COMENTARIOS A LA PRIMERA LECTURA
Pr 31. 10-13. 19-20. 30-31

 

1.MUJER/FEMINISMO: LA MUJER DEDICADA A LA CASA NO GOZA DE MUCHAS SIMPATÍAS. SE DICE QUE SU TRABAJO ES ALIENANTE. QUE NO SE REALIZA.

* A vueltas con el refranero.- Dada la gran atracción que la mujer ejerce sobre el hombre: "Más tira moza que soga", no es raro que el hombre de todos los tiempos haya plasmado en refranes el papel decisivo que, para bien o para mal, puede ejercer la mujer en el hogar: "Con mal anda la casa donde la rueca manda a la espada", y un proverbio latino: "Femina raro bona, sed quae bona, digna corona". El predominio cultural del hombre ha recalcado más los aspectos negativos que los positivos.

-También en los libros sapienciales de la Biblia encontramos proverbios de este mismo talante; "Más vale vivir en rincón de azotea que en taberna con mujer pendenciera" (21. 9), "la mujer hacendosa es corona del marido, la de mala fama es caries en los huesos" (12. 4; cf. 18. 22; 5.. 15ss.).

* Texto.- La madre del rey Lemuel (v. 1) presenta a su hijo el cuadro de una buena ama de casa (vv. 10-31). Es un bello poema alfabético (cada uno de los veintidós versículos empieza con una letra diversa del alfabeto hebreo), sin ningún orden. Es el poema en su conjunto, y no el recorte de versículos, el que produce en el lector un gran impacto. Relato más apto para ser escuchado que comentado. El autor tiene ante los ojos a la mujer de sus sueños.

La presenta como modelo a imitar por los israelitas e ideal de compañera, casi utópica, a alcanzar por el futuro esposo.

-La interrogación del v. 10 no indica pesimismo. Una mujer, como la que nos presenta el poema, es difícil de encontrar, pero no imposible. El valor de la perla radica precisamente en su escasez; y el que la encuentra ha encontrado un gran tesoro.

-Con su trabajo y buena administración mejora la economía de la casa y tiene un papel decisivo en la posición social del marido. Es comedida y certera en sus palabras, solícita con sus empleados y caritativa con los pobres (vv. 11-27). Su marido y sus hijos la felicitan y la alaban (vv. 28-29). Sus mismas obras pregonan su personalidad (v. 31). Una mujer de este calibre sólo puede causar admiración.

-En el v. 30 encontramos el único elemento religioso del poema: el temor de Dios está por encima de la caduca hermosura. Nuestro refranero hablará de sensatez: "Cabello largo y corto el seso", "anillo de oro en jeta de puerco es la mujer hermosa falta de seso" (11. 22). La mujer ideal ha de poseer gran dosis de sensatez y, según Proverbios, debe integrar en su vida el aspecto religioso: deberá estar abierta a la divinidad en el amor (alteridad de la Alianza) y en el temor (saber reconocer su puesto y darse cuenta de la superioridad de la divinidad). Este es el concepto de temor bíblico, que nada tiene que ver con nuestra idea del temor.

* Reflexiones.-El escritor de Proverbios no se dedica a especular filosóficamente sobre el papel de la mujer en la sociedad de su tiempo. Tampoco nos presenta a ninguna heroína en la vida pública y política de Israel, como pudieran ser Débora o Ester. No. Se trata de una simple ama de casa que, con su buen hacer aporta bienestar, felicidad y alegría a esposo, hijos y criados. ¡Casi nada! Y si el autor de este libro viviera hoy, estoy seguro de que defendería con fuerza y tozudez los derechos de la mujer, su puesto en la sociedad, su igualdad en el trabajo..., incluso nos presentaría un cuadro diverso de mujer, pero también estoy seguro de que no propondría como modelo a imitar y a cantar a ese tipo horripilante de mujer que, obtenido un puesto de mando en la sociedad, se dedica a humillar, pisotear, amargar... a los demás.

Hoy estas mujeres abundan en nuestra sociedad, y actuando así se las dan de progresistas... ¿En algo tan pobre ha quedado el progreso?

-Con el cambio de estructuras socioeconómicas, la mujer dedicada a las tareas domésticas no goza de muchas simpatías. Se dice que su trabajo es alienante que no se realiza... ¿Será menos alienante el rellenar un mismo papel todo el día en una oficina?, ¿es más liberador el papel de mujer político dando siempre el parabién a las "ocurrencias" de turno de la cúpula del partido? La mujer ideal, cantada por Proverbios, no guarda relación alguna con la importancia del puesto ocupado, sino con el saber hacer y comportarse con los que le rodean. Mujer ideal puede ser cualquiera que "preparó la comida, lavó la ropa, amamantó a sus hijos, veló a los enfermos, recorrió mil ventanillas solicitando un descuento o una ayuda" (J.M.Cabodevilla, "El pato apresurado o Apología de los hombres", Madrid, 1971, pag. 123). En la sencillez que irradia paz y alegría entre los hombres radica la fuerza de esta mujer de Proverbios.

A. GIL MODREGO
DABAR 19/87/55


2.

El autor, que ironiza con frecuencia sobre la mujer litigiosa (cf. 11. 22; 12. 4; 14. 1; 19 13, etc.) quiere concluir su libro con un canto a la mujer completa o perfecta casada. De los 25 versos de este canto, nuestra lectura ha seleccionado unos pocos.

Dado el cúmulo de virtudes que debe reunir la mujer ideal, se comprende que sea muy difícil encontrarla; de ahí la pregunta retórica del comienzo: "Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará?".

Claro que el autor no se muestra más optimista respecto a la existencia del hombre fiel, del hombre justo (cf. Pr 20. 6, donde se hace la misma pregunta respecto al hombre ideal). Cada época y cada cultura tiene su mujer ideal. Evidentemente aquí se propone el ideal femenino que corresponde a una cultura patriarcal. Con todo, se señalan valores permanentes que siguen teniendo importancia para la mujer del mundo actual. La mujer de espíritu fuerte y laboriosa, que sabe ganarse la vida con su trabajo, representa un ideal válido para nuestra época. Cuando corremos el riesgo de convertir a la mujer en una señal de prestigio del varón y en un objeto de placer, vale la pena subrayar con energía que lo más hermoso de la mujer son las virtudes que tiene.

EUCARISTÍA 1990/53


3.

El libro de los Proverbios se cierra con un poema alfabético, que canta las cualidades de la buena ama de casa. Fray Luis de León dedicó a estos versos un hermoso comentario, titulado "La perfecta casada".


4.

Este elogio de la mujer es un documento que parece haber sido añadido en fecha tardía al libro de los Proverbios. Utiliza el procedimiento de acróstico alfabético, forma tardía y un tanto rebuscada. Procede, sin duda, del medio burgués de la época, en el que la mujer es exigente consigo misma y también con sus subalternos, cuyo número es abundante, pero sabe hacerse obedecer en cuanto que ella es la primera en dar ejemplo a la hora de trabajar.

Para el autor de este elogio, la mujer ideal es aquella para quien el trabajo es un medio de realizarse a sí misma, cuya habilidad, tan escasa y valiosa, es presentada como un don de Dios, una gracia mucho más importante que la belleza, cuya fidelidad contrasta con la actitud de las mujeres infieles a sus maridos descritas por los libros sapienciales, aquella, finalmente, a quien el realismo preserva del cotilleo, tan frecuente entre las mujeres de todo tiempo.

En la época en que se describe este elogio de la mujer, se considera ésta, entre los judíos, como una eterna menor de edad, inmadura: el muro de la casa, por ejemplo, es como el velo que preserva a la fuente de vida, que es la mujer, contra las nefastas influencias externas. A pesar de esto, la esposa judía no es, en modo alguno, la sempiterna esclava de que nos hablan otras culturas. La intimidad conyugal es una realidad en Israel, donde, al menos entre las familias acomodadas, la madre adquiere responsabilidades que le hacen posible forjarse una auténtica personalidad.

MAERTENS-FRISQUE
NUEVA GUIA DE LA ASAMBLEA CRISTIANA VII
MAROVA MADRID 1969.Pág. 265


5. /Pr/31/10-31

El libro de los Proverbios acaba haciendo un gran elogio: el de la mujer juiciosa y prudente; es el canto al ideal de la feminidad en aquella época: la esposa, madre y ama de casa irreprochable. La forma de este elogio es acróstica; es decir, cada uno de sus versos comienza por una de las 22 letras del alfabeto hebreo.

La lección de este fragmento es muy iluminadora en nuestros días, cuando la mujer va recuperando el lugar que siglos de injusticia y relegación le han negado; y aunque algunos puntos de las comparaciones no sean del todo actuales, el espíritu y la línea de este elogio admirable lo convierten en la página más brillante de la Biblia sobre la mujer; por eso, la Iglesia lo lee en la liturgia de las mujeres santas.

De una manera práctica y concreta, el poema va describiendo las múltiples y acertadas actividades de la mujer ideal. En su casa reina la serenidad, la paz, la confianza y la prosperidad, y todos gozan de buen nombre; la causa es la presencia de esta mujer extraordinaria, de personalidad y carácter, enteramente entregada al bien de la familia, preocupada por todos, incluso en los detalles más insignificantes. Tiene iniciativa y acierta en lo que hace dentro y fuera de casa, pues esta esposa compra y vende campos, comercia con lo que fabrica y adquiere sus productos. Por eso (23) constituye la felicidad de su esposo y la alegría de sus hijos que la alaban y se complacen en ella; los criados se ven también favorecidos por su administración prudente y generosa, y los necesitados reciben ayuda de su atención y solicitud.

Actividad y donación, entrega total fruto de un amor grande y centrado en los de casa y en el bien de su pueblo: ésos son los valores que nuestro texto pondera, no la belleza ni la apariencia externa (30).

La segunda parte de este versículo se puede interpretar de dos maneras. Si seguimos el texto hebreo, deberemos traducir: «La mujer que merece alabanza es la que teme al Señor» sería una conclusión lógica y hermosa del poema dedicado a la mujer virtuosa. Si nos atenemos a la versión de los Setenta, deberemos leer: "Lo que hay que ensalzar es el temor del Señor"; se trataría de la conclusión del libro de los Proverbios, que comienza mostrándonos como principio de la sabiduría el temor de Yahvé (1,7). Las dos formas expresan la lección de un libro que nos ha querido mostrar que el bien auténtico del hombre y el camino que le lleva a la vida es escuchar y aceptar las enseñanzas de la sabiduría personificada en Cristo.

J. M. VERNET
LA BIBLIA DIA A DIA
Comentario exegético a las lecturas
de la Liturgia de las Horas
Ediciones CRISTIANDAD.MADRID-1981.Pág. 294 s.


6. Ver HOMILÍA 27