VIERNES DE LA SEMANA 14ª DEL TIEMPO ORDINARIO

 

1.- Gn 46, 1-7/28-30

1-1.

-"Dios dijo a Israel: Jacob, Jacob.

Respondió: Aquí estoy".

Oírse llamado por su nombre y contestar manifestando nuestra disponibilidad.

Es el resumen exacto de la fe, que es respuesta a una llamada. Dios tiene la iniciativa, pero ¿sabemos responderle? Cada instante nos aporta una llamada de Dios. Casi siempre hacemos oídos sordos.

-"No temas bajar a Egipto. Porque allí te convertiré en un pueblo numeroso. Yo bajará contigo a Egipto y yo te haré subir".

Si confiamos en Dios, también confiamos en el porvenir. La fe y el miedo al futuro. Hoy que vivir el presente. El porvenir está en manos del Padre.

No todo será color de rosa en esa aventura que empieza hoy. Pasados algunos siglos el viento de la historia habrá cambiado de rumbo y los descendientes de Jacob clamarán desde el fondo de su esclavitud (Ex 02, 23-24).

Entonces cumplirá Dios por medio de Moisés esta promesa. "Yo te haré subir".


1-2.

José, vendido como esclavo a los egipcios llegó a ser el primer visir del Faraón. Se dio a conocer a sus hermanos, venidos a mendigar trigo en unos años de hambre. Se lo perdonó todo y les pidió incluso que su padre Jacob se instalara en Egipto con toda su familia.

Toda esta historia se contaba de boca en boca en Israel, antes de quedar escrita. Todo un pueblo se consolidaba así con los recuerdos comunes... que explicaban el curso de la historia de Israel.

-Partió Jacob a Egipto con todo lo que poseía. Cuando llegó a Bersebá ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.

Esos nómadas que se desplazan todavía mucho, no llegan nunca a una etapa importante sin «ofrecer un sacrificio».

¿Procuramos también señalar así las etapas de nuestras vidas ?

-Dijo Dios a Jacob en visión nocturna: "¡Jacob! ¡Jacob!" Respondió: «¡Heme aquí!»

Oírse llamado por su nombre.

Contestar manifestando nuestra disponibilidad.

Es el resumen exacto de la fe, que es respuesta a una llamada, Dios tiene la iniciativa, pero ¿sabemos responderle? La relación a Dios por su parte es siempre abierta, ofrecida gratuitamente. Pero, a veces, hacemos oídos sordos. Gracia y Libertad. Don de Dios aceptado o rechazado. HOY todavía me llama Dios por mi nombre.

"Cada instante me aporta una llamada de Dios. ¿Cómo corresponderé a ella?"

-"No temas bajar a Egipto, porque allí te haré una gran nación. Yo bajaré contigo a Egipto, Yo mismo te subiré también y José te cerrará los ojos."

Es evidentemente una historia escrita a destiempo, cuando los hechos hubieron confirmado esa predicción.

Pero no es necesario ver milagros es esas «visiones» y esas «profecías». Todo ello pudo suceder también de modo muy natural, algo así como nos pasa también a nosotros en algunas etapas importantes de nuestra vida en que «confiamos en Dios, confiando en el porvenir»: ¡esto es propiamente la esperanza!

Señor, líbranos de la obsesión del miedo al futuro. «Bastará a cada día su trabajo», dirá Jesús. Hay que vivir al día. El porvenir está en manos del Padre. «Estoy contigo», decía el Señor a Jacob. ¿Creo yo profundamente que Dios está conmigo?

-Y Jacob marchó a Egipto con toda su familia.

Sabemos que no todo será color de rosa en esa aventura que empieza hoy. Pasados algunos siglos el viento de la historia habrá cambiado de rumbo y los descendientes de Jacob clamarán desde el fondo de su servidumbre (Éxodo 2, 23-24). Entonces será preciso que Dios vuelva a intervenir, esta vez por medio de Moisés, para sacar a su pueblo de la esclavitud.

«Basta a cada día su trabajo.»

De nada sirve vivir "ayer" o «mañana», hay que vivir «hoy». «El mañana se preocupará de sí mismo.» (Mateo 6, 34)

-José salió al encuentro de su padre y viéndole se echó a su cuello, le abrazó y lloró largamente.

En filigrana, tras las «historias» del Antiguo Testamento, se perfilan ya otras del Nuevo.

José vendido por sus hermanos, a quienes salva luego, prefigura a Jesús.

Los reencuentros del hijo con su padre, prefiguran la aventura de los hombres reconciliados con su Padre.

Sigue la alegría al sufrimiento: es ya una cierta «pascua».

NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 5
PRIMERAS LECTURAS PARA EL TIEMPO ORDINARIO
DE LOS AÑO IMPARES
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 172 s.


2.- Os 14, 2-10 

2-1.

VER VIERNES DE LA SEMANA TERCERA DE CUARESMA


3.- Mt 10, 16-23

3-1.

Finalmente, Jesús recuerda que la lucha del discípulo contra el mal está en desventaja: "Os envío como ovejas en medio de lobos".

El discípulo es pobre y está inerme; sólo es rico en fe en la validez de su anuncio. La misión exige un ambiente de debilidad; pero la debilidad la colma la presencia del Señor (28,20). Parece que Dios exige un ambiente de debilidad para forzar al discípulo a la fe y para quitarle, a él y a los demás, cualquier ilusión: es Dios el que obra; no los hombres.

Pero la debilidad no es presunción, ligereza, superficialidad e ingenuidad. Simples y prudentes, son las palabras de Cristo. La simplicidad es lealtad, transpariencia, confianza en la verdad y, por tanto, rechazo de cualquier subterfugio y de todo medio de violencia, la prudencia es la capacidad (y la humildad) de valorar las situaciones concretas. Pero se trata siempre, por supuesto, de la prudencia de Cristo, no de la prudencia del mundo, basada en cálculos cínicos, diplomacia y compromisos, siempre en busca de una salvación propia.

BRUNO MAGGIONI
EL RELATO DE MATEO
EDIC. PAULINAS/MADRID 1982.Pág. 107


3-2.

-Mirad que Yo os mando como ovejas entre lobos.

Los apóstoles están bien advertidos: parecen entregados, mansos y sin defensa -ovejas-, a la brutalidad y a la fuerza de sus adversarios -lobos-.

El Reino de Dios se revela en la debilidad de Jesús y de sus mensajeros. San Pablo dirá también que "la fortaleza de Dios encuentra su cumplimiento en la debilidad" (II Corintios 12, 9). Toda la historia de la Iglesia confirma esta verdad. Son los pequeños y los humildes los que han hecho las mayores obras. Bernardita Soubirous era la más débil en Lourdes cuando Dios la escogió para que transmitiera el mensaje de la Virgen.

¿Creo verdaderamente que la fuerza de Dios es capaz de hacer grandes cosas en mi debilidad?

-Sed cautos como serpientes e ingenuos como palomas.

Jesús toma sus comparaciones del mundo animal.

Anuncia la persecución a sus apóstoles, pero les pide que no se expongan inoportunamente: Jesús nos pide que seamos "cautos", es decir inteligentes, hábiles, finos, como serpientes...

Sin embargo hemos de conservar la "ingenuidad" es decir la "candidez", la simplicidad, sin disimulo, sin segunda intención, como palomas...

Es preciso que se perciba que los mensajeros del evangelio sólo se ocupan de Dios y no buscan su propio provecho.

-Os llevarán a los tribunales... os conducirán ante gobernadores y reyes por mi causa, así daréis testimonio ante ellos.

Jesús no esconde la verdad a sus apóstoles: el evangelio provoca a veces, la oposición y la persecución.

Esto no espanta a Jesús. Nos pide de mantenernos valientes, como El.

El mismo fue acusado ante el tribunal de Pilato.

-No os preocupéis por lo que vais a decir; será el Espíritu de vuestro Padre quien hable por vuestro medio.

Los apóstoles no han de inquietarse. No han de contar sólo con su propia inteligencia. para encontrar las palabras oportunas: hay "en ellos" el espíritu de Dios, que "habita en nuestros corazones".

Permanezco un rato en silencio para pensar en este Espíritu que habita "en mí"...

Ayúdanos, Señor, a escucharte y a ser dóciles.

-Todos os odiarán por causa mía; pero quien resista hasta el final, se salvará.

La oposición y la persecución vienen, a veces, de la propia familia: "un hermano entregará a su hermano y un padre a su hijo..." El odio puede nacer en todas partes. Jesús nos sugiere una sola solución: ¡"aguantar"! ¡permanecer fieles! Conservar la firmeza y el valor, contra toda decepción, contra toda oposición y contra todo fracaso. Lo que cuenta, es la salvación eterna, "salvarse"... y saber que Jesús está con nosotros.

-"Os aseguro que no... antes que vuelva el Hijo del hombre." Jesús nos promete que "viene", que le veremos, que viviremos con El. En la oscuridad del fracaso estamos seguros de esto: Jesús vendrá con toda certeza y salvará a los suyos. "No te prometo de ser dichosa en este mundo sino en el otro~, decía María a Santa Bernardita.

NOEL QUESSON
PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 2
EVANG. DE PENTECOSTES A ADVIENTO
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 64 s.


3-3.

CUANDO LA FE NO SE VISTE DE PROFECÍA SE CUBRE DE VERGÜENZA

En aquel tiempo dijo Jesús a sus apóstoles: «No os fiéis de la gente: porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles.

Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis; en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra los padres, y los matarán. Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará».

Ser. cristiano es fruto de un conocimiento conceptual y experiencial de Cristo. Se trata de conocer y creer en sus palabras y, además, ponerlas en práctica llevando el mismo estilo de vida que él llevó. O aceptamos correr su misma suerte viviendo lo que sabemos y creemos o no nos llamemos ni consideremos cristianos.

Nuestra fe es profética por naturaleza. El profetismo es un aspecto constitutivo del cristianismo. Desde la experiencia de fe hay que anunciar el Reino de Dios en este mundo y denunciar cuanto lo impide o dificulta. Si la fe cristiana deja de ser profética pasará a ser vergonzante. Si callamos ante la injusticia, la opresión o el pecado por no complicarnos la existencia, viviremos un cristianismo acomodaticio y falso.

Si optamos por Dios en favor de los hombres entraremos en conflicto con los poderes políticos o ideológicos que los subyugan y esclavizan y entonces la persecución, la incomprensión y toda serie de calamidades se nos vendrán encima.

Jesús anuncia la imposibilidad de vivir auténticamente la fe sin un compromiso personal contra toda suerte de pecado. Recomienda prudencia y promete asistencia del Espíritu que anima la vida del creyente y advierte que desde la fortaleza/valentía se superarán las dificultades.

Las guerras en nombre de Dios han de ser vividas en voz pasiva, nunca en activa. Somos los cristianos los que seremos perseguidos, nunca perseguidores.

Cuando se mata en nombre de Dios se engendra ateísmo, cuando se muere engendramos cristianismo. Mirémonos en el espejo de la historia para no cometer los mismos errores del pasado.

BENJAMIN OLTRA COLOMER
SER COMO DIOS MANDA
Una lectura pragmática de San Mateo
EDICEP. VALENCIA-1995. Págs. 62-63


3-4.

1. (Año I) Génesis 46,1-7.28-30

a) José no sólo perdona a sus hermanos, sino que les encarga que traigan a su padre a Egipto.

La escena es significativa: Jacob, con sus hijos y nietos, y con sus posesione., emigra a Egipto. Es el inicio de una estancia del pueblo elegido en tierra extraña, que tendrá su viaje de vuelta en el éxodo, cuatro siglos después, cuando, guiados por Moisés, salgan de Egipto y peregrinen hacia la tierra prometida.

En las palabras de ánimo que Dios dirige al anciano Jacob ya se asegura la vuelta: «no temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en un pueblo numeroso: yo bajaré contigo y yo te haré subir».

Es emocionante la escena del encuentro de Jacob con su hijo José, después de tantos años de darlo por perdido. Toda la familia se instala en la región de Gosén.

b) En nuestra vida, hay muchos viajes de ida y vuelta.

Como Abrahán, que sale de su tierra de Ur, como José que es llevado contra su voluntad a Egipto, como Jacob y su familia que emigran buscando mejores condiciones de vida, todos podemos ser un poco peregrinos en la vida y emigrantes, viajeros de éxodos que no esperábamos. La vida da muchas vueltas y, a veces, nos hace madurar por caminos que, a primera vista, no nos parecen muy agradables.

Ojalá tengamos la seguridad, como Jacob y José, de que Dios está siempre con nosotros. Estemos en tierra propia o en tierra extraña: «yo bajaré contigo a Egipto y yo te haré subir». Igual que José interpretaba que era Dios el que había permitido que él pasara por la amarga experiencia de ser vendido como esclavo, para sacar también de eso un gran bien para todos. Pase lo que pase a cada persona, y también a la humanidad y a la Iglesia, Dios sigue con sus planes: «yo te convertiré en pueblo numeroso».

El salmo nos invita, una vez más, a hacer el bien y a tener confianza en Dios, que nos sigue en todos nuestros «viajes» con cercanía de padre: «Confía en el Señor y haz el bien... el Señor vela por los días de los buenos... apártate del mal y haz el bien, porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles... el Señor es quien salva a los justos, los protege y los libra».

1. (Año II) Oseas 14,2-10

a) Terminamos la lectura del profeta Oseas con perspectivas de esperanza y reconciliación. La página de hoy es como el guión de una celebración penitencial, con un diálogo entre el pueblo, que se arrepiente, y Dios, que le perdona y le promete volver a empezar de nuevo su relación de mutuo amor y fidelidad.

La iniciativa, como siempre, la tiene Dios, ofreciendo su perdón: «Israel, conviértete al Señor Dios tuyo... Yo curaré sus extravíos, los amaré sin que lo merezcan... seré rocío para Israel... brotarán sus vástagos...yo soy ciprés frondoso, de mí proceden tus frutos».

El pueblo aprende la lección y se vuelve arrepentido hacia Dios: «perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios». Como el pecado había sido poner su confianza en alianzas humanas y militares, el pueblo le dice a Dios humildemente: «No nos salvará Asiria, no montaremos a caballo». Y promete rechazar, en adelante, toda idolatría: «no volveremos a llamar dios a la obra de nuestras manos».

b)Hay momentos en que nos volvemos llenos de sincera humildad hacia Dios, reconocemos nuestro pecado y le pedimos perdón.

El salmo 50, el «miserere», nos educa en la actitud justa: «misericordia, Dios mío, por tu bondad... Iava del todo mi delito, limpia mi pecado... oh Dios, crea en mí un corazón puro, devuélveme la alegría de tu salvación».

Ésta debe ser nuestra actitud en los días de retiro, o cuando celebramos el sacramento de la Reconciliación, y también al principio de la misa con el acto penitencial, o los viernes cuando en Laudes rezamos este salmo 50, y otras muchas veces en que, sinceramente, a la luz de la Palabra de Dios, nos reconocemos culpables.

Tendríamos que hacer el propósito: «no volveremos a llamar dios a la obra de nuestras manos». O sea, romper con toda idolatría en nuestra vida, cambiar nuestro corazón, aceptar el amor de Dios y su mano tendida en señal de reconciliación. Será la mayor alegría que le podemos dar. La alegría que describía Jesús hablando del pastor que recupera la oveja perdida, o del padre que recobra a su hijo, o de la mujer que encuentra lo que había perdido.

2. Mateo 10,16-23

a) En el discurso misionero, Jesús anuncia a los suyos que tendrán dificultades y persecuciones.

Las comparaciones están tomadas ahora de la vida de los animales: lobos y ovejas, serpientes y palomas. Conscientes de que serán perseguidos, les recomienda estas dos cualidades: la sagacidad de las serpientes (para saber discernir la presencia de los lobos y no provocar inútilmente a los opositores) y la sencillez de las palomas (sin doblez ni complicaciones).

Seguros de que, a pesar de todas las precauciones, los llevarán ante los tribunales y los odiarán y hasta los matarán. Jesús les invita a confiar en la ayuda de Dios: el Espíritu Santo estará a su lado y les dará su luz y su fuerza.

b) Cuando Mateo escribió su evangelio, la comunidad cristiana ya sabía mucho de persecuciones y excomuniones y hasta de martirios.

El Libro de los Hechos nos lo atestigua abundantemente. Basta recordar el martirio de Santiago y Esteban, así como la historia de los dos grandes héroes de la primera generación, Pedro y Pablo.

A lo largo de la historia, la comunidad de Cristo ha seguido padeciendo problemas internos y externos. Ya se lo había avisado Jesús. También en el mundo de hoy, anunciar el evangelio nos expone a malentendidos y reacciones contrarias. El martirio -el testimonio hasta la muerte- sigue siendo actual. Se repiten los casos, sobre todo en países de misión, o allí donde cristianos valientes denuncian atropellos e injusticias.

Pero esto no nos tiene que desanimar, ni hacernos cejar en nuestro empeño evangelizador. «Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra». Lo importante es seguir anunciando a todos el amor de Dios. Si no es de un modo, será de otro. Si estamos convencidos nosotros mismos de que la salvación está en Cristo y en el estilo de vida que nos propone, ya encontraremos el lugar y el modo de comunicarla a los demás. Con prudencia y, al mismo tiempo, con sencillez. Ayudados por el Espíritu de Dios. Tenemos trabajo hasta el fin del mundo, hasta la vuelta del Señor. Y «el que persevere hasta el final, se salvará».

«Yo bajaré contigo a Egipto y yo te haré subir» (1ª lectura I)

«Confía en el Señor y haz el bien» (salmo I)

«No volveremos a llamar dios a la obra de nuestras manos» (1ª lectura II)

«El que persevere hasta el final, se salvará» (evangelio)

J. ALDAZABAL
ENSÉÑAME TUS CAMINOS 5
Tiempo Ordinario. Semanas 10-21
Barcelona 1997. Págs. 131-134


3-5.

Os 14, 2-10 : Clamor y respuesta

Mt 10, 16-23 : Perseguidos por causa de Jesús

Jesús prosigue su enseñanza advirtiendo a sus discípulos sobre las dificultades que encontrarán en su misión. Estas dificultades no serán un obstáculo sino una significativa oportunidad para dar testimonio de él. La adversidad del mundo con sus autoridades y aparato legal no oculta la verdad de Jesús sino que la pone en evidencia: lo más importante es la vida del ser humano.

Para comunicar ese testimonio no será necesario una vasta preparación intelectual, sino, ante todo, una profunda experiencia de Jesús. El discípulo actuará como un profeta y de su boca saldrán palabras inspiradas por el Espíritu. Su mensaje no estará a favor de sí mismo sino a favor del proyecto de Jesús: el Reino de Dios. De modo que el testimonio no va a ser nunca publicidad de sí mismos ni del grupo religioso ni de los intereses particulares.

El testimonio no dejará impávidos a quienes lo escuchen. La reacción negativa será inmediata, pues las palabras del Espíritu cuestionarán las injusticias del orden vigente. El testimonio divide a los que están a favor del Reino de los que están a favor del lucro. Por eso, no importará si son amigos o parientes quienes se sienten cuestionados por la Palabra. Esta sacará la verdad a la luz: con Jesús o contra él, a favor del proyecto de vida o contra él.

El discípulo que se mantenga fiel a Jesús optará por la vida y, así, se salvará. La fidelidad al Reino evidencia el conflicto que produce en la sociedad, familia y comunidad el llamado de Dios a la solidaridad. La opción que tomemos ahora entre el proyecto de vida de Dios y los intereses de una mentalidad explotadora, decidirá la salvación futura. Lo que hoy hacemos nos pone de parte de Jesús o contra él.

SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO


3-6.

Gn 46, 1-7 y 28-30: Ya he visto tu rostro

Sal 36

Mt 10, 16-23: Prudentes y sencillos

Jesús advierte a sus discípulos las consecuencias de la práctica por el Reino de Dios. La descripción de los suplicios de los cuales serán víctimas, son seguramente datos post-pascuales acuñados por los primeros cristianos perseguidos, pero que sin duda, se fundamentan en el recuerdo de palabras de Jesús acerca del costo que demanda la práctica en favor de la vida del pobre, del marginado y explotado.

Es clara la suerte que deben correr los enviados en su nueva misión (vv. 21-23). Estén atentos, los hombres los perseguirán por mi causa, dice Jesús. Por eso, en el momento de la predicación es cuando recibirán el don del Espíritu que hablará por ellos para dar testimonio de sus palabras. De esta manera, es predecible el conflicto que conlleva pretender instaurar el orden nuevo de cosas en contra de las viejas instituciones de Israel, que no se quedarán quietas, sino que se enfrentarán a la novedosa propuesta del Reino de Dios. El seguimiento de Jesús es ruptura (división) con el orden antiguo, viciado y desviado del proyecto de Yahveh.

Esta nueva propuesta, abierta contra toda desesperanza, es inminente realizarse en la mente de Jesús, quien está seguro que será tangible durante su existencia terrena, indicando el fin del tiempo de la ley y de la institución que representa: el templo, símbolo de todas las estructuras que manejan ventajosamente el poder en la nación; y el cumplimiento de la era escatológica en que Dios renacerá por su Mesías.

Así pues, Latinoamérica se constituye como lugar propicio para leer el evangelio y retomar la práctica liberadora de Jesús por la defensa de la vida. La cruda realidad de marginalidad de nuestros pueblos nos exige anunciar proféticamente el Reino de Dios, rescatando a tantos hombres y mujeres que viven en la miseria y la indignidad; encadenados a estructuras sociales y económicas que generan la miseria de nuestros pueblos que se debaten entre la vida y la muerte. Estamos llamados a ponernos en camino, en medio de las amenazas, persecuciones y el temor por perder la propia vida, y anunciemos el Reino de Dios, denunciando toda injusticia y acompañando al pueblo en la alternativa de construir una nueva sociedad.

SERVICIO BIBLICO LATINOAMERICANO


3-7. CLARETIANOS 2002

El evangelio de hoy parece un informe policial acerca de las persecuciones que experimentaron los primeros cristianos, aunque, a decir verdad, un informe policial jamás encontraría la clave desde la que los discípulos de Cristo afrontaban esa difícil situación.

¿Cuál es esa clave? ¡La ayuda del Espíritu! El evangelio lo dice con claridad: "No seréis vosotros los que habléis. El Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros". La misión no es un asunto nuestro. No estamos llamados a convertirnos en abogados defensores de Dios, como si fuéramos su guardia pretoriana. Las riendas de la historia, incluso en los momentos más sombríos, más opacos, las lleva el Espíritu.

De aquí se derivan tres actitudes para afrontar el tiempo presente: la confianza, la sagacidad y la sencillez. La confianza es la más importante.

Constituye el sustrato de las otras dos. Significa creer que Dios quiere a la humanidad y no la abandona a su suerte, que todas las cruces esconden el germen de la resurrección, que el amor no puede ser derrotado.
La sagacidad nos ayuda a vivir con los ojos abiertos, para distinguir el bien del mal, para no dejarnos embaucar, para no confundir la palabra de Dios con las muchas palabras vanas que nos inundan cada día. Es la virtud de los inteligentes, de los que no se contentan con las apariencias sino que han aprendido a "leer por dentro" (intus-legere).

La sencillez es patrimonio de los humildes y buenos, de los que no enmascaran la verdad, de los que tienen un corazón limpio para entender las cosas de Dios: "Te doy gracias, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a los sencillos".

Gonzalo Fernández , cmf (gonzalo@claret.org)


3-8. COMENTARIO 1

v. 16: Mirad que yo os mando como ovejas entre lobos: por tanto, sed cautos como serpientes e ingenuos como palomas.

. La situación de los discípulos en medio de la sociedad será como la de hombres inermes ante enemigos despiadados. Así como la perícopa anterior trataba de la actitud de los discípulos y su trabajo por la paz (cf. 5,3.7-10), en ésta se describe la persecución de que van a ser objeto (5,10). El programa de las bienaventuran­zas se verifica en la vida del discípulo. La actitud de éstos ante la sociedad hostil es, por una parte, de prudencia y cautela, sin meterse en la boca del lobo; por otra, de ingenuidad y sencillez, sin ser intrigantes ni retorcidos (16). Jesús desarrolla el aspecto de la cautela: no fiarse de cualquiera, porque hay muchos dispues­tos a traicionarlos y entregarlos a los tribunales. Es un aviso equi­valente al dado en 7,6. No tienen por qué manifestar a cualquiera el contenido del mensaje que llevan. La sociedad no tolera ese mensaje, que pone en cuestión sus mismos cimientos.

vv. 17-20: Pero tened cuidado con la gente, porque os lle­varán a los tribunales, os azotarán en sus sinagogas 18y os conducirán ante gobernadores y reyes por mi causa, como prueba contra ellos y contra los paganos. 19Cuando os entreguen no os preocupéis por lo que vais a decir o por cómo lo diréis, pues lo que tenéis que decir se os inspirará en aquel momento; 20porque no seréis vosotros los que habléis, será el Espíritu de vuestro Padre quien hable por vuestro medio.

De ahí la acción de los tribunales, lo mismo judíos que paganos, que será la prueba de su injusticia. En esta circunstancia difícil no deben preocuparse de lo que van a declarar ante el tribunal, pues tendrán una ayuda particular del Padre por medio del Espíritu. Se verificará lo anunciado en la bienaventuranza sobre la persecución (5,10); el rey de los perseguidos es el Padre, y su amor no les faltará un momento.

vv.21-22: Un hermano entregará a su hermano a la muerte, y un padre a su hijo; se levantarán en el juicio hijos contra padres y los harán morir, 22y seréis odiados de todos por razón de mi persona; pero aquel que resista hasta el final, ése se salvará.

El mensaje causará divisiones tre­mendas en la misma familia. Unos delatarán a otros, y harán que sean condenados a muerte. La sociedad no soportará a los discípulos. La salvación está en mantenerse firmes hasta el final. Para el discípulo, esta clase de muerte no es un fracaso, sino un éxito que corona toda su vida.

v. 23: Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra, por­que os aseguro que no habréis acabado con las ciudades de Israel antes que vuelva el Hijo del hombre.

Si se encuentran perseguidos en una ciudad, deben huir a otra. No faltarán ciudades antes de «la llegada del Hijo del Hombre».


COMENTARIO 2

Es clara la suerte que deben correr los enviados en su nueva misión (vv. 21-23). Estén atentos, los hombres los perseguirán por mi causa, dice Jesús. Por eso, en el momento de la predicación es cuando recibirán el don del Espíritu que hablará por ellos para dar testimonio de sus palabras. De esta manera, es predecible el conflicto que conlleva pretender instaurar el orden nuevo de cosas en contra de las viejas instituciones de Israel, que no se quedarán quietas, sino que se enfrentarán a la novedosa propuesta del Reino de Dios. El seguimiento de Jesús es ruptura (división) con el orden antiguo, viciado y desviado del proyecto de Yahveh

Esta nueva propuesta, lanzada contra toda desesperanza, es inminente como realización en la mente de Jesús, quien está seguro que será tangible durante su existencia terrena, indicando el fin del tiempo de la ley y de la institución que representa: el templo, símbolo de todas las estructuras que manejan ventajosamente el poder en la nación; y el cumplimiento de la era escatológica en que Dios renacerá por su Mesías.

Latinoamérica se constituye como lugar propicio para leer el evangelio y retomar la práctica liberadora de Jesús por la defensa de la vida. La cruda realidad de marginalidad de nuestros pueblos nos exige anunciar proféticamente el Reino de Dios, rescatando a tantos hombres y mujeres que viven en la miseria y la indignidad; encadenados a estructuras sociales y económicas que generan la miseria de nuestros pueblos que se debaten entre la vida y la muerte. Estamos llamados a ponernos en camino en medio de las amenazas, persecuciones y el temor por perder la propia vida, a anunciar el Reino de Dios, denunciando toda injusticia y acompañando al pueblo en la alternativa de construir una nueva sociedad

1. J. Mateos-F. Camacho, El evangelio de Mateo. Lectura comentada, Ediciones Cristiandad, Madrid

2. Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)


3-9. 2002

El trabajo por la paz encontrará siempre la oposición de una sociedad autosatisfecha en su falsa paz y que se resiste a las transformaciones que exige aquella tarea.

De ahí la condición de los enviados en medio de la sociedad humana del tiempo de Jesús y del evangelista y también en toda sociedad estructurada a partir del egoísmo humano. El discípulo frente a esas sociedades se sitúa como oveja frente a lobos. Su condición será siempre la de presentarse sin armas, indefenso frente a quienes han hecho del uso de la fuerza su única razón. Esta indefensión es condición inherente a la condición del discípulo de Jesús.

En una situación así descripta, el discípulo deberá asumir la cautela necesaria para enfrentar la vida en medio de este mundo hostil y deberá revestirse de una confianza a toda prueba en la asistencia de Dios a su actuación.

Lo primero que se requiere es la sencillez de comportamiento unida a la prudencia. Para esta enseñanza se toman como referencia las actitudes respectivas típicas de palomas y serpientes. Estas son las condiciones con que deberán salir al paso de las dificultades originadas por la delación y la denuncia que los obligarán a comparecer ante el poder civil y el poder religioso.

Frente al poder imperial romano, las comunidades de Mateo conocen la persecución de los paganos, en cuyo tribunales deben presentarse frecuentemente. También conocen los castigos sinagogales que la dirigencia farisea inflige a los que se separan de su interpretación religiosa. Sin embargo este conjunto de dificultades sirve para la difusión del mensaje. Es una ocasión para el anuncio de los valores evangélicos ante las autoridades y ante todos los hombres.

Esa comprensión de la persecución como oportunidad de difusión del mensaje debe estar acompañada en los discípulos de una confianza inquebrantable en Dios, que es la fuente del mensaje y que está comprometido en su difusión. Esta confianza inquebrantable les ayudará a superar toda angustia y todo cálculo humano de defensa ya que el mismo Dios comunicará su fuerza para poder demostrar la injusticia de los adversarios.

El rechazo social a los valores proclamados por los mensajeros, causará divisiones en el círculo más íntimo de éstos. La división afectará el ámbito de la propia familia que compartirá el rechazo de la sociedad y hará causa común con ésta recurriendo a la delación y causando la muerte de los enviados.

El odio será la reacción más común que encontrarán los discípulos de Jesús porque su mensaje no deja indiferente a nadie. Este contexto de decisión última por o en contra de Jesús es el ámbito en que se desarrolla siempre la tarea evangélica.

Ante esta situación se hace un último llamado de atención que, es a la vez, una palabra de seguridad y consuelo: el que perseverare hasta el fin se salvará. La persecución y la muerte no pueden triunfar sobre el Mensaje evangélico y sobre todos aquellos que se han comprometido con él.

Los valores evangélicos siempre suscitan oposición en el ámbito que se proclaman. Sus mensajeros no pueden retroceder ante esas oposiciones ni entrar en compromisos para suavizar su contenido. La prudencia, pero también, el coraje y la confianza absoluta en la obra encomendada deben ser propias de los seguidores de Jesús.

Diario Bíblico. Cicla (Confederación Internacional Claretiana de Latinoamérica)


3-10. Viernes 11 de julio de 2003
Benito

Gen 46, 1-7.28-30: Jacob va a Egipto a ver a José
Salmo responsorial: 36, 3-4.18-19.27.28.39-40
Mt 10, 16-23: No hablarán ustedes, sino el Espíritu

Texto: “Los envío como ovejas en medio de lobos”

Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes. El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes que llegue el Hijo del hombre.

Comentario

Los predicadores del Evangelio, deben esperar para ellos la misma suerte de su Señor. “Lobos”, “entrega”, “azotes”, “conducidos ante gobernadores y reyes”, “entregados a la muerte”, “serán odiados”, “perseguidos”... Ciertamente los anuncios son duros. Por ello se invita a una serie de actitudes: “prudencia”, “sencillez”, “testimonio”, “no preocuparse”, “perseverancia”, e incluso “huir”. Y tienen garantizada la presencia del “Espíritu del Padre” que hablará por ellos en el juicio.

Como es de esperar en Mateo, los perseguidores están relacionados a Israel: “sinagogas y sanedrines”, “azotes” (los 39 azotes). Es interesante notar el cambio que opera Mt al texto de Mc: en éste el acento está en que se debe predicar “a todas las naciones”. En cambio, Mt señala que el testimonio (martirio) de los perseguidos es “para ellos” (los judíos) y “para las naciones” (los no judíos). Cuando se compone el Evangelio de Mateo, la comunidad cristiana tiene serias dificultades con la comunidad judía, y el principal conflicto entre ellos es saber quién es el verdaderamente fiel a Dios, quién es el pueblo fiel. “La dirigencia de Israel es la principal responsable del crimen del Nazareno, son hipócritas, y la sangre del crucificado cae sobre ellos”; así lo ve Mateo (ciertamente los judíos lo ven de un modo muy diferente). Siendo, como es, “responsable de la muerte de Jesús”, el pueblo judío será también responsable de su actitud hacia la comunidad cristiana. “Si los judíos persiguieron, juzgaron, condenaron y mataron a Jesús, lo mismo harán con los cristianos”. La referencia a “gobernadores y reyes” parece referir probablemente a Jesús, en ese caso, lo que ocurre a los cristianos de la comunidad de Mateo (sinagogas y sanedrines) es continuación de lo que ocurrió a Jesús (reyes y gobernadores).

El esquema de la persecución es judicial: se supone a los discípulos ante tribunales, como el mismo Jesús. Es interesante que ideas muy semejantes, e incluso idénticas se repiten al final del Evangelio, terminando con la misma idea: “el que persevere hasta el fin, se salvará” (24,9-14). Como en Marcos, este último texto aparece en el discurso final. Pero Mt lo ha adelantado poniéndolo también aquí; el discurso conclusivo (“escatológico”) relaciona el fin de los tiempos de Jesús, con el fin de los tiempos de Israel. Lo que ha hecho Mt en este caso es relacionar esto con el futuro, la casi segura persecución de los cristianos (aunque en tiempos de Mateo ya era algo que se experimentaba).

Ciertamente las persecuciones que esperan a los seguidores de Jesús (“en mi nombre”) son anticipo de los tiempos finales y definitivos (escatológicos). El principio de la predicación de la Iglesia es ya parte de los tiempos finales. El martirio no es sino confirmación de esto. Los cristianos, continuadores de Jesús, deben continuar su palabra y obra. Los adversarios, continuadores de la obra del “anti-Reino” serán siempre opositores de la obra de Dios. Y los testigos (mártires), continuadores de la predicación, persecución y muerte de Jesús, son -lógicamente- seguidores del camino abierto con la resurrección.

El último versículo presenta varias dificultades, especialmente con respecto a su origen (¿es un texto que se remonta a Jesús? ¿es de la fuente que usa el Evangelista? ¿es propio de Mt?). Más allá de esta cuestión, lo importante es que el Jesús de Mateo pretende comunicar aliento a la comunidad perseguida. ¿A qué se refiere con la llegada del Hijo del hombre? ¿a la caída de Jerusalén? ¿a la resurrección de Jesús? ¿a Pentecostés? ¿a la venida del Reino? Sea como fuere, la comunidad de Mateo no debe olvidar que también a los judíos, aunque tengan una actitud belicosa con la comunidad cristiana, también a ellos se debe predicar el Reino.

Reflexión:

Mateo sabe adaptar a su tiempo y sus destinatarios el mensaje de Jesús. El Señor había invitado a sus seguidores a continuar su predicación, pero esto, en tiempos de Mateo tenía “otro color”. Como al mismo Maestro, los judíos los rechazaban, y denunciaban. Eran hermanos que entregaban a hermanos. Predicar a Jesús suponía entrar en conflicto con los mismos que lo habían matado, y la muerte de los cristianos -o ser sometidos a juicio- no era algo lejano. Mateo sabe mostrar a sus compañeros que los seguidores de Jesús deben esperar correr su misma suerte.

Claro que eso no supone el masoquismo de buscar y desear seguir esa suerte. Lo que se debe desear es predicar el Reino; por eso propone, si es necesario, huir; hacen falta predicadores, fieles no mártires; aunque si llegara el momento debamos dar testimonio -con la vida y con la muerte- de ese reino que predicamos.

Ciertamente algunas cosas han cambiado: hoy no son sanedrines y sinagogas, pero siempre hay poderes con los que se enfrenta el mensaje del Evangelio: el poder político, el poder del dinero, el poder de la muerte. Precisamente este poder no soporta que se predique un mundo diferente, donde reine la gratuidad, la fraternidad, la solidaridad. Si hubiera gratuidad el mercado se derrumbaría, si hubiera solidaridad la competencia quebraría, si hubiera fraternidad se derretiría el muro nuevo edificado sobre el egoísmo. “¡¡¡Si los hubiera...!!!”

Quizá debamos preguntarnos -frente a una sociedad armada sobre esos anti-valores- ¿por qué no molesta a los poderes la comunidad cristiana? ¿Habremos perdido la capacidad de ser levadura? ¿Habremos perdido la fuerza del testimonio? o ¿habremos domesticado el mensaje del Evangelio? ¿Somos ovejas en medio de lobos o nos hemos mimetizado con la jauría?

SERVICIO BÍBLICO LATINOAMERICANO


3-11. ACI DIGITAL 2003

16. Como ovejas en medio de lobos: He aquí el sello que nos permite en todos los tiempos reconocer a los discípulos. Un humilde predicador, atacado por un poderoso que defendía el brillo mundano de sus posiciones sacudidas por la elocuencia del Evangelio, se limitó a dar esta respuesta: "Una sola cosa me interesa en este caso, y es que Jesús no vea en mí al lobo sino al cordero". Como las serpientes: Entre los pueblos de Oriente la serpiente era símbolo de la prudencia y de las ciencias ocultas. Nótese, con S. Gregorio Magno, que el Señor recomienda la unión de la prudencia con la sencillez. Esta para con Dios y aquélla para con los hombres, como vemos en el v. 17 y ss.

19. Cf. Luc. 21, 14.


3-12. CLARETIANOS 2004

Queridos amigos y amigas:

¿Hay algo más opuesto que una serpiente y una paloma? Y sin embargo, se nos pide tener algo de ambas. Bonita mañana de Palestina en que Jesús propuso esta tarea. ¿Cómo será posible?

La paloma: el animal de los parques de nuestra infancia, al que dar de comer en la boca, al que hacer un palomar en el pueblo; el que, con su rama de olivo en la mano, anuncia la paz... La serpiente, por el contrario, animal temido, sibilino, escurridizo, que aparece sin avisar, representante de la seducción... ¿Se puede ser, a la vez, sagaz y sencillo? ¿Será quizá una manera de mostrarse ante las dificultades que huya tanto del temor como de la falsedad?

Se me ocurre que Jesús, en aquella mañana soleada de Palestina, ante la mirada de los suyos, mezcla de interés y de asombro, pudo continuar diciendo:

“Sed ágiles como los corredores/as, para arriesgar y avanzar sin estar dando vueltas eternamente a lo mismo; pero de los que saben esperar a los que van más lentos, como los peregrinos”.

“Sed objetivos con la realidad como los científicos, para descubrir la verdad de las cosas; pero parciales como los ideólogos para posicionaros al lado del más débil, de lo más justo, de lo que merece la pena”.

“Sed firmes como los soldados, para tener criterio y no confundir a los demás; pero flexibles como los gimnastas, para adaptarse a cada persona, a cada circunstancia y poder perdonar y dar una nueva oportunidad”.

“Sed exigentes para que no os den gato por liebre... pero lo suficientemente ingenuos para seguir confiando, esperando, amando... a pesar de todo”.

Y cuando, como nosotros hoy, sus amigos le preguntaran: “¿Cómo será posible?”, Él, con esa mezcla de sagacidad y sencillez que le caracterizaba, diría: “El Espíritu os irá guiando hasta la verdad plena”.
Vuestro hermano en la fe:

Luis Manuel Suárez, claretiano (luismacmf@yahoo.es)


3-13. DOMINICOS 2004

Reflexión para este día
Id como ovejas, pero no os fiéis de la gente.
Centremos nuestra reflexión en el párrafo tomado del Evangelio según san Mateo, en su capítulo diez. Es una lección bien preparada y cuidadosamente expuesta a los apóstoles y discípulos, es decir, a los seguidores más cercanos.

Jesús en ese capítulo del Evangelio hace varias cosas: llama e invita a seguirle, con amor; adoctrina a sus discípulos sobre el mensaje a transmitir; les envía a evangelizar, y les dota con gracias taumatúrgicas especiales; les fija pautas conforme a las cuales han de peregrinar por pueblos, aldeas, casas; y les advierte muy seriamente de que la evangelización se hace entre audacias, amarguras, riesgos, sufrimientos...

Al final, añade que en ese contexto salpicado de gozos y aflicciones ha de imperar una actitud de confianza: esa obra es obra de Dios, y Dios estará en cada momento con sus servidores y ministros. Él sugerirá en cada instante la palabra oportuna para que podamos dar testimonio de la Verdad y de la Vida.


3-14. 2004. Comentarios Servicio Bíblico Latinoamericano

Oseas 14,2-10: Los caminos del Señor son llanos, por ellos caminan los justos, en ellos tropiezan los pecadores

El libro de Oseas empieza y termina con una llamada a la conversión. El oráculo final es de esperanza, una esperanza fundada en el amor gratuito de Dios, un tema que ha recorrido todo el libro. La crítica literaria considera que el versículo final motivado por la desconcertante actuación de Dios. ( v 10) Quién sea sabio que lo entienda, quien sea inteligente que lo comprenda. Los caminos del Señor son llanos, por ellos caminan los justos, en ellos tropiezan los pecadores.

La conversión sincera debe hacerse presente en (v. 4)

-un culto sincero que se manifieste en las actitudes de la vida.

-la seguridad no en el poder político (Asiria), ni militar (representado en los caballos), ni en los ídolos

-la seguridad total en el Señor misericordioso, el salvador que se compadece de los débiles.

Dios responde a esta confesión anunciando la victoria del amor sobre la cólera, ese amor gratuito, que no pone condiciones: “Seré rocío para Israel”. Oseas utiliza en todo su libro figuras y símbolos para expresarse. Yahveh es el rocío y habrán nuevas flores, árboles arraigados y aromas exquisitas; habrá abundancia de trigo y exquisitos vinos, figuras que aparecen también en el Cantar de los Cantares, en un clima de amor. Vuelve entonces la idea del capítulo 2: Yahveh, hablará al corazón.

Israel ha cortado definitivamente con los ídolos, y ha puesto toda su seguridad en el Señor, la idolatría ha sido vencida. Todos sus frutos provienen del Señor.


Salmo 50 (51): Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme.

Este salmo conocido como el “Miserere”, es el salmo penitencial por excelencia. Es la continuidad del salmo 49 (50) de tal manera que Luis Alonso Schöckel los considera una unidad litúrgica que deben leerse como un todo. En la primera parte el Señor convoca a un juicio y acusa al pecador. El pueblo o un representante de él toma la palabra para pedir perdón de parte del acusador que es el mismo Señor. En primer lugar reconoce su culpa y la confiesa públicamente, recalcando que ha sido una ofensa a Dios, aunque se trata de la injusticia frente al prójimo.

El salmista se reconoce pecador por naturaleza: Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre (7) y le suplica a Dios que aparte de su vista su pecado, pero necesita un nuevo corazón, el cambio radical desde lo más íntimo del ser, una renovación total: la conversión, para poder vivir en la alegría de la salvación.


Mateo 10,16-23: Dar testimonio de Jesús no es cosa fácil

Comienza la segunda parte del llamado discurso de la misión, centrada en las dificultades que los discípulos encontrarán para cumplir su tarea y en las persecuciones de que van a ser objeto. El programa de las Bienaventuranzas lo viven los discípulos. Para subsistir en medio de una sociedad hostil deberán actuar con prudencia y cautela, con sagacidad y prudencia, cautos como la serpiente e ingenuos como la paloma, porque estarán como ovejas entre lobos. Tenemos un ejemplo de como el hombre de la antigüedad utilizaba el lenguaje figurado para describir las cualidades humanas, un lenguaje que trasciende lo realmente escrito. Tal es la mentalidad de los semitas.

Jesús les recomienda no fiarse de cualquiera porque hay muchos que quisieran enviarlos a los tribunales; la sociedad no tolera un mensaje que cuestiona sus fundamentos. Por esos los primeros enemigos serán los judíos, ante cuyos tribunales serán llevados. Pero no deben preocuparse, porque allí darán testimonio ante ellos y los paganos, con la ayuda particular del Padre, por medio del Espíritu.

Más doloroso serán las divisiones en las propias familias. El discípulo debe conservarse firme ante el peligro de muerte porque esta muerte no es un fracaso sino un éxito; pero también se les recomienda huir a otra ciudad. Una vez más se constata que la sociedad no tolera a quien quiere el cambio.

Todas estas recomendaciones son también para quienes hoy se han comprometido con el ministerio de la evangelización y la catequesis. La sociedad de consumo no admite que se le cuestione, pero la fuerza del Espíritu sostiene y anima la empresa más necesaria para volver el mundo hacia Jesucristo.


3-15.

Reflexión

Ante la lectura de este pasaje podríamos preguntarnos: ¿Por qué habrían de perseguir a los seguidores de Jesús? ¿Por qué me han de perseguir a mi? La respuesta la da el mismo Jesús (en el evangelio de Juan): “Si a mi me persiguieron, a ustedes también los perseguirán”. Esta persecución es debida a que la vida cristiana muchas veces se opone radicalmente a los intereses egoístas del mundo. Por eso cuando una persona verdaderamente se convierte en un “discípulo” de Jesús, dado que sus criterios y valores se regulan por el evangelio y su vida es dirigida por el Espíritu Santo, los amigos, a los cuales les gusta mantener conversaciones obscenas o irreligiosas, frecuentar lugares inconvenientes o realizar acciones contrarias a la moral y principios cristianos, comenzaran a rechazarlos, a no invitarlos y a excluirlos del grupos de “amigos”. Lo mismo si el cristiano hace manifiesto su “discipulado” en la oficina viviendo las normas de la justicia, muchas veces no encontrará apoyo en su compañeros, e incluso, si llega a oponerse radicalmente a la injusticia, puede hasta perder el puesto. Efectivamente la vida cristiana no siempre es fácil, pero es la única vida que proporciona al hombre la verdadera paz y la alegría interior que no tienen fin. Hoy más que nuca Jesús necesita de hombres y mujeres fieles al Evangelio que sean capaces de testificar ante los demás su amor por él. No tengas miedo, él nos ha ofrecido que estará con nosotros y que en ese momento seremos asistidos por la fuerza y el poder del Espíritu Santo.

Que pases un día lleno del amor de Dios.

Como María, todo por Jesús y para Jesús

Pbro. Ernesto María Caro


3-16.

Fuente: Catholic.net
Autor: Santiago Garza

Reflexión:

Leyendo la historia de algunos santos y mártires se percata que tienen mucho en común. Lo primero que los caracteriza es el profundo amor a Jesucristo. Un amor que se volcó hacia los demás olvidándose muchas veces de sí mismos. Un amor que estuvo fundado en el dolor y en el sacrificio. En definitiva un amor que traspasó las fronteras humanas. Pero esto no es lo único que tienen en común. Además del amor a Dios, otra característica en común es la apertura al Espíritu Santo. El evangelio de hoy dice: “ Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros”

Estos grandes hombres supieron abrir sus oídos interiores para escuchar la voz del Espíritu, fueron dóciles instrumentos de la gracia divina. Así pues, nosotros, los que nos encontramos en nuestras ocupaciones ordinarias del trajín del día, los que trabajamos, o los que estudiamos, debemos estar atentos para escuchar la voz del Espíritu Santo que día a día trata de hablarnos.

Pongámonos a reflexionar si alguna vez lo hemos escuchado. Muchas veces no llegamos a percibir su voz, no porque no nos hable, sino porque nosotros estamos absorbidos por nuestra “música interior” que no nos permite escucharlo. Hagamos pues, una parada en nuestras vidas, y revisemos si nuestra “música” no está demasiado fuerte, como para que el Espíritu Santo pueda ser escuchado.


3-17.

Comentario: P. Josep de Calasanç Laplana OSB (Monje de Montserrat, Cataluña-España)

«Seréis odiados de todos por causa de mi nombre»

Hoy, el Evangelio remarca las dificultades y las contradicciones que el cristiano habrá de sufrir por causa de Cristo y de su Evangelio, y como deberá resistir y perseverar hasta el final. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20); pero no ha prometido a los suyos un camino fácil, todo lo contrario, les dijo: «Seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Mt 10,22).

La Iglesia y el mundo son dos realidades de “difícil” convivencia. El mundo, que la Iglesia ha de convertir a Jesucristo, no es una realidad neutra, como si fuera cera virgen que sólo espera el sello que le dé forma. Esto habría sido así solamente si no hubiese habido una historia de pecado entre la creación del hombre y su redención. El mundo, como estructura apartada de Dios, obedece a otro señor, que el Evangelio de san Juan denomina como “el señor de este mundo”, el enemigo del alma, al cual el cristiano ha hecho juramento —en el día de su bautismo— de desobediencia, de plantarle cara, para pertenecer sólo al Señor y a la Madre Iglesia que le ha engendrado en Jesucristo.

Pero el bautizado continúa viviendo en este mundo y no en otro, no renuncia a la ciudadanía de este mundo ni le niega su honesta aportación para sostenerlo y para mejorarlo; los deberes de ciudadanía cívica son también deberes cristianos; pagar los impuestos es un deber de justicia para el cristiano. Jesús dijo que sus seguidores estamos en el mundo, pero no somos del mundo (cf. Jn 17,14-15). No pertenecemos al mundo incondicionalmente, sólo pertenecemos del todo a Jesucristo y a la Iglesia, verdadera patria espiritual, que está aquí en la tierra y que traspasa la barrera del espacio y del tiempo para desembarcarnos en la patria definitiva del cielo.

Esta doble ciudadanía choca indefectiblemente con las fuerzas del pecado y del dominio que mueven los mecanismos mundanos. Repasando la historia de la Iglesia, Newman decía que «la persecución es la marca de la Iglesia y quizá la más duradera de todas».


3-18. Fray Nelson Viernes 8 de Julio de 2005
Temas de las lecturas: Yo puedo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver * No serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre.

1. "Tú vives; yo puedo morir"
1.1 La historia sapiencial de José culmina con el abrazo del hijo al papá, es decir, el abrazo a Jacob. Las lágrimas de gozo quieren borrar los surcos que dejó el llanto angustiado de tantas otras noches. Una frase asoma a los labios mustios del anciano padre: "Ya pudo morir tranquilo, pues te he vuelto a ver y vives todavía."

1.2 En esa frase podemos reconocer a otro anciano, esta vez del Nuevo Testamento, el viejo Simeón, que, cargando en sus brazos al Niño Jesús, dijo lo que repetimos cada noche en la oración de completas: "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto la salvación..."

1.3 Ese hijo recobrado, José, o ese niño tan aguardado, Jesús, colman de tal modo la vida, que ya ni la muerte parece ni grande ni fuerte. La vida tiende hacia una meta, que a veces es relativamente clara y otras no. Ver vencida a la muerte, saber que su fuerza no venció en José, y sobre todo, que quedá tronchada para siempre por la Cruz de Cristo, hace clara la vida trae el descanso de Jacob y la sonrisa de Simeón.

2. Animales...
2.1 Ovejas, lobos; serpientes, palomas... hoy los animales son lenguaje que Cristo toma en su evangelio para enseñarnos a caminar con prudencia y audacia, con sabiduría y humildad. Tales imágenes zoológicas tienen su punto de partida en que hay una incompatibilidad radical entre la oferta de Cristo y lo que el cristiano hallará en el mundo. Nuestra existencia es paradójica y por eso debe aprender a unir realidades paradójicas, como las que representan las serpientes astutas y las palomas sencillas.

2.2 El criterio fundamental parece ser: conserva la conciencia del tesoro que has recibido. No se trata de que lo escondas, porque ya ves que Cristo te envía; pero tampoco se trata de que lo desperdicies, porque es Cristo quien te lo ha dado, y el precio ha sido su amor hasta el extremo de la Cruz. No esconder y no desperdiciar: dar con sabiduría, con humildad, con generosidad, con pureza de alma.