DEÍSMO
VocTEO
 

«Una religión sin misterios para una vida sin enigmas » expresa muy bien, más que cualquier programa, un movimiento complejo y difícil de definir de pensamiento y de orientación cultural, contraria al ateísmo, pero al mismo tiempo reacio a embarcarse en cuestiones metafísicas y a aceptar definiciones dogmáticas de una autoridad religiosa. Una relación «natural» con el Ser supremo (o causa primera), que garantiza un orden moral y civil, sin la implicación de lugares o de momentos de culto.

Sus raíces se encuentran en el Renacimiento (la religio innata de T. Campanella más que la religión hermética y mágica de G. Bruno); de allí toma el rechazo de la especulación clásica y de la filosofía escolástica y adoptando una postura polémica -no siempre explícita- ante el cristianismo, prepara el camino, con diversos éxitos, a la Ilustración y al racionalismo, a través del liberalismo.

En los ambientes franceses encontramos su primera definición lúcida (Viret, Instruction chrétienne, 1564) y su vinculación con otros errores religiosos (P. Mersenne, L'impiété des deistes, athées et libertins du temps 1624).

Pascal lo condena con decisión (Pensées), considerando al deísmo tan contrario al cristianismo como el ateísmo. Es célebre la «Confesión de un vicario saboyano», en el Emilio de J J. Rousseau. También es de orientación deísta el pensamiento, especulativamente poco relevante, de Voltaire y de los enciclopedistas, así como el de los cabecillas de la Revolución francesa.

Pero el desarrollo más importante se encuentra en los ambientes ingleses con Herbert of Cherbury (De veritate prout distinguitur a revelatione, a verosimili, a possibili et a falso, 1624), J. Toland (Christianity not misterious 1696), el teísmo experimental de S. Clarke, que se opone a toda concepción "filosófica" de Dios (A demonstration of the Being andAttributes ofGod, 1705), y la repetición de un tema que posteriormente (Schelling) habría de tener mucho éxito: Christianitv as 01d as the creation, or the Gospel a republication ofthe religion ofnature (1730), de M. Tindal. Resulta capcioso, pero no banal, el acuerdo con el cristianismo que intentó J Locke (Essay on the reasonableness ofChristianitv as delivered in the Scriptures, l695, mientras que D. Hume (Natural history of religion de 1757 y Dialogues concerning natural religion de 1779) señala el paso decisivo a una concepción de una religión pura, «filosófica», que anticipa el «noumeno» kantiano en su negativa a trascender la empiría.

En Alemania, va antes de Kant, hay que recordar la Theologia naturalis (2 vols., 1736-1737), de C. Wolff, el Apparatus ad liberale Novi Testamenti interpretationem (1769), de J S. Semler, la Apologie oder Schutzschrift der vernUftigen Verherer Gottes, de H. S. Reimarus, publicada después de su muerte por Lessing, y Die Erziehung des MenschengeschleChtes ( 1780), de este último. Para Kant (Kritik der reinen Vemunft, 659; trad. castellana: Crítica de la razón pura, Alfaguara, Madrid 91993), en oposición a la teología natural de los teístas, el deísmo expresa una teología trascendental y por tanto le reconoce una función negativa, pero importante, en cuanto que expresa un ideal simple, pero «fehlerfreies». Con las últimas críticas de Schleiermacher y de Schelling, pero también de Kierkegaard, acaba la importancia historiográfica de este término.

S. Spera

 

Bibl.: D. Hume, Dialogos sobre la religión natural, Sígueme, Salamanca 1974; K. H. Weger, La crítica religiosa en los tres últimos siglos. Diccionario de autores y escuelas, Herder Barcelona 1986; G. Gusdorf L.a conciencia cristiana en el siglo de las luces, Verbo Divino, Estella 1977; G. Ferretti, Filosofía de la religión, en DTI, 1. 152-186; M. Álvarez Gómez, Deísmo, en DTDC, 335-340,