ESCÁNDALO
VocTEO
 

Según la definición más clásica, copiada generalmente de la que ofrece santo Tomás en la Summa Theologica (11111, q. 43, a. 1), el escándalo es el acontecimiento pecaminoso (acción, omisión, conversación; pero difícilmente el pensamiento, ya que debe tratarse de algo que pueda percibirse desde fuera) del que se deriva para otros la ocasión de pecar o, por lo menos, un daño espiritual. Esto puede depender de la naturaleza misma del acto o de las condiciones particulares del que lo realiza (el que sirve de guía, el que tiene una autoridad institucional o moral...) o de aquellos que sufren su efecto (subordinados, discípulos, personas psíquica o emotivamente débiles...).

Los moralistas suelen distinguir entre escándalo activo y pasivo (o recibido: de todas formas, sólo el primero suele considerarse como escándalo en sentido propio). El escándalo activo se distingue habitualmente en "directo" e «indirecto". Directo es aquel en el que el escándalo va unido a la naturaleza misma del acto realizado, y vale en todos los casos en que se cometa un pecado que implique la cooperación de los otros. La forma más grave se tiene, como es lógico, cuando el fin que se persigue es precisamente causar el pecado o el daño moral de los otros; pero normalmente el fin que se busca directamente es el objetivo pecaminoso en sí mismo. Se tiene escándalo indirecto cuando el acto pecaminoso no implica de suyo el pecado de los otros, pero que se comete sabiendo muy bien que con mucha probabilidad se causará un daño en los demás.

El Magisterio eclesiástico ha dedicado siempre una atención especial al pecado de escándalo, pero se puede observar cierto cambio en lo que se refiere a los pecados de escándalo que se toman en consideración más ordinariamente. En la primera mitad de nuestro siglo aparecen en el centro de la atención la moda, los bailes, la "promiscuidad" juvenil, las lecturas y las películas.

 

Con el Vaticano II queda oficializada una ampliación importante y profética del concepto de escándalo; se habla de escándalo a propósito de la separación entre la fe y la vida en muchos cristianos (GS 4~), de la carrera de armamentos (GS 81), de la desunión entre las Iglesias. Además, la profundización en los estudios bíblicos y la relación más directa con la Escritura ha conseguido que avance la conciencia del hecho de que en la Escritura el concepto de escándalo es algo distinto del que difundía la teología moral (el escándalo es esencialmente el tropiezo) y ha tenido como consecuencia el hecho de que se haya ampliado y relativizado al mismo tiempo la idea de escándalo.

También tiene su origen en la Escritura la idea de que es necesario distinguir entre escándalo pecaminoso y escándalo saludable. Efectivamente en la Biblia se encuentra también la idea de un escándalo querido o permitido por Dios y que, por consiguiente, forma parte de su plan de salvación.

L. Sebastiani

 

Bibl.: J. Guhrt, Escándalo, en DTNT 11, 96101., J Gnilka, Escándalo, en CFT 1, 423427. L, Bender Escándalo en DTM, 453454: A. di Marino, Escándalo, en NDTM, 578:584; B. Haring, Libertad y fidelidad en Cristo, 11, Herder, Barcelona'1983; Íd., L4 ley de Cristo, 11. Herder. Barcelona 1965; Molinski W" Escándalo, en SM, 11, 643-653,