SANTA SEDE

 

PREOCUPACION DE LA SANTA SEDE POR LA SITUACON DEL SUR DEL LIBANO

Pide solidaridad para el país en situación de «soberanía limitada»

CIUDAD DEL VATICANO, 30 mayo (ZENIT.org).- Desde hace una semana el mundo entero sigue con preocupada atención la evolución de la situación en el sur del Líbano. Tras el retiro de las tropas israelíes, se percibe gran inquietud, especialmente entre las comunidades cristianas locales. En este contexto, el «ministro» de Asuntos Exteriores de la Santa Sede, el arzobispo Jean-Louis Tauran (secretario para las Relaciones con los Estados) ha querido expresar su punto de vista a los micrófonos de «Radio Vaticano».

«Obviamente la Santa Sede se ha alegrado al ver que, después de tantos años, se ha aplicado una resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas --explica el responsable de la diplomacia vaticana--. Ciertamente hubiéramos deseado que se hubiera aplicado antes, pero mejor tarde que nunca».

Ahora bien, el prelado confiesa al mismo tiempo su preocupación, pues «desde el 24 de mayo la autoridad libanesa no ha llegado todavía al sur. En este caso también deseamos que la resolución 425 sea aplicada totalmente. Miramos también al futuro y esperamos que, tras este retiro, la venganza no ensangriente la vida de las poblaciones del sur». El enviado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la paz en Medio Oriente, Terje Roed-Larsen, visitó hoy el sur de Líbano para verificar la retirada militar total de Israel. Según testigos, el área fronteriza que ocupó Israel como «zona de seguridad» durante 22 años, estaba en calma el martes y las fuerzas de seguridad de Líbano sólo permitían la entrada a residentes del área. Se espera que Larsen se reúna con el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Farouq al-Shara, como parte de los planes para incluir a Damasco en un proceso que garantice la seguridad en la frontera tras el retiro militar de Israel la semana pasada.

Siria, con 35.000 soldados en Líbano, no ha dicho todavía si respaldará los planes de la ONU para garantizar la seguridad en la frontera.

Monseñor Tauran desea que «todos aquellos que han sido obligados a abandonar su propia casa, su propio pueblo, puedan regresar en libertad y dignidad».

Por último, el prelado añade una consideración: «espero que no se les deje solas a las autoridades libanesas para resolver el problema que ahora tienen que afrontar, pues no hay que olvidar que todavía hoy el Líbanos es un país con una soberanía limitada y, por tanto, el Líbano tiene necesidad de sus amigos, especialmente de los países que tradicionalmente están ligados a su historia».


 

COMIENZA EL JUBILEO DEL SEXTO CONTINENTE

Refugiados, gitanos, emigrantes, pescadores..., juntos con el Papa

CIUDAD DEL VATICANO, 31 mayo (ZENIT.org).- En la tarde de hoy ha arribado a Portus, nombre en latín del puerto de la antigua Roma, la pequeña «flota» jubilar de los hombres del mar que salió el pasado 12 de mayo del puerto israelí de Haifa.

Los peregrinos del mar visitaron en Portus los vestigios de la primera basílica de los santos Pedro y Pablo, edificada en el lugar en el que desembarcaron los apóstoles provenientes de Palestina. De hecho, el trayecto que han seguido los barcos recorría las huellas que dejó el mismo san Pablo. Les acogieron en el puerto los habitantes de la zona, junto a representantes de instituciones civiles, militares y religiosas de Italia. La flotilla se compone fundamentalmente de barcos de pesca y de recreo y, en los últimos días, se sumaron embarcaciones de la Guardia Costera italiana.

Mañana, las embarcaciones se adentrarán en el Tíber en dirección de la Gran Orilla, el antiguo puerto del río de la Ciudad Eterna. En la mañana del 2 de junio, el «pueblo del mar» se dirigirá a pie a la plaza de San Pedro, donde el Papa presidirá el Jubileo de los emigrantes e itinerantes. Regalarán al Papa una miniatura en madera de la «barca de los apóstoles» y le ofrecerán una contribución económica para la asistencia de personas necesitadas.

Junto a los hombres del mar, Roma congrega en este Jubileo del sexto continente a 40 mil personas: emigrantes, refugiados, estudiantes en el extranjero, funcionarios de instituciones internacionales, nómadas, personal del mundo del circo... La nación más representada será Filipinas, con 10 mil peregrinos, pues varios países de Europa y particularmente Italia han acogido a muchos trabajadores del país asiático con el mayor número de católicos.

Los participantes en este Jubileo asistirán mañana por la tarde a una meditación sobre la reconciliación, en varias iglesias de Roma, distribuidos según su procedencia lingüística y por categorías profesionales. A continuación, cruzarán en signo de conversión y de fe en Cristo la puerta santa de las cuatro basílicas. Al caer la noche, se unirán en la plaza de San Pedro a la oración jubilar del peregrino y, acto seguido, asistirán a un concierto que ofrecerán en el Vaticano el coro y la orquesta de la Academia Italiana de Santa Cecilia, dirigidos por Boris Brott, quienes interpretarán por primera vez en los muros pontificios una misa de Bernstein.

Entre los peregrinos de este Jubileo, se encuentran también pueblos nómadas divididos en las grandes familias de los Rom y los Sinti. Trescientos gitanos del Este de Europa y 400 de Occidente animarán las calles de Roma con la tradicional música de sus guitarras o violines, según procedencias.

También han llegado a Roma mil peregrinos procedentes del mundo del circo y del espectáculo itinerante. Se congregarán mañana a las cinco de la tarde en el Castillo del Ángel para participar en un desfile que concluirá en la plaza de San Pedro del Vaticano.

Este Jubileo de los itinerantes no ha querido olvidar tampoco al mundo de los aeropuertos. Estarán presentes capellanes de las principales escalas aéreas de todo el mundo, así como unos 20 mil profesionales del sector.

Las jornadas jubilares de los itinerantes quieren recordar también a los refugiados del mundo --más de 22 millones, en su mayoría mujeres y niños-- y a los emigrantes --119 millones, de los cuales el 56% se encuentra en los países en vías de desarrollo--. Con este motivo, el presidente del Consejo Pontificio para los Emigrantes e Itinerantes, el arzobispo japonés Stephen Fumio Hamao anunció para mañana la publicación de la «Carta jubilar de los derechos de los refugiados», en particular de los de las mujeres y de los más débiles.


 

JUAN DE AVILA, UN MODELO PARA UN MUNDO DE CAMBIOS VERTIGINOSOS

Carta de Juan Pablo II dirigida a los sacerdotes españoles

CIUDAD DEL VATICANO, 31 mayo (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha enviado un mensaje al cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, para destacar el ejemplo de vida y la personalidad doctrinal y pastoral de san Juan de Ávila, patrono de todo el clero diocesano español, con motivo del quinto centenario del nacimiento de este santo.

En la carta, el Papa recuerda que en tiempos caracterizados por profundos cambios y controversias religiosas, Juan de Ávila supo «hacer frente con entereza a los grandes desafíos de su época, de la manera que sólo los hombres de Dios saben hacer: afianzado incondicionalmente en Cristo, lleno de amor por los hermanos e impaciente por hacerles llegar la luz del Evangelio».

«Él nos enseña --añade dirigiéndose a los sacerdotes españoles-- que hay una cultura del espíritu de la cual mana la serenidad y clarividencia necesarias para abordar las más intrincadas situaciones personales y pastorales, ayudando a distinguir los aspectos efímeros y superficiales de aquellos que señalan lo que verdaderamente dice el Espíritu a la Iglesia de hoy»

A continuación, Juan Pablo II menciona las dificultades y persecuciones que tuvo que sufrir el Santo. Ahora bien, recuerda que estos agravios no le apartaron de lo más esencial de su vida: «ser ministro y apóstol de Jesucristo».

«Ante los retos de la nueva evangelización, su figura es aliento y luz también para los sacerdotes de hoy que, al ser administradores de los misterios de Dios, están en el corazón mismo de la Iglesia, donde se construye sobre base firme y se reúne en la caridad», considera el obispo de Roma.

El Papa se despide pidiendo a Dios que siga suscitando vocaciones sacerdotales en España, para «proclamar el Evangelio dentro y fuera de sus confines».

Juan de Ávila, nacido en 1499 o en 1500, es uno de los protagonistas del movimiento de reforma católica en España en el siglo XVI. Su origen judío, o quizá más bien musulmán, le provocó rencillas e incluso un proceso y condena de la Inquisición, que le recluyó algunos meses en prisión. En este período tuvo una intensa actividad literaria y espiritual. Plenamente absuelto, en 1533, retomó sus actividades pastorales con gran éxito en el sur de España, en donde creó un movimiento sacerdotal de predicadores y confesores.

Pero fue conocido, sobre todo, por su actividad como director espiritual, en particular como maestro de espíritu de San Teresa de Ávila, de san Juan de Dios, de san Francisco de Borja, y otros personajes de su tiempo. Murió en Montilla (Córdoba) el 10 de mayo de 1569. Fue proclamado patrono principal del clero español por Pío XII en 1946.


 

EL ESPÍRITU SANTO CAMBIA PARA SIEMPRE NUESTRA VIDA Y LA HISTORIA

Juan Pablo II continúa sus meditaciones sobre la Trinidad

CIUDAD DEL VATICANO, 31 mayo (ZENIT.org).- La paz, el amor y la unidad son dones del Espíritu Santo, que Juan Pablo II quiso recordar esta mañana en su intervención durante la tradicional audiencia general de los miércoles, en la que participaron 40 mil peregrinos procedentes de más de treinta países.

De este modo, el pontífice continuó con la serie de meditaciones que viene ofreciendo en este Jubileo sobre el misterio de los misterios del cristianismo: la Trinidad. Y lo hizo ayudándose de Lucas, Juan y Pablo, los dos evangelistas y el apóstol que lograron comprender detalles de la revelación cristiana que no dejan de sorprender dos mil años después.

El obispo de Roma responde así a una de las grandes paradojas de los Hechos de los Apóstoles. Los discípulos de Jesús, encerrados y atemorizados por miedo a la gente, se convirtieron de repente, de manera aparentemente inesperada, en los heraldos del mensaje evangélico que cambiaría para siempre la historia.

Lucas, en sus Hechos de los Apóstoles, recordó el Papa, presenta la participación de las tres personas divinas en «la irrupción del Espíritu Santo, difundido en la primera comunidad y en la Iglesia de todos los tiempos como sello de la Nueva Alianza anunciada por los profetas, en apoyo del testimonio y como manantial de unidad en la pluralidad. En virtud del Espíritu Santo, los apóstoles anuncian al Resucitado, y todos los creyentes, en la diferencia de sus idiomas, y por tanto de sus culturas y de sus vicisitudes históricas, profesan la única fe en el Señor».

El otro testigo de la efusión del Espíritu es el evangelista Juan, quien presenta la narración en la misma en la misma noche de Pascua, ligándola íntimamente a la resurrección. «En esta narración de Juan también resplandece la gloria de la Trinidad --constató el sucesor de Pedro--: la de Cristo Resucitado que se muestra en su cuerpo glorioso; la del Padre que es el manantial de la misión apostólica; y la del Espíritu, difundido como don de paz. Se cumple así la promesa hecha por Cristo, dentro de aquellos mismos muros, en los discursos del adiós a los discípulos: "el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho"».

Por último, otro de los grandes expertos del «gran desconocido», el Espíritu Santo, es el apóstol Pablo, quien no narró el momento de su efusión, sino que dedicó páginas enteras a sus frutos. Según san Pablo, recordó el Papa, el Espíritu es el don del Padre, por el que le podemos llamar como Jesús, «papá» (abbá). Si nos abrimos al Espíritu podremos disfrutar de sus dones que tanto necesita el hombre de hoy: «amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí».


 

COMIENZA EL JUBILEO DE LOS PERIODISTAS

Emocionante encuentro de oración en la Capilla Sixtina

CIUDAD DEL VATICANO, 1 junio (ZENIT.org).- Unos siete mil periodistas de 52 países del mundo han llegado a Roma para participar en «su» Jubileo. Les dio la bienvenida el arzobispo John Patrick Foley, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales.

Tras la intervención de Theresa Ee-Chooi, presidenta de la Unión católica internacional de la prensa (UCIP), quien afrontó el argumento «La Iglesia en el alba del tercer milenio: un desafío para los comunicadores», la ceremonia de apertura del encuentro jubilar tuvo lugar en uno de los recintos más sugestivos del mundo: la Capilla Sixtina con los imponentes frescos de Miguel Ángel y de los genios de la pintura renacentista.

A ver las miradas absortas de los periodistas reunidos frente al Juicio Final de Miguel Ángel, monseñor Foley afirmó: «Se apodera de nosotros el estupor y la maravilla, sí, un estupor y una maravilla que no se deben sólo al genio humano, sino sobre todo al poder de Dios que nos ha creado y nos ha dado la capacidad creativa. Y como periodistas, también nosotros formamos parte del poder creativo de Dios».

En este marco, el «ministro» de Juan Pablo II para las comunicaciones sociales expresó su más profundo deseo para los periodistas que participan en este Jubileo: «Que nuestras palabras puedan ser verdaderas, que puedan ayudar a la gente a vivir su propia vida y a alcanzar a través de la gracia esa belleza de la que las imágenes que nos rodean no son más que un pálido reflejo; que nuestras palabras puedan guiar a los demás hacia la visión gloriosa de Dios».

Las palabras de monseñor Foley se convirtieron, de este modo, en una invitación a la oración en silencio. Alguno de los periodistas, con algo de humor, reconocía que había hecho falta que el Papa convocara un Jubileo para que finalmente miles de periodistas se congregaran para unirse precisamente en el silencio. Todo un acontecimiento.

Mañana por la mañana los periodistas se volverán a encontrar en la sala de audiencias para escuchar las intervenciones del cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos (prefecto de la Congregación vaticana para el Clero) y del italiano Angelo Sodano, brazo derecho del Papa como secretario de Estado vaticano. El sábado los periodistas atravesarán juntos la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros en signo de conversión y participarán en una celebración ecuménica.

El domingo tendrá lugar el momento culminante del Jubileo de los periodistas, cuando tras la Misa, se encontrarán con Juan Pablo II en la sala de audiencias del Vaticano.


 

JUAN PABLO II, UN FENOMENO COMUNICATIVO

Confesiones de su portavoz, Joaquín Navarro-Valls

CIUDAD DEL VATICANO, 1 junio (ZENIT.org).- El próximo domingo Juan Pablo II se encontrará con más de siete mil periodistas católicos de todo el mundo, reunidos en la Ciudad Eterna para celebrar su propio Jubileo. Una cita realmente interesante, pues ante ellos tendrán al jefe de la Iglesia cuyo carisma comunicativo ha sido analizado por muchos profesionales del sector.

El periodista que trabaja más de cerca del Papa, Joaquín Navarro-Valls, ha tratado de explicar a los micrófonos de «Radio Vaticano» la relación del pontífice con los medios de comunicación. «El hecho de que una personalidad --en este caso Juan Pablo II-- haya estado tanto tiempo en el centro de la opinión pública mundial, más de 21 años, y que lo siga estando sin haber sido comido por el sistema de los mass media, que "quema", es un fenómeno, desde mi punto de vista, totalmente inédito».

Ahora bien, más allá de este fenómeno, cabe plantearse la pregunta: El Papa, ¿hace llegar su mensaje a la gente? La gente, ¿lo entiende? Navarro-Valls responde: «Yo creo que no hay duda. Los puntos esenciales de los valores de la fe cristiana han pasado a través de los medios de comunicación y la gente los ha recibido. Por ejemplo, los mensajes de la Iglesia sobre la estabilidad de la familia, la honestidad en el trabajo profesional, la defensa de la persona, etc. Todos estos mensajes han llegado a la gente».

Ahora bien, los medios también han criticado y a veces duramente a este Papa. Según el portavoz vaticano «la crítica es un elemento constitutivo del paisaje cultural de nuestra época. Pero la crítica no quiere decir que el mensaje no llegue. El mensaje ha llegado, ahora bien, alguno puede decir: "Entiendo, pero no me interesa y, por tanto, le critico". Tiene toda la libertad para hacerlo. Trabajar con la opinión pública significa ser consciente de que, en el fondo, todo este trabajo es modesto, pues es un trabajo de propuesta y no de imposición. Al Papa no le interesa que el mundo esté hecho de gente sometida. No le interesa vencer sino convencer, en el terreno de las ideas».


 

JUAN PABLO II VIVIRA UN MES DE JUNIO CON LA MENTE EN CHINA

Ofrecerá sus oraciones por la unidad de la Iglesia en el país comunista

CIUDAD DEL VATICANO, 1 junio (ZENIT.org).- China estará en junio muy cerca de Juan Pablo II. De hecho, su intención misionera de oración para este mes será: «Que los sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos de China estén siempre animados de espíritu apostólico y católico».

El problema de la división en China es evidente. En los años cincuenta, el Partido Comunista Chino creó la Asociación Católica Patriótica, una especie de Iglesia nacional en oposición a la autoridad del Papa «extranjero». Ahora bien, la situación, como explica la agencia de la Santa Sede «Fides», es mucho más compleja de lo que parece. Cada vez más obispos patrióticos pronuncian el nombre de Juan Pablo II durante la Eucaristía. El mismo pontífice se dirige siempre a los fieles de la Iglesia que está en China, en singular, sin hacer distinciones. «Fides» revela también que muchos obispos «oficiales», de la Iglesia «patriótica» buscan la aprobación de Roma. Muchos de ellos, añaden, «sufren» la intervención del Partido y, si pudieran, se liberarían de la Asociación Patriótica inmediatamente. De hecho, la ordenación de nuevos obispos «patrióticos» el 6 de enero ha creado a la Iglesia patriótica, entre sus fieles, enormes problemas. Significativamente el 7 de mayo se consagró un obispo chino con el apoyo de Roma. Se trata de monseñor Zhao Fengchang, designado obispo de Yanggu y administrador Apostólico de Linqing.

La consagración episcopal marcó un momento importante en la vida de los católicos en China, en medio de la represión a la que se ven sujetos. Asimismo, significa una confirmación de las circunscripciones eclesiásticas de la Iglesia, dejando de lado las que habían sido impuestas por el Estado. En efecto, el régimen comunista había reorganizado las diócesis bajo el pretexto de una mayor eficiencia, eliminando aquellas cuyos obispos se mantenían fieles al Papa.

Actualmente hay unos once millones de católicos en China, algo menos de la mitad pertenecen a la Iglesia «patriótica».

En este contexto, el próximo 1 de octubre, fiesta de santa Teresa de Lisieux, patrona de las Misiones, serán canonizados 120 mártires, asesinados en China entre los siglos XVII y XX, que ya habían sido beatificados en la primera mitad del siglo XX. Se trata de 6 Obispos, 23 sacerdotes, 15 religiosas, 8 seminaristas, 62 laicos, 4 catequistas y 2 catecúmenos: expresión de todas las componentes de una Iglesia misionera. Según un cálculo de «Fides», desde 1600 hasta hoy, se cuentan al menos 1.700 católicos, la mayoría chinos, asesinados en China por la fe que podrían ser canonizados.