SANTA SEDE

 

LA EDUCACION NO ES UNA PROFESION, SINO UNA MISION

Mensaje del Papa a los Hermanos de las Escuelas Cristianas

CIUDAD DEL VATICANO, 16 mayo (ZENIT.org).- La educación «no es una  profesión sino una misión» orientada a «ayudar a toda persona a reconocerse  como única e irrepetible». Lo explica Juan Pablo II en un mensaje dirigido  al hermano John Johnston, superior general de los Hermanos de las Escuelas  Cristianas.

El mensaje, que tiene lugar con motivo del 43o. Capítulo General de la  congregación religiosa, conmemora dos significativos aniversarios: recuerda  el centenario de la canonización de Juan Bautista de La Salle y los 50 años  de su proclamación, por parte de Pío XII, como patrono especial de los  educadores de la infancia y de la juventud.

Juan Pablo II explica que la educación «queda incompleta si no lleva a  aprender el respeto de la vida y de la libertad, el servicio de la verdad y  el deseo del don de sí. Al anunciar el Evangelio en las escuelas, objetivo  de vuestro apostolado --dice el pontífice al dirigirse a los religiosos--,  os dedicáis a formar a cada hombre, a formar al hombre integral».

El Papa concluye el mensaje dirigido a los hijos espirituales de Juan  Bautista de la Salle, que son casi 7 mil con más de mil instituciones  educativas esparcidas en los cinco continentes, alentándoles en su misión  de educación y de evangelización especialmente al servicio de los niños y  de los jóvenes pobres o en dificultad, mostrando que cada uno de ellos  tiene un valor incalculable a los ojos de Dios.


 

UN SACERDOTE Y UNA MAESTRA CATOLICA ASESINADOS EN BURUNDI

Juan Pablo II envía un mensaje para hacer llegar su dolor

CIUDAD DEL VATICANO, 16 mayo (ZENIT.org).- La sangre sigue corriendo en  Burundi: un sacerdote y una maestra católica fueron asesinados el domingo  pasado en una emboscada. El padre Pascal Nzikobanianka, párroco de la  diócesis de Ruyigi, fue asaltado mientras regresaba en coche a Muriza,  junto a un seminarista --que podría perder una pierna a causa de las  lesiones sufridas--, una religiosa --que pronto se restablecerá de las  heridas-- y Béatrice Ndihokubwayo, quien falleció en el atentado. El  homicidio ha suscitado profunda conmoción en toda la diócesis de Ruyigi,  pues el párroco era uno de los sacerdotes más ancianos de la  circunscripción y era considerado por todos como «un hombre de Dios y un  hombre de paz».

Juan Pablo II ha querido hacer llegar su pésame a través de un telegrama  dirigido al obispo de la diócesis en el que asegura sus oraciones por los  difuntos para que sean acogidos en el Reino de amor y de paz; asimismo pide  a Dios que dé fuerzas al joven herido para superar la prueba. El obispo de  Roma implora al Señor que mantenga la esperanza en la comunidad católica y  en todos los burundeses y les guíe hacia la paz.

Burundi, al igual que Ruanda, es víctima de la violencia étnica entre hutus  y tutsis. Tras las elecciones de 1993, en las que venció el FRODEBU (Frente  para la Democracia de Burundi), la situación del país se ha agravado hasta  límites insospechados. Los tutsis, recelosos de la victoria del FRODEBU, de  mayoría hutu, reaccionaron con violencia ante el fracaso electoral, lo que  provocó la reacción de los hutus. A los tres meses de las elecciones,  militares golpistas tutsis asesinaron al presidente y a las más altas  autoridades del país, lo que provocó el estallido de la guerra civil en  todo el país. Las matanzas interétnicas han alcanzado desde entonces  dimensiones pavorosas, sin que la intervención internacional haya sido  capaz de detenerlas.


 

HISTORICO VIACRUCIS CON SACERDOTES DE TODO EL MUNDO EN EL CIRCO MAXIMO

Uno de los momentos más emocionantes del Jubileo de los presbíteros

CIUDAD DEL VATICANO, 16 mayo (ZENIT.org).- Las jornadas jubilares de todos  los sacerdotes del mundo, que tienen lugar estos días en Roma, continuaron  hoy con el tema «De la plenitud de la vida interior la fecundidad de la  misión». Por el momento, los participantes ya son más de dos mil presbíteros.

Esta mañana, en la Basílica de San Pablo Extramuros, tuvo lugar la  celebración de las laudes, presididas por el arzobispo Crescenzio Sepe,  secretario del Comité Central para el Gran Jubileo, quien exhortó a los  sacerdotes a no desalentarse ante las dificultades. «¡Cuántos sacerdotes  han sabido testimoniar, a veces a costa de la vida, la caridad pastoral, la  radicalidad del Evangelio aceptado hasta el fundo y la identidad sacerdotal!».

A continuación tuvo lugar la concelebración eucarística, presidida por el  cardenal Darío Castrillón Hoyos, quien en la homilía invitó a los  sacerdotes en este Jubileo «a descubrir otra vez la verdad sobre nuestra  vida interior que, marcada por el carácter indeleble de la consagración y  colmada de la gracia sacramental de la ordenación, para nosotros es fuente  de inagotable fecundidad en la realización de la misión que hemos recibido».

«Sería insensato --añadió el hombre a quien Juan Pablo II ha encargado la  asistencia de los más de 400 mil sacerdotes presentes en el mundo--, además  de presuntuoso, querer prescindir arbitrariamente de los instrumentos de  salvación y de gracia que el Señor mismo ha depositado en nosotros,  haciéndonos administradores de sus misterios divinos». Al igual que sería  presuntuoso «pretender ofrecer a la humanidad, sedienta de Dios, nuestros  personalismos y nuestras visiones parciales».

«Ello exige una vida de oración, de contemplación y de sacrificio para  revestirnos de los mismos sentimientos de Cristo, y ajustar nuestra  voluntad a la suya. ¡La fecundidad del ministerio brota de la riqueza de la  vida interior!», concluyó el purpurado colombiano.

Tras la Eucaristía, sacerdotes de los cinco continentes ofrecieron  testimonios impactantes de vida. Los sacerdotes que han venido a Roma para  participar en el Jubileo dedicaron la tarde de hoy para visitar los lugares  de decisiva importancia histórica y artística de la Ciudad Eterna.

La noche de hoy reservaba una elocuente sorpresa: por primera vez se revive  el Viacrucis en el Circo Máximo, testigo del martirio de los primeros  cristianos. Con este motivo se ha trasladado una reliquia de la cruz de  Cristo custodiada en la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén de Roma. Fue  también significativa la elección de la persona encargada de presidirlo: el  cardenal Chryzostom Korec, obispo eslovaco, quien sufrió en su propia piel  durante décadas las persecuciones comunistas.


 

JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD: EMPIEZA LA CUENTA ATRÁS

25.000 voluntarios se preparan para recibir a más de un millón de jóvenes

CIUDAD DEL VATICANO, 16 mayo (ZENIT.org).- Ser «testigos del Jubileo»: ésta  es una de las tareas de los jóvenes de más de 40 países, hacia donde ya han  salido las cartas de «reclutamiento» para aquellos que solicitaron formar  parte de este gigantesco voluntariado de la XV Jornada Mundial de la  Juventud (JMJ). Más de 25.000. Llevarán como distintivo camisetas y gorras,  y en sus diócesis están aprendiendo lecciones muy útiles: espíritu de  servicio y sentido de acogida.

Vienen de los cinco continentes: Benin, Madagascar, India, Filipinas,  Taiwan, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Chile, Perú, Francia, España,  Polonia, por citar algunos de los países de procedencia. Por supuesto, la  gran mayoría será italiana. Habrá mucho que hacer en Roma y en los  alrededores, donde se alojarán los jóvenes peregrinos. Massimo Orselli, un  veterano a quien el Comité para la JMJ ha confiado la coordinación del  voluntariado, describe el perfil del voluntario de la JMJ 2000: «Deberá dar  información, acoger y orientar a los peregrinos, colaborar con las empresas  que proporcionen los servicios, controlar el alojamiento de los jóvenes y  verificar su normal funcionamiento, y, sobre todo, testimoniar con su  propio compromiso el sentido pleno del Jubileo de los jóvenes».

El tema elegido por Juan Pablo II para la jornada es «El Verbo se hizo  carne y habitó entre nosotros». Y los participantes empiezan a expresar sus  deseos y expectativas: «Con la Jornada mundial nosotros, los jóvenes,  encontraremos más valor para vivir en la fe. Para evangelizar hace falta  creer, y la JMJ nos llamará a esto», sostiene Edwin Limpiado, joven  filipino de Manila. «Espero encontrar un impulso para mi vida de joven  creyente», dice Lucía Gabriele, de Villa San Giovanni, Reggio Calabria, que estuvo presente en  EurHope ’95, en Loreto. «Esos momentos --prosigue-- me dejaron algo dentro,  allí vi a los voluntarios entregarse incluso bajo un aguacero. Ahora me  toca a mí». «Sí, estaré entre los voluntarios --exclama orgulloso Wilson  Ribeiro, brasileño-- y veré a tantos amigos venir gracias al fondo de  solidaridad. Seremos muchos, y trabajaremos para todos. La próxima vez  seremos incluso más».

Verdaderamente estar al servicio de más de un millón de jóvenes es una  elección importante: «Estaremos junto a chicos que conocen la guerra, las  tensiones, el miedo de ser cristianos --observa Giampiero Grazioli, de  Milán--, aprenderemos de ellos e intercambiaremos experiencias que  fortalecerán nuestra comunidad». Son muchachos tan inquietos como los  demás, pero con ideas claras: ««De experiencias así, se vuelve más motivado  --comenta Silvia Perego, de Reggio Emilia, quien ya ha estado en otros dos  encuentros internacionales--; a diario el testimonio es difícil; después de  las Jornadas mundiales, a pesar del cansancio, recibes mucho más». Y se  regresa con un deseo irrefrenable: «contárselo a todos».

Para más información puede enviar un mensaje de correo electrónico a  giovani@jubil2000.org.


 

EL PAPA EVOCA LOS GRANDES MOMENTOS DE SU PEREGRINACION A FATIMA

Destaca en la audiencia general la actualidad del mensaje de las apariciones

CIUDAD DEL VATICANO, 17 mayo (ZENIT.org).- Fátima se le ha quedado grabada  en el corazón al Papa. Lo confesó esta mañana al recibir en la audiencia  general de este miércoles a 40 mil peregrinos provenientes de 29 países de  Europa, América, África y Asia. De hecho, quiso dedicar el encuentro que  tuvo lugar en la plaza de San Pedro del Vaticano, bajo un fuerte sol, a  recordar los momentos más emocionantes de su reciente peregrinación al  lugar de las apariciones de María (12 y 13 de mayo) con motivo de la  beatificación de los pastorcillos Jacinta y Francisco.

Por la mente del obispo de Roma pasaron de nuevo las imágenes de esos dos  días: más de medio millón de personas que aplaudieron el momento en que los  dos chavalines eran proclamados beatos o el instante en que recibieron con  sorpresa el anuncio del así llamado «tercer secreto» de Fátima.

Heroísmo de niños Juan Pablo II constató que «al igual que en Lourdes, en Fátima la Virgen  también escogió a los niños, Francisco, Jacinta y Lucía, como destinatarios  de su mensaje. Lo acogieron de una manera tan fiel que han merecido ser  reconocidos como testigos creíbles de las apariciones, hasta el punto de  convertirse ellos mismos en ejemplo de vida evangélica». De hecho, dejó muy  claro que estos dos pequeños, que murieron con diez y once años, no han  sido elevados a la gloria de los altares por haber recibido las apariciones  de María, sino porque «aunque no fueron mártires, demostraron vivir las  virtudes cristianas de manera heroica, a pesar de su tierna edad».  «Heroísmo de niños --reconoció el Papa--, pero auténtico heroísmo».

Aludiendo implícitamente a las revelaciones del tercer secreto que hablan  de un «obispo vestido de blanco», Juan Pablo II dijo que el segundo  objetivo de su viaje, tras el de la beatificación, fue el de agradecer «a  María por lo que quiso comunicar a la Iglesia a través de estos niños y por  la protección que me ha concedido durante el pontificado» Para mostrar de  manera concreta su gratitud, el Papa le regaló a la Virgen el tesoro más  valioso para él: el anillo episcopal que le regaló el cardenal Stefan  Wyszynski pocos días después de su elección a la Sede de Pedro. Wyszynski,  que Se trata de quien entonces era obispo primado de Polonia, quien  profetizó que a él le correspondía guiar a la Iglesia en la transición al  tercer milenio. El Papa Wojtyla siempre ha considerado que si salió con  vida del atentado que le tendió Alí Agca en la misma plaza de San Pedro en  que se encontraba hoy, en un 13 de mayo de 1981, fue gracias a la  protección de María.

El Santo Padre aclaró que ha decidido revelar la tercera parte del secreto  de Fátima, pues le parece que «ha madurado el tiempo» y recalcó que «el  llamamiento que nos ha hecho llegar Dios a través de la Virgen Santa  conserva intacta todavía hoy toda su actualidad».

«Desde Fátima se difunde por todo el mundo un mensaje de conversión y de  esperanza, un mensaje que, en conformidad con la revelación cristiana, está  profundamente integrado en la historia --concluyó--. Precisamente a partir  de las experiencias vividas, invita a los fieles a rezar asiduamente por la  paz en el mundo y a hacer penitencia para abrir los corazones a la  conversión».


 

EN FÁTIMA COMENZÓ UNA HISTORIA DE AMOR

La relación de Dios con los niños analizada por Federico Lombardi

CIUDAD DEL VATICANO, 17 mayo (ZENIT.org).- El sábado pasado Juan Pablo II  pronunció la fórmula litúrgica de beatificación de los dos pastorcillos de  Fátima, Jacinta y Francisco Marto, primeros niños no mártires elevados a la  gloria de los altares no por ser videntes, sino por haber practicado las  virtudes de manera heroica, durante la misa que celebró en la explanada  junto a la Basílica de la Cova de Iría.

Se encontraban presentes más de quinientas mil personas. Ha sido la mejor  manera de celebrar este 13 de mayo en el que se cumplían 83 años de las  primeras apariciones de la Virgen. Con su tercera visita a Fátima, el Papa  ha querido también agradecer a la Virgen la protección que le ha brindado  en sus casi 22 años de pontificado.

La beatificación de los pastorcillos, como todos recuerdan, vivió un  momento de emoción inesperado cuando el cardenal Angelo Sodano, secretario  de Estado del Vaticano, por encargo de Juan Pablo II leyó un anticipo de la  tercera parte del así llamado secreto de Fátima.

En la homilía, el Papa había exclamado: «¡Cuántas víctimas ha habido en  este último siglo del segundo milenio! Mi pensamiento se dirige a los  horrores de las dos grandes guerras y las contiendas en otras partes del  mundo. También se dirige a los campos de concentración y de exterminio, a  los gulag, a las limpiezas étnicas, a las persecuciones, al terrorismo, a  los secuestros, a la droga, a los atentados contra la vida de los no  nacidos y contra la familia».

Los momentos recién vividos en Fátima, de tan intensa vibración, han sido  objeto de reflexión para el director de Programas de Radio Vaticana, el  padre Federico Lombardi, quien declaraba su asombro al ver la implicación  de la Iglesia en esta lucha entre el bien y el mal, con todas las  persecuciones que la Iglesia encontraría frente a los regímenes ateos y  totalitarios de este siglo. E incluso la profunda implicación personal del  Papa.

«Es la lectura más profunda del mundo y de su historia, que se expresa a  través del análisis de los signos de los tiempos, de los acontecimientos  que pasan frente a nuestros ojos y en los que nosotros mismos estamos  implicados. Son circunstancias en las que el Santo Padre participa como  testigo privilegiado y como protagonista humano y sobre todo espiritual de  este siglo», comenta Lombardi, quien siguió de cerca a Juan Pablo II a su  viaje en Portugal.

El anuncio de Nuestra Señora de Fátima, en el mundo de hoy, pone de relieve  mensajes conocidos: «la implicación de cada uno en este combate, en este  discernimiento entre el bien y el mal; en esta necesidad de ponerse del  lado de Dios y de reconocer y luchar, con valor, contra el mal, contra el  acusador de la humanidad, contra el homicida de siempre que es el demonio y  las fuerzas que atentan contra la salvación de la humanidad», precisa.

«Todo lo que sucedió en Fátima tiene su inicio en una demostración de amor,  en una gracia dada por Dios, a través de la Virgen, a los niños --apunta el  padre Lombardi refiriéndose a la beatificación de Jacinta y Francisco--.  Esto es verdaderamente impresionante. Como una realidad que se une a los  acontecimientos más dramáticos y más complejos de nuestro tiempo. Es algo  que encuentra su clave de lectura y de iluminación en una relación entre  Dios y los niños, los sencillos y los humildes. Dios solicita la  colaboración de aquel que por su inocencia y por su sencillez está más  capacitado para acoger y entender aquello que Él desea transmitir».

Las últimas palabras de la homilía del Santo Padre fueron para los niños;  en ellas les decía que se metieran en la escuela de María. «Esto nos lo  dice a todos --afirma Federico Lombardi--. Tenemos que hacernos niños y  aprender lo que se nos dice. En este caso es ciertamente María quien habla.  En la homilía el Santo Padre dijo una cosa bellísima: cuando --demostrando  una madurez y una virtud superior a su edad-- se le preguntaba a Jacinta el  porqué, respondía diciendo: "Porque me ha dicho la Señora que lo haga así".  Metámonos en la escuela del Señor, que también a través de María nos  instruye, y encontraremos el camino. Al ver a la gente en la explanada,  participando en la procesión, todas personas sencillas, del pueblo, pienso  que también aquí, la realidad de Fátima nos dice cómo una fe sencilla y  genuina es una fuerza positiva, maravillosa y preciosísima para el mundo de  hoy. En el fondo tenemos la suerte de contar con los cientos de miles de  personas participantes en la beatificación de Fátima, con fe auténtica y  sincera, volvieron a sus casas y van por el mundo llevando estos principios  de oración, de conversión, de sencillez, de pureza, valores positivos que  el Señor y la Virgen nos enseñan. Estas son las fuerzas que pueden dar  esperanza al tercer milenio», concluye.


 

EL GRITO DEL PAPA POR LA PAZ ENTRE ETIOPIA Y ERITREA

Al igual que en Sierra Leona, denuncia el «absurdo conflicto»

CIUDAD DEL VATICANO, 17 mayo (ZENIT.org).- Al final de su encuentro con 40  mil peregrinos en la plaza de San Pedro, Juan Pablo II quiso dejar escuchar  su voz para pedir la paz entre Etiopía y Eritrea, así como para la guerra  civil en Sierra Leona.

La batalla que se libra entre las tropas eritreas y etíopes tiene lugar en  el campo y en los números. Los comunicados de prensa y las cifras que  ofrecen los gobiernos de los dos países en conflicto son contradictorios.  Según Asamara, capital eritrea, miles de soldados etíopes han sido  asesinados o heridos, mientras que Addis Abeba afirma que ha acabado con  las divisiones enemigas, infligiendo durísimas pérdidas. El acceso a las  zonas de combate sigue estando prohibido a los periodistas, de modo que la  situación no puede ser verificada. Lo único seguro es que la guerra, que ha  vuelto a estallar en Badammè, tras once meses de tregua, se está  intensificando, con unos 200 mil civiles que huyen de las zonas de combate.

Por otra parte, en Sierra Leona, ha sido capturado Foday Sankoh, el jefe de  los rebeldes del Frente Unido Revolucionario (RUF). Según los testimonios,  ha sido recluido, herido, en un cuartel del ejército británico, cuyos  responsables han asegurado que lo entregarán a los militares de Sierra  Leona. Los combatientes del RUF son los responsables del secuestro de  centenares de cascos azules de las Naciones Unidas, de modo que la captura  de Sankoh debería facilitar su liberación. Esta mañana, fuentes de la  UNAMSIL, la misión de la ONU en Sierra Leona, dijeron que se ha comenzado  el proceso de negociación que debería llevar a la liberación de todos los  cascos azules.

En estas circunstancias de violencia, dijo el Papa a los peregrinos, «como  siempre, son los civiles y las personas inermes quienes pagan el precio de  tanta crueldad inaudita». Estos tres países se encuentran en los últimos  lugares de la lista de la pobreza del planeta: el hambre constituye entre  sus poblaciones una realidad dramática.

Por este motivo, el Papa pidió que «se escuche el grito de los que sufren»  y se dirigió a los «responsables de estos absurdos conflictos» para que se  sus corazones y conciencias se dejen interpelar por el Dios del amor. Al  final, quiso dar las gracias a todas las personas y organizaciones que en  estos momentos están haciendo todo lo posible para asistir a esas poblaciones. ZS00051713