerdan la muerte de su madre: "Dios la ha acogida muy rápidamente"; "Hoy [su madre] celebra su 87° aniversario con nuestra querida Santa Teresa" Teresa de Lisieux: era, en efecto, el 3 de octubre de 1936, día - en aquel tiempo - de su fiesta. Como podemos entender, ella pone su madre en cielo cerca de una santa canonizada y ninguna duda acerca del destino de sus parientes judíos! Este su sentido se acompaña a la clara afirmación: "Mi madre ha estada fiel a su fe hasta el último día. Pero dado que su fe y el completo abandono en su Dios la han acompañada por toda la vida hasta 87 años, y han sido encendidos en ella hasta el último día, también durante su lucha con la muerte, estoy segura que ha encontrado un juez muy generoso el cual ahora ayudará mí también para lograr la meta". Edith alcanza a atribuir poderes de intercesión a su madre: comentando la visita de su hermano que estaba partiendo por América, escribe a su amiga Hedwig Dulberg: "El día de los muertos nos acuerdaremos ambas nuestras madres. Este pensamiento me da una grande consolación. Creo firmamente que mi madre tiene el poder de ayudar sus hijos en el peligro" (4 de octubre de 1938).

También para su "querido Maestro", el Prof. Edmund Husserl, que estaba muriendo (1938), Edith se exprime con una grande amplitud espiritual: "No estoy preocupada por mi querido Maestro de ningún modo. He piensado nunca que la misericordia de Dios esté limitada a los confínes visibles de la Iglesia. Dios es la verdad. Quién busca la verdad, busca Dios, no importa si es consciente o no" (10). ¿Como es posible no admirar estas anticipaciones proféticas de las posiciones de la Iglesia, desde hace el Concilio Vaticano II, acerca de las relaciones ecumenícas, y en particular con los hebreos?

6 - Edith y la persecución nacista

Al principio de los años '30 Alemania, estaba en una crisis económica y una grave inestabilidad política, mientras lentamente pero inexorablemente ascendía el partido nacional socialista de Hitler. Edith en aquel tiempo enseñaba con las Dominicanas de Spira (1922-1931), después con el Instituto de Pedagogía científica de Munster (1932-1933). En el mismo tiempo, sin embargo, estaba empeñada en conferencias públicas muy reclamadas y apreciadas sobre los problemas de educación y la función de la mujer. Siempre atenta a la historia del mundo, y como cristiana educada a interpretar los acontecimientos a la luz del evangelio, intuió muy pronto el carácter totalitario y antícristiano del movimiento nacista: "Hoy no hay nada que nos falta tanto como el bautismo en el espíritu y en el fuego... en la grande batalla entre Cristo y el Diablo, hayan aquellas mujeres que son llamadas por vocación a formar los hombres que tienen que ir al frente. Armamonos por la lucha y quedamonos armadas: este es nuestro deber más imperioso". Así Edith hablaba a sus oyentes. Mientras tanto reflexionaba acerca de su función en el frente.

Edith entiende el futuro muy pronto: el nacismo, las encarnación del Malvado, enemigo de la Cruz, combate Dios mismo y su proyecto de salvación, por eso tiene que empezar con la destrucción del judaísmo, como fundamento de la misma religión cristiana, eliminar la "peste judío-cristiana" para instaurar el reino de la raza ariana.

En 1931, cuando se despide por las estudiantes de Spira, una de ellas le dice: "Señorita, Usted está apenada!" "No puedo evitar ser triste y agitarme, cuando pienso que Hitler arrestará muy pronto mis parientes y mí también. ¿Qué se puede hacer?".

Es el primero viernes de abril de 1933: Edith, no todavía carmelita, propio en la capilla del Carmen de Colonia vive una profunda experiencia espiritual: "Recurría interiormente al Señor, y le dicía que yo sabía que suya era la Cruz imponida a nuestro pueblo. La mayor parte de los hebreos no reconocía el Señor, pero los que entendían no habrían podido dejar de llevar la Cruz. Eso era lo que yo deseaba hacer. Le pregunté solo de mostrarme en cual manera".

Sintiendose en serio implicada en la suerte de su pueblo, sigue preguntandose si puede hacer algo para el problema de los hebreos. "Al fin, había decidido de ir a Roma y pedir al Santo Padre [Pio XI] una Encíclica, en una audiencia privada". Como este proyecto fue imposible (según su director espiritual, Abad de Beuron, Don Walzer), Edith decide de escribir una carta al Santo Padre, en la cual no solo habla acerca de los hebreos, pero del futuro de la Iglesia en Alemania, también. "Yo sé que mi carta Le ha estada consignada directamente y todavía cerrada... muchas veces me he preguntado si la proporción de mi mesaje haya en alguna manera suscitado la atención del Supremo Pontífice. Mis previsiones, acerca del destino de los católicos en Alemania, se han realizadas puntualmente".

P.Jan Nota s.j.

Según Padre Jan H. Nota, jesuita holandés, amigo de Edith que profundizó su pensamiento, este paso cumplido por Edith podría haber influido sobre las posiciones de Pio XI contra el racismo y el antísemitismo. En términos de acción para su pueblo, Edith ha hecho todo lo que podía. Pero el Señor le abre nuevas vías de amor heroico para sus hermanos hebreos.

Durante la misma cuaresma de 1933, huéspeda casual de un colega del Instituto de Munster que no sabe nada acerca de la hebraicidad de su huéspeda, Edith recibe muchas informaciones por los diarios americanos acerca de las atrocidades cumplidas contra los hebreos alemános. "Había ya sabido de las persecuciones... pero en aquel momento... ví con claridad... que el destino de aquel pueblo estaba volviendo una cosa sola con el mío." (11)

Si Edith tiene que participar en el destino de su pueblo, y si este destino es llevar la Cruz imponida de Cristo... se entiende como estas experiencias espirituales la preparan para el paso definitivo. Así se exprimía poco después: "No es la actividad humana que nos puede salvar, pero solo la pasión de Cristo. Mi aspiración es participar en ella.".

7 - La Oferta: la Esposa del Cordero

Acuerdando que una característica de la personalidad de Edith es la llena integración entre el pensamiento y el vivir, entre los análisis, las elaboraciones filosóficas y teólogicas y la experiencia mística, podemos entender como la vida de carmelita representa, para ella, la llena realización de su vocación como mujer: "La unión nupcial del alma con Dios es la finalidad por la cual ha estada creada: rescatada de la Cruz y encontrando su conclusión en la Cruz, el alma es marcada por la eternidad por el sello de la Cruz".

En su obra de algunos años antes (1931) sobre la "Vocación de la mujer", Edith había explicado el modo de entender la "esposa de Cristo": "Ella está de pie cerca de Él, como la Iglesia y como la Madre de Dios... Ella está allí, para ayudar la obra de la redención. El don total de su ser y de su vida le permite de entrar en la vida y en las fatigas de Cristo, permittiendole de compadecer y de murir con Él, de esa muerte terrible que fue la fuente de la vida para la humanidad. La esposa de Dios conoce así una maternidad sobrenatural que abraza la humanidad entera, tomando parte activa en la conversación de las almas o obteniendo con su inmolación, los frutos de la gracia para ellos que no encuentrará nunca en una dimensión humana".

Este fue el proyecto divino que se realizó llenamente en la vida de Edith: el 14 de octubre de 1933 entra en el orden carmelita de Colonia: el 15 de abril de 1934 toma el vestido del orden y el nombre de Teresa Benedicta de la Cruz, como ella había pedido; el domingo de Pascua 1935 se dedica a la profesión sencilla; el 10 de mayo 1938 pronuncia la profesión solemne que la vincula definitivamente a Cristo.

Con la experiencia de la Cruz era empezado el camino de la conversión. El día del bautismo se sintió muy seducida por la vida carmelita, cuyo rasgo fundamental - como ella misma describe: "es el sufrimiento con Cristo... vinculadas al Señor... Cristo sigue sufriendo en ellas... mediando para los pecadores por medio de un sufrimiento libremente aceptado y alegre, participando así en la redención de la humanidad.".

Crucifijo en el Coro del Carmelo de Colonia

En el orden carmelita, viviendo ardientemente esta vocación, podrá decir: "Ahora, yo sé mucho más cosa significa ser la esposa del Señor debajo del sello de la Cruz. Claro que no se puede fácilmente entender porque es un misterio... Bajo de la Cruz he entendido el destino del Pueblo de Dios que ya se estaba presentando. He piensado que quien lo entiende tiene que llevar la Cruz de Cristo para todos".

Cuando en la famosa Noche de los cristales (8-9 de noviembre de 1938) el fanatismo nacista estalló contra tiendas, casas, y contra las mismas personas hebreas, las monjas están trastornadas, y Monja Benedicta (Edith) exclama: "Es la sombra de la Cruz que baja sobre mi Pueblo! Ay, si ahora pudiera entender!".

"Aquí está el fundamento de la teología steiniana acerca del judaísmo... Edith Stein ama siempre su Pueblo, pero lo percibe con los ojos y el corazón de Cristo. Recurre a Él y vee su propia Cruz sobre las espaldas del Pueblo judío. En otras palabras... la suerte de Cristo, con el nacionalsocialismo es la misma de los hebreos. La misión de ambos es la misma."

Edith no separa nunca el Mesías de su Pueblo mesíanico... el Antícristo (el nacismo) odia en este Pueblo su mesíanidad, y por eso, su vínculo profundo, vital, connatural con Cristo... Es a la luz del profundizamiento del misterio de Israel bajo de la Cruz, allá del contexto histórico, que se debe entender su amor, su compasión y su críticas, también: "El grande pecado de los Hebreos, para Edith, si necesita hablar de pecado, es no tener en cuenta sus misión y por eso traicionar la propia identidad: pueblo mesíanico, pueblo del Mesías, pero pueblo Mesías, también".

El 30 de enero de 1939 Hitler decreta y anuncia la destrucción de la "raza hebraica". Los sellos de la inminencia del conflicto son evidentes. El 31 deciembre Edith se refugia en el Carmen de Echt en Holanda, donde en agosto de 1940 llegará su hermana Rosa. En esta situación dramática Monja Benedicta se estrecha siempre más al Corazón de Jesús "para volver tu verdadera esposa. Te prometo solemnemente: cada vez yo tendré que tomar una elección tomaré lo que te alegrará más". Así, realiza el voto del "más perfecto".

Algunas semanas después, pide a la priora de Colonia (su superiora) la autorización para "ofrecerme al Corazón de Jesús como víctima emisaria por la verdadera paz, esperando que el reino del Antícristo se derrumbe, si es possible, sin una nueva guerra mundial, y que sea renovado el orden del mundo".

Al fin escribe un Testamento espiritual: "Desde ahora acepto la muerte que Dios me ha destinado y con una total aceptación de su santisíma voluntad. Rogo a el Señor de aceptar mi vida y mi muerte para su gloria, para las intenciones de los SS. Corazones de Jesús y de Maria, para las de la Iglesia. En particular... para la espiación del despojo de la fe por parte del pueblo hebreo, para que el Señor sea aceptado por los suyos y que venga su reino en la gloria; para la salvación de Alemania y, para la paz en el mundo".

8 - El holocausto : Edith mártir porque católica y hebrea

Monja Benedicta no afronta sin miedo el martír. Acuerdando las palabras de Jesús (Mt 10,23): "Cuando seréis perseguidos en una ciudad, escapáis en una otra", de acuerdo y por sugerencia de los mismos superiores, había intentado obtener acogida en un Carmen en Suiza, y las prácticas estaban adelantado. Pero después su convovación en Amsterdam por la Gestapo, entiende que ellas no habrían habido un éxito positivo. Recurre a España, también.

Mientras tanto, Monja Benedicta está toda hundida en el estudio y en la contemplación de las obras de San Juan de la Cruz (encargada por su superiora, a la vispera de la publicación para el 4° centenario del nacimiento del Santo, 1942). "En la conclusión de su análisis del Canto espiritual... se puede leer todo su destino, distinguir la luz de la cruz por la cual será iluminada la noche misteriosa de su fin: ... "El matrimonio espiritual del alma con Dios, finalidad por la cual ha estada creada, es comprado por la Cruz, gastado sobre la Cruz y por toda la eternidad sellado con el sello de la Cruz".

Edith Stein en Auschwitz
[Pintura de Rudolf Bruckner]

He aquí, en síntesis, la parte final del drama: el 1942 señala el principio de las deportaciones en masa de los hebreos hacia el este: campos de trabajo, minas de sal, cámaras de gas. Delante de estos eventos de increíble ferocidad, los Obispos de la Iglesia de Holanda, de acuerdo con la Iglesia Reformada, envian al Comisario del Reich un largo telegrama de protesta (11 de julio de 1942).

Después este acción , el Jefe nacista afirma que no tocará los cristianos de origen hebraica que pueden demostrar de pertenecer a una comunidad cristiana anted de ener 1941. Los Obispos consideran esta respuesta totalmente insuficiente porque no toca la cuestión en el fondo, como las deportaciones en masa, y - de acuerdo con la mayor parte de los ministros protestante - leen en todas las iglesias del país (domingo 26 julio) una carta pastoral, en la cual se habla de la protesta y de la imperiosa llamada por medio del telegrama. Además se menciona el cambio de ideas con el Comisario del Reich, y se conclue con una ardiente Llamada a la oración para la justa paz y para el pueblo hebreo tan malparado.

¿Conclusión? El 2 de agosto, por la mañana, el Comisario del Reich ordena que todos los religiosos y las religiosas no arianas presentes en los conventos holandéses tienen que ser deportados. Y por la tarde del mismo día, el 2 de agosto de 1942, la Gestapo arresta las hermanas Stein. Durante pocos menudos, las dos hermanas tienen que abandonar el convento. Cada protesta de la superiora es inútil.

La última palabra de Monja Benedicta, dejando el Carmen, es para su hermana: "Ven, - le dice tomandole la mano - vamos para nuestro pueblo".

La misma tarde, el Comisario adjunto Schmidt declara que, como el obispado católico había rehusado de respectar el secreto de las negociaciones, las autoridades alémanas están obligadas a "perseguir los hebreos católicos, como sus peores enemigos, asegurando la deportación hacia el este dentro de poco".

Edith fue conducida hacia el campo holandés de Westerbork, y después, el 7 de agosto, fue conducida con otros hebreos, sobre un tren emplomado, a Auschwitz. Estos elementos nos aseguran que Edith Stein ha estada arrestada y deportada porque era católica hebrea, y no solo como hebrea, para represalia contra la Iglesia católica de Holanda.

Los hebreos católicos deportados recibieron un trato más duro - si era posible - respecto a los otros. En Auschwitz-Birkenau, cuando el convoy llegó, el 9 de agosto de 1942, las hermanas Stein entran en la cámara de gas con las otras deportadas.

En la última carta que, como deportada, salió bien a hallar al Carmen de Echt, había escribido: "Se puede comprar una "Ciencia de la Cruz" [era el título de su último libro, nunca completado], solo empezando a sufrir verdaderamente por el peso de la Cruz. He habido la íntima convicción de eso hacia el primero instante, y por el profundo del corazón he dicho: "Hola, ay Cruz, única esperanza".

En el túnel de la muerte, el corazón de Edith palpita: "La Cruz es toda la luz: la madera de la Cruz se ha vuelta en la luz de Cristo".

NOTAS

10 - J. Sullivan ocd, S. Edith Stein desafia los católicos, en Simposio Internacional, Roma, Teresianum, 1998.
11 - E. De Miribel, Edith Stein, Ed. Paoline, Milano, 1987, p.120

1: Ambitos de su investigación - 2: Familia hebraica y educación en familia
3.1: Husserl y la universidad de Gottinga - 3.2: Ambiente del grupo husserliano

3.3: Experiencias que aceleran su camino
4: Bautismo: conversión en Cristo - 5.1: Edith y su sentirse hebrea

5.2: Edith y su madre Augusta - 6: Edith y la persecución nacista
7: La Oferta - 8: El holocausto : Edith mártir porque católica y hebrea