SANTA SEDE

 

EL PAPA ORDENA 26 SACERDOTES EN EL VATICANO

Un síntoma del renacimiento de las vocaciones consagradas

CIUDAD DEL VATICANO, 14 mayo (ZENIT.org).- En este cuarto domingo de  Pascua, comúnmente llamado del «Buen Pastor», la Iglesia celebró la Jornada  Mundial de Oración por las Vocaciones. Con este motivo, el Papa ordenó  veintiséis nuevos presbíteros para la diócesis de Roma. Ocho son alumnos  del Seminario Romano Mayor; trece del Colegio diocesano «Redemptoris  Mater», fundado por el carisma del Camino Neocatecumenal, provenientes de  España, Irlanda del Norte, India, Guatemala, Nicaragua, Congo e Italia;  tres han estudiado en el Seminario del Santuario del Divino Amor; y dos en  el Colegio Capranica.

En la homilía, el Papa subrayó la importancia de esta ordenación, que tiene  lugar en el gran Jubileo, en el año de misericordia del Señor, por lo que  añadió: «El misterio del amor divino, creador y redentor, que se ha  revelado en la encarnación del Verbo y que se cumplió en su sacrificio  pascual, es tan grande que llena de manera sobreabundante todos los días de  vuestra vida y todo vuestro ministerio».

«Por medio de vuestras manos --añadió--, el Buen Pastor continuará  ofreciendo sacramentalmente su vida por la salvación del mundo, atrayendo a  todos hacia sí e invitando a todos a acoger el abrazo del único Padre». El  pontífice exhortó a los nuevos sacerdotes a hacer todo lo posible para que  otros jóvenes sigan a Cristo gracias a su ejemplo.

Estos 26 nuevos sacerdotes confirman la tendencia positiva que en los  últimos años experimentan las vocaciones en la Iglesia. En Europa, en  América del Norte y en Oceanía, el número de sacerdotes ha disminuido en  las últimas dos décadas, mientras que en África y Asia se ha multiplicado  por dos. En todo el mundo, el número de los sacerdotes es de 404.626. Su  distribución no es homogénea. En Italia, por ejemplo, existe un sacerdote  por cada mil fieles; en algunas partes de América Latina y de África esta  relación puede multiplicarse por 10 o más.

Esta Jornada recordaba además todos los tipos de vocaciones consagradas: a  los 25.345 diáconos permanentes, a los 57.813 religiosos no sacerdotes, y a  las 814.779 religiosas, que en estos veinte años han disminuido en un 17  por ciento. Sin embargo, especialmente en el norte del mundo, donde se ha  experimentado un aguda crisis de vocaciones a la vida religiosa, ha  aumentado de manera impresionante el número de personas que se consagran a  Dios permaneciendo en el mundo en los Institutos seculares o en los nuevos  movimientos y comunidades eclesiales; en su gran mayoría se trata de mujeres.


 

EL PAPA RECIBE A UNA DELEGACION DE DEPORTISTAS SORDOS

Esta limitación no debe ser motivo de marginación, afirma

CIUDAD DEL VATICANO, 15 mayo (ZENIT.org).- Juan Pablo II recibió esta  mañana a unos 300 miembros de la Federación Italiana para el Deporte de los  Silenciosos. Entre sus dirigentes se encuentran personas sordas. Llegaron  acompañados por intérpretes expertos en el lenguaje de los gestos y por  miembros del Comité organizador de la próxima edición de los Juegos  Mundiales Silenciosos, que tendrá lugar en Roma en el año 2001.

El Santo Padre elogió a la Federación por la obra que desempeña al servicio  de las personas sordas, inspirándose en esos «ideales de solidaridad y  atención al hombre que favorecen la plena integración en todos los ámbitos  de la vida social». «De este modo --añadió--, se promueve la tan deseada  civilización de la acogida y del amor, la única que es capaz de anular  entre los hombres toda marginación».

Al dirigirse a los jóvenes atletas sordos, el Santo Padre les aseguró que  pueden «ofrecer un testimonio de esperanza» y manifestar a través de su  «valiente ardor humano deportivo» que no son insuperables algunas  dificultades que parecen infranqueables. «El silencio --añadió el  pontífice--, si bien provoca indudables dificultades de relación con la  realidad que nos circunda, no tiene que representar para nadie un motivo de  cerrazón o de aislamiento».

El encuentro se concluyó con la petición del pontífice a la Federación para  que preste cada vez más atención «a los problemas de quienes experimentan  dificultades de comunicación y de integración». La Federación Italiana para  el Deporte de los Silenciosos forma parte de una Asociación mundial que  agrupa a atletas de ochenta países y cinco continentes.


 

MILES DE SACERDOTES DESEMBARCAN EN ROMA PARA PARTICIPAR EN SU JUBILEO

Se prepara la concelebración eucarística más grande de la historia

CIUDAD DEL VATICANO, 15 mayo (ZENIT.org).- Miles de sacerdotes de todo el  mundo se comenzaron a reunir desde ayer en Roma para celebrar el Jubileo de  los Presbíteros, uno de los acontecimientos jubilares que se han preparado  con más antelación.

En 1996, comenzó el itinerario de preparación con el encuentro  internacional de sacerdotes que se celebró en Fátima. Fue seguido por otras  citas de este tipo en Yamassoukro (Costa de Marfil) al año siguiente en  Guadalupe (1998), y, por último, en Jerusalén el año pasado.

Monseñor Mauro Piacenza subsecretario de la Congregación para el Clero,  organismo vaticano que está organizando este Jubileo, explica en  declaraciones a «Radio Vaticano», que ahora la Plaza de San Pedro se  convertirá en la conclusión de este camino que han recorrido miles de  sacerdotes durante estos años. El objetivo es «seguir a Cristo con esa  fuerza nueva que nace de una mayor conciencia del don y del misterio que  constituye la esencia de cada sacerdote».

Uno de los elementos más inesperados de este Jubileo es la importante  presencia, desde el punto de vista numérico, de sacerdotes de habla alemana  e inglesa. En estos momentos ya han llegado dos mil, pero la Congregación  para el Clero, presidida por el cardenal Darío Castrillón Hoyos, está  recibiendo una avalancha de peticiones para participar en el momento  cumbre, la misa con Juan Pablo II, el día en que el pontífice cumplirá 80  años, el 18 de mayo. Se espera que en total sean unos 4.000 presbíteros, de  modo que es encuentro será sin duda la concelebración más numerosa de toda  la historia.

El primer encuentro de estos días jubilares de los sacerdotes en Roma tuvo  lugar ayer, en la Basílica de Santa María la Mayor. Al darles la  bienvenida, el cardenal Castrillón invitó a los presbíteros a seguir los  pasos de la Virgen María, pues así «nos pondremos en el buen camino de la  conversión y corresponderemos a lo que nos propone el Jubileo sacerdotal».  «Nosotros, los sacerdotes --añadió--, apostamos todo por el amor más  grande, por el que hemos renunciado al amor terreno».

En la mañana de hoy, los sacerdotes han celebrado las laudes en la Basílica  de San Juan de Letrán con el cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini, quien  ofreció una meditación sobre la caridad del sacerdote, que encuentra su  mejor manantial y expresión en la Eucaristía.

Le siguió la concelebración eucarística, presidida por el cardenal  Angelo Sodano, secretario de Estado, quien en la homilía entre otras cosas  recomendó a los sacerdotes un profundo amor a la Iglesia. «Vuestra  peregrinación a Roma con motivo del Jubileo contribuye a alimentar esta  llama de amor. De este modo, cada día os sentiréis como parte viva de la  gran familia católica, que tiene en el Sucesor de Pedro su centro visible  de unidad. En este año santo, muchos de nuestros fieles descubren cada vez  mejor el rostro materno de la Iglesia».

Uno de los momentos más significativos tuvo lugar al final de la mañana de  la hoy, cuando los sacerdotes que participan en este Jubileo se confesaron  los unos con los otros. En la tarde, en el Aula de audiencias generales del  Vaticano, escucharon una conferencia del cardenal Darío Castrillón,  poniendo broche de oro a este día que llevaba por tema «El sacerdote que  trabaja en una Iglesia particular en unión con la Universal». 


 

EL JUBILEO DEL MAR COMIENZA EN GALILEA

Una flotilla de peregrinos culminará su peregrinación marítima en Roma

TABGA, 15 mayo (ZENIT.org).- El jubileo del mar no podía empezar en otro  sitio: el mar de Galilea. A continuación, la flotilla jubilar se reunió en  el puerto israelí de Haifa para seguir el recorrido de los apóstoles:  después de las etapas en la isla de Chipre, Grecia y Malta, se detendrá en  los puertos de Siracusa, Mesina, Reggio, Pozzuoli y Gaeta, para llegar el  31 de mayo a Fiumicino, antiguo puerto fluvial de Roma, y «arribar» el 2 de  junio a la Plaza de San Pedro. La iniciativa, de un grupo de laicos  romanos, ha recibido el firme apoyo del Pontificio Consejo de la Pastoral  para los inmigrantes, de la Conferencia Episcopal Italiana a través del  «Apostolado del Mar de Italia» y de la Oficina para la Pastoral Marítima; a  éstos hay que añadir el del Patriarcado latino en Tierra Santa.

El jueves pasado el obispo Giacinto Boulos Marcuzo, vicario para Israel del  patriarca Sabbah, presidió una ceremonia de oración en Tabga, donde bendijo  una simbólica barca de pesca de Galilea, que acompañará a los peregrinos  guiados por el promotor de la iniciativa, Biagio Giuseppe Bandiera. Entre  los viajeros se encuentran algunos jóvenes católicos de Tierra Santa. Hubo  otra ceremonia en Cesarea y finalmente se celebró una misa en Haifa, en el  santuario Stella Maris en el monte Carmelo, a la que participaron también  muchos fieles llegados de Nazaret.

En cada puerto se recogerán cestos de pan, que después serán entregados en  San Pedro a Juan Pablo II. Barcos, guardas costeras, patrullas, barcas de  pesca y deportivas, yates y veleros: el mundo del mar se encamina hacia su  jubileo por un itinerario que quiere ser una manifestación de paz en un mar  rico en historia, que no separa, sino que hermana a los pueblos, hijos del  mismo Dios.