AVERROÍSMO

Palabra derivada de Averroes (Ibn Roschd, 1 1 28- 1 198), filósofo árabe que se dedicó a comentar las obras de Aristóteles, a quien consideraba como un «ser divino» y «el príncipe de toda la filosofía». Las conclusiones a las que llega Averroes comentando al Estagirita constituyen la base de lo que se llama averroismo latino, que es un conjunto de afirmaciones fuertemente divergentes de las tesis de la filosofía y de la teología de la Iglesia. El averroísmo rechaza la idea de Dios creador y causa primera de todo cuanto existé; Dios conoce sólo lo que es necesario y por eso las criaturas materiales no pueden entrar en el horizonte de sus cuidados, de su providencia y del ejercicio de la causalidad. Contra el dogma de la creación y del comienzo del mundo, los averroístas niegan todo comienzo de las cosas creadas. En el campo de la psicología (entendida como visión de las facultades espirituales del hombre), el averroísmo propone una visión fuertemente distinta de la de los teólogos y filósofos de la Escolástica; piensa qúe el alma no está unida substancialmente al cuerpo, que no forma con el cuerpo una sola substancia, que sea única, corrupptible y mortal. Esta visión implica la negación de algunos de los puntos centrales de la visión cristiana del hombre: la inmortalidad individual, la diferencia esencial entre el hombre y los demás seres animados.

No menos graves son las consecuencias de la visión moral del averroísmo: eliminada la libertad y afirmado el determinismo psicológico, el hombre aparece bajo el dominio total de la necesidad, como cualquier otro de los seres creados, y por eso mismo libre de toda responsabilidad moral. En la lógica, el averroísmo sostiene la teoría de la doble verdad: en relación con el mismo argumento se puede dar una oposición entre las verdades alcanzadas por la inteligencia y las que se conocen por revelación sobrenatural. El partidario más conocido del averroísmo es Sigiero de Brabante, profesor de París, condenado por la autoridad eclesiástica en 1277. Entre los adversarios del averroísmo destaca santo Tomás de Aquino.

G. M. Salvati

 

Bibl.: Averroismo, en DF 162-164; A, Chollet, Averroisme, en DTC itZ, 2628-2638,