EL RINCÓN DE LA MEDITACIÓN

 
BUSCA LAS FUENTES
PARA DAR CONSUELO


Dios convertirá el desierto en un vergel y el país de la
sed se llenará de fuentes:
"Yo derramaré agua sobre el sediento, arroyos en la
tierra ardiente; derramaré mi espíritu sobre tu estirpe,
mi bendición sobre tu descendencia" (Isaías 44, 3).

Si Dios está presente en tu vida, poseerás la fuente
que te hace vivir:
"El Señor te guiará siempre, te saciará en el desierto
y te fortalecerá. Serás como un huerto regado, como
un manantial inagotable" (Isaías 58, 11).



Jesús es la roca del pueblo nuevo que marcha hacia la liberación:
"Si alguiien tiene sed, que venga a mí y beba. Como dice la Escritura, de lo
más profundo de todo aquel que crea en mí brotarán ríos de agua viva"
(Juan 7, 37-38)


 
BUSCA LAS FUENTES PARA DAR CONSUELO



A pesar de estar rodeado de amigos, hay momentos en los que la soledad todo
lo llena, y hasta en la distancia se necesita "tener" y "sentir cerca" a aquellos
que uno lleva en su corazón como hermanos, amigos y compañeros del alma.

Recuerdo eres de una herida abierta, y mis lágrimas me hablan de una ausente
presencia, de innumerables noches de insomnio y de infinitos amaneceres de
fría escarcha. Pero ¿dónde encontrar la mirada que entiende, acoge y
acompaña? ¿Dónde poner la esperanza de un futuro que haga renacer la ilusión
por el mañana? ¿Cómo seguir esperando cuando ni siquiera se vislumbran las
sombras?

Necesitamos revivir de vez en cuando la experiencia del Tabor para que la
noche no sea excesivamente dura, para que nuestra esperanza no se tambalee,
para que se nos encienda el alma.

Sal de tu tierra y de tu patria; sal de tu familia y de tus seres más queridos; sal
de tus costumbres y tus comodidades, de tu tranquilo refugio y tus
seguridades... sal fuera... mira que "voy a crear algo totalmente nuevo".

No te apegues a tus criterios y tus puntos de vista. Mira lo poquita cosa que
eres si sólo cuentas contigo mismo. Sal de ti misma y mira tu propio vacío; sal
de ti mismo y te encontrarás en Mí; sal de ti misma y Me encontrarás en ti.

Pero si crees que la vida ha perdido su encanto, si desconfías de todas las
utopías y hasta te niegas a soñar... no olvides que "todo es posible para el
que cree"
, todo es posible para el que ama. Y si a medida que pasa el tiempo
sientes que las fuerzas te abandonan, que ya no puedes más, que ya no sirves
para nada, y hasta pierdes la fe en ti mismo... recuerda que estas palabras
también fueron escritas para ti: "No tengas miedo. Yo soy tu fuerza y tu
victoria"
.

Si la tristeza y la pena te invaden, y la soledad y la amargura han encontrado un
hueco en tu corazón... recuerda: "He aquí que vengo a encender un fuego
sobre la tierra"
y cambiar "vuestros corazones de piedra en corazones de
carne"
, pues "Yo soy la Vida", Yo soy la fiesta.

No escojas los caminos más fáciles ni los más cómodos. Sube hacia las metas
más elevadas; sube por el camino que te hace crecer y te conduce hacia la
trascendencia. Sube por el sendero, aunque no sepas a dónde te lleva: allí
podrás ver Mi gloria, conocer Mi Nombre y escuchar Palabras de Vida.

Sube y no te asustes si el camino es duro: no te faltarán ni el pan ni el agua para
reconfortarte. Y tal vez haya hasta un ángel junto a ti que a subir te ayude. Sube
hacia lo alto para encontrar a Dios; sube hacia la verdad más plena, la fe más
pura y el amor más grande. Sube hacia la cima donde podrás beber el agua
fresca en la fuente de la Palabra Viva, acercarte al Misterio, dejarte envolver por
la nube de fuego y abrir tu corazón a Aquél que en silencio habla.

Pero después, baja del monte porque no se puede estar siempre en la cumbre,
no se enciende una luz para esconderla, no puede almacenarse la alegría y
nadie puede ser feliz a solas.

En las ciudades y los pueblos, en las calles de todos los estados hay muchos
hombres y mujeres que sufren y esperan un poco de luz. Baja pues para
defender los derechos de los más pobres, de aquellos a los que quitaron la viña
y la dignidad y, tal vez, hasta la propia vida... Baja hasta donde están los que
sufren... baja para levantar a los caídos, curar a los que están heridos, romper
las cadenas, enjugar las lágrimas y extender tu mano hacia todos los que
buscan consuelo... Baja para dar vida a las palabras que has escuchado... baja
para llevar a este mundo un poco de paz, amor y justicia; baja para sembrar
alegría.



Mikel Pereira