MOLINISMO
VocTEO
 

En sentido estricto, es la doctrina del teólogo jesuita L. Molina (15361600), que reflexionó mucho sobre las relaciones entre la gracia y la libertad: en sentido amplio, indica una perspectiva teológica particular, correspondiente a estas relaciones, que tiene en L. Molina su principal representante.

Para comprender bien el molinismo, hay que tener presente que el concilio de Trento, al tratar de la justificación, había afirmado dos principios irrenunciables para la fe católica: a} la absoluta necesidad de la gracia para realizar el bien y salvarse; b} la auténtica cooperación y libertad del hombre en el ejercicio del bien. Al tener que precisar el papel de la libertad, L. Molina recuerda la importancia decisiva de los "dos polos" (E. Vansteenberghe) : el concurso simultáneo y la ciencia media. En los actos libres, según el teólogo jesuita, la voluntad humana no es sólo un instrumento en las manos de Dios, que es la causa principal, sino que es también causa auténtica de los efectos realizados; el concurso divino es simultáneo y no precedente respecto al ejercicio del acto mismo. Esto vale tanto en el orden natural como en el orden sobrenatural; en este último caso se necesita ciertamente el influjo de la gracia, para que la voluntad pueda producir los actos sobrenaturales, pero no es necesario admitir una moción divina ulterior que determine a la voluntad (como piensan los tomistas).

Para comprender, por otra parte, de qué manera conoce Dios infaliblemente el futuro y dirige a las criaturas al fin previsto para ellas, Molina apela a la scientia media. A diferencia de la scientia naturalis, que es el conocimiento de lo posible, y de la scientia libera, que es el conocimiento de lo real, la scientia media de Dios es el conocimiento de los futuribles, es decir, de lo que se realizará en determinadas circunstancias.

Puesto que Dios, gracias a la ciencia media, conoce lo que hará la voluntad libre en las diversas situaciones en que llegue a encontrarse una persona y sabe, en virtud de la ciencia libre, en qué situaciones llegará efectivamente a encontrarse la persona, puede prever con certeza el buen resultado de la gracia que va a dar a cada uno.

En esta perspectiva, los predestinados son aquellos que han recibido de Dios las gracias con las que han colaborado libremente según la previsión infalible de Dios (ciencia media); los réprobos, por el contrario, no son aquellos a los que Dios no ha concedido las gracias para salvarse, sino los que reciben el castigo debido a su negativa va prevista a salvarse.

Es evidente en el molinismo la intención de reconocer y de afirmar el papel decisivo de la libertad del hombre, tanto en el orden natural como en el sobrenatural. La opción por el bien de parte del hombre provoca el concurso simultáneo de Dios, hace que sea eficaz el don de la gracia, realiza el plan del Creador y conduce de este modo a la salvación. A lo largo de los siglos el molinismo ha suscitado vivos debates y polémicas; es muy clara la postura que contra él adoptó la escuela tomista, protagonizada por el dominico Domingo Bañez (1528-1604).

G. M. Salvati

Bibl.: Molinismo, en ERC, Y 526-529: A Bayón, La escuela jesuítica desde Suárez a Molina, en AA. W , La teología española, II, Fundación universitaria española, Madrid 19871 39-73; B. Parera, La escuela tomista espanola, en Ibíd., 9-38; M. Andrés, Pensamiento, teología y cultura. Historia de la teología, Atenas, Madrid 1989, 142ss.