Jornada de revisión y celebración del rito del seguimiento, con la imposición de la cruz


Presentación

Al igual que en otras ocasiones, terminamos esta fase, centrada en "Jesucristo, camino, verdad v vida", con una convivencia que ayude a revisar el proceso e introduzca la fase siguiente.

 

Objetivos


Estructura de la jornada

La jornada consta de tres actividades que habrán de desarrollarse a lo largo de un día completo.

a) La primera es una "Celebración de la palabra", que trata de resumir la fase que termina. En ella la lectura de la palabra, el silencio, la manifestación de testimonios y el canto, intentan crear un ambiente de reflexión en un marco celebrativo.
Termina esta celebración con una reunión por grupos, en la cual se redacta el
credo de la comunidad.

b) La segunda es un "momento de expansión y de encuentro" informal. La comida, seguida de un espacio de fiesta, ayudará a crear un clima de familia que ayude a fortalecer los lazos afectivos.

c) La tercera es la "Celebración de la eucaristía", durante la cual tiene lugar el "Rito del seguimiento" con la "Imposición de la cruz".

Ténganse en cuenta las observaciones dadas en la convivencia del primer ciclo.


 

Primera parte

Nuestra fe


Introducción

El objetivo de esta primera parte es llegar a elaborar el "credo de la comunidad", es decir, redactar un "credo" que resuma los descubrimientos realizados a lo largo de esta segunda fase, centrada en "Jesús, camino; verdad y vida".

Esto no hay que verlo como una alternativa al credo de la Iglesia o como un rechazo o infravaloración del mismo. Es sólo un "modo de hacer" para facilitar la evaluación del grupo.

Las actividades a realizar son dos: la primera es una larga "Celebración de la palabra", que pretende crear el ambiente necesario para que cada uno lea en su corazón; la segunda es una "reunión de grupos" en orden a la redacción del credo.


Celebración de la palabra

1. Canto de entrada: "Somos un pueblo que camina" (CLN 719)

2. Saludo del celebrante y oración

Hermanos: Vamos de camino y Jesús es nuestro compañero de viaje, como lo fue para los dos de Emaús. El nos ha ido descifrando, por medio de la Escritura, el misterio de su personalidad; nos ha mostrado el verdadero rostro de Dios y el sentido de la vida y de la muerte. El camino es largo y necesitamos de vez en cuando pararnos para pensar en todo lo que nos está ocurriendo, en la transformación que estamos experimentando. Es lo que vamos a hacer.

Abranmos los oídos del cuerpo y, sobre todo, los del corazón, para oír la voz de Dios que nos habla, una vez más, por medio de su palabra, al ser proclamada por medio de los hermanos, que nos ofrecen su testimonio y en la luz que nace en nuestro interior.

Oremos: Señor Jesús, tú eres el camino, la verdad y la vida. Tú tienes palabras de vida eterna y tu palabra nos ha ido dando una nueva luz para ver las cosas de otra manera. Completa en nosotros tu obra de modo que esa luz ilumine toda nuestra vida. Tú que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

3. Primera lectura: "La persona de Jesús"

Jesús no deja indiferente al que se encuentra con El. Sus mismos contemporáneos vivieron la inquietud de saber quién era. Cada uno se buscó su propia respuesta. Hoy sigue provocando adhesiones y rechazos. Un día abordó el tema con sus discípulos y les obligó a definirse. Pedro habló en nombre de todos. La pregunta que entonces les hizo nos la formula hoy a nosotros. Escuchad esa pregunta y buscad la respuesta en vuestro interior.

  • Silencio y comunicación de testimonios.

4. Canto interleccional

El salmo 71 es un canto de alabanza a Dios Rey. El régimen de justicia que El establece es fuente de paz y de defensa de los débiles. Cristo inaugura el reinado de Dios.

  • "Tu reino 'es vida" (CLN 511).

5. Segunda lectura: "El rostro de Dios"

Al despedirse de sus discípulos, el Señor les abrió completamente su corazón, hablándoles como nunca lo había hecho. Felipe, tal vez influido por el clima de confianza, le hizo una petición arriesgada: "Muéstranos al Padre". Tal vez nosotros, como Felipe, más de una vez hayamos buscado certezas. La respuesta que se le dio a Felipe se nos da a nosotros hoy. Jesús habla del Padre y del Espíritu. Al decir "creo en Dios", ¿a qué nos referimos? Escuchemos las palabras del Señor y contemplemos el rostro de Dios que está en nuestro interior.

  • Lectura: Jn 14.5-26.

  • Silencio y comunicación de testimonios.

6. Canto interleccional

  • Monición:

Son muchos los que intentan sustituir a Dios. Jesús nos descubrió su verdadero rostro y nadie que haya bebido de esta fuente podrá saciar su sed con otras aguas. Nada ni nadie podrá ocupar su lugar en nuestro corazón.

  • "Himno al Dios verdadero" (Camino de Emaús 1).

7. Tercera lectura: "¿Qué es el hombre?"

  • Monición:

Jesús no sólo nos revela su personalidad y el verdadero rostro de Dios, sino que nos descubre, además, el sentido profundo de la existencia humana, el ser del hombre. Para El el "otro" es esencialmente un hermano, alguien que me es cercano. Por eso la actitud básica es el amor, pues, si bien es cierto que es pecador, no lo es menos que ha sido redimido; si es verdad que está lleno de limitaciones, también lo es que está llamado a vivir en la plenitud de Dios; si la experiencia nos dice que es un hijo de los hombres, la fe nos dice que es un hijo de Dios. Alguien, al escuchar esta doctrina, trató de disculparse diciendo que no sabía quién era realmente su prójimo, y Jesús se lo aclaró, como nos lo aclara a nosotros hoy en esta parábola. A la luz del mensaje de Cristo, tratemos de buscar respuesta a esta pregunta: ¿Qué representan los demás para mí?

  • Lectura: Lc 10,25-37.

  • Silencio y comunicación de testimonios.

8. Canto interleccional

  • Monición:

El pueblo de Israel, a través del salmo 8, se preguntaba: ¿Qué es el hombre? Y respondía diciendo: El rey de la creación. El cristiano va más allá y afirma: El hijo de Dios.

  • "Señor, Dios nuestro" (Sal 8) (CLN 501).

9. Cuarta lectura: "Muerte-vida"

La muerte, como el nacimiento, es parte de la vida. Pero es tal el misterio que se oculta tras ella, que el hombre siempre le ha tenido miedo. El evangelio está lleno de referencias a esta realidad humana trascendental. A lo largo del camino, Jesús habló en varias ocasiones de su muerte y trató de explicar a los suyos el sentido de la misma, aunque no lo entendieron hasta más tarde. Su resurrección fue la clave definitiva de comprensión: la muerte es el paso a la vida definitiva. La pregunta que Jesús le hace a Marta nos la hace también a nosotros: ¿Crees que yo soy la resurrección y la vida? Veamos cuál es nuestra respuesta.

 

  1. Acción de gracias (celebrante)

    Son muchas las cosas por las que tenemos que darle gracias a Dios. Cada uno de los testimonios escuchados es un motivo dealabanza. Nosotros lo hacemos con las palabras con que lo hizo María. Ella sintió como nadie la preferencia transformadora de Dios en el ser humano. La mujer sencilla, la mujer de aldea, la sierva, se vio encumbrada sobre los poderosos y rebosante de bienes en medio de su pobreza. Nosotros no somos los más importantes ni los más sabios; tampoco tenemos poder. Pero Dios nos ha bendecido y hemos sentido su huella en nuestro corazón y en nuestra vida.


  2.  
  3. Canto del "Magnificar" (Camino de Emaús 1)


Elaboración del "credo" en grupo

Terminada la celebración de la palabra, se dividen en grupos de trabajo y cada uno de ellos redacta un "credo" que recoja la fe de sus miembros conforme al esquema de la celebración: "Jesucristo", "Dios", los "hombres" y el "sentido de la vida y de la muerte". Pueden ser enunciados que comiencen por la expresión: "Creo que...".

Seguidamente, mientras se prepara la comida o en un tiempo libre, se reúnen los representantes de cada grupo para hacer una síntesis de los credos elaborados de modo que se pueda llegar a una formulación común. La redacción será en plural.

Este "credo" final se leerá en la celebración eucarística de la tarde. Aunque no siempre es factible, sería bueno fotocopiarlo, de modo que pudiera ser recitado entre todos. De no ser así, lo leerá un miembro de la comunidad en nombre de todos y ésta responderá a cada enunciado "Amén". En este caso habrá que explicar antes del mismo que la palabra hebrea amén significa "así sea". y con ella la comunidad se adhiere, hace suyo lo que el lector ha dicho.


Comida

Como en otras ocasiones, la comida debe ser expresión de la vida comunitaria. Con lo que cada uno trae se forma una gran mesa en la que todos participan. A este momento hay que darle un carácter festivo y de distensión, después de la fuerte experiencia de la mañana.


 

Segunda parte


Celebración eucarística


Introducción

La eucaristía va a estar centrada en el tema de la Iglesia, que es el contenido de la fase siguiente del catecumenado. De algún modo introduce en la misma. No se trata de adelantar los temas, sino de introducir en los mismos.

Habrá que prever un tiempo de preparación de los cantos y lecturas, así como del local en el que se vaya a celebrar. Como en otras ocasiones, recordamos la importancia de los signos externos como expresión de una realidad interior.

Sugerimos las oraciones correspondientes a las misas de "Exaltación de la Santa Cruz" (14 de septiembre), o "Por los laicos", o "Por la Iglesia".


Desarrollo

1. Monición introductoria

Durante la mañana hemos tratado de hacer balance de la fase que ahora concluimos. De la mano del Señor, guiados por su palabra, hemos conocido el verdadero rostro de Dios y de los hombres y una nueva luz ilumina hoy realidades tan profundas como la vida y la muerte.

Pero el Señor no ha hablado sólo a cada uno, sino que además ha hablado al grupo. Con gozo podemos comprobar que su mensaje y su persona han ido creando entre nosotros lazos de fraternidad y sentido de comunidad. Esta experiencia básica es presupuesto indispensable para comprender una realidad de laque no podemos prescindir: somos Iglesia. El Señor quiere que aquellos que le siguen formen una Iglesia, una comunidad de hermanos en la que se reparten las funciones para el bien común; que hace presente su mensaje en el mundo y es anticipo de una realidad futura.

Comencemos con un canto que es expresión de la conciencia de Iglesia que nos anima.

2. Canto: "Iglesia peregrina" (CLN 408)

3. Saludo del celebrante t' acto penitencial

Que la paz de Dios, nuestro Padre; la fuerza de Jesucristo, el Señor, y el amor del Espíritu Santo sean con todos vosotros. R/ Y con tu espíritu.

Hermanos: antes de participar en el más importante de los misterios que la Iglesia celebra, para hacerlo dignamente, pongámonos en paz con Dios y con los hermanos.

R/ Señor, ten piedad.

R/ Cristo, ten piedad.

R/ Señor, ten piedad.

Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R/ Amén.

4. Oración: Colecta (propia de la misa elegida)

5. Monición introductoria a las lecturas

En el Antiguo Testamento los profetas anunciaron un tiempo en el que los hombres vivirían en paz, como una gran familia reunida en la casa de Dios. Los primeros cristianos comprendieron que en ellos se cumplía la profecía y empezaron a organizarse como una comunidad de hermanos, a la que muy pronto se llamó Iglesia. Al hacer esto sabían que estaban obrando de acuerdo con el deseo del Señor, que, antes de morir, pidió al Padre la unidad de todos sus discípulos. Escuchemos la palabra de Dios y dispongámonos a recorrer el camino que ahora nos muestra.

6. Primera lectura: Is 2,2-5

7. Canto interleccional

  • Monición..

Los israelitas cantaban el salmo 121 cuando subían a Jerusalén a celebrar la fiesta del Señor. La Iglesia es la nueva Jerusalén, el centro de peregrinación de todos los pueblos.

8. Segunda lectura: He 2,37-47

9. Lectura del evangelio: Jn 17,116-21

10. Homilía

— En medio de las calamidades que sufría el pueblo de Israel, los profetas supieron levantar su ánimo anunciando los tiempos mesiánicos: llegará un día en el que la guerra sólo será un recuerdo, una leyenda. Ese día los hombres volverán su corazón a Dios y se cogerán de la mano. El día de pentecostés ocurrió algo prodigioso: de algún modo los hombres empezaron a entenderse y un pequeño grupo, superando las barreras de la lengua o la raza, formaron una comunidad a la que organizaron a partir de los ideales de paz, fraternidad y unión.

— Lo hicieron así porque comprendieron que la profecía se estaba realizando gracias a Jesús de Nazaret. El era el Cristo, el Mesías esperado. Entonces recordaron la oración de Jesús en la última cena: él pidió al Padre para sus discípulos y para todos los que creyeran gracias a su palabra el don de la unidad.

— Estos ideales se han conservado a lo largo del tiempo, sobreviviendo a los cambios de la historia, y así han llegado a nosotros, que seguimos considerando a aquel pequeño grupo como un ejemplo a seguir.

— Somos la Iglesia junto con todos aquellos que comparten nuestra misma fe. Y si es cierto que estamos muy lejos de realizar plenamente el ideal de la primera comunidad y la profecía de Isaías, no es menos cierto que luchamos por conseguirlo, a pesar de nuestra limitación.

— Una nueva etapa se abre ante nosotros, en la cual trataremos de ir descubriendo el sentido profundo de la Iglesia. En el camino que vamos recorriendo, ha llegado el momento de purificar el concepto que tenemos de la Iglesia.

11. Profesión de fe

Toda la comunidad o un miembro de la misma lee el "credo" elaborado por la mañana.

12. Rito de imposición de la cruz

Consta de tres momentos: "Exploración" de actitudes, "Bendición" de las cruces y "Entrega" de las mismas.


Exploración de actitudes

Monición del presidente..

Hermanos: acabáis de hacer la profesión de fe. Ahora damos un paso más en este compromiso de adhesión a la persona de Jesús. Se trata del "Rito de imposición de la cruz", que no es otra cosa que explicitar comunitariamente el compromiso de seguimiento a Jesucristo, una vez que se le ha conocido más profundamente, y recibir del sacerdote, presidente de la comunidad cristiana, la cruz como signo de tal seguimiento, según las palabras del mismo Jesús: "El que quiera venirse conmigo, que tome su cruz y me siga".

Dentro de la sencillez y valor de signo de este rito, no podéis olvidar la responsabilidad del compromiso que asumís y manifestáis. Os hago saber que el seguimiento a Jesús es un gran don, pero no está exento de dificultades y sacrificios. El mismo nos dice: "Entrad por al puerta estrecha... ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida!" De ahí que antes de imponeros la cruz conviene que expreséis con sinceridad vuestras intenciones, teniendo como referencia lo que dice el Señor. Responded, pues, a cada una de las interrogantes que os haga:

M/ Dice el Señor: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre".

P/ ¿Deseáis seguir a Jesús, camino, verdad y vida?

R/ Sí, lo deseo.

M/ Dice el Señor a quienes le seguían curiosamente: "¿Qué buscáis? Ellos le dijeron: ¿Dónde vives? Jesús les dijo: Venid y lo veréis".

P/ ¿Estáis dispuestos a un seguimiento no de palabra, sino de vida y, por tanto, a vivir la misma experiencia que Jesús?

R/ Si: estoy dispuesto.

M/ Dice el Señor: "Las zorras tienen madriguera y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza". Y en otro lugar dice también: "Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros... No es el siervo más que su amo. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán".

P/ ¿Sois conscientes de que el seguimiento a Jesús conlleva el cumplimiento de estas palabras proféticas, es decir, el sufrimiento?

R/ Sí, soy consciente.

M/ Dice el Señor: "Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío".

P/ ¿Aceptáis a Jesús como la "piedra angular", como lo más importante de vuestra vida, subordinando todas las cosas a El?

R/ Si: lo acepto.

M/ Dice el Señor: "Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al 'contrario, se dedicará al primero y no hará caso al segundo. No podéis servir a Dios y al dinero" (Mt 6,24). Y en otro lugar dice: "El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo desparrama".

P/ ¿Os entregáis al Señor con todo el corazón, con generosidad, excluyendo todo ídolo de vuestra vida?

R/ Si: me entrego.

M/ Dice el Señor: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios. Otro le dijo: Te seguiré, Señor, pero déjame primero despedirme de mi familia. Jesús le contestó: El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios".

P/ ¿Renunciáis a todo condicionamiento en el seguimiento a Jesús, viviendo así la libertad de los hijos de Dios y confiando sólo en su palabra?

R/ Sí, renuncio.

M/ Dice el Señor: "Esta noche vais a caer todos por mi causa, porque está escrito: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño... Pedro replicó: Aunque todos caigan por tu causa, yo jamás caeré. Jesús le dijo: Te aseguro que esta noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces. Pedro replicó: Aunque tenga que morir contigo, no te negaré".

P/ ¿Rechazáis toda actitud de autosuficiencia y seguridad humana, conscientes de que para el seguimiento a Jesús necesitáis de su gracia?

R/ Sí, la rechazo.

M/ Dice el Señor: "Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también le negaré ante mi Padre del cielo".

P/ ¿Os comprometéis a defender y confesar a Jesús siempre y en todas partes, sin miedo al qué dirán de los hombres?

R/ Sí, me comprometo.

M/ Dice el Señor: "Dichosos vosotros cuando os insulten, y os persigan, y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros".

P/ ¿Asumís el seguimiento de Jesús, y cuantas contrariedades conlleve, con espíritu de gozo, de alegría y de bienaventuranza?

R/ Sí, lo asumo.

M/ Dice el Señor: "Cuidado con que nadie os extravíe. Vendrán muchos usurpando mi nombre, diciendo yo soy el Mesías, y extraviarán a mucha gente... Aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente, pero el que persevere hasta el final se salvará".

P/ ¿Seréis perseverantes en el seguimiento a Jesús, sin dejaros arrastrar por los falsos profetas que anuncian "evangelios" extraños y contrarios a la buena nueva?

R/ Sí, seré perseverante con la ayuda del Señor. Y con la fuerza de su Espíritu cumpliré cuanto aquí he declarado.

P/ Oración

Oh Señor, derrama la gracia de tu Espíritu sobre estos hijos tuyos que han manifestado con sinceridad de corazón y con voluntad generosa el deseo de seguirte para ser tus discípulos. Que la flaqueza de la carne no les traicione y la superficialidad de la vida no los ofusque. Que tu gracia los ampare y tu luz los ilumine en el camino de tu seguimiento, ya iniciado, pero que hoy han ratificado solemnemente. Tú que vives y reinas...

R/ Amén.


Bendición de las cruces

P/ Oración.

Señor, Dios nuestro, que has querido realizar la salvación de todos los hombres por medio de tu Hijo, muerto en la cruz; bendice (+) estas cruces a través de las cuales queremos significar el compromiso de seguimiento a Jesucristo, tu Hijo, quien nos invitó a tomar la cruz y seguir detrás de él. Haz que al ser portadores de ella actualicemos cada día, con gozo y alegría, la fidelidad a la cruz. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que...

R/ Amén.

Canto: Puede cantarse "Victoria, tú reinarás", de Julien (CLN 106).


Imposición de la cruz

Concluido el canto, se procede a imponer la cruz. El celebrante dice en alta voz:

P/ Recibid la cruz de Cristo; ella simboliza vuestro compromiso en el seguimiento a Jesús, el Señor; sed fieles a este compromiso obedeciendo sus mandatos e imitando su vida.

A continuación se va entregando a cada uno la cruz, diciendo:

P/ La cruz de Cristo.

R/ Amén.


13.
Preces de los fieles

P/ Hermanos: oremos a Dios, nuestro Padre, para que atienda las súplicas que le presentamos en favor de nuestras necesidades y de toda la Iglesia.

M/ Por la Iglesia de Jesucristo, para que sea testimonio de luz, esperanza y resurrección en un mundo azotado por la oscuridad y el pesimismo. Roguemos al Señor.

R/ Te rogamos, óyenos.

M/ Por todos los que sufren persecuciones, contrariedades o incomprensión por ser fieles a la causa de Jesús, para que la fuerza del Espíritu les asista y no desfallezcan en su testimonio. Roguemos al Señor.

R/ Te rogamos...

M/ Por todos los que han aceptado la "cruz" como signo del cristiano, para que de palabra y de obra confiesen a Jesucristo con valentía y sin miedo al respeto humano. Roguemos al Señor.

R/ Te rogamos...

M/ Por aquellos cristianos que ejercen una función pública, para que desde el respeto y el diálogo iluminen con el evangelio los asuntos temporales. Roguemos al Señor.

R/ Te rogamos...

M/ Por quienes dicen llamarse "cristianos", pero viven indiferentes y al margen de la Iglesia, para que despierten a las exigencias de la fe y se integren a la comunión eclesial. Roguemos al Señor.

R/ Te rogamos...

M/ Por cuantos estamos aquí reunidos en esta celebración, para que el seguimiento a Jesús que hemos ratificado sea un verdadero compromiso que nos lleve a vivir como auténticos discípulos suyos y apóstoles de su reino. Roguemos al Señor.

R/ Te rogamos...


Liturgia eucarística

El resto de la celebración eucarística continúa normalmente. El grupo elegirá los cantos más apropiados y hará la monición final como conclusión de la celebración y de la convivencia.

Proponemos la plegaria eucarística IV.