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Juan Pablo II nombra a los primeros cardenales del nuevo milenio

El Papa envía ayuda económica a El Salvador

La unidad de los cristianos es hoy una de las tareas «más comprometedoras»

La Cáritas de todo el mundo se moviliza a favor de El Salvador

Cáritas de El Salvador: La tragedia es muy superior a las cifras oficiales

Gloria Macapagal Arroyo, una católica vuelve a salvar Filipinas del caos

Tierra Santa: Un testimonio de oración interconfesional en plena violencia

«L´Osservatore Romano» censura éticamente las corridas de toros

Juan Pablo II llama a hacer una «conversión ecológica»

Antonio Gaspari: El desafío, una «ecología optimista»



Juan Pablo II nombra a los primeros cardenales del nuevo milenio
Sorprende el elevado número de arzobispos de América Latina

CIUDAD DEL VATICANO, 21 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II anunció este mediodía, en su tradicional encuentro dominical con los peregrinos, el nombre de los primeros cardenales creados en el tercer milenio. En la lista no faltan sorpresas.

Entre los nuevos cardenales, 11 son cercanos colaboradores del pontífice en la Curia Romana, 21 son arzobispos de importantes diócesis del mundo, y cinco han sido auténticas sorpresas.

Además, el Santo Padre ha deparado una sorpresa al elevar a la dignidad cardenalicia a cinco obispos o sacerdotes que han superado ya los ochenta años (no podrán participar en el próximo cónclave de elección del pontífice). Con este gesto, como él mismo reconoció, el obispo de Roma pretende hacer un reconocimiento de toda una vida ofrecida al servicio de la Iglesia.

A primera vista, al leer la lista de nuevos cardenales, el dato más significativo es el del elevado número arzobispos que proceden de América Latina. Por primera vez el Papa ha nombrado diez cardenales de los países evangelizados por los misioneros de la península ibérica, donde hoy se encuentra casi la mitad de la población católica del planeta.

Se trata de los argentinos Jorge María Mejía, archivista y bibliotecario de la Santa Romana Iglesia y Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires; de los brasileños Geraldo Majella Agnelo, arzobispo de San Salvador da Bahía y Claudio Hummes, arzobispo de Sao Paulo; del ecuatoriano Antonio José González Zumárraga, arzobispo de Quito; del colombiano Pedro Rubiano Sáenz, arzobispo de Bogotá; del chileno Francisco Javier Errazuriz Ossa, arzobispo de Santiago; del hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, de Ignacio Antonio Velasco García, arzobispo de Caracas; del peruano Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima.

El Papa ha nombrado, además, un cardenal de España, Francisco Alvarez Martínez, arzobispo de Toledo y primado de ese país; y dos de Portugal, el patriarca de Lisboa, José Da Cruz Policarpo, y José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Juan Pablo II ha nombrado también a tres cardenales de Estados Unidos. Dos ya eran esperados. Se trata de los arzobispos de Washington, Theodore E. McCarrick, y Nueva York, Edward Michael Egan. Además, en reconocimiento a su larga y fecunda carrera teológica, el pontífice ha elevado a la dignidad cardenalicia al sacerdote Avery Dulles, teólogo jesuita, profesor de la Fordham University de Nueva York.

La geografía del catolicismo está representada además en el colegio cardenalicio por Ivan Dias, arzobispo de Bombay (India); Desmond Connell, arzobispo de Dublín (Irlanda); Audrys Jouzas Backis, arzobispo de Vilnius (Lituania); Bernard Agré, arzobispo de Abidjan (Costa de Marfil); Louis Marie Billé, arzobispo de Lyon (Francia); Severino Poletti, arzobispo de Turín (Italia); Cormac Murphy-O’Connor, arzobispo de Westminster (Gran Bretaña); y el arzobispo mayor de los sirios-malabareses de la India, Varkey Vithayathil.

Entre los nuevos cardenales de la Curia romana, se encuentran los arzobispos Giovanni Battista Re, prefecto de la Congregación para los Obispos (italiano); Francois Xavier Nguyen van Thuan, presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz (vietnamita); Agostino Cacciavillan, presidente del Patrimonio de la Sede Apostólica (italiano), y Sergio Sebastiani, presidente de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede (italiano).

Asimismo, recibirán el capelo cardenalicio los arzobispos de la Curia Romana Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación católica (polaco); Crescenzio Sepe, secretario general del comité del gran Jubileo del Año 2000 (italiano), el patriarca Ignace Moussa Idaoud, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales (sirio); Mario Francesco Pompedda, prefecto del Tribunal Supremo de la Sede Apostólica (italiano), y Walter Kasper, secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (alemán).

Por lo que se refiere a las cinco «sorpresas», además del antes mencionado padre Dulles, el Papa ha creado cardenales al patriarca de Alejandría de los Coptos, Stephanos II Ghattas, quien acogió al pontífice en su peregrinación jubilar realizada a Egipto el mes de febrero pasado; del arzobispo emérito de Tours (Francia), Jean Honoré, quien desempeñó un papel importante en la redacción del Catecismo de la Iglesia Católica de 1992; el sacerdote jesuita Roberto Tucci, del Comité directivo de «Radio Vaticano» y encargado de preparar los viajes internacionales del Papa; y de monseñor Leo Scheffczyk, brillante teólogo de la arquidiócesis de Munich (Alemania).

«Los nuevos purpurados --dijo el Papa al presentar a los designados-- provienen de varias partes del mundo. En sus filas se refleja muy bien la universalidad de la Iglesia con la multiplicidad de sus ministerios. Junto a prelados beneméritos por el servicio que han rendido a la Santa Sede, se encuentran pastores que gastan sus energías en el contacto directo con los fieles».

Con este nuevo grupo de cardenales, de ellos 32 con menos de 80 años, se rebasa el límite de 120 fijado por Pablo VI, por lo que en un eventual cónclave elegirían nuevo pontífice 129 purpurados.

Juan Pablo II reveló también que tiene la intención de «anunciar próximamente» los nombres de dos cardenales que él mismo se había reservado «in pectore» en el consistorio de 1998 por razones de prudencia pastoral.

El consistorio en el que el obispo de Roma creará a los nuevos cardenales tendrá lugar el próximo 21 de febrero. Será el octavo de su pontificado.



El Papa envía ayuda económica a El Salvador
En su representación viaja al país centroamericano el arzobispo Cordes

CIUDAD DEL VATICANO, 21 enero 2001 (ZENIT.org).- Para manifestar su cercanía con las poblaciones afectadas por el reciente terremoto que ha devastado América Central, Juan Pablo II ha enviado su propia ayuda económica y ha pedido a uno de sus cercanos colaboradores que visite la región en su nombre.

De este modo, el próximo martes viajará a El Salvador el presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum», el arzobispo Josef Cordes, quien llevará consigo 100 mil dólares de parte del Papa. La noticia fue confirmada ayer por un comunicado distribuido por la Sala de Prensa de la Santa Sede.

La visita de monseñor Cordes, explica el texto, quiere ser un «signo de la cercanía de Juan Pablo II hacia las poblaciones afectadas».

Durante su permanencia en El Salvador, el arzobispo alemán se encontrará con algunas de las familias damnificadas, con los obispos del país, con el presidente de la República Francisco Flores y con exponentes de las instituciones que colaboran en la acción de socorro.

Monseñor Cordes, como presidente del Consejo Pontificio «Cor Unum» tiene por misión alentar y coordinar la acción de las instituciones de ayudas católicas de todo el mundo. Todas las organizaciones de Caritas del mundo se están movilizando para poder enviar ayuda y asistencia a Caritas El Salvador.

La cifra de fallecidos en El Salvador por el terremoto de 7,6 grados en la escala de Ritcher que asoló a Centroamérica el pasado 13 de enero asciende a 704, según el rotativo salvadoreño «El Diario de Hoy» en su edición digital.

Se puede enviar ayuda a la cuenta corriente de Caritas El Salvador en:
Cuenta nr. 001-1-738747 Chase Manhattan Bank of New York, Banco de Comercio de El Salvador ABA 021000021 para abonar la cuenta corriente de Caritas de El Salvador NO 02-03-02510-6. Causal: Terremoto 13 Enero.



La unidad de los cristianos es hoy una de las tareas «más comprometedoras»
Juan Pablo II impulsa la Semana de Oración ecuménica

CIUDAD DEL VATICANO, 21 enero 2001 (ZENIT.org).- La búsqueda de la unidad entre los cristianos separados en diferentes Iglesias y comunidades es, según Juan Pablo II, uno de los compromisos prioritarios en estos momentos.

El pontífice lo afirmó esta mañana al encontrarse a mediodía con miles de peregrinos que se habían reunido en la plaza de San Pedro, a mediodía, antes de anunciar el nombre de los 37 nuevos cardenales que creará en el consistorio del próximo 21 de febrero.

El obispo de Roma recordó que en estos momentos los casi dos mil millones de cristianos celebran una Semana de Oración por la unidad rota. Este acontecimiento concluirá, en Roma, el 25 de enero, con una ceremonia que será presidida por el Papa en la Basílica de San Pablo Extramuros.

La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, explicó el Santo Padre, «tiene este año un valor singular porque se celebra a pocos días de la conclusión del gran Jubileo, durante el cual hemos profesado con alegría siempre nueva que Cristo es el único salvador del mundo ayer hoy y siempre».

De hecho, añadió, «la búsqueda de la unidad constituye unas de las tareas más comprometedoras a la que los discípulos de Cristo están llamados».

«Al inicio del nuevo milenio, salimos al encuentro del futuro en esta perspectiva de fe --concluyó Juan Pablo II--. Que Dios nos conceda la fuerza inagotable de su Espíritu capaz de sorpresas siempre nuevas».




La Cáritas de todo el mundo se moviliza a favor de El Salvador
Lanzan campañas de recaudación de ayuda

MADRID, 17 enero 2001 (ZENIT.org).- Veinticuatro horas después de la petición urgente de ayuda lanzada, el 15 de enero, por la Cáritas de El Salvador, numerosas Cáritas de todo el mundo han movilizado sus recursos para apoyar las labores de asistencia a las víctimas de la catástrofe que lleva a cabo sobre el terreno la Cáritas local.

Hasta ayer, ocho Cáritas de países donantes --Bélgica, Reino Unido, Alemania, España, Suiza, Italia y Hong Kong, Estados Unidos-- habían destinado a El Salvador de sus fondos especiales de emergencia una suma total cercana a los 550.000 dólares.

Ahora, estas Cáritas han lanzado campañas en los diferentes países para sensibilizar a la generosidad de la gente y poder así hacer más decisiva su propia contribución.

Ha sido sorprendente, por ejemplo, la respuesta al llamamiento lanzado por Cáritas española, quien ha abierto una línea telefónica para informar sobre la situación de El Salvador (902 33 99 99 ) que puede consultarse también en la página web (http:// http://www.caritas-espa.org/elsalv.html). De este modo, pueden encontrar los números de cuentas corrientes a los que se pueden enviar los donativos.

En las primeras 48 horas que siguieron a su anuncio Cáritas ha recogido entre la población española 600 mil dólares con este objetivo. Hay que hacer notar que en estos fondos se computan únicamente las aportaciones realizadas a través de las cuentas abiertas a nivel nacional por Cáritas Española, por lo que faltan por añadir las recaudaciones realizadas a través de las cuentas abiertas por cada una de las 68 Cáritas Diocesanas existentes en el país.

No sólo Cáritas se moviliza, sino también las mismas Iglesias. La presidencia de la Conferencia Episcopal Italiana, por ejemplo, ha decidido ya el envío de un millón y medio de dólares.

Por su parte, en Estados Unidos, el Catholic Relief Services (equivalente a la Cáritas en ese país), ha enviado 250.000 dólares de sus fondos de emergencia.

Dentro de El Salvador, la Iglesia católica y su organización para la acción social, Cáritas, ha sumado sus esfuerzos al Comité de Emergencia creado por el Gobierno salvadoreño y en el que participa monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador y vicepresidente de Cáritas Internacional para América Latina y el Caribe.

Como organización miembro de este Comité, el Gobierno de El Salvador ha confiado a la Cáritas Salvadoreña responsabilidades concretas de distribución de la ayuda gubernamental a los damnificados.

Por su parte, el director de Cáritas El Salvador, Gilberto Gallegos, ha insistido en la conveniencia de recibir de forma prioritaria ayuda económica, dado que todos los materiales necesarios para la emergencia puede ser adquiridos en la zona, con lo que, además de agilizar los aspectos logísticos de la distribución, se evitan numerosos trámites burocráticos.

La acción de los trabajadores y voluntarios de la Cáritas local abarca todos los departamentos del país, aunque está siendo especialmente intensa en las diócesis de Santiago de María y Sonsonate, dos de las más afectadas por el terremoto.

Mientras que en Santiago de María, entre el 80 y el 90 por ciento de las viviendas han sido destruidas por el terremoto, en Sonsonate hay comunidades en las que han desaparecido más del 60 por ciento de las edificaciones. Las primeras evaluaciones realizadas por la Cáritas Salvadoreña hablan de una cifra de muertos superior a las que se están proporcionando de forma oficial y de un porcentaje de daños muy elevado.



Cáritas de El Salvador: La tragedia es muy superior a las cifras oficiales
Piden la condonación de la deuda externa de El Salvador

MADRID, 19 enero 2001 (ZENIT.org).- Gilberto Gallegos, director de la Cáritas Salvadoreña, aseguraba al mediodía de hoy (madrugada en El Salvador) que la situación sigue siendo crítica en el país centroamericano y que la verdadera magnitud de la tragedia todavía se desconoce.

«Hay comunidades rurales de las que no se tenía noticias y cuyos líderes están llegando a los municipios más grandes para pedir ayuda, porque no se ha recibido ninguna», explicó al servicio de información de Cáritas en España.

Gallegos estima que, «conservadoramente», se podría hablar de 250.000 personas damnificadas y 4.000 muertos (aunque las cifras oficiales hablan sólo de 800 víctimas mortales), además de 47.000 desplazados por la catástrofe.

Estos datos podrán completarse mañana, tras la reunión que hoy celebrará la Junta Nacional de Cáritas El Salvador para llevar a cabo una evaluación más exhaustiva de los daños causados por el terremoto y de las necesidades para atender a los miles de damnificados.

Tanto Cáritas como la Iglesia salvadoreña en general han movilizado a todos sus colaboradores para atender a las víctimas de la tragedia. Voluntarios de las 8 Cáritas Diocesanas del país y de las 350 Cáritas Parroquiales están dedicando todo su esfuerzo a las tareas de socorro y atención a los afectados por el terremoto. Incluso se han desplazado equipos de emergencia desde zonas no afectadas del país, como Chalatenango, hacia las más perjudicadas, como Sonsonate o Usulután.

Por su parte, el presidente de Cáritas Española, José Sánchez Faba, pidió ayer al Gobierno español, ante los micrófonos de la Cadena radiofónica COPE, que condone la deuda externa que tiene contraída El Salvador con ese país. El Departamento de Cooperación Internacional de Cáritas en España recuerda que el país centroamericano sufre de manera permanente «un terremoto de 4.043 millones de dólares» (es decir, el montante total de su deuda externa).



Gloria Macapagal Arroyo, una católica vuelve a salvar Filipinas del caos
Hija del presidente que precedió a Marcos y con un amplio respaldo popular

MANILA, 21 enero 2001 (ZENIT.org).- A mediodía de ayer juraba como decimocuarta presidenta de Filipinas, ante la multitud reunida frente al Santuario de Edsa, Gloria Macapagal Arroyo.

«Esta vez --dijo el cardenal Jaime Sin, arzobispo de Manila-- no es una victoria contra la dictadura sino contra la inmoralidad, la corrupción y la avaricia».

En un breve discurso, la presidenta Macapagal Arroyo ha delineado las cuatro prioridades de su mandato: vencer a la pobreza en un decenio; mejorar el nivel moral del Gobierno y la sociedad; cambiar la políticas para lograr auténticas reformas; y, por último, un liderazgo fundado en el ejemplo y no en la retórica.

Por segunda vez una mujer, católica, podría salvar a Filipinas del desastre al que la estaba conduciendo un presidente «inmoral». La misma definición que usaron los obispos para Marcos ahora ha servido para el depuesto Joseph Estrada.

Gloria Macapagal Arroyo resume en su persona los valores que empujaron al pueblo filipino a volverse contra el dictador Ferdinand Marcos hace 15 años y lo han vuelto a lanzar a la calle para arrojar del poder al corrupto Estrada.

Arropada por quienes habían conducido aquella revolución pacífica con un fuerte sello católico, aunque de más amplio alcance, pues reunía a gran parte de las fuerzas democráticas del país, Gloria Macapagal Arroyo se había presentado a la multitud en la víspera de su acceso a la presidencia, vestida de amarillo, el color del «People Power» de 1986.

Junto a esta mujer, señalada por el «Asian Week» como una de las más influyentes de Asia, para expresarle públicamente su apoyo, se situaban los protagonistas de aquella revolución popular: el cardenal Jaime Sin, Corazón
Aquino y Fidel Ramos, el general que apoyó aquél movimiento y sucedió a Aquino en la presidencia.

El portavoz de Gloria Macapagal Arroyo, Renato Corona, indicó ayer que ésta había rechazado la petición (no oficial) de Estrada de gozar de una amnistía como condición para presentar la dimisión como presidente.

«Estrada no está en posición de negociar o de hacer concesiones. La única opción que le queda es la dimisión», dijo Corona.

Gloria Macapagal-Arroyo es también la segunda mujer que asume la presidencia en Filipinas, después de Aquino. Tiene un amplio respaldo popular ya que, en los últimos años, ha logrado varios récords en la historia democrática de Filipinas.

Según indica su biografía oficial, en 1995, obtuvo casi 16 millones de votos, el mayor número de votos a un candidato en la historia del país. En 1998, ganó por un margen de 7 millones de votos sobre su más cercano rival, el mayor margen de la historia de Filipinas. Durante más de 5 años, desde diciembre de 1994, permaneció en la cima de las preferencias de los filipinos según los sondeos.

Es hija del presidente democrático que había precedido a Marcos, Diosdado Macapagal, que fue conocido por su integridad y su estilo de vida sencillo y digno. Bajo el mandato del padre, este país era el segundo en desarrollo económico en Asia, después de Japón.

Estudió con brillantes calificaciones en el colegio católico de la Asunción y obtuvo la calificación universitaria de «Magna cum laude» en Comercio en el centro universitario del mismo nombre. Hizo dos años de postgrado en la
Universidad de Georgetown (Washington), donde fue compañera de clase de Bill Clinton. Además, es doctora en Economía por la Universidad de Filipinas.

Durante el mandato de la presidenta Cory Aquino llegó a ser subsecretaria del Ministerio de Comercio e Industria. Fue elegida senadora en 1992 y, desde su escaño, fue redactora de 55 leyes en el campo de las reformas económicas y sociales. Fue elegida vicepresidente en 1998 y nombrada por Estrada ministra de Bienestar Social y Desarrollo.

Ha demostrado sus capacidades no sólo como economista sino también como educadora (empezó a trabajar como profesora de Economía en varios centros universitarios), periodista (durante su participación en el Gobierno de Cory Aquino mantuvo un programa televisivo dirigido a los campesinos emitido por «Channel 4») y funcionaria de la Administración del Estado.

Está casada con un abogado y hombre de negocios, José Miguel Tuason Arroyo, nieto del último senador de Iloilo, José María Arroyo. Tienen tres hijos Mikey, Luli, y Dato.

Fue propuesta al Senado por varias asociaciones y publicaciones y elegida mujer del año por la Asociación de Educación Católica de Filipinas.

Como ministra de Bienestar Social y Desarrollo, introdujo el «Ahon Bayan», un fondo para recabar donaciones a los proyectos sociales de su departamento, así como el «Ahon Bata sa Lansangan», una iniciativa en favor de los niños de la calle.

Entre sus mayores compromisos están la expansión del «Comprehensive and Integrated Delivery of Social Services» (CIDSS) y la implementación del «Early Childhood Development Projects».

Aparte de este apabullante curriculum , la pregunta es si Gloria Macapagal Arroyo, logrará reunir un amplio respaldo popular, tras los años caóticos que ha vivido Filipinas durante la presidencia del populista Joseph Estrada, un actor televisivo.

El padre Alessandro Vavassori, misionero en Filipinas desde hace décadas, responde: «Sí es una persona popular.
Digamos que no goza de la popularidad de Cory Aquino. Pero es también muy estimada por la gente».

Según este misionero italiano que trabaja en Manila, «el cardenal Sin ha lanzado un llamamiento a la movilización y la gente ha decidido responder a su llamada en defensa de la verdad. Los colegios católicos han suspendido las clases para permitir a profesores y alumnos participar en las manifestaciones».

El reconocimiento de Gloria Macapagal Arroyo ha sido inmediato por algunos de los más influyentes países del mundo: Japón, Tailandia, Australia, Canadá y Estados Unidos. Le ha llegado incluso un caluroso saludo del Gobierno chino, que la ha definido como una «amiga», recordando la visita realizada a Pekín cuando era vicepresidenta.



Tierra Santa: Un testimonio de oración interconfesional en plena violencia
Los cristianos rezan por la unidad en una Jerusalén que no encuentra la paz

JERUSALÉN, 21 enero (ZENIT.org).- En una Jerusalén que no encuentra la tan deseada paz, se inicia hoy la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos. Una cita a la que acuden casi todas las confesiones cristianas que abren las puertas de sus iglesias a la acogida festiva y fraterna.

El octavario empieza hoy, debido a que la Navidad armenia se celebra el 19 de enero y, por tanto, hay que esperar a que acabe esta fiesta para que sus fieles puedan unirse a la oración común.

Esta experiencia espiritual deja cada año en Tierra Santa la nostalgia de llegar pronto a una verdadera unidad en la diversidad. El calendario de las celebraciones se abre en la catedral anglicana de San Jorge y se concluye en la greco-melquita católica de la Anunciación.

En los restantes días, tienen lugar en la catedral armeno-ortodoxa de Santiago, en la iglesia luterana del Redentor, en la parroquia católica del Salvador, en la catedral etíope-ortodoxa y en la iglesia de San Marcos de los siro-ortodoxos. A esta iglesia van también los fieles coptos que se alternan anualmente en la preparación de la oración con los sirios en sus respectivas iglesias.

El punto central de la semana es el jueves, la oración común en el Cenáculo, donde las oraciones y lecturas del antiguo y nuevo Testamento, así como los cantos, son expresión de todos los ritos. Su organización está confiada a los padres benedictinos de la abadía Maria Hagia Sion. Desde hace algún año, participan también judíos mesiánicos y judíos bautizados.

El mayor problema de este octavario es la renuencia a participar de la Iglesia greco-ortodoxa. A pesar de ello, un representante suyo, el archimandrita Atanasios, participa en las funciones litúrgicas y se une a la oración común del Padrenuestro o a la bendición conjunta a los fieles por parte de los obispos. Fue significativo ayer el hecho de que el unicio litúrgico de la semana comenzara uniéndose al rezo del oficio de «Apodeipnon» (Completas), recitado por los monjes greco-ortodoxos en el Calvario, es decir en la Basílica del Santo Sepulcro.

Hoy por la tarde, antes de la celebración en la catedral anglicana, muchos se han encontrado en Belén, en el monasterio de las religiosas greco-melquitas del Emmanuel, para escuchar el tradicional informe sobre las actividades ecuménicas del año precedente, realizado por el padre Frans Bouwen, experto en el diálogo ecuménico.



«L´Osservatore Romano» censura éticamente las corridas de toros
El sufrimiento inútil provocado a un animal es injustificado

CIUDAD DEL VATICANO, 19 enero 2001 (ZENIT.org).- «No hay justificación para que el hombre haga sufrir a inútilmente los animales». Así de claro lo escribe el diario oficioso de la Santa Sede en un artículo en el que afronta cuestiones tan delicadas como el valor ético de las corridas de toros.

El artículo, publicado por «L’Osservatore Romano» (edición francesa 16 de enero de 2001, p. 10) con el título «Por una relación más justa con los animales», está firmado por Marie Hendrickx, teóloga que trabaja en Roma al servicio de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo prefecto es el cardenal Joseph Ratzinger.

La intervención del órgano informativo vaticano cobra interés tras dos importantes llamamientos lanzados recientemente por Juan Pablo II: «¡Salvemos al hombre!» (el 13 de enero al dirigirse al Cuerpo diplomático) y la invitación a evitar «la catástrofe ecológica» a favor de una «ecología humana» en su última audiencia general (Zenit, 17 de enero).

«Si una relación justa con Dios hace justas a las personas y benevolentes en su relación con los animales, la benevolencia hacia los animales podría por su parte despertar en el corazón del hombre sentimientos de admiración y alabanza por la obra grandiosa del Creador del Universo», escribe la teóloga belga.

Respondiendo a las organizaciones ecologistas que reprochan a la Iglesia su visión bíblica de la realidad, según la cual el medio natural es considerado como el marco de la actividad humana, el artículo plantea interrogantes decisivos.

«El derecho a servirnos de los animales para alimentarnos, ¿implica el criar a los pollos en batería, en un espacio más pequeño al de una hoja de papel? O el que las terneras estén encajonadas en un recinto en el que no se pueden mover y en el que no verán la luz?», pregunta.

«El derecho a utilizar los animales para la confección de los vestidos --añade--, ¿implica el dejar morir lentamente de hambre, de sed y de frío o de hemorragia en trampas a animales cuya piel es preciosa?».

También el pasatiempo está comprendido en los interrogantes suscitados por el artículo. «El derecho a ser asistidos por animales en nuestro tiempo libre, ¿implica el matar a los toros después de haberles atormentado durante un buen tiempo con banderillas? ¿Implica el reventar los caballos? ¿Implica el lanzar gatos o cabras de lo alto de un campanario?».

La lista podría continuar. La teóloga escoge un caso concreto para argumentar su respuesta, la experimentación científica con los animales. La versión del Catecismo de la Iglesia Católica de 1992 decía que «Los experimentos médicos y científicos en animales, si se mantienen en límites razonables, son prácticas moralmente aceptables, PUES contribuyen a cuidar o salvar vidas humanas» (n. 2417).

La versión definitiva del Catecismo publicada después dice: «Los experimentos médicos y científicos en los animales son prácticas moralmente aceptables SI permanecen en los límites razonables y contribuyen a curar y ahorrar vidas humanas».

El cambio que ha hecho la Iglesia, explica Hendrickx, está en que el «pues» se convierte en «si» condicional. «Ya no se acepta a priori el que los experimentos médicos y científicos contribuyan a curar o ahorrar vidas humanas. Antes de ser legítimas, estas operaciones deben demostrar su utilidad».

El número 2418 del Catecismo, en este sentido, es claro: «Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas».

En particular, la teóloga afronta el tema de los espectáculos basados en la lucha y sufrimiento de los animales, como las corridas de toros. «Un atentado a la vida, un sufrimiento infligido a un ser humano, que es un fin en sí mismo, sólo es moralmente justificable en el caso en que permita a quien lo sufre (y eventualmente a otros) vivir mejor, intensificar y mejorar sus relaciones humanas, acercarse a Dios. En el caso de los animales, el sufrimiento no puede ser infligido legítimamente si no es en condiciones análogas».

«Esta observación --concluye la teóloga-- puede ayudar a aclarar el problema de los espectáculos, que comportan violencia contra los animales».

Reconoce que con frecuencia se trata de fiestas ricas de color y de folclore, y «es fácil comprender el que las masas queden fascinadas por el espectáculo de la inteligencia humana que triunfa contra la fuerza bruta y desencadenada».

«Puede comprenderse, además, que de esta experiencia surja un sentimiento de solidaridad y emoción común, que parece justificar el sacrificio del animal y el riesgo que puede correr el hombre», añade. Pero, pregunta, «¿se trata de una solidaridad real, de un acercamiento auténtico entre las personas? ¿Se da una auténtica purificación colectiva de la agresividad?».

No, afirma Hendrickx, más bien sucede lo contrario. «Hay que poner todos los medios para lograr aquello que constituye el valor del espectáculo, pero sin que eso se haga a expensas del animal y sin riesgos excesivos para el hombre».



Juan Pablo II llama a hacer una «conversión ecológica»
Para evitar la catástrofe aboga por una «ecología humana»

CIUDAD DEL VATICANO, 16 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II exigió esta mañana una «conversión ecológica» como condición indispensable para evitar una «catástrofe» hacia la que en ocasiones parecería encaminarse el hombre.

La armonía de las relaciones del hombre con la naturaleza «es trastornada continuamente por el pecado humano», reconoció. De este modo, al encontrarse esta mañana con miles de peregrinos de los cinco continentes con motivo de la tradicional audiencia general de los miércoles, el Santo Padre abogó con claridad a favor de una «ecología humana».

Una ecología, aclaró, «que haga más digna la existencia de las criaturas, protegiendo el bien radical de la vida en todas sus manifestaciones y preparando a las generaciones futuras un ambiente que se acerque más al proyecto del Creador».

Biblia y ecología
Juan Pablo II, que tras concluir este Jubileo está afrontando en este tipo de citas con los peregrinos la manera en que ha de vivirse el compromiso de los cristianos en la vida social a inicios del milenio, afrontó el argumento haciendo un repaso de los textos ecológicos de la Biblia.

De este modo, se detuvo a analizar particularmente los primeros capítulos del Génesis, en donde Dios entrega al hombre el señorío sobre la naturaleza, que en el lenguaje bíblico se simboliza con el gesto de «poner un nombre» a las criaturas. Ahora bien, advirtió, el Creador no ha hecho al hombre «déspota autónomo» de la naturaleza, «no es la misión de un dueño absoluto e incensurable, sino la de un ministro del Reino de Dios, llamado a continuar con la obra del Creador, una obra de vida y de paz».

Síntomas de catástrofe
«Por desgracia --constató el obispo de Roma--, al recorrer con la mirada las regiones de nuestro planeta, nos podemos dar cuenta inmediatamente de que la humanidad ha decepcionado la expectativa divina».

De este modo, el pontífice denunció que «el hombre ha devastado sin dudarlo llanuras y valles boscosos, ha contaminado aguas, ha deformado el hábitat de la tierra, ha hecho irrespirable el aire, ha trastornado los sistemas hidro-geológicos y atmosféricos, ha desertizado espacios verdes, ha establecido la industrialización salvaje, humillando --por usar una imagen de Dante Alighieri-- ese "huerto" que es la tierra, nuestra morada».

«Ecología humana»
«Por eso --propuso--, es necesario estimular y apoyar la "conversión ecológica" que en estas últimas décadas ha hecho a la humanidad más sensible con respecto a la catástrofe hacia la que se estaba encaminando».

Las palabras del pontífice denotaban preocupación: «no está sólo en juego una ecología "física", atenta a tutelar el hábitat de los diferentes seres vivientes, sino también una ecología "humana" que haga más digna la existencia de las criaturas».

El Papa concluyó invitando a descubrir a Dios en la belleza de la creación, citando un pensamiento de la tradición judía «chassidim» que dice: «Dondequiera que vaya, ¡Tú! Dondequiera que me detenga, ¡Tú!... Dondequiera que me dé la vuelta, dondequiera que me maraville, sólo Tú, de nuevo Tú, siempre Tú».



Antonio Gaspari: El desafío, una «ecología optimista»
El experto en temas ambientales analiza la última intervención del Papa

ROMA, 18 enero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II pidió ayer una «conversión ecológica» al afrontar el candente argumento de las relaciones entre el hombre y el ambiente. Un llamamiento que ha tenido resonancia en los medios de información mundiales y que Zenit ha querido profundizar con un experto en la materia, Antonio Gaspari.

Director de la agencia especializada «Greenwatch-news», este periodista italiano ha escrito numerosos libros sobre el argumento. El último, que acaba de salir a las librerías italianas lleva por título «De Malthus al racismo verde - La auténtica historia del movimiento por el control de los nacimientos» («Da Malthus al razzismo verde - La vera storia del movimento per il controllo delle nascite»).

«Conversión ecológica»
El Papa, en la audiencia general de ayer, explicó ilustrando el primer libro de la Biblia, el Génesis, que Dios ha entregado al hombre el señorío sobre la naturaleza; ahora bien, añadió, el Creador no le ha hecho «déspota autónomo». Su misión es un «llamado a continuar con la obra del Creador, una obra de vida y de paz» (Cf. Juan Pablo II: «El compromiso para evitar la catástrofe ecológica»).

De este modo, propuso que esta «conversión» dé origen a una «ecología humana», «que haga más digna la existencia de las criaturas».

«Cuando el Papa habla de "ecología humana" --aclara Antonio Gaspari-- se refiere a una concepción ética precisa, según la cual, el equilibrio del ecosistema, la defensa y la salubridad del ambiente exigen la responsabilidad del hombre en la utilización del conocimiento científico y de la tecnología, como instrumentos para curar las plagas del hambre, vencer las enfermedades, proteger a la humanidad de los desastres naturales».

El hombre, ¿cáncer del planeta?
Una visión diferente a la de algunas organizaciones ecologistas radicales que conciben el hombre como el mayor peligro para la naturaleza. Gaspari explica: «Se trata de puntos de vista radicalmente enfrentados. Mientras el Santo Padre exige una mayor responsabilidad ética de las personas, esas asociaciones ecologistas hablan del hombre como "cáncer del planeta". Mientras el pontífice denuncia el escándalo del hambre en un mundo en el que Dios nos ha puesto a disposición una gran cantidad de recursos, esas organizaciones, en nombre de la falta de recursos ambientales piden el control demográfico en las regiones más pobres del planeta».

«En la audiencia de ayer --insiste el experto en cuestiones ecológicas--, Juan Pablo II subrayó la vocación del hombre y la mujer, creados a "imagen de Dios", que han recibido la misión de "fecundar, multiplicar y llenar la tierra, subyugándola y dominando los peces del mar, los pájaros del cielo y todo ser que vive sobre la tierra". Un señorío que no es "absoluto", sino delegado por Dios. Por el contrario, algunas asociaciones ecologistas tienden a eliminar toda diferencia ontológica entre el hombre y los demás seres vivientes, cancelando de este modo la superior responsabilidad del hombre en relación con las demás realidades naturales».

Ecología optimista
En la presentación que se hizo de su último libro «De Malthus al racismo verde - La auténtica historia del movimiento por el control de los nacimientos», e-mail 21mo.secolo@ciaoweb.it), Antonio Gaspari lanzó un llamamiento a favor de una «ecología optimista».

«Se trata de un manifiesto --explica--, suscrito por hombres de ciencia y profesores universitarios, en el que se expresa una concepción de la defensa del ambiente en línea con esa "ecología humana" propuesta por el Santo Padre. Se trata de un gobierno de la creación fundado sobre una idea más optimista del hombre y de sus potencialidades. Un hombre que no es maldición sino bendición para el planeta; no es empobrecimiento sino riqueza para el mundo. Un hombre cuya descendencia suscita esperanza y no desesperación, tanto para el resto de la humanidad como para la creación».

«Creo que este manifiesto se acerca mucho a la esperanza expresada por el pontífice --concluye Antonio Gaspari-- para que "hombres y mujeres vuelvan a pasear por el jardín de la creación tratando de hacer que los bienes de la tierra estén disponibles para todos y no sólo para algunos privilegiados"».