CONSEJOS EVANGÉLICOS
VocTEO
 

Esta expresión se refiere a la doble concepción de quienes siguen al Señor a través de los «mandamientos» y los que intentan alcanzar la perfección del seguimiento a través de unas normas de vida particulares. El Vaticano II subrayó que «la santidad de la Iglesia se fomenta también de una manera especial en los múltiples consejos que el Señor propone en el Evangelio para que los observen sus discípulos» (LG 42).

Este texto parece extender los consejos evangélicos más allá de la tríada monástica, abierta a todos los cristianos como sendero y como medio eficaz del mismo seguimiento de Cristo.

 En la tradición evangélica no existe  más que un solo camino hacia la perfección, que coincide con el ser cristiano, tanto en el sentido de Pablo como en el de Mateo (1 Cor 2,6; 3,1-2; Mt 19,21). Algunas reducciones teológicas, que localizaron en el celibato/virginidad lo proprium de la vida según los consejos evangélicos, no parecen encontrar ningún fundamento sólido en los textos. El mismo «consejo" del celibato por el Reino no parece ser que se propusiera en el contexto de una vida estable o comunitaria, regulado por los votos, dado que este aspecto de la vida religiosa necesita algunas mediaciones históricas en el contexto eclesial que explicita sus modos y motivaciones.

Una lectura « sapiencial» de los consejos evangélicos vuelve a plantear el tema de la vocación cristiana a la santidad, que puede experimentarse en diversas formas y en diferentes experiencias históricas, entre las cuales la vida religiosa clásica representa un momento significativo, pero que no hay que absolutizar.

G. Bove

 

  Bibl.: J M. R. Tillard, El proyecto de vida de  los religiosos, Madrid 1974; 5. Alonso, La vida consagrada, Madrid 1974; A, Paoli, Buscando la libertad. Castidad, obediencia, pobreza, Sal Terrae, Santander 1981; 5. de Fiores, Consejos evangélicos, en NDE, 234249,