Dios sostiene el caminar de su pueblo:
“En el desierto, el Señor tu Dios te
llevaba,
como un padre lleva a su hijo, a lo largo de todo el camino que habéis recorrido hasta llegar a este lugar… marchaba delante de vosotros para buscaros lugares donde acampar; lo hacía en forma de fuego durante la noche y en forma de nube durante el día, para indicaros el camino que debíais seguir” (Dt 1, 31-33) El buen camino, el camino que lleva a la
vida,
consiste en practicar la justicia, en ser fiel a la verdad, en buscar la paz: |
EL RINCÓN DE LA MEDITACIÓN
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CAMINA HACIA TI
MISMO |
CAMINA HACIA TI MISMO
La vida de todo hombre es un caminar hacia sí
mismo, la tentativa de un
paseo que no conoce fronteras, el rastro de un sendero que conduce al infinito. Pero si ves que tus rodillas flaquean porque es
largo el camino... si tus ojos
cansados no llegan a distinguir el horizonte... y hasta tu cuerpo fatigado grita: ¡Paz!... pide la gracia de volver al polvo y que el viento disperse tus cenizas por el mundo. Recuerda que tu quehacer en esta vida no ha
terminado mientras poseas un
hálito de vida. Y cuando ya vivas del amor eterno, no te olvides de interceder por todos aquellos que, cegados por una u otra luz, o en medio de las tinieblas, buscamos el sendero que conduce a la eternidad. No juzgues, pero si tienes que hacerlo, recuerda
que no es fácil saber si un
hombre es capaz o no de continuar por el difícil camino que conduce a la vida y la esperanza. Tú has encontrado en tu vida un desafío. Un desafío
que no es más que una
marcha hacia lo más íntimo de ti mismo, hacia la intimidad de tu ser; una marcha para medir lo que tú eres frente a toda clase de tormentas, dificultades y noches de miedo. Saber que eres pobre te ayudará a ser tú mismo. Y a
partir de tu pobreza,
crearás, lucharás, amarás y te admirarás de tu propia libertad. Desde tu pobreza descubrirás que quieres llegar a ser hermano de todos los hombres, sin hacer distinción de razas, color, ideología o credo. Ten la certeza de que llegará un día en el cual ya
no habrá amos y esclavos,
sino tan sólo una inmensa muchedumbre que marchará en una búsqueda común en la que el único “señor” será el otro, y la única “ley” los demás. No podemos ser otra cosa que servidores de los
hombres. No tenemos otra
ley que reconocer en cada ser humano un hermano. Pero, a pesar de que en algunos momentos tu camino
parezca oscuro, y
triste tu destino, tú puedes continuar en silencio y sin murmurar, porque antes que violar tus creencias y convicciones más profundas, puedes tener la seguridad de que nadie puede decidir tu suerte; antes que coger un cuchillo y hacer una carnicería salvaje o quitándote los ojos convertirte en guía de ciegos, puedes decidir sufrir, con la convicción de que Dios caminará contigo mientras tu débil vida continúe y la hierba no cubra tus párpados. Lucha a lo largo de tu vida por pensar, escribir y
vivir como un profeta de tu
tiempo. Que tu voz anuncie y denuncie todas las condiciones de dolor y de esperanza que habitan en el ser humano. No te detengas en mitad del camino. Recuerda que el
peregrino sólo
encuentra su reposo cuando llega al final de su sendero. Levántate. Camina. Vamos, sigue. No te dejes caer:
extenuado, roto, hecho
trizas... pero sigue caminando hasta alcanzar la meta, tu destino. Y por encima de todo, confía en el hombre. No huyas
nunca. Vuelve tu
cabeza y descubre que no caminas solo. Fíjate en las necesidades de los más olvidados. Solidarízate con la lucha de tantos y tantos hombres y mujeres que están oprimidos, aplastados y viven sin esperanza, y crea con ellos un mundo nuevo... Y si te ahogas poco a poco, no lo permitas. Lucha,
lanza un puente más allá
de la soledad que tu propio egoísmo ha creado. Intenta amar y no te conformes con amarte a ti mismo. Ama al mundo con frenesí y serás feliz. Pero, si no quieres estar solo... si quieres tener
un amigo... si quieres amar a
los hombres... no pierdas tu sonrisa, no la pierdas por nada del mundo. No apagues la luz que llevas en tu frente. No tengas demasiada prisa por perder el signo más hermoso que posees, el signo de tu inocente transparencia. Y no te inquietes por las despedidas. Son
necesarias etapas de transición
para los nuevos encuentros. Y es seguro que los amigos se encontrarán antes o después, en un más aquí o en un más allá, en un presente o en un eterno futuro.... Mikel Pereira
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- "Camina por sendas de justicia, por senderos de
derecho" (Proverbios 8, 20)
- "En el sendero de la justicia está la vida"
(Proverbios 12, 28)
- "Por eso has de ir por el camino de los buenos,
seguirás las sendas de los
justos. Porque los rectos habitarán la tierra y los íntegros se mantendrán en ella" (Proverbios 2, 20-21) Jesús puede ser tu guía, tu acompañante y tu
camino:
- “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará un sol que nace
de lo alto, para iluminar a los que andan en tinieblas y en sombras de muerte, y para dirigir nuestros pasos hacia el camino de la paz” (Lucas 1, 78-79) - “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va
al Padre sino por mi” (Juan 14,
6) - “Y sucedió que, mientras ellos conversaban y
discutían, el mismo Jesús se
acercó y siguió con ellos” (Lucas 24, 15) - “Corramos con fortaleza la prueba que se nos
propone, fijos los ojos en Jesús,
el que inicia y consume la fe” (Hebreos 12, 1-2) Y que tu carrera llegue a buen fin:
- “He combatido el buen combate, he llevado a buen
término la carrera, he
conservado la fe” (“ Timoteo 4,7 - “No se trata ni del que quiere ni del que corre,
sino de que Dios tenga
misericordia” (Romanos 9, 16) |