La ideología de género
Autor: Oscar Alzamora Revoredo, S.M.
Fuente: Texto publicado por la CEP
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La ideología de género: presentación |
Publicado en base al informe "La desconstrucción de la mujer" de Dale OLeary.
Presentación
Se ha estado oyendo durante estos últimos años la expresión "género" y muchos se
imaginan que es solo otra manera de referirse a la división de la humanidad en
dos sexos, pero detrás del uso de esta palabra se esconde toda una ideología que
busca precisamente hacer salir el pensamiento de los seres humanos de esta
estructura bipolar.
Los proponentes de esta ideología quieren afirmar que las diferencias entre el
varón y la mujer, fuera de las obvias diferencias anatómicas, no corresponden a
una naturaleza fija que haga a unos seres humanos varones y a otros mujeres.
Piensan más bien que la diferencias de manera de pensar, obrar y valorarse a sí
mismos son el producto de la cultura de un país y de una época determinados, que
les asigna a cada grupo de personas una serie de características que se explican
por las conveniencias de las estructuras sociales de dicha sociedad. Quieren
rebelarse contra esto y dejar a la libertad de cada cual el tipo de "género" al
que quieren pertenecer, todos igualmente válidos. Esto hace que hombres y
mujeres heterosexuales, los homosexuales y las lesbianas, y los bisexuales sean
simplemente modos de comportamiento sexual producto de la elección de cada
persona, libertad que todos los demás deben respetar.
No se necesita mucha reflexión para darse cuenta de lo revolucionaria que es
esta posición, y e las consecuencias que tiene la negación de que haya una
naturaleza dada a cada uno de los seres humanos por su capital genético. Se
diluye la diferencia entre los sexos como algo convencionalmente atribuido por
la sociedad, y cada uno puede "inventarse" a sí mismo. Toda la moral queda
librada a la decisión del individuo y desaparece la diferencia entre lo
permitido y lo prohibido en esta materia. Las consecuencias religiosas son
también obvias.
Es conveniente que el público en general se dé clara cuenta de lo que todo esto
significa, pues los proponentes de esta ideología usan sistemáticamente un
lenguaje equívoco para poder infiltrarse más fácilmente en el ambiente, mientras
habitúan a las personas a pensar como ellos. Este librito puede ayudar mucho en
precisar conceptos y llamar a una toma de posición con respecto a la mencionada
ideología.
Para consultar el artículo completo:
Ideología de género: sus peligros y alcances
Ideología de género: Primer blanco, la Familia
Ideología de género: Ataque a la Religión
Autor: Oscar Alzamora Revoredo, S.M
Fuente: Texto publicado por la CEP
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Ideología de género: sus peligros y alcances |
En base al informe "La desconstrucción de la mujer" de Dale OLeary.
"El género es una construcción cultural; por consiguiente no es ni resultado
causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo. Al teorizar que el
género es una construcción radicalmente independiente del sexo, el género mismo
viene a ser un artificio libre de ataduras; en consecuencia hombre y masculino
podrían significar tanto un cuerpo femenino como uno masculino; mujer y
femenino, tanto un cuerpo masculino como uno femenino". 1
Estas palabras que podrían parecer tomadas de un cuento de ciencia ficción que
vaticina una seria pérdida de sentido común en el ser humano, no son otra cosa
que un extracto del libro "GenderTrouble: Feminism and the Subversion of
Identity" (El Problema del Género: el Feminismo y la Subversión de la
Identidad") de la feminista radical Judith Butler, que viene siendo utilizado
desde hace varios años como libro de texto en diversos programas de estudios
femeninos de prestigiosas universidades norteamericanas, en donde la perspectiva
de género viene siendo ampliamente promovida.
Mientras muchos podrían seguir considerando el término género como simplemente
una forma cortés de decir sexo para evitar el sentido secundario que sexo tiene
en inglés, y que por tanto género se refiere a seres humanos masculinos y
femeninos, existen otros que desde hace ya varios años han decidido difundir
toda una "nueva perspectiva" del término. Esta perspectiva, para sorpresa de
muchos, se refiere al término género como "roles socialmente construidos".La IV
Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer, realizada en
setiembre de 1995 en Pekín, fue el escenario elegido por los promotores de la
nueva perspectiva para lanzar una fuerte campaña de persuasión y difusión. Es
por ello que desde dicha cumbre la "perspectiva de género" ha venido filtrándose
en diferentes ámbitos no sólo de los países industrializados, sino además de los
países en vías de desarrollo. Definición del término género Precisamente en la
cumbre de Pekín, muchos de los delegados participantes que ignoraban esta "nueva
perspectiva" del término en cuestión, solicitaron a sus principales propulsores
una definición clara que pudiera iluminar el debate. Así, la directiva de la
conferencia de la ONU emitió la siguiente definición:
"El género se refiere a las relaciones entre mujeres y hombres basadas en roles
definidos socialmente que se asignan a uno u otro sexo".
Esta definición creó confusión entre los delegados a la cumbre, principalmente
entre los provenientes de países católicos y de la Santa Sede, quienes
solicitaron una mayor explicitación del término ya que se presentía que éste
podría encubrir una agenda inaceptable que incluyera la tolerancia de
orientaciones e identidades homosexuales, entre otras cosas. Fue entonces que
Bella Abzug, ex-diputada del Congreso de los Estados Unidos intervino para
completar la novedosa interpretación del término "género":
"El sentido del término género ha evolucionado, diferenciándose de la palabra
sexo para expresar la realidad de que la situación y los roles de la mujer y del
hombre son construcciones sociales sujetas a cambio".
Quedaba claro pues que los partidarios de la perspectiva de género proponían
algo mucho más temerario como por ejemplo que "no existe un hombre natural o una
mujer natural, que no hay conjunción de características o de una conducta
exclusiva de un sólo sexo, ni siquiera en la vida psíquica"
2. Así, "la inexistencia de una esencia femenina o
masculina nos permite rechazar la supuesta superioridad de uno u otro sexo, y
cuestionar en lo posible si existe una forma natural de sexualidad humana"
3. Ante tal situación, muchos delegados
cuestionaron el término así como su inclusión en el documento. Sin embargo, la
ex-diputada Abzug abogó férreamente en su favor:
"El concepto de género está enclavado en el discurso social, político y legal
contemporáneo. Ha sido integrado a la planificación conceptual, al lenguaje, los
documentos y programas de los sistemas de las Naciones Unidas& los intentos
actuales de varios Estados Miembros de borrar el término género en la Plataforma
de Acción y reemplazarlo por sexo es una tentativa insultante y degradante de
revocar los logros de las mujeres, de intimidarnos y de bloquear el progreso
futuro".
El apasionamiento de Bella Abzug por incluir el término en Pekín llamó la
atención de muchos delegados. Sin embargo, el asombro y desconcierto fue mayor
luego que uno de los participantes difundiera algunos textos empleados por las
feministas de género, profesoras de reconocidos Colleges y Universidades de los
Estados Unidos. De acuerdo a la lista de lecturas obtenida por el delegado, las
"feministas de género" defienden y difunden las siguientes definiciones:
- Hegemonía o hegemónico: Ideas o conceptos aceptados universalmente como
naturales, pero que en realidad son construcciones sociales.
- Desconstrucción: La tarea de denunciar las ideas y el lenguaje hegemónico (es
decir aceptados universalmente como naturales), con el fin de persuadir a la
gente para creer que sus percepciones de la realidad son construcciones
sociales.
- Patriarcado, Patriarcal: Institucionalización del control masculino sobre la
mujer, los hijos y la sociedad, que perpetúa la posición subordinada de la
mujer.
- Perversidad polimorfa, sexualmente polimorfo: Los hombres y las mujeres no
sienten atracción por personas del sexo opuesto por naturaleza, sino más bien
por un condicionamiento de la sociedad. Así, el deseo sexual puede dirigirse a
cualquiera.
- Heterosexualidad obligatoria: Se fuerza a las personas a pensar que el mundo
está dividido en dos sexos que se atraen sexualmente uno al otro.
- Preferencia u orientación sexual: Existen diversas formas de sexualidad
-incluyendo homosexuales, lesbianas, bisexuales, transexuales y trasvestis- como
equivalentes a la heterosexualidad.
- Homofobia: Temor a relaciones con personas del mismo sexo; personas
prejuiciadas en contra de los homosexuales. (El término se basa en la noción de
que el prejuicio contra los homosexuales tiene sus raíces en el ensalzamiento de
las tendencias homosexuales). Estas definiciones fueron tomadas del material
obligatorio del curso "Re-imagen del Género" dictado en un prestigioso College
norteamericano.
Asimismo, las siguientes afirmaciones corresponden a la bibliografía obligatoria
del mismo: "La teoría feminista ya no puede darse el lujo simplemente de vocear
una tolerancia del lesbianismo como estilo alterno de vida o hacer alusión de
muestra a las lesbianas. Se ha retrasado demasiado una crítica feminista de la
orientación heterosexual obligatoria de la mujer". 4
"Una estrategia apropiada y viable del derecho al aborto es la de informar a
toda mujer que la penetración heterosexual es una violación, sea cual fuere su
experiencia subjetiva contraria." 5
Las afirmaciones citadas podrían parecer suficientemente reveladoras sobre la
peligrosa agenda de los promotores de esta "perspectiva". Sin embargo, existen
aún otros postulados que las "feministas de género" propagan cada vez con mayor
fuerza: "Cada niño se asigna a una u otra categoría en base a la forma y tamaño
de sus órganos genitales. Una vez hecha esta asignación nos convertimos en lo
que la cultura piensa que cada uno es -femenina o masculino-. Aunque muchos
crean que el hombre y la mujer son expresión natural de un plano genético, el
género es producto de la cultura y el pensamiento humano, una construcción
social que crea la verdadera naturaleza de todo individuo."
6
Es así que para las "feministas de género", éste "implica clase, y la clase
presupone desigualdad. Luchar más bien por desconstruir el género llevará mucho
más rápidamente a la meta" 7. El
feminismo de género. Pero en qué consiste el "feminismo de género" y cuál es la
diferencia con el comúnmente conocido feminismo. Para comprender más a
profundidad el debate en torno al "término género", vale la pena responder a
esta pregunta. El término "feministas de género" fue acuñado en primer lugar por
Christina Hoff Sommers en su libro "Who Stole Feminism?" ("¿Quién se robó el
Feminismo?"), con el fin de distinguir el feminismo de ideología radical surgido
hacia fines de los 60s, del anterior movimiento feminista de equidad. Aquí las
palabras de Hoff Sommers:
"El feminismo de equidad es sencillamente la creencia en la igualdad legal y
moral de los sexos. Una feminista de equidad quiere para la mujer lo que quiere
para todos: tratamiento justo, ausencia de discriminación. Por el contrario, el
feminismo del género es un ideología que pretende abarcarlo todo, según la cual
la mujer norteamericana está presa en un sistema patriarcal opresivo. La
feminista de equidad opina que las cosas han mejorado mucho para la mujer; la
feminista del género a menudo piensa que han empeorado. Ven señales de
patriarcado por dondequiera y piensan que la situación se pondrá peor. Pero esto
carece de base en la realidad norteamericana. Las cosas nunca han estado mejores
para la mujer que hoy conforma 55% del estudiantado universitario, mientras que
la brecha salarial continúa cerrándose" 8.
Al parecer, este "feminismo de género" tuvo una fuerte presencia en la Cumbre de
Pekín. Así lo afirma Dale OLeary, autora de numerosos ensayos sobre la mujer y
participante en la Conferencia de Pekín, quien asegura que durante todas las
jornadas de trabajo, aquellas mujeres que se identificaron como feministas
abogaron persistentemente por incluir la "perspectiva del género" en el texto,
por la definición de "género" como roles socialmente construidos y por el uso de
"género" en sustitución de mujer o de masculino y femenino.
De hecho todas las personas familiarizadas con los objetivos del "feminismo de
género", reconocieron inmediatamente la conexión entre la mencionada ideología y
el borrador del "Programa de Acción" del 27 de febrero que incluía propuestas
aparentemente inocentes y términos particularmente ambiguos. Neo Marxismo En
palabras de Dale OLeary, la teoría del "feminismo de género" se basa en una
interpretación neo-marxista de la historia. Comienza con la afirmación de Marx,
de que toda la historia es una lucha de clases, de opresor contra oprimido, en
una batalla que se resolverá solo cuando los oprimidos se percaten de su
situación, se alcen en revolución e impongan una dictadura de los oprimidos.
La sociedad será totalmente reconstruida y emergerá la sociedad sin clases,
libre de conflictos, que asegurará la paz y prosperidad utópicas para todos.
OLeary agrega que Frederick Engels fue quien sentó las bases de la unión entre
el marxismo y el feminismo. Para ello cita el libro "El Origen de la Familia, la
Propiedad y el Estado", escrito por el pensador alemán en 1884 en el que señala:
"El primer antagonismo de clases de la historia coincide con el desarrollo
del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en matrimonio monógamo, y la
primera opresión de una clase por otra, con la del sexo femenino por el
masculino" 9.
Según OLeary, los marxistas clásicos creían que el sistema de clases
desaparecería una vez que se eliminara la propiedad privada, se facilitara el
divorcio, se aceptara la ilegitimidad, se forzara la entrada de la mujer al
mercado laboral, se colocara a los niños en institutos de cuidado diario y se
eliminara la religión.
Sin embargo, para las "feministas de género", los marxistas fracasaron por
concentrarse en soluciones económicas sin atacar directamente a la familia, que
era la verdadera causa de las clases. En ese sentido, la feminista Shulamith
Firestone afirma la necesidad de destruir la diferencia de clases, más aún la
diferencia de sexos:
"Asegurar la eliminación de las clases sexuales requiere que la clase
subyugada (las mujeres) se alce en revolución y se apodere del control de la
reproducción; se restaure a la mujer la propiedad sobre sus propios cuerpos,
como también el control femenino de la fertilidad humana, incluyendo tanto las
nuevas tecnologías como todas las instituciones sociales de nacimiento y cuidado
de niños. Y así como la meta final de la revolución socialista era no sólo
acabar con el privilegio de la clase económica, sino con la distinción misma
entre clases económicas, la meta definitiva de la revolución feminista debe ser
igualmente -a diferencia del primer movimiento feminista- no simplemente acabar
con el privilegio masculino sino con la distinción de sexos misma: las
diferencias genitales entre los seres humanos ya no importarían culturalmente"10.
Cuando la Naturaleza estorba. Claro pues que para esta nueva "perspectiva de
género", la realidad de la naturaleza incomoda, estorba, y por tanto, debe
desaparecer. Al respecto, la propia Shulamith Firestone decía:
"Lo natural no es necesariamente un valor humano. La humanidad ha comenzado a
sobrepasar a la naturaleza; ya no podemos justificar la continuación de un
sistema discriminatorio de clases por sexos sobre la base de sus orígenes en la
Naturaleza. De hecho, por la sola razón de pragmatismo empieza a parecer que
debemos deshacernos de ella" 11.
Para los apasionados defensores del la "nueva perspectiva", no se deben hacer
distinciones porque cualquier diferencia es sospechosa, mala, ofensiva. Dicen
además que toda diferencia entre el hombre y la mujer es construcción social y
por consiguiente tiene que ser cambiada. Buscan establecer una igualdad total
entre hombre y mujer, sin considerar las naturales diferencias entre ambos,
especialmente las diferencias sexuales; más aún, relativizan la noción de sexo
de tal manera que, según ellos, no existirían dos sexos, sino más bien muchas
"orientaciones sexuales".
Así, los mencionados promotores del "género" no han visto mejor opción que
declararle la guerra a la naturaleza y a las opciones de la mujer. Según OLeary,
las "feministas de género" a menudo denigran el respeto por la mujer con la
misma vehemencia con que atacan el irrespeto, porque para ellas el "enemigo" es
la diferencia. Sin embargo, es evidente que no toda diferencia es mala ni mucho
menos irreal. Tanto el hombre como la mujer -creados a imagen y semejanza de
Dios- tienen sus propias particularidades naturales que deben ser puestas al
servicio del otro, para alcanzar un enriquecimiento mutuo. Esto, claro está, no
significa que los recursos personales de la femineidad sean menores que los
recursos de la masculinidad; simplemente significa que son diferentes.
En tal sentido, si aceptamos el hecho de que hombre y mujer son diferentes, una
diferencia estadística entre hombres y mujeres que participen en una actividad
en particular, podría ser más que una muestra de discriminación, el simple
reflejo de esas diferencias naturales entre hombre y mujer. No obstante, ante la
evidencia de que estas diferencias son naturales, los propulsores de la "nueva
perspectiva" no cuestionan sus planteamientos sino más bien atacan el concepto
de naturaleza.
Además, consideran que las diferencias de "género", que según ellos existen por
construcción social, fuerzan a la mujer a ser dependiente del hombre y por ello,
la libertad para la mujer consistirá, no en actuar sin restricciones indebidas,
sino en liberarse de "roles de género socialmente construidos". En ese sentido,
Ann Ferguson y Nancy Folbre afirman:
"Y las feministas deben hallar modos de apoyo para que la mujer identifique sus
intereses con la mujer, antes que con sus deberes personales hacia el hombre en
el contexto de la familia. Esto requiere establecer una cultura feminista
revolucionaria auto-definida de la mujer, que pueda sostener a la mujer,
ideológica y materialmente fuera del patriarcado. Las redes de soporte
contra-hegemónico material y cultural pueden proveer substitutos
mujer-identificados de la producción sexo-afectiva patriarcal, que proporcionen
a las mujeres mayor control sobre sus cuerpos, su tiempo de trabajo y su sentido
de sí mismas." 10.
Con dicho fin, Ferguson y Folbre diseñan 4 áreas claves de "ataque":
1) Reclamar apoyo económico oficial para el cuidado de niños y los derechos
reproductivos.
2) Reclamar libertad sexual, que incluye el derecho a la preferencia sexual
(derechos homosexuales/lesbianos).
3) El control feminista de la producción ideológica y cultural (es importante
porque la producción cultural afecta los fines, el sentido de sí mismo, las
redes sociales y la producción de redes de crianza y afecto, amistad y
parentesco social).
4) Establecer ayuda mutua: sistemas de apoyo económico a la mujer, desde redes
de identificación única con la mujer, hasta juntas de mujeres en los sindicatos
que luchen por los intereses femeninos en el trabajo asalariado.
13
Una buena excusa: La mujer
Luego de revisar la peculiar "agenda feminista", Dale OLeary evidencia que el
propósito de cada punto de la misma no es mejorar la situación de la mujer, sino
separar a la mujer del hombre y destruir la identificación de sus intereses con
los de sus familias. Asimismo, agrega la experta, el interés primordial del
feminismo radical nunca ha sido el de mejorar directamente la situación de la
mujer ni aumentar su libertad. Por el contrario, para las feministas radicales
activas, las mejoras menores pueden obstaculizar la revolución de clase
sexo/género. Esta afirmación es confirmada por la feminista Heidi Hartmann que
radicalmente afirma:
"La cuestión de la mujer nunca ha sido la cuestión feminista. Esta se dirige a
las causas de la desigualdad sexual entre hombres y mujeres, del dominio
masculino sobre la mujer" 14.
No en vano, durante la Conferencia de Pekín, la delegada canadiense Valerie
Raymond manifestó su empeño en que la cumbre de la mujer se abordara
paradójicamente "no como una conferencia de la mujer" sino que "los temas debían
enfocarse a través de una óptica de género". Así, dice OLeary, la "nueva
perspectiva" tiene como objeto propulsar la agenda
homosexual/lesbiana/bisexual/transexual, y no los intereses de las mujeres
comunes y corrientes.
Roles socialmente construidos
Para tratar este punto, tomemos la definición de "género" señalada en un volante
que fuera circulado en la Reunión del ComPrep (Comité Preparatorio de Pekín) por
partidarias de la perspectiva en cuestión. "Género se refiere a los roles y
responsabilidades de la mujer y del hombre que son determinados socialmente. El
género se relaciona a la forma en que se nos percibe y se espera que pensemos y
actuemos como mujeres y hombres, por la forma en que la sociedad está
organizada, no por nuestras diferencias biológicas".
Vale señalar que el término rol distorsiona la discusión. Siguiendo el estudio
de OLeary, el rol se define primariamente como: parte de una producción teatral
en la cual una persona, vestida especialmente y maquillada, representa un papel
de acuerdo a un libreto escrito. El uso del término rol o de la frase roles
desempeñados transmite necesariamente la sensación de algo artificial que se le
impone a la persona. Cuando se sustituye rol por otro vocablo -tal como
vocación-, se pone de manifiesto cómo el término rol afecta nuestra percepción
de identidad.
Vocación envuelve algo auténtico, no artificial, un llamado a ser lo que somos.
Respondemos a nuestra vocación a realizar nuestra naturaleza o a desarrollar
nuestros talentos y capacidades innatos. En ese sentido, por ejemplo, OLeary
destaca la vocación femenina a la maternidad, pues la maternidad no es un rol.
Cuando una madre concibe a un hijo, emprende una relación de por vida con otro
ser humano. Esta relación define a la mujer, le plantea ciertas
responsabilidades y afecta casi todos los aspectos de su vida. No está
representando el papel de madre; es una madre.
La cultura y la tradición ciertamente influyen sobre el modo en que la mujer
cumple con las responsabilidades de la maternidad, pero no crean madres, aclara
OLeary. Sin embargo, los promotores de la "perspectiva de género" insisten en
decir que toda relación o actividad de los seres humanos es resultado de una
"construcción social" que otorga al hombre una posición superior en la sociedad
y a la mujer una inferior. Según esta perspectiva, el progreso de la mujer
requiere que se libere a toda la sociedad de esta "construcción social", de modo
que el hombre y la mujer sean iguales. Para ello, las "feministas de género"
señalan la urgencia de "desconstruir estos roles socialmente construidos", que
según ellas, pueden ser divididos en tres categorías principalmente:
- Masculinidad y Feminidad. Consideran que el hombre y la mujer adultos son
construcciones sociales; que en realidad el ser humano nace sexualmente neutral
y que luego es socializado en hombre o mujer. Esta socialización, dicen, afecta
a la mujer negativa e injustamente. Por ello, las feministas proponen depurar la
educación y los medios de comunicación de todo estereotipo y de toda imagen
específica de género, para que los niños puedan crecer sin que se les exponga a
trabajos "sexo-específicos".
- Relaciones familiares: padre, madre, marido y mujer. Las feministas no sólo
pretenden que se sustituyan estos términos "género-específicos" por palabras
"género-neutrales", sino que aspiran a que no haya diferencias de conducta ni
responsabilidad entre el hombre y la mujer en la familia. Según Dale OLeary,
ésta es la categoría de "roles socialmente construidos" a la que las feministas
le atribuyen mayor importancia porque consideran que la experiencia de
relaciones "sexo-específicas" en la familia son la principal causa del sistema
de clases "sexo/géneros".
- Ocupaciones o profesiones. El tercer tipo de "roles socialmente construidos"
abarca las ocupaciones que una sociedad asigna a uno u otro sexo. Si bien las
tres categorías de "construcción social" ya podrían ser suficientes, el
repertorio de las "feministas de género" incluye una más: la reproducción humana
que, según dicen, también es determinada socialmente. Al respecto, Heidi
Hartmann afirma: "La forma en que se propaga la especie es determinada
socialmente. Si biológicamente la gente es sexualmente polimorfa y la sociedad
estuviera organizada de modo que se permitiera por igual toda forma de expresión
sexual, la reproducción sería resultado sólo de algunos encuentros sexuales: los
heterosexuales. La división estricta del trabajo por sexos, un invento social
común a toda sociedad conocida, crea dos géneros muy separados y la necesidad de
que el hombre y la mujer se junten por razones económicas. Contribuye así a
orientar sus exigencias sexuales hacia la realización heterosexual, y a asegurar
la reproducción biológica.
En sociedades más imaginativas, la reproducción biológica podría asegurarse con
otras técnicas." 15El objetivo:
desconstruir la sociedad Queda claro pues, que la meta de los promotores de la
"perspectiva de género", fuertemente presente en Pekín, es el llegar a una
sociedad sin clases de sexo. Para ello, proponen desconstruir el lenguaje, las
relaciones familiares, la reproducción, la sexualidad, la educación, la
religión, la cultura, entre otras cosas.
Al respecto, el material de trabajo del curso Re-Imagen del Género, dice lo
siguiente:
"El género implica clase, y la clase presupone desigualdad. Luchar más bien por
desconstruir el género llevará mucho más rápidamente a la meta. Bien, es una
cultura patriarcal y el género parece ser básico al patriarcado. Después de
todo, los hombres no gozarían del privilegio masculino si no hubiera hombres. Y
las mujeres no serían oprimidas sino existiera tal cosa como la mujer. Acabar
con el género es acabar con el patriarcado, como también con las muchas
injusticias perpetradas en nombre de la desigualdad entre los géneros"
16.
En tal sentido, Susan Moller Okin escribe un artículo en el que se lanzaa
pronosticar lo que para ella sería el "soñado futuro sin géneros:
"No habría presunciones sobre roles masculino o femenino; dar a luz estaría
conceptualmente tan distante de la crianza infantil, que sería motivo de asombro
que hombres y mujeres no fueran igualmente responsables de las áreas domésticas,
o que los hijos pasaran mucho más tiempo con uno de los padres que con el otro.
Sería un futuro en el que hombres y mujeres participen en número aproximadamente
igual en todas las esferas de la vida, desde el cuidado de los infantes hasta el
desempeño político de más alto nivel, incluyendo los más diversos tipos de
trabajo asalariado. Si hemos de guardar la más mínima lealtad a nuestros ideales
democráticos, es esencial distanciarnos del género& Parece innegable que la
disolución de roles de género contribuiría a promover la justicia en toda
nuestra sociedad, haciendo así de la familia un sitio mucho más apto para que
los hijos desarrollen un sentido de justicia" 17.
Para ello, también proponen la "desconstrucción de la educación" tal como se lee
en el discurso que la Presidenta de Islandia, Vigdis Finnbogadottir, diera en
una conferencia preparatoria a la Conferencia de Pekín organizada por el Consejo
Europeo en febrero de 1995. Para ella, así como para todos los demás defensores
de la "perspectiva de género", urge desconstruir no sólo la familia sino también
la educación.
Las niñas deben ser orientadas hacia áreas no tradicionales y no se las debe
exponer a la imagen de la mujer como esposa o madre, ni se les debe involucrar
en actividades femeninas tradicionales "La educación es una estrategia
importante para cambiar los prejuicios sobre los roles del hombre y la mujer en
la sociedad. La perspectiva del género debe integrarse en los programas. Deben
eliminarse los estereotipos en los textos escolares y conscientizar en este
sentido a los maestros, para asegurar así que niñas y niños hagan una selección
profesional informada, y no en base a tradiciones prejuiciadas sobre el género"18.
Para consultar el artículo completo:
Ideología de género: presentación
Ideología de género: Primer blanco, la Familia
Ideología de género: Ataque a la Religión
[1] Judith Butler, Gender Trouble: Feminism and the Subversion of
Identity, Routledge, New York, 1990, p. 6. regresar
[2] Véase el trabajo de Cristina Delgado, Reporte sobre la
Conferencia Regional de Mar de Plata, Argentina, en el que recoge diversas citas
de "feministas de género". regresar
[3] Allí mismo. regresar
[4] Adrienne Rich, "Compulsory Heterosexuality and Lesbian Existence",
Blood, Bread and Poetry, p. 27. regresar
[5] Allí mismo, p. 70. regresar
[6] Lucy Gilber y Paula Wesbster, "The Dangers of Feminity", Gender
Differences: Sociology of Biology?, p. 41. regresar
[7] Gender Outlaw, p. 115. regresar
[8] Entrevista a Christina Hoff Sommers en Faith and Freedom, 1994,
p. 2. regresar
[9] Frederick Engels, The Origin of the Family, Property and the
State, International Publishers, New York, 1972, pp. 65-66.
regresar
[10] Shulamith Firestone, The Dialectic of Sex, Bantam Books, New
York, 1970, p. 12. regresar
[11] Allí mismo, p. 10. regresar
[12] Ann Ferguson & Nancy Folbre, "The Unhappy Marriage of
Patriarch and Capitalism", Women and Revolution, p. 80.
regresar
[13]Allí mismo. regresar
[14] Heidi Harmann, "The Unhappy Marriage of Marxism and Feminism",
Women and Revolution, South End Press, Boston, 1981, p. 5.
regresar
[15] Allí mismo, p. 16. regresar
[16] Gender Outlaw, p. 115. regresar
[17] Susan Moller Okin, "Change the Family, Change the World", Utne
Reader, Marzo/Abril, 1990, p. 75. regresar
[18] Council of Europe, "Equality and Democracy: Utopia or
Challenge?", Palais delEurope, Strausbourg, Febrero 9-11, 1995, p. 38.
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