SANTA SEDE
CARDENAL RATZINGER: «EL TERCER SECRETO DE FATIMA NO ES UN DOGMA DE FE»
El prefecto de la Congregación de la Fe anuncia su publicación en un mes
CIUDAD DEL VATICANO, 19 mayo (ZENIT.org).- El tercer secreto de Fátima se debe reducir a sus justos términos: no es un dogma de fe, como tampoco lo son el resto de las apariciones marianas. El cristiano es libre de creer en ellas o no, pero sobre estas cosas es mejor evitar toda forma de sensacionalismo. El texto completo del secreto será presentado dentro de la primera quincena del próximo mes de junio. El comentario de acompañamiento que está preparando la Congregación para la Doctrina de la Fe lo enmarcará en su preciso contexto histórico. De todos modos, es evidente la relación entre el atentado al Papa de 1981 y las revelaciones de la Virgen, en 1917, a los tres pequeños videntes de Fátima. Son declaraciones del cardenal Joseph Ratzinger que hoy publica el diario romano «La Repubblica».
Tras la revelación hecha por el Papa --por boca del cardenal secretario de Estado Angelo Sodano-- el sábado pasado en Portugal, sobre el tercer secreto de Fátima, ésta es la primera vez que habla sobre el tema el cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El cardenal hizo estas declaraciones ayer mientras se preparaba a participar en la celebración eucarística por el 80 cumpleaños de Juan Pablo II.
«¿Qué significa para la Iglesia --pregunta «La Repubblica»-- ser guiada por un Papa que ha cumplido 80 años?». «Estamos agradecidos a la Divina Providencia por este Papa que, justamente en su vejez, y si podemos decir, en su enfermedad, es más grande y representa realmente la voz de la fe, del cristianismo, del amor a los hombres. Es un Pontífice que está haciendo un gran servicio no sólo a la Iglesia sino a toda la humanidad».
El periodista alude al avance de la enfermedad de Parkinson para volver sobre el argumento de la posible dimisión. «Lo excluyo en la manera más absoluta --afirma el cardenal Ratzinger--. No creo verdaderamente en tal eventualidad. En todo caso, en este momento no veo cómo podría imaginar algo así el Santo Padre, ni siquiera lejanamente. Baste pensar a todo lo que precisamente en estos días está haciendo en el Jubileo. Está presente en casi todas las celebraciones. Pienso luego en tantos gestos suyos, en sus iniciativas, sus viajes. Baste pensar, por ejemplo, en la histórica visita hecha en días pasados a Israel. Todos sus gestos, sus iniciativas pastorales en estos años, han mostrado que justamente en su fragilidad física el Papa es grande y está muy presente en la Iglesia, espiritualmente y humanamente».
El anuncio de la publicación del tercer secreto de Fátima es interpretado por el entrevistador como «un gran gesto de valor». El cardenal asiente: «Sí, sí. También en Fátima, una vez más, el Santo Padre ha demostrado al mundo tener un gran valor. También esto demuestra lo vital que es su presencia al frente de la Iglesia y cómo es verdaderamente valiente: es un ejemplo para todos».
El cardenal, principal responsable de la publicación, explica en qué punto está el trabajo: «Queremos publicar cuanto antes todo el tercer secreto de Fátima con el comentario y el cuadro histórico de referencia. El trabajo va muy bien. Por comprensibles motivos de oportunidad no le puedo anunciar la fecha exacta de la publicación pero ciertamente no será más tarde de la primera mitad de junio». Informa también que la comisión está formada sobre todo por historiadores y teólogos con el objetivo de redactar un documento que sea útil a todos y que será presentado en una convocatoria normal de la Sala de Prensa vaticana.
¿Es posible prever otras novedades u otras clamorosas sorpresas en torno a este tercer secreto de Fátima? «No, nada --responde el cardenal Ratzinger--. No habrá nuevas sorpresas. Es más, creo que, al final, el secreto será reducido a su exacta dimensión. Porque no se debe esperar demasiado de estas revelaciones privadas que aunque representan, para quien lo desea, una ayuda a la oración, a la vida cristiana, no son ciertamente esenciales para un cristiano. Por tanto, me parece también importante dejar en sus justos términos estas cosas, no pensar en el sensacionalismo, en las cosas extraordinarias sino en las cosas fundamentales del cristianismo».
«No hay dogmas de fe en materia de apariciones», subraya el cardenal. ¿Se puede por tanto no creer en lo sucedido en Fátima o en Lourdes? «Ciertamente, se puede no creer en las apariciones --responde el prefecto de la Congregación de la Fe--. Repito, no estamos ante dogmas de fe». ¿Se puede no creer también en la relación entre el tercer secreto de Fátima y el atentado al Papa Juan Pablo II del 13 de mayo de 1981? «La relación entre el atentado y el tercer secreto es evidente, está en los hechos», concluye el cardenal Ratzinger.
ANTE EL CUERPO DIPLOMATICO, EL PAPA PIDE DEFENDER LA VIDA
Embajadores de 171 países le felicitan juntos por su cumpleaños
CIUDAD DEL VATICANO, 19 mayo (ZENIT.org).- Ochenta años no son pocos. Por este motivo, los embajadores de los países que mantienen relaciones con la Santa Sede han querido encontrarse hoy con el Papa para desearle un «feliz cumpleaños».
El encuentro, que tuvo lugar esta mañana, daba una gran impresión de solemnidad por los trajes de los diplomáticos, sin embargo, Juan Pablo II utilizó palabras muy sencillas y poco «diplomáticas» para saludarles.
El Papa agradeció a Dios por haberle dado el don de una «larga vida» y aprovechó la ocasión para renovar su llamamiento a favor de la defensa de la vida hoy día amenazada.
Estaban presentes en el encuentro representantes de los 171 países que mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede, así como las representaciones de Rusia, Suiza y de la Organización para la Liberación de Palestina.
«Habéis venido a agradecer a Dios conmigo --dijo Juan Pablo II a los diplomáticos-- por haberme dado el don de una larga vida y para confirmar, una vez más, la esperanzas de paz y de esos valores que dan sentido a la vida del hombre, así como las expectativas por el compromiso del obispo de Roma a favor de la promoción y la defensa de la dignidad de toda persona y de todo pueblo».
A continuación el Papa afrontó un tema que le preocupa particularmente: «¡El don de la vida!», exclamó en francés. «Sí, la vida es un don que surge de un acto de amor --dijo--. Y, por tanto, hay que acogerla con amor, respetarla, cultivarla, promoverla y defenderla con todos los medios cuando está amenazada». El Papa hizo esta reflexión pues, como él mismo reconoció, «mis ochenta años han transcurrido en un siglo que ha conocido atentados contra la vida como nunca antes se había visto, pero al mismo tiempo ha sido testigo de testimonios sublimes a su favor»
Tras agradecer la ayuda que prestan a la Santa Sede estos diplomáticos, Juan Pablo II explicó que la Iglesia en estos momentos «se siente llamada a acoger el designio de Dios sobre la humanidad; a escuchar la voz que se eleva desde las diferentes sociedades, culturas y civilizaciones de todo el mundo; a percibir las exigencias más profundas para ponerse a sus servicio».
JUAN PABLO II QUIERE IR A DAMASCO Y ATENAS
Confirmación de monseñor Piero Marini, maestro de ceremonias pontificias
CIUDAD DEL VATICANO, 19 mayo (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha cumplido ochenta años pero sigue haciendo proyectos. El siguiente objetivo de sus viajes lo tiene muy claro: Damasco y Atenas. Él mismo lo anunció en su carta sobre su peregrinación a los lugares de la revelación que publicó el 29 de junio pasado y lo ha confirmado ahora monseñor Piero Marini, maestro de ceremonias pontificio, en declaraciones a la televisión italiana RAI 3.
El pontífice quiere seguir las huellas de Pablo, uno de los apóstoles de quien ha tomado su nombre de Papa. En la carta en la que anunció su peregrinación a los lugares de la salvación, decía: «en particular, me gustaría poder detenerme en meditación también en dos ciudades singularmente relacionadas con la vida de Pablo, el apóstol de los Gentiles. Pienso ante todo en Damasco, lugar que evoca su conversión. En efecto, el futuro apóstol se dirigía a aquella ciudad como perseguidor cuando Cristo mismo se interpuso en su camino: "Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?" (Hch 9, 4). El celo de Pablo, una vez conquistado por Cristo, se extendió con una progresión incontenible hasta alcanzar gran parte del mundo entonces conocido». Y, en segundo lugar, como él mismo confesaba, el obispo de Roma desearía «pasar por Atenas, en cuyo Areópago Pablo pronunció un discurso memorable (cf. Hch 17, 22-31). Teniendo en cuenta el papel de Grecia en la formación de la cultura antigua, se comprende por qué aquel discurso puede ser considerado en cierto modo como el símbolo mismo del encuentro del Evangelio con la cultura humana».
Jornadas de la Juventud en Alemanias para el 2002 Y es que el Papa sigue haciendo proyectos. Ya está preparando el Sínodo mundial para el año 2001, que será precisamente sobre la figura del obispo y ha pedido a los obispos de Alemania que preparen las Jornadas Mundiales para la Juventud para el 2002. Como decía ayer Joaquín Navarro-Valls en declaraciones al «Corriere della Sera», «este Papa no se para nunca». Sin olvidar la nueva posibilidad de un viaje a Rusia, que ahora comienza a parecer más realista tras la felicitación que le ha hecho llegar el Patriarca ortodoxo de Moscú, Alejo II, con motivo de su cumpleaños.
MEXICO CELEBRA EL DOMINGO SU JUBILEO EN ROMA CON 27 NUEVOS SANTOS
El Papa canonizará a 25 mártires, un sacerdote y una religiosa
CIUDAD DEL VATICANO, 19 mayo (ZENIT.org).- El próximo domingo México vivirá una fiesta sin precedentes en toda la historia. En Roma, junto en torno al Papa, celebrará su propio Jubileo. Con este motivo, serán canonizados 27 nuevos santos mexicanos: 25 mártires de la persecución religiosa, así como un sacerdote diocesano y una religiosa.
Persecución religiosa El sacerdote Cristóbal Magallanes (1869-1927) es el primero de un grupo de 24 mártires, sacerdotes y laicos, que derramaron la sangre por Cristo en México entre 1915 y 1937. El origen de aquellos acontecimientos se remonta al conflicto que enfrentó al Estado y la Iglesia desde el estallido de la revolución mexicana de 1910 y que se materializó en la promulgación de la Constitución mexicana de 1917, considerada por muchos expertos como más anticlerical que la vigente en la antigua Unión Soviética. La Iglesia expresó su oposición a la nueva Carta Magna provocando una fuerte reacción por parte del gobierno, especialmente en tiempos del presidente Plutarco Elías Calles, quien el 14 de junio de 1926 firmó la ley que ordenaba limitar las actividades educativas de la Iglesia, obligaba a los estados a abrir un registro de los religiosos y, por último, reducía los aspectos más visibles del culto.
Mártires de Cristo, no de la política Muchos cristianos mexicanos no aceptaron estas privaciones y decidieron, sin la intervención directa del clero, defender la propia libertad religiosa con las armas. Estos grupos, algunos de ellos militantes del Movimiento Cristero, recibieron el apoyo de muy pocos sacerdotes, es más, el clero en su mayoría era favorable a la resistencia no violenta. Los santos que serán canonizados el próximo domingo se abstuvieron totalmente de toda lucha armada, se entregaron al servicio de la gente. Fueron asesinados por su fe y por lo que con ella representaban.
Durante los años de la persecución de la Iglesia dieron su vida por la fe católica cientos de sacerdotes y laicos, 27 de ellos ya han sido beatificados. El primero en ser elevado a la gloria de los altares fue el jesuita Miguel Agustín Pro, beatificado el 25 de septiembre de 1988. Le siguieron otros 25 mártires en noviembre de 1992: 22 sacerdotes y tres jóvenes laicos. Más tarde también fue beatificado el padre Elias Del Socorro Nieves Castillo, sacerdote agustino. Todos fueron asesinados de manera bárbara por las autoridades federales, que de este modo querían atemorizar a los fieles. De estos 27 beatos mártires, Juan Pablo II canonizará 25 el domingo próximo: la causa de los otros dos debería terminar en un futuro próximo.
De hecho, los 25 santos del domingo forman parte de una única causa de canonización común, relativa a la arquidiócesis de Guadalajara, mientras que las causas de Miguel Agustín Pro y de Elías Del Socorro Nieves Castillo son de la arquidiócesis de Ciudad de México y de Morelia respectivamente.
Santos aunque no mártires Como se decía al inicio, junto a los veinticinco mártires, serán canonizados también un sacerdote y una religiosa. El padre José María De Yermo y Parres (1851-1904), fundador de la Congregación de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, también vivió su formación religiosa en tiempos de las persecuciones del gobierno de Juárez. A causa de su frágil salud, a los 28 años, dejó la Congregación de la Misión para pasar a ser sacerdote diocesano de León. Un día, en agosto de 1885, caminando por la carretera que tenía que recorrer para llegar a su iglesia quedó sobrecogido por una trágica escena: unos cerdos se comían el cuerpo de dos recién nacidos que sin duda habían sido abandonados por su madre. La miseria humana suscitó en él el deseo de atender a los pobres y abandonados. Por este motivo, en 1885, comenzó el Instituto de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres. Murió a los 52 años, tras padecer sufrimientos e incomprensiones, dejando a la Iglesia en herencia la estupenda labor de sus hijas espirituales.
María de Jesús Sacramentado Venegas (1868-1959), la otra nueva santa, desde muy joven se dedicó a la alfabetización de niños pobres. En esa atmósfera nació su vocación a consagrarse a Dios en las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, que dirigían en el hospital que trabajó como enfermera. Llegó a ser superiora general de esta familia religiosa, destacándose por su extraordinaria generosidad hacia los más necesitados: enfermos, ancianos y pobres. Murió a los 91 años.
En estos momentos están llegando a Roma miles de mexicanos para participar el domingo en la canonización de estos veintisiete nuevos santos y celebrar en este clima de fiesta el Jubileo de México. En la tarde del lunes, 22 de mayo, se volverán a dar cita en la Basílica de Santa María de los Ángeles de la ciudad de Asís, donde a las 18.00 hrs. participarán en la primera misa celebrada en honor de los nuevos santos. A continuación animarán una típica fiesta mexicana en el plaza que se encuentra junto a la Basílica de la ciudad de san Francisco.
27 NUEVOS SANTOS PARA MEXICO Y PARA EL MUNDO
Emocionante canonización de mártires de la persecución religiosa
CIUDAD DEL VATICANO, 21 mayo (ZENIT.org).- El 21 de mayo de 2000 pasará a la historia del cristianismo en México: Juan Pablo II, rodeado de los cardenales y de buena parte del episcopado de ese país, proclamaba 27 nuevos santos mexicanos, 25 de ellos mártires asesinados en la persecución religiosa entre 1915 y 1937. Subrayando la importancia del acontecimiento, 20 mil mexicanos se encontraban reunidos en una plaza de San Pedro bañada por un sol radiante. A ellos se les unieron otros 30 mil peregrinos de todo el mundo, confirmando así que el ejemplo de vida de estos hombres y mujeres pasa a convertirse en patrimonio de la Iglesia universal.
Veinticinco de los nuevos santos, sacerdotes y laicos, fueron asesinados, fusilados o ahorcados, a causa del odio contra la religión católica. El proceso de canonización ha mostrado cómo todos ellos murieron con serenidad, aceptando la voluntad de Dios, proclamando el nombre de Cristo Rey, y perdonando a sus asesinos. Habían rechazado el camino de la protesta violenta por no considerarlo como una respuesta evangélica. Junto a ellos, el obispo de Roma canonizó a otros dos mexicanos, un sacerdote y una religiosa mexicana, que entregaron su vida a Dios en el servicio de los pobres y los enfermos.
«La Iglesia en México se regocija al contar con estos intercesores en el cielo, modelos de caridad suprema siguiendo las huellas de Jesucristo --dijo el Papa en la homilía que pronunció en castellano--. Todos ellos entregaron su vida a Dios y a los hermanos, por la vía del martirio o por el camino de la ofrenda generosa al servicio de los necesitado».
El Santo Padre evocó las figuras del sacerdote Cristóbal Magallanes y de los 24 mártires que murieron en aquel oscuro período de represión ideológica. La sangre de aquellos mártires no fue inútil, constató: «Tras las duras pruebas que la Iglesia pasó en México en aquellos convulsos años, hoy los cristianos mexicanos, alentados por el testimonio de estos testigos de la fe, pueden vivir en paz y armonía, aportando a la sociedad la riqueza de los valores evangélicos. La Iglesia crece y progresa, siendo crisol donde nacen abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas, donde se forman familias según el plan de Dios y donde los jóvenes, parte notable del pueblo mexicano, pueden crecer con esperanza en un futuro mejor».
A continuación, el Papa recordó la figura de los otros dos nuevos santos mexicanos. No murieron martirizados, sino que se convirtieron con su vida en testigos de la caridad especialmente con los pobres y enfermos. Se trata del sacerdote José María de Yermo y Parres, y de María de Jesús Sacramentado Venegas, la primera santa en la historia de México, ambos fundadores de familias religiosas femeninas dedicadas al Sagrado Corazón. «Que el ejemplo de estos nuevos santos --deseó el pontífice--, don de la Iglesia en México a la Iglesia universal, mueva a todos los fieles, con todos los medios a su alcance y sobre todo con la ayuda de la gracia de Dios, a buscar con valentía y decisión la santidad». Este es el objetivo, reconoció, del gran Jubileo del año 2000.
En la ceremonia de canonización se revivieron esos momentos emocionantes de cariño y simpatía típicos de las visitas que ha realizado Juan Pablo II a México. Los gritos y los aplausos se mezclaron con momentos de esa intensa fe que caracteriza la piedad mexicana. Antes de despedirse, Juan Pablo II, hablando de nuevo en castellano, quiso recordar las visitas que ha realizado al cerro del Tepeyac. «Ante la tilma con la imagen de la Madre de Dios tan venerada en todos los pueblos americanos --dijo--, imploro su materna protección sobre la Iglesia». Y a los peregrinos mexicanos les pidió vivir el ejemplo de los nuevos santos para que México «siga siendo siempre fiel y en su suelo se multipliquen cristianos de la talla de los santos canonizados y de otros grandes hijos de la Iglesia en esa tierra».
«Juan Pablo, hermano, eres mexicano», le respondieron algunos gritos procedentes de la plaza. México no podía haber vivido de una manera mejor su propio Jubileo junto al Papa.
EL ANTICLERICALISMO NO HA TERMINADO EN MEXICO, PERO LA SITUACION CAMBIA
El teólogo Javier García comenta la canonización de los 25 mártires
CIUDAD DEL VATICANO, 21 mayo (ZENIT.org).- La canonización de los mártires mexicanos, que proclamó hoy Juan Pablo II, constituye la punta del iceberg de uno de los fenómenos más característicos (y difíciles de entender desde fuera) de la historia de México en este siglo: la fe en el segundo país católico del mundo (numéricamente hablando) hasta hace muy poco tiempo era reprimida de la vida pública. Durante prácticamente un siglo el derecho a la libertad religiosa y de culto sancionado por la Carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha vivido en estado de libertad condicionada. Para comprender mejor este fenómeno, «Zenit» ha entrevistado a uno de los teólogos latinoamericanos de mayor prestigio en estos momentos, Javier García, catedrático del Ateneo Pontificio «Regina Apostolorum», quien ofreció una contribución decisiva como perito y después como cronista del primer Sínodo de obispos de América de la historia (noviembre-diciembre de 1997).
--¿Cómo se explica esta situación en el país de las apariciones de la Virgen de Guadalupe?
--La persecución religiosa que tuvo lugar en México de 1926 a 1929 refleja de manera paradójica la historia del país. A pesar de ser una nación profundamente católica, México ha sido gobernado por una élite cuya filosofía tenía un fondo laicista, positivista, materialista y fundamentalmente hostil a la Iglesia católica.
--Quizá, el exponente más claro de estas corrientes culturales es Plutarco Elías Calles, quien desencadenó la represión en la que murieron muchos de los mártires que ahora han sido proclamados santos por Juan Pablo II...
--En 1926, cuando el general Plutarco Elías Calles hizo la reforma del Código penal con el objetivo de marginar a la Iglesia católica, el 99 por ciento de la población se declaraba católica. Se trataba de una acción dirigida por un grupo absolutamente minoritario que había tomado el control del gobierno y que era radicalmente anticlerical. Una minoría radical e intolerante que consideraba la Iglesia como el enemigo que había que combatir y que veía al Papado como una institución hostil. Calles desencadenó una oleada de violencia para desarraigar no sólo las instituciones eclesiásticas, sino sobre todo la cultura católica. Fue una auténtica oleada de ateísmo contra la Iglesia.
--Esa corriente cultural, atacaba a la Iglesia pues la veía como «un poder» heredero de la conquista española...
--Quizá querían desarraigarla por este motivo. Pero no tuvieron en cuenta al pueblo, en el que la cultura católica estaba profundamente arraigada. La fe católica ha sobrevivido, la gente se ha sentido más unida aún en torno a sus sacerdotes. Cuando era niño, mis abuelos y familiares me contaban las historias de la persecución y de la resistencia pacífica del clero y de los afiliados a la Acción Católica. No hay ciudadano mexicano que no haya escuchado de niño estas narraciones. De este modo, como decía Tertuliano en el segundo y tercer siglo, «la sangre de los mártires se ha convertido en la semilla de nuevos cristianos». La persecución cimentó la fe católica. No es casualidad que, tras aquella persecución, hayan surgido muchos carismas que han dado vida a nuevas congregaciones y familias religiosas. La devoción por Cristo Rey y por la Virgen de Guadalupe está cada vez más extendida, al igual que el amor por la Eucaristía y por el Papa.
--¿Cómo es la situación en estos momentos?
--Por desgracia, la actitud cultural laicista todavía está presente en México. La élite del país, la clase gobernante y las principales universidades estatales tienen todavía un planteamiento de carácter materialista, positivista, hostil y desconfiado con respecto a la Iglesia católica. Aunque hay católicos en el gobierno, no manifiestan públicamente su identidad. En México se cuentan muchos chistes, como el de quien dice: «Yo soy ateo por la gracia de Dios»; o el más típico todavía de quien confiesa: «Yo soy ateo, pero que nadie se meta con la Virgen de Guadalupe».
--¿Qué impacto tendrá la canonización de estos mártires en México?
--La proclamación de la santidad de estos nuevos santos ha estado precedida por una gran expectación en México. A pesar de que la mayoría de los gobernantes tienen una actitud laicista y parecen mostrarse desconfiados ante la religión, se está evaluando la posibilidad de dedicar no sólo iglesias, sino también calles y plazas a la memoria de estos mártires. Es algo que hasta hace poco tiempo era totalmente impensable. Este cambio queda demostrado también por la atención con la que el partido en el gobierno sigue ahora a la Iglesia católica, una actitud que puede depender de la presencia de muchos candidatos católicos en los partidos de oposición.
EL PAPA EXALTA EL GENIO FEMENINO DE RITA DE CASIA
Multitudinaria ceremonia en el Vaticano para rezar ante su cuerpo incorrupto
CIUDAD DEL VATICANO, 21 mayo (ZENIT.org).- Juan Pablo II rindió ayer homenaje en el Vaticano a una santa muy popular: Rita de Casia, conocida como abogada de los pobres y los desesperados. Los restos de la primera mujer elevada a los altares en el Año Santo de 1990, recorrieron en procesión, en una urna de cristal, el camino desde la iglesia de San Agustín en Roma hasta la plaza de San Pedro.
Tras una misa oficiada por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano, el Papa quiso honrar las reliquias de esta mujer y la presentó como ejemplo y modelo para las mujeres y las familias por «su heroica existencia cristiana de esposa, madre, viuda y monja», que encontró en la fe indestructible la fuerza para ser en cada circunstancia mujer de paz.
Margarita (este era su nombre completo) se casó muy joven con un hombre violento y sanguíneo al que logró convertir. Fue asesinado por una familia tradicionalmente enemiga, pero ella no quiso denunciar al asesino y trató de mantener alejados a sus dos hijos de la venganza. Es más, oró incansablemente por el alma del asesino. Cuando sus hijos murieron, víctimas de la peste, consagró su vida a Dios en la contemplación, viviendo una vida «de total abandono a Dios», como recordó el Papa, con una «sencillez trasparente» y una «adhesión granítica al Evangelio».
De este modo, Rita se ha convertido en símbolo de un «genio femenino», vivido «tanto en su maternidad física como espiritual». Esta mujer, dijo el obispo de Roma, que llevaba en la frente el estigma de la pasión, se doctoró contemplando la cruz «en ese amor que ya había conocido y expresado de manera heroica entre las paredes de casa».
Entre 70 y 80 mil personas acudieron a lo largo de ese día para rezar ante el cuerpo de Santa Rita, que se conserva incorrupto desde el día de su muerte, el 22 de mayo de 1457, en Casia. Algunos quedaron decepcionados, pues creían equivocadamente que durante toda la tarde hubiera sido expuesto en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
LOS MARTIRES MEXICANOS, SEMILLAS DE NUEVAS VOCACIONES Fiesta mexicana en la plaza de San Pedro junto al Papa
CIUDAD DEL VATICANO, 22 mayo (ZENIT.org).- Y tras el día de la fiesta, fiesta de nuevo. México ha inundado Roma y no sólo lo ha hecho con sus veinte mil peregrinos, sino con ese espíritu espontáneo y generoso que caracteriza a sus gentes. Esta mañana, la plaza de San Pedro del Vaticano se vistió del tricolor --rojo, blanco y verde-- para agradecer a Juan Pablo II la canonización de 25 mártires de la persecución mexicana y de dos fundadores de congregaciones religiosas que dedicaron su vida a Dios en el servicio de los más pobres.
Uno de los aspectos más emocionantes de la fiesta, en la que resonaron las típicas canciones de Jalisco (en la que no faltaron algunas canciones rancheras), era la presencia de mexicanos de todas las clases sociales. Había personas muy sencillas que seguramente han hecho enormes sacrificios económicos para no perderse «el viaje más bello de su vida», como nos decía una mujer indígena que ahora vive en la Ciudad de México.
El momento culminante de la fiesta tuvo lugar cuando apareció la figura blanca del Papa. «El pueblo mexicano se ha distinguido siempre por su gran amor a Dios, a la Virgen, a la Iglesia y al Papa, con un fuerte arraigo de la fe católica, la cual, a pesar de los avatares de la historia, forma parte integrante y fundamental del alma de vuestra nación», dijo el Papa. En ese momento los aplausos se alcanzaron su zenit. Por eso, repitió lo que dijo en su última visita de enero de 1999 a la Ciudad de México: «¡No dejen apagar la luz de la fe! México sigue necesitándola para poder construir una sociedad más justa y fraterna, solidaria».
Al mismo tiempo, el Santo Padre evocó las figuras de los nuevos 27 santos mexicanos --desde ayer México se convierte en el país de América con el mayor número de canonizados-- para sacar lecciones para los momentos que atraviesa México en estos momentos.
El ejemplo de los nuevos santos Al recordar a Cristóbal Magallanes y a los 24 mártires de la persecución religiosa mexicana, Juan Pablo II explicó que «son un precioso testimonio del compromiso eclesial y de la vocación a la santidad, propia de todos los bautizados, que nos debe llevar a vivir en comunión de fe y amor, particularmente al lado de quien nos necesita y con la confianza siempre puesta en Dios».
Por su parte, la vida de José María de Yermo y Parres, fundador de las Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres, según el Papa, «es una invitación a los cristianos a seguir a Cristo mediante el amor al prójimo en el olvido de sí y, cuando sea necesario, aceptando la cruz. Al mundo actual, tan necesitado de fraternidad y solidaridad, el nuevo santo enseña a establecer nuevas relaciones en las que el servicio generoso, creativo, concreto y dinámico sean capaces de favorecer un clima nuevo de hermandad de todos en Cristo».
El mensaje de María de Jesús Sacramentado Venegas, fundadora de las Hijas del Sagrado Corazón, «conserva plena actualidad», añadió el Papa. «En efecto, la firmeza de su fe, la confianza ilimitada en Dios, el amor incansable, hasta el olvido de sí hicieron de ella una mujer consagrada digna de ser imitada».«Con una existencia como la suya, preocupada por hacer la voluntad de Dios por encima de todas las cosas, se vive en paz y serenidad, aspiraciones humanas tan necesarias para la vida de hoy».
«Boom» de vocaciones Al llegar a este punto, Juan Pablo II constató que México vive en estos momentos un florecimiento de vocaciones consagradas sorprendente. Además de surgir en este siglo muchas familias religiosas que tienen sus raíces en México, muchos de los seminarios están llenos. La arquidiócesis de Guadalajara, a la que pertenecían 18 de los mártires que ahora son santos, tiene el seminario más grande del mundo, con 1.600 seminaristas. Y algunas de las diócesis que han surgido ante el crecimiento de Guadaljara, ya cuentan con 600 seminaristas. El Papa no lo dijo explícitamente, pero con sus palabras se podría parafrasear a Tertuliano: «la sangre de mártires es semilla de nuevas vocaciones».
Antes de despedirse, el pontífice dijo a los peregrinos: «Volved a México con el compromiso de renovar vuestra fidelidad a Dios y a la Iglesia, de dar siempre y en todas partes un testimonio valiente de vida cristiana, de colaborar en la nueva evangelización para que Cristo sea conocido y amado por todos los mexicanos. Defended también la causa de la vida, de la familia, de los pobres y necesitados».
UNA EXPOSICION DIFERENTE DE LA SABANA SANTA
Los organizadores subrayarán el contexto jubilar en que tiene lugar
CIUDAD DEL VATICANO, 22 mayo (ZENIT.org).- La ostension de la Sábana Santa de Turín en este año 2000 constituye, sin duda, uno de los acontecimientos más esperados del Jubileo. Un evento que el Papa quiere que sea de carácter religioso y con una clara dimensión de compromiso caritativo. Por este motivo, se convocó esta mañana en la Sala de Prensa del Vaticano a los periodistas acreditados para ilustrar las novedades y características de la exposición que tendrá lugar en la ciudad piemontesa del 12 de agosto al 22 de octubre.
La ostensión de carácter extraordinario del lienzo con el que, según la tradición y numerosos científicos, fue envuelto el cuerpo de Jesús al ser sepultado, ha sido anticipada dos semanas para que los participantes en las Jornadas Mundiales de la Juventud puedan visitarla. Monseñor Severino Poletto, arzobispo de Turín, ha querido evitar toda polémica con quienes consideran que no es más que una creación de origen medieval: «el lienzo lleva de manera impresionante los signos de la pasión de Jesús. De este modo, se convierte en un instrumento de evangelización, en una invitación a la oración y a la conversión, en un llamamiento a la solidaridad, en una ayuda a Cristo presente en nuestro hermano que sufre o que está en necesidad». El prelado dejó las discusiones de carácter científico a los científicos.
El lema escogido para la exposición de este Jubileo es «Señor, busco tu rostro», pues --como explicó Poletto-- Dios nos ha dado la posibilidad de ver su rostro en el de su Hijo encarnado, el «varón de dolores». La Sábana Santa nos muestra todo su sufrimiento y nos invita a aceptar ese rostro, manifestación de dolor. «Al mirar ese abismo de sufrimiento --añadió el prelado-- nos será más fácil reconocerlo en el rostro de todos los hermanos que sufren: nos daremos cuenta de que toda ayuda a esos hermanos es un auténtico acto de amor hacia quien nos ha amado con todas sus fuerzas».
En esta ocasión, Turín quiere aprovechar el éxito de la última ostensión, que tuvo lugar en 1988, para ayudar a los peregrinos a comprender y vivir el Jubileo de manera más profunda. De este modo, al final del recorrido se ofrecerá les ofrecerá a los visitantes la posibilidad de acercarse al sacramento de la reconciliación. Además de este espacio dedicado a la confesión, se habrá también una capilla dedicada a la adoración. En las cercanías se está preparando además una Exposición de la Caridad en la que se presenta el modelo de apóstoles del amor al prójimo de Turín, la capital industrial italiana, y de la sociedad moderna.
Para visitar la Sábana Santa es necesario reservar, aunque la entrada es totalmente gratuita. Para ello se puede llamar a un número telefónico gratuito válido para Italia (800.329.329) o seguir los pasos que se indican en la página web http://www.giubileo.piemonte.it.
Al responder a los periodistas que preguntaron a monseñor Poletto por una posible visita del Santo Padre a Turín con motivo de la exposición del lienzo (lo hizo ya en 1998), el prelado piamontés respondió que la Secretaría de Estado de la Santa Sede le ha respondido que será muy difícil, a causa de los compromisos que ya tiene el obispo de Roma en este Jubileo. «De todos modos --añadió el arzobispo de Turín-- yo no he perdido la esperanza, pues Juan Pablo II nos tiene acostumbrados a las sorpresas».
COMIENZA EN ROMA EL JUBILEO DE LOS CIENTIFICOS
Pronunciarán un «mea culpa» por los abusos de la ciencia
CIUDAD DEL VATICANO, 22 mayo (ZENIT.org).- En estos próximos días, Roma se convertirá en capital de la ciencia. Cuatrocientos científicos e investigadores se han dado cita en la Ciudad Eterna para participar en su Jubileo por categoría y reflexionar las posibilidades e interrogantes que tiene que afrontar en estos momentos de transición de milenio la ciencia.
El acto más esperado será ese momento en el que los científicos pronunciarán su «mea culpa» por los abusos que ha cometido la ciencia, particularmente en este siglo. Estos hombres y mujeres que provienen de los más diferentes orígenes --Nueva Zelanda, Chile o Rusia, por citar algunos países y entre los que habrá algún Premio Nobel--, el 24 de mayo harán también enmienda por ciertos prejuicios de los creyentes en relación con eso que el Concilio Vaticano II definió como «legítima autonomía de la ciencia».
No faltarán científicos del tercer mundo, que han podido llegar a Roma gracias al fondo de solidaridad creado por el Comité vaticano para el Jubileo. El encuentro culminante tendrá lugar al día siguiente, el jueves 25 de mayo, con una misa en el Vaticano y una audiencia con el Santo Padre. Antes, los científicos habrán atravesado la Puerta Santa, un gesto que, según los organizadores, en esta ocasión será particularmente sugerente: Cristo, Señor del cosmos, impide que la ciencia se convierta en un ídolo.
Organizado por varios organismos de la Santa Sede --entre los que se encuentran el Consejo Pontificio para la Cultura, las dos Academias Pontificias para las Ciencias y las Ciencias Sociales, la Academia Pontificia para la Vida y el Observatorio Astronómico Vaticano--, el programa de las jornadas jubilares de los Científicos se inaugurará mañana en el Vaticano con un Congreso internacional sobre el diálogo entre la fe y la ciencia.
PIER GIORGIO FRASSATI: LA SANTIDAD AL ALCANCE DE TODOS
El cuerpo del joven beato estará en Roma más de dos meses
CIUDAD DEL VATICANO, 22 mayo (ZENIT.org).- Juan Pablo II lo llamó «el hombre de las ocho bienaventuranzas», «de profética modernidad apostólica». Se trata de Pier Giorgio Frassati, un joven de nuestro tiempo, fallecido a los 24 años en 1925. Su vida no fue insólita en hechos externos, es más, se consideraba del todo «normal», pero extraordinariamente animada por el espíritu del Evangelio, que tradujo en un generoso compromiso social y político a favor sobre todo de los más pobres.
Fue beatificado hace diez años, el 20 de mayo de 1990. Deportista, lleno de vida, siempre rodeado de amigos en los que infundía su ánimo alimentado sobrenaturalmente de la oración y de la Eucaristía, Pier Giorgio Frassati fue y sigue siendo un perfecto modelo de «santidad cotidiana al alcance de todos», de laicidad cristiana como fascinante camino de santidad.
Desde la catedral de Turín, donde está sepultado, después de una etapa en Lombardia, su cuerpo será llevado a Roma el próximo 17 de junio, a la Iglesia de San Lorenzo in Lucina, para posibilitar la veneración de los fieles y especialmente de los jóvenes, de quienes es especial protector, hasta el 22 de agosto, o sea, hasta la conclusión de la Jornada Mundial de la Juventud.
La iniciativa parte del Pontificio Consejo para los laicos, cuyo presidente, cardenal Francis Stafford, celebrará el 17 de junio la Misa de inicio de la permanencia romana del beato, mientras que el 4 de julio, 75º aniversario de su muerte, la Eucaristía la presidirá el cardenal Roger Etchegaray, presidente del Comité central del Jubileo, también en San Lorenzo in Lucina.
«Radio Vaticano» ha entrevistado a la sobrina de Pier Giorgio Frassati, Wanda, quien dice: «Pier Giorgio era un joven enamorado de Cristo, a quien veía en los pobres --describe Wanda--. De hecho, decía: "En los pobres, los enfermos, los necesitados, veo una luz que nosotros no tenemos". Y también comentaba: "Jesús me visita cada día en la comunión; yo le correspondo en la manera insignificante en que puedo, visitando a sus pobres"».
¿De dónde procedía la fuerza interior que le impulsaba? «Ciertamente de la Eucaristía --afirma Wanda--, de la comunión diaria, de Jesús. Y además, de una devoción entrañable a la Virgen». Es significativa una frase de Pier Giorgio Frassati, de las que dejan huella, que nos recuerda también su sobrina: «Vivir sin una fe, sin un patrimonio que defender, sin mantener una lucha constante por la verdad, no es vivir, sino "ir tirando"; nunca debemos "ir tirando"».