VOLUNTARIADO
VocTEO
 

El término «voluntariado» ha tomado en los últimos decenios un significado más amplio y se aplica a realidades diversas con acepciones no totalmente homogéneas. En sentido general, recuerda el valor de la espontaneidad: en efecto, es voluntaria una acción hecha libremente, sin constricción alguna. Pero, más allá de la clarificación terminológica, lo que define el contenido del voluntariado son sobre todo las diversas tipologías en que se ha venido expresando y las áreas de compromiso dentro de las cuales se ha ido desarrollando. Existe un voluntariado individual y un voluntariado familiar, un voluntariado de grupo y un voluntariado de comunidades estables. Existen formas de voluntariado de tiempo limitado -pensemos en las prestaciones ofrecidas durante el tiempo libre por las propias ocupaciones profesionales y familiares-, pero también existen formas de voluntariado a tiempo completo, durante períodos más o menos largos, como el servicio a los países en vías de desarrollo y la acción de comunidades comprometidas en el ámbito de situaciones de malestar o de marginalidad (drogodependencia, enfermedad, minusvalía, etc.). Es igualmente amplia la gama de áreas en las que hoy se despliega el voluntariado: desde el área socio-asistencial a la socio-sanitaria, desde el área de la animación cultural a la de la protección civil, desde el área deportiva y turística a la de los problemas del Tercer Mundo.

En todo caso, lo que cualifica a la prestación del voluntariado es una acción continuada realizada en primera persona, sin fines de lucro e inspirada en los valores de la solidaridad y del servicio en función de una auténtica promoción humana.

El voluntariado no es patrimonio exclusivo de los creyentes. Históricamente nació y se desarrolló en los contextos sociales donde es central la atención al hombre y a sus necesidades. Pero para los creyentes recibe su último significado de la fe. La conciencia de la paternidad universal de Dios y la certeza de que todos los hombres están llamados en Cristo a la salvación confieren un nuevo sentido al servicio a los hermanos. Este servicio se convierte entonces en compromiso de acogida del Reino, haciendo transparente su alcance de liberación y asegurando al esfuerzo humano un suplemento de esperanza frente a las dificultades y derrotas.

En la comunidad cristiana el voluntariado es expresión concreta de la caridad, que es el signo de reconocimiento entre los que se proclaman discípulos del Señor (Jn 13,35). Alimentando mediante la Palabra y la eucaristía el sentido de la entrega a1 hombre, la comunidad consolida las razones del compromiso de cada uno por los demás; a su vez, el voluntariado la estimula a asumir responsabilidades concretas para con los pobres presentes en el territorio.

El voluntariado tiene, además, un gran valor social. No está dirigido principalmente a enfrentarse con situaciones de emergencia o a desempeñar un papel de suplencia respecto a los incumplimientos del servicio público. Su papel une al servicio directo a las personas la concienciación social y la presión política. En efecto, el voluntariado tiende a sensibilizar a los ciudadanos para que se encarguen directamente de las situaciones de malestar y a comprometer a las instituciones públicas para que eliminen las causas de la marginalidad.

Lejos de sustituir al compromiso profesional, el voluntariado constituye con su misma presencia atenta, discreta, disponible, una solicitación a concebir y a realizar en términos distintos la misma profesionalidad, ofreciendo así la propia aportación a una real humanización de los servicios. Esto supone el desarrollo de una sólida formación, tanto en el plano personal como en el general, y la adquisición de competencias profesionales específicas. Sólo de esta manera puede el voluntariado concurrir a la construcción de un entramado social más justo y . solidario, en el que encuentren respuesta las preguntas de todos.

G. Piana

Bibl.: G. Pasini, Voluntariado en NDTM, 1937-1946; A. Fernández Papillón, El voluntariado social: reconocimiento y marco jurídico en España, Cruz Roja Española, Madrid 1989; I. López de Aguilera, El voluntariado en la acción sociocultural, Ed. Popular Madrid 1990.