barra-01.gif (5597 bytes)

H O M I L Í A

barra-01.gif (5597 bytes)

DOMINGO V
DE CUARESMA
CICLO A

PARA VER LA IMAGEN AMPLIADA HAGA CLIC SOBRE LA MISMA


Nuestro camino de Cuaresma se acerca a su cumbre: la cumbre que será la gran celebración de la Pascua. El esfuerzo de renovación de nuestra vida cristiana debería -en estos días- intensificarse, muy de verdad, para centrarse en aquello que es el núcleo de la fe. Estos es importante, muy importante, para nuestra vida cristiana.

-Una palabra clave: Vida

Una palabra se ha repetido una y otra vez en las lecturas de este quinto domingo de Cuaresma. Una palabra clave, decisiva, una palabra que sintetiza todo lo que significa la Pascua, que sintetiza lo que es nuestra fe. Y una palabra que resume al mismo tiempo lo que el hombre desea y anhela. La palabra clave es "vida".

Quince días atrás, en el domingo tercero de Cuaresma, el evangelio nos presentaba a JC como aquel que es la fuente de agua viva que brota en nosotros para darnos vida. El evangelio del domingo pasado nos presentaba a JC como aquel que es la luz que guía hacia la vida. Hoy ya no son símbolos (agua o luz) sino la realidad simbolizada: vida. Y no olvidemos que en la gran celebración de la Vigilia pascual a través de los signos de la luz y del agua, celebraremos la Vida nueva.

Permitid aún que insista en ello: el evangelio que hemos leído hoy (como los de los dos domingos anteriores) eran los utilizados por la iglesia de los primeros siglos para preparar a aquellos que se disponían a recibir el bautismo en la gran celebración de la Vigilia pascual. La enseñanza es clara: la incorporación a JC por la fe, el sumergirse en él que significa el bautismo, es una incorporación a la Vida, es un sumergirse en la Vida. En la Vida que es Dios, Dios en nuestra vida.

-¿Qué significa celebrar la Pascua?

Preguntémonos hoy nosotros, y preguntémonoslo con seriedad -nosotros que nos preparamos también a renovar el compromiso de fe de nuestro bautismo- si comprendemos así nuestra fe. No es cosa de niños, es algo muy serio. Preguntémonos si entendemos y vivimos la palabra de JC, el compromiso de ser cristianos, como un anuncio de Vida, como un servicio y una lucha para que cada vez haya más Vida en cada uno de nosotros, en nuestros hermanos, en nuestro mundo. Vida y no muerte.

Revisar, renovar nuestra conducta de cristianos, en todo lo que hacemos, en nuestras relaciones con los demás -especialmente con los que más cerca de nosotros viven-, en nuestro trabajo de cada día, en nuestra responsabilidad activa en la sociedad y en la Iglesia, en todo lo que pensamos, sentimos, deseamos, decimos y hacemos, significa revisar si vivimos y luchamos en favor de la Vida que es de Dios, en favor de la Vida que JC anuncia, comunica y realiza. Aquella Vida que Dios quiere que sea la vida del hombre. Si nuestra "Vida" cristiana no es eso, no es vida y -por tanto- no es cristiana. Las cosas son así y no vale hacer trampa.

En el evangelio hemos escuchado cómo JC da nueva vida a su amigo que había muerto. Es un hecho que simboliza -que significa- lo que JC quiere para cada uno de nosotros. Quiere darnos Vida, más Vida, una Vida que triunfe -día tras día- sobre todo aquello que hay de muerte en nosotros (es decir, sobre todo lo que hay de pecado, de desamor, de egoísmo, de mentira, de violencia, de injusticia...). Esto significará celebrar la Pascua: vencer -con JC- lo que hay de muerte en nosotros para compartir más todo lo que es la Vida de Dios, el Evangelio de JC.

-Una Vida que está, por el Espíritu, en nosotros

Pero fijémonos en que (como en los domingos anteriores se nos decía que la fuente y la vida estaban dentro de nosotros) también hoy se nos dice que esta Vida de Dios está con nosotros. "Os infundiré mi espíritu y viviréis" hemos escuchado en la primera lectura; y en la carta de san Pablo: "Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, también vivificará vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros". Repitámoslo: el Espíritu de Dios, que habita en nosotros, nos vivifica, nos comunica la Vida.

Esta es nuestra fe, la fe que nos disponemos a renovar y celebrar en la Pascua. Nuestros Dios es Dios de Vida: JC es la Vida del mundo: su Espíritu habita en nosotros para darnos Vida. ¿Lo vivimos así? ¿Esta es realmente nuestra fe, la norma de nuestra conducta? Antes de celebrar la Pascua debemos preguntárnoslo. Y disponernos a dar una respuesta real, sincera.

Pidámoslo en la celebración de hoy, celebración siempre de Vida, porque es memorial y comunión con JC resucitado. Que su Vida esté con todos vosotros.

JOAQUIM GOMIS
MISA DOMINICAL 1981/03

bluenoisebar.jpg (2621 bytes)