MUNIFICENTISSIMUS DEUS
VocTEO
 

Es la Constitución dogmática pontificia con la que el papa Pío Xll el 1 de noviembre de 1950 definió solemnemente como verdad revelada que María, Madre de Cristo redentor, una vez terminado el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial (cf. AAS 42 [ 1950] 770).

Se trata de un documento del Magisterio solemne extraordinario del obispo de Roma, como testigo supremo de la fe y maestro del pueblo de Dios. Su promulgación estuvo precedida por una consulta a todos los obispos de la Iglesia católica, realizada por el papa con el documento Deiparae Virginis, del 1 de mayo de 1946. En él Pío Xll preguntaba a sus hermanos en el episcopado si creían definible la verdad de la Asunción (.71) y si les parecía oportuno definirla. La respuesta positiva casi universal a estas dos preguntas movió al pontífice a la promulgación de la Munificentissimus Deus.

La Constitución apostólica presenta algunas características dignas de atención. En ella se recoge en gran medida y de manera ordenada todo el materiál bíblico y tradicional cristiano que constituye la base y la expresión de la fe del púeblo de Dios en la asunción de María. En ella adquiere una grande y decisiva importancia la fe del pueblo de Dios como testigo de la revelación divina de esta verdad. No se trata sólo de algunos pasajes bíblicos (por lo demás, meramente implícitos y alusivos) ni de las afirmaciones de un largo número de doctores y de teólogos lo que constituye la motivación de la proposición de la Asunción de María como verdad revelada, sino más bien la fe viva y constante del pueblo de Dios en la lectura e interpretación de la palabra bíblica y de la doctrina de la Iglesia: la fe del pueblo de Dios como expresión de la animación y de la guía del Espíritu de Cristo en la comunidad de los creyentes en el plano de la asimilación vital, de la formulación ideal y de la representación visual.

El documento, al ilustrar las diversos aspectos y las distintas dimensiones de la verdad de la Asunción, se resiente lógicamente de la elaboración teológica y de la sensibilidad mariana del período en que se publicó. Así por ejemplo, se pone en él de relieve con cuidado la dimensión cristológica de la Asunción (María es la estrecha colaboradora de Cristo, íntimamente asociada a su misión salvífica y asimilada por tanto a él en su vida y en su situación gloriosa); la dimensión mariológica (la Asunción es un privilegio "insigne" concedido a María) (cf AAS 42 [ 1950] 769), (la coronación de los privilegios concedidos por la generosidad de Dios a la Madre del Redentor): pero no se pone debidamente de manifiesto la dimensión eclesiológica (la Asunción como anticipación de lo que la Iglesia entera cual comunidad de la salvación aguarda y espera para sí misma). Este aspecto se destacará oportunamente más tarde en el concilio Vaticano II (cf LG 68).

En conclusión, la MD es un documento pontificio de extrema importancia, con un sólido arraigo teológico, adecuadamente inserto en lo más vivo de la fe del pueblo de Dios; la formulación dogmática de una verdad de fe vivida desde hacía siglos en la Iglesia entera, que surgió de un sentimiento vivo de piedad mariana y de comunión eclesial.

G. Iammarrone

 

BibI.: pío XII, Munificentissimus Deus, en AAS 42 (1950) 753-771: S, Meo. Asunción, Dogma, historia, teologia, en NDM, 263-270; K, Rahner, Sobre el sentido del dogma de la asunción, en Escritos de teología, 1, Taurus, Madrid 1967, 239-252.