REFLEXIONES

Para más material ver las reflexiones de DOMINGO/34B y DOMINGO/34C

1. PODER/DEBILIDAD: NO ES EL PODER EL LUGAR DEL ENCUENTRO CON DIOS: /2Co/12/09.-

El contrasentido más grave de la historia humana quizá sea el haber convertido a Jesús, rey desde la cruz, en un rey a la manera de este mundo, haciéndole funcionar como resorte contra los moros, los indios paganos y los revolucionarios liberales o comunistas. Quizá sea éste el mayor pecado. En nombre de Cristo se puede morir, pero no se pueden justificar los crímenes. En el reino de Dios no cabe imposición ni odio ni, por tanto, victoria del hombre sobre el hombre. En las victorias humanas hay vencedores y vencidos; hay siempre imposición de unos sobre otros. En cambio, el reino de Dios es la victoria sobre la opresión y la muerte, y se inaugura con el perdón de Jesús desde la cruz: "Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen".

Es probable que nos preguntemos qué tiene que ver el evangelio de hoy, que hace prevalecer el amor a la hora del juicio, con la fiesta de Cristo Rey. Sin embargo, define cómo es el Reino de Dios y cómo se entra en él: "venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino". Lo que pasa es que nos cuesta entender que no es el poder el lugar de encuentro con Dios, sino que Dios se manifiesta en el semejante que llora, sufre, trabaja... Si olvidamos esta verdad tan elemental, corremos el riesgo de tomar las armas para defender la civilización cristiana como si ésta fuera ya el Reino de Dios, cuando en realidad, es un orden social muy discutible. A nuestro alrededor hay gente que tiene hambre, que está desnuda y que es perseguida por causa de la justicia. Nuestro mundo no es, pues, el reino inaugurado por Cristo, donde el sediento bebe, el hambriento se sacia, el preso rompe sus cadenas y el hombre se esfuerza por reconocer a los demás como hermanos.

EUCARISTÍA 1975/62


2. BIT/CR-ANONIMO. SI Mt 05. 03-12 SON LAS BIENAVENTURANZAS DEL PUEBLO DE DIOS, Mt 25. 31-46 SON LAS BIENAVENTURANZAS DE LOS QUE NO FORMAN PARTE DE ESE PUEBLO.


3. JUICIO/FINAL.

EL CARA A CARA DECISIVO ENTRE LOS HOMBRES Y CRISTO TIENE LUGAR EN LA COTIDIANIDAD DE LOS ENCUENTROS HUMANOS.

El golpe de efecto de la separación de los hombres ante el trono del rey no son las seis obras de misericordia a los necesitados, sino la identificación del rey con los más pequeños de sus hermanos, que revela, al mismo tiempo, su nuevo rostro y la radical seriedad de la acción solidaria hacia los necesitados.

Ese hijo-rey, sentado como juez escatológico, se autopresenta como el que ha tenido hambre y sed, el que ha sido forastero y ha andado desnudo, enfermo y en la cárcel. Por tanto, el CARA A CARA decisivo entre los hombres y Cristo no tiene lugar en un marco de gestos heroicos y extraordinarios, sino EN LA COTIDIANIDAD DE LOS ENCUENTROS HUMANOS.

Con esta imagen profética del juicio final, Mt propone un ejemplo impresionante de cómo vivir hoy, esperando responsablemente la venida del Hijo del hombre: el test definitivo de la propia verdad y fidelidad de hombres, condición esencial para la salvación/perdición definitiva, se juega en las relaciones cotidianas de acogimiento o rechazo del necesitado, signo objetivo de la presencia humilde y escondida de Cristo rey. Aquí, Mt funde, en una maravillosa síntesis, los dos ejes alrededor de los cuales gira su mensaje evangélico: JC y el amor solidario, síntesis de la voluntad de Dios Padre que está en los cielos.

J. FONTBONA
MISA DOMINICAL 1990/21


4.

Una sorpresa, la más fuerte y que constituye el centro de la lectura. Y es que el examen de entrada para acceder a la inmensa oferta de amor no se hace sobre ninguna de las cosas que supuestamente Dios tendría que querer de los hombres. El examen se hace sobre la ayuda verdadera a aquellos que la necesitan.

Habría que planteárselo con toda crudeza, muy seriamente. Y, sobre todo, los predicadores no nos tendríamos que sentir incómodos con una lectura tan poco "espiritual" (como debían sentirse los que inventaron las "obras de misericordia espirituales", quizá para "compensar" lo que Jesús nos decía...).

El examen lo podríamos hacer muy literal. ¿Qué nos dirá a nosotros Jesús: "Venid, benditos de mi Padre" o "Apartaos de mí, malditos?" Y preguntémonos: ¿Damos de comer a los que pasan hambre, aquí y en los países del Tercer Mundo? ¿Acogemos a los forasteros? ¿Visitamos a los enfermos? ¿Visitamos a los presos y tenemos verdadera "compasión" (="sufrir con") por los delincuentes? Estos son los criterios. "Todas las naciones" reunidas ante Jesús creían, seguramente, que los criterios serían si uno había dado terrenos para edificar iglesias o si había escrito artículos defendiendo la fe católica o si había rezado mucho, y se encontraron con que todas estas acciones, aunque importantes y buenas, no eran los criterios definitivos.

Todavía hay otro elemento. Mateo, como hemos visto a lo largo del año, tiene la preocupación por mostrar cuál es el estilo de vida que ha de llevar el nuevo pueblo de Jesús. El nuevo pueblo sabe que los criterios son éstos. Y sabe también que sólo el seguimiento de estos criterios hace que tenga sentido pertenecer a la comunidad de los seguidores de Jesús.

J. LLIGADAS
MISA DOMINICAL 1990/21


5. HUMANISMO/FE  TODA PERSONA ES "TRANSPARENCIA CRISTOLÓGICA" QUE ORIENTA HACIA DIOS: /Gn/04/09.

La pregunta de Dios a Caín, al empezar la historia: "¿Dónde está tu hermano?", es aquí recogida como pregunta que sigue siendo central, y que sigue también provocando la misma sorpresa que provocó en Caín. Pero aquí JC explica el porqué de la pregunta: no se puede distinguir entre los deberes para con Dios y los deberes para con los hombres, puesto que JC se identifica con cada hombre. Esta identificación, que prolonga la idea que concluía el discurso misionero (10. 42), muestra que toda persona es "TRANSPARENCIA CRISTOLOGICA" que orienta hacia Dios.

J. LLIGADAS
MISA DOMINICAL 1975/21


6. CLASISMO/A: LUCHA DE CLASES

Muchos cristianos comprometidos en la lucha por la justicia y la libertad se han encontrado en los últimos tiempos ante un gran dilema: ¿cómo conciliar el amor cristiano con la lucha de clases? Si hemos de amar a todos los hombres ¿cómo se puede luchar contra una parte de ellos? ¿Es compatible una ética clasista con el amor cristiano? ¿Acaso el ideal del amor cristiano no es una sociedad de colaboración y de armonía entre las clases? Es cierto que la lucha de clases es "clasismo" y que el amor cristiano parece exigir el "interclasismo". ¿Cómo conjugar, pues, clasismo y amor cristiano? La afirmación plena del amor y la superación de la lucha de clases constituyen ciertamente una dimensión esencial de la sociedad futura, no sólo para los cristianos, sino también para los militantes revolucionarios que aspiran a una sociedad sin clases antagónicas.

Pero el problema discutido no es cuál ha de ser el ideal de la sociedad futura, sino cómo debemos actuar desde este momento para poder conseguirla. A pesar de nuestra incondicional esperanza en el futuro, no es lo perentorio para nosotros tratar de describir cómo ha de actuar el amor en la sociedad futura, cuanto en la actual.

Nuestra situación, antes de ser ética, es histórica: la lucha de clases es un hecho. Las clases consisten en sus luchas. No podemos elegir entre admitir o rechazar la lucha de clases. Sólo podemos decidir a favor de quiénes nos situamos. Negar el hecho o no querer saber nada es en definitiva un modo de alistarse en la parte de los poderosos.

No se puede amar sinceramente a los pobres y oprimidos sin solidarizarse con ellos y luchar a su lado. El que no está a favor de los oprimidos está en contra de ellos. Una amor realista debe adecuar sus expresiones a las situaciones efectivas. No se puede aceptar una incompatibilidad entre las exigencias del amor y las posibilidades históricas reales.

A/ALIENACION: La predicación cristiana sobre el amor provoca desconfianza. Con frecuencia aparece el amor como resignación, evasión y alienación. La misión histórica del cristianismo no consiste en oponerse a la lucha clasista de los oprimidos, sino en potenciarla y garantizar su autenticidad, animándola con el espíritu del amor.

El cristiano, no obstante, no sólo ha de amar, sino que además no ha de odiar: "amará a sus enemigos", si toma en serio y totalmente el mensaje y el seguimiento de Jesús. Jesús proclama esto porque no es imposible, aunque sicológicamente sea muy difícil.

En la lucha de clases como praxis de liberación existe el riesgo de que las motivaciones sean precisamente el egoísmo y el odio de clase. Pero también es posible que sea el amor el que impulse a quitar las cadenas de oro a los opresores. Uno puede aborrecer y combatir el pecado y las injusticias y destruir las instituciones opresoras, sin odiar a las personas ni usar con ellas violencia.

EUCARISTÍA 1987/54


7. EGOISMO/EXPLOTACION:

Todos los indicios de la moderna investigación social parecen conducir a la conclusión de que las clases sociales no se oponen modernamente por su distinta situación económica, sino por la diferente posición respecto al poder de decisión. Después de ricos-pobres, burgueses-proletarios, patronos-obreros, la nueva versión de clase social -corregida y aumentada- descubre una sociedad dividida en dos bloques: los que tienen el poder de decisión y los que tienen que "obedecer", los poderosos y los "don nadie".

Esta nueva interpretación del ancestral pecado, aunque trate de dulcificar la denuncia marxista -opresores y oprimidos- no la supera, ni la disimula del todo. En realidad se trata siempre del mismo abuso; ricos, burgueses, patronos, poderosos... son los que deciden. Todos los demás, se denominen de la manera que sea, coinciden en tener que bailar al son que les tocan. Aquí radica la explotación del hombre por el hombre.

El mundo sigue dividido en explotadores y explotados.

Sociológicamente existen grupos -identificables, aunque no siempre identificados- de explotadores, como existen grupos -identificables e identificados- de explotados. Ello puede ser comprobado a cualquier nivel y en cualquier reducto de la sociedad humana, desde la familia nuclear hasta las sociedades religiosas e internacionales. Los casos son incontables y fácilmente constatables.

Pero el problema es mucho más grave, ya que invade también el ámbito de la psicología (no sólo de la sociología). Todos somos alternativamente explotadores y explotados. El hombre explota a la mujer y es explotado por ella. Pero también el vendedor y el comprador, el que manda y el que obedece, el rico y el pobre...

Y es que, en el fondo, la explotación es la función manifiesta del egoísmo, que nos desfigura a los "otros", presentándolos como meros objetos de explotación. Por eso, el juicio final descubrirá todas las explotaciones; la del hambre, la de la sed, la de la falta de vivienda, la de la marginación, la de la opresión...

EUCARISTÍA 1972/64


N-8.

El Reino es otorgado no a aquellos que han luchado por conseguir un lugar público para el Rey-Cristo en la sociedad, sino a aquellos que -sin necesidad de conocerlo explícitamente- lo han servido en cada "uno de éstos mis humildes hermanos".

La primera lectura acaba: "He aquí que yo voy a juzgar entre oveja y oveja, entre carnero y macho cabrío". Leamos la continuación hasta el versículo 22 y veremos en qué consiste este juicio y cómo se acerca al del evangelio de hoy. El cuerpo de la lectura de hoy recoge el cuidado amoroso y personal de Yahvé-pastor por su rebaño echado a perder. Será conveniente leer todo este capítulo 34 de Ezequiel. El salmo del pastor es nuestra respuesta agradecida (...).

No quiero servir a un rey que se pueda morir. Este refrán de Francisco de Borja, pasmado ante el cadáver de una reina, expresa para nosotros no el "menosprecio" del mundo, sino la "nobleza" del cristiano: "Agnosce christiane dignitatem tuam" (reconoce, cristiano, tu dignidad), nos exhorta el gran papa ·León-MAGNO-SAN. Jesús dijo: "pagadle al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios'. Del César -en un sentido amplio, naturalmente- es la regulación de la convivencia social, económica, política, cultural, el progreso de la ciencia y del arte... De Dios es el fondo de la vida, la totalidad de nuestra existencia..., que nos jugamos precisamente día tras día en las opciones que vamos tomando en lo que es del César; hambrientos, sedientes, forasteros, enfermos, encarcelados...

JOSEP M. TOTOSAUS
MISA DOMINICAL 1987/21


9.CIELO/INFIERNO

He leído una simpática narración procedente de la China: «un mandarín tuvo una visión. Vio el infierno con demonios hambrientos y enflaquecidos que parecían esqueletos. Estaban sentados delante de un enorme plato con un sabroso arroz. En sus manos tenían unas enormes cucharas de unos dos metros de longitud. Cada demonio intentaba coger la mayor cantidad posible de arroz. Sin embargo cada uno obstaculizaba al otro con su larga cuchara, sin que ninguno llegase a comer nada. El mandarín espantado apartó su mirada de aquella visión... Más tarde llegó al cielo. Allí vio el mismo gran plato con el arroz sabroso y las mismas largas cucharas. Pero los elegidos respiraban literalmente salud. Las enormes cucharas no les causaban ninguna dificultad. Es verdad que ninguno podía alimentarse con su instrumento. Pero cada uno alimentaba con la cuchara al otro».

Salta a la vista la semejanza entre esta simpática narración y el relato del Evangelio de hoy.

(...) «El infierno son los otros» decía J. P. Sartre. El infierno son los otros cuando cada uno se empeña en comer para sí mismo. El cielo son los otros cuando cada hombre no se preocupa de sí mismo, sino de dar de comer a los hermanos. Ese es el cielo al que aspiramos, el Reino de Dios que comenzamos ya a construir.

JAVIER GAFO
PALABRAS EN EL CORAZON/A
MENSAJERO/BURGOS 1992.Pág. 259


10.

Introducción

Hermanos: hoy finalizamos el año litúrgico... Por eso hoy celebramos la fiesta de Jesucristo, nuestro Rey y Señor. Jesús es la síntesis de nuestra fe, es la manifestación plena del Reino de Dios hecho servicio a los hombres. Por eso, de alguna manera, hoy es el día en que seremos juzgados por la Palabra de Dios, pues deberemos confrontar nuestra vida con el testimonio de Cristo. Hoy seremos juzgados según la medida de nuestro amor servicial al prójimo.

Celebremos la fiesta de Cristo Rey y miremos nuestra vida desde este gran espejo de nuestra fe: Jesús que da su vida por la salvación de todos.

SANTOS BENETTI
CRUZAR LA FRONTERA. Ciclo A.3º
Tres tomos EDICIONES PAULINAS
MADRID 1977.Págs. 356 ss.