Santa Sede

Juan Pablo II entrega el anillo de la unidad a los nuevos cardenales

"La Cruz es la cátedra de Dios en el mundo", les recuerda

CIUDAD DEL VATICANO, 22 feb 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II concelebró esta mañana la eucaristía junto a los 44 obispos y sacerdotes que ayer elevó a la dignidad cardenalicia. Al final de la celebración, como es tradición, les entregó el anillo cardenalicio, signo de la unidad con Cristo y el Papa.

Era un día particular. La liturgia católica recordaba la Cátedra de San Pedro, imagen del ministerio del obispo de Roma, símbolo de la comunión en la Iglesia. Pensando en esta celebración y en este día, el Papa había decidido convocar el consistorio para el día de ayer.

Pero la fiesta contrastaba con la división de los cristianos en diferentes confesiones. Por eso, tras recordar que "la comunión plena y visible de todas las comunidades es el deseo ardiente de Cristo", el Santo Padre subrayó que para "esta finalidad primaria los cardenales, sea como Colegio que individualmente, pueden y deben ofrecer su preciosa contribución. Ellos son los primeros colaboradores del ministerio de unidad del Romano Pontífice".

De este modo, invitó a los purpurados a rezar para que en el nuevo milenio se restablezca la plena comunión entre los cristianos, divididos en diferentes Iglesias y comunidades. Se trata, como ha dicho en otras ocasiones este Papa, del escándalo más grande de la historia del cristianismo.

"Que el Espíritu Santo --deseó-- dé a todos los creyentes la luz y la fuerza necesarias para realizar el ardiente deseo del Señor. Os pido que me asistáis y colaboréis de todos los modos posibles en esta difícil misión".

La entrega del anillo fue, sin duda, el momento más característico de la ceremonia. Antes de hacerlo, el Papa explicó a los nuevos cardenales que este gesto pone "de relieve el vínculo especial que os une a esta Sede Apostólica".

"Hoy, Cristo os repite a cada uno de vosotros --añadió--: "He rezado por ti", para que tu fe no decaiga en las situaciones en las que pueda ser sometida a una mayor prueba tu fidelidad a Cristo, a la Iglesia, al Papa".

"¡Que esta oración, que brota incesantemente del corazón del Buen Pastor --concluyó--, sea siempre vuestra fuerza! No dudéis de que, como para Cristo y para Pedro, también será así para ustedes: su testimonio eficaz estará siempre marcado por la Cruz. La Cruz es la cátedra de Dios en el mundo".

A partir de mañana, algunos cardenales comenzarán a tomar posesión de las iglesias de Roma que les han sido asignadas por el Papa (los cardenales, en el origen, eran sacerdotes que colaboraban con el obispo de Roma). A las 16:30 lo hará el cardenal arzobispo de Nueva York, Edward Michael Egan, quien ha recibido la iglesia de los Santos Juan y Pablo en la plaza de Roma que lleva el mismo nombre. También mañana, a las 17:30, el cardenal Avery Dulles, conocido teólogo jesuita de Estados Unidos, tomará posesión de la iglesia de los Santísimos Nombres de Jesús y de María.

El sábado por la mañana, a las 10:30 hará lo mismo el arzobispo de Lima, el cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, quien ha recibido la iglesia de San Camilo de Lelis y, en la tarde, el cardenal argentino Jorge Maria Mejía, archivista y Bibliotecario de la Santa Romana Iglesia, tomará posesión de San Jerónimo de la Caridad.

El domingo 25 de febrero, a las 11:00, el arzobispo de Bogotá, el cardenal Pedro Rubiano Sáenz tomará posesión del título presbiterial de la parroquia de la Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo.


Pésame entre los purpurados: fallece el cardenal emérito de Caracas

El Papa recuerda su participación y aplicación del Concilio Vaticano II

CIUDAD DEL VATICANO, 22 feb 2001 (ZENIT.org).- Llegó esta mañana a Roma la noticia del fallecimiento del cardenal venezolano José Alì Lebrún Moratinos, arzobispo emérito de Caracas. El purpurado iba a cumplir los 82 años el próximo 19 de marzo.

Al conocer la triste noticia, Juan Pablo II ha expresado su pésame al neocardenal Ignacio Antonio Velasco García, sucesor del cardenal Lebrún, y a toda la comunidad diocesana, en un mensaje dirigido al nuncio apostólico en Venezuela, monseñor André Dupuy.

En el mensaje, según ha informado "Radio Vaticano", el Papa asegura su oración por el eterno descanso del purpurado y recuerda su compromiso pastoral orientado a aplicar la doctrina del Concilio Vaticano II y a promover la renovación de la Iglesia, en la fidelidad a Cristo y al sucesor de Pedro.

El cardenal Lebrún nació el 9 de marzo de 1919 en Puerto Cabello, arquidiócesis de Valencia (Venezuela). Ordenado sacerdote el 19 de diciembre de 1943, en Valencia, fue director espiritual y rector del seminario de esa arquidiócesis.

El 2 de agosto de 1956 fue nombrado auxiliar de Maracaibo y al año siguiente administrador apostólico. Transferido a la sede de Valencia en Venezuela, el 19 de marzo de 1962, asistió al Concilio Vaticano II, de 1962 a 1965. Fue nombrado arzobispo de Caracas por Juan Pablo II el 24 de mayo de 1980. El mismo Papa le creó cardenal el 2 de febrero de 1983. Renunció al gobierno pastoral de la arquidiócesis, el 27 de mayo de 1995.

Al fallecer el cardenal Lebrún, el Colegio cardenalicio queda compuesto por 183 purpurados, de los que 135 son electores y 48 no electores, pues han cumplido ya los ochenta años.


La Santa Sede pide un deporte más transparente y menos comercial

Exige liberarlo de la violencia en la Conferencia Mundial del Turismo

BARCELONA, 22 feb 2001 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha alzado su voz para exigir que el deporte no sea reducido simplemente a puro mercado y pide que se pongan los medios necesario para liberarlo de la violencia.

Al intervenir en la Conferencia Mundial del Turismo, que se celebra entre hoy y mañana en Barcelona, con el tema "Deporte y Turismo", el arzobispo Piero Monni, observador permanente del Vaticano ante la Organización Mundial del Turismo, explicó que el deporte es "un fenómeno social y cultural, pues está anclado en antiguos valores esenciales para el hombre".

Por tanto, añadió, estos valores "tienen que ser preservados de influjos deletéreos como la intolerancia, el dopaje, la excesiva comercialización, las actuales tendencias utilitaristas, los evidentes intereses privados dirigidos a reducirlo simplemente a puro espectáculo".

El "embajador" del Papa en la Conferencia Mundial del Turismo insistió en la "valencia educativa presente en las disciplinas deportivas". En este sentido, consideró que la formación en el deporte "debería tender hacia el desarrollo integral de la persona", que puede "realizar un proyecto de hombre capaz de ser libre y responsable".

Visto así, el auténtico deporte, señaló, exalta "la competición leal, el sacrificio ligado a la preparación deportiva, una sana competencia", elementos que forjan "personalidades fuertes, equilibradas y preparadas para alcanzar otras metas positivas".

De este modo, aclaró, la actividad deportiva, "se convierte en un vehículo de encuentro y de diálogo inmediato, entre las franjas juveniles comprometidas en los diferentes sectores".

Al mismo tiempo, el arzobispo afirmó que "es necesario replantear una imagen más transparente del mundo del deporte. Es necesario, por ello, recuperar una auténtica cultura del deporte, pues las disciplinas dominantes condicionan la manera de pensar y el lenguaje de los colectivos".

Se trata de una reivindicación, concluyó monseñor Monni, que en primera lugar presentan los que "aman sinceramente el deporte", pero que quieren que no dependa de la "negligencia, la corrupción, la violencia y la discriminación".


Cardenal Sodano: Los políticos italianos han pedido hablar con nosotros

Desmonta polémicas sobre los encuentros con líderes de todas las corrientes

ROMA, 22 feb 2001 (ZENIT.org).- Ante las críticas suscitadas por la serie de encuentros entre líderes de partidos políticos italianos y representantes de la Santa Sede, el secretario de Estado vaticano ha respondido con una pregunta: "Si piden que les recibamos, ¿qué es lo que tenemos que hacer?".

El Partido de la Refundación Comunista, liderado por Fausto Bertinotti, periódicos surgidos en torno a esa corriente ideológica, como "Il Manifesto" y "Liberazione", así como sectores republicanos que promueven la incomunicación entre la Iglesia y el Estado, han reaccionado duramente en estos días ante los encuentros que el cardenal Angelo Sodano, brazo derecho del Papa en la guía de la Sede apostólica, ha mantenido con los dos líderes de las principales fuerzas políticas de Italia (Cf. Zenit, 20 de febrero de 2001).

El pupurado italiano ha recibido en estos días al ex alcalde de Roma, Francesco Rutelli, líder del Olivo, agrupación que reúne a fuerzas del centro-izquierda, actualmente en el Gobierno; y al magnate de los medios de comunicación, Silvio Berlusconi, candidato a la presidencia del Consejo de ministros, en las próximas elecciones, por parte del centro-derecha.

La campaña electoral no ha comenzado oficialmente, aunque se considera que las próximas elecciones generales para el Parlamento y el Gobierno podrían tener lugar el 6 de mayo. En este clima, la iniciativa de la Iglesia de exponer a las diferentes fuerzas políticas (encuentros con otros líderes continuarán en los próximos días) los valores que piden los católicos a un programa político ha suscitado la reacción de quien considera que la Iglesia no debe pronunciarse en cuestiones de vida pública.

El cardenal Sodano, en declaraciones concedidas ayer tras el consistorio de creación de nuevos cardenales, explicó que la críticas se deben sobre todo a elucubraciones. La Iglesia, aclara, se ha limitado a explicar a cada grupo político cuáles son las exigencias del voto católico: vida y aborto, ayuda a la escuela privada, familia, y solidaridad.

Los dos líderes consultados hasta este momento han defendido el derecho de la Iglesia a explicar sus valores a la comunidad política. Francesco Rutelli ha afirmado: "Creo que la Iglesia tiene el derecho de preguntar a las fuerzas políticas cuál es la posición que asumen sobre los temas que más le preocupan".

Por su parte, Gianni Baget Bozzo, consejero de Silvio Berlusconi, ha afirmado: "ahora la Iglesia en Italia es más abierta que en el pasado, pues ya no habla sólo con los partidos católicos". Hasta hace diez años, la Democracia Cristiana recogía en sus programas los valores de los católicos, motivo por el cual este partido era considerado como un punto de referencia para la jerarquía católica en Italia.


Las confesiones del nuevo cardenal de Irlanda

Desmond Connell comenta la ceremonia de ayer

ROMA, 22 feb 2001 (ZENIT.org).- El neocardenal Desmond Connell, nada más concluir la ceremonia de su elevación al Colegio cardenalicio, se encontró ayer en Roma con los periodistas, en las mismas escaleras de la Basílica de San Pedro. Conocido por su afabilidad y sencilez, se puso a hablar con ellos con la mayor naturalidad del mundo.

El nuevo cardenal indicó que este era "un día maravilloso". "Como pueden ustedes ver --añadió--, es como el sol de este momento. Es un día glorioso, alegre. Una alegría que alcanza a mucha gente... Supongo que el honor es para quien llega aquí pero podría ser compartido y es compartido por aquellos a quienes represento y que están trabajando conmigo en la expansión del Evangelio, y ofreciendo a la gente una cosa absolutamente esencial: el inmenso amor de Jesucristo... ese amor de Cristo, de la Iglesia, de la verdad que sólo Cristo nos puede ofrecer".

El arzobispo de Dublín agradeció la presencia en este acto de autoridades irlandesas, así como muy especialmente a los obispos irlandeses y sacerdotes, y los laicos venidos a Roma "a compartir esta alegría".

El arzobispo Conell reveló que, cuando el Papa le entregó el birrete, le expresó su reconocimiento en nombre de Irlanda. "Le dije --comentó-- que Irlanda le agradecía este gran honor porque es algo muy especial para el país. Como ustedes pueden ver, hay muchos cardenales nombrados, hay necesidades en todo el mundo y que Irlanda llegue a tener un segundo cardenal en este momento es verdaderamente notable, y es un signo de la gran benevolencia del Santo Padre, su gran amor por Irlanda".

A los comentarios de la opinión pública de estos días, sobre el progreso de la representación latinoamericana en el Colegio cardenalicio, el cardenal irlandés indicó que es una noticia que le agrada: "América Latina, por supuesto, había descendido a un peligroso bajo nivel. Era absolutamente necesario incrementar el número de votos de esa región, pues América Latina es muy importante ya que un número inmenso de católicos del mundo están allí".

"Por ello --añadía--, no me sorprendió ver tantos nombramientos de América Latina. Lo que me sorprendió --como decía-- fue ver a un segundo cardenal de Irlanda en estas circunstancias".

El neocardenal indicó que sus prioridades ahora no cambiarán, serán las mismas que ha tenido como arzobispo y que ha expresado en su carta con motivo del Jubileo: "Conducir a la gente tanto como yo pueda a una más profunda relación personal con Cristo Nuestro Señor".

Algo, que --ha subrayado el cardenal Conell-- se ha expresado, por ejemplo "en la renovación de la consagración de la diócesis al Sagrado Corazón. Deseo que Cristo esté en el centro de sus vidas. Deseo que descubran a Cristo, la verdad en Cristo, la esperanza que el mundo no puede dar".

En respuesta a algunas preguntas sobre la posibilidad de un nuevo Concilio Vaticano, el cardenal irlandés declaró que no tenía información al respecto y que era la primera vez que oía mencionar una cosa así. "La Iglesia --comentó-- está avanzando y podría haber un Concilio Ecuménico pero no he oído hablar de un Concilio Ecuménico en estos momentos".

Dirigiéndose al pueblo irlandés, subrayó que Juan Pablo II "ha celebrado el más maravilloso Jubileo de la historia de la Iglesia y cualquiera podría decir que esta era su obra completa y no ha sido así porque inmediatamente hizo pública su carta "Novo Millennio Ineunte". En ella traza el camino de la Iglesia. Mi esperanza es difundir este mensaje en el que Cristo es el centro. Tiene páginas maravillosas que reflejan el rostro de Cristo. Todos nosotros anhelamos ver el rostro de Cristo. Tenemos ansia de Dios, se lee en el Antiguo Testamento y en los Salmos, pero el rostro de Dios nos ha sido revelado en Jesucristo y, como dice San Pablo, es el Dios que ha creado la luz el que hizo brillar en nuestros corazones la luz del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Cristo".


El Papa pide a los cardenales ser "mártires" de nuestro tiempo

Crea a los primeros 44 purpurados del tercer milenio

CIUDAD DEL VATICANO, 21 feb (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha creado esta mañana a 44 nuevos cardenales en el primer consistorio del tercer milenio. Procedentes de 27 países, los nuevos purpurados dan un nuevo impulso a la internacionalización del colegio cardenalicio.

La ceremonia tuvo lugar en la plaza de San Pedro, en una mañana soleada de primavera, con la participación de unas cuarenta mil personas, entre los que se encontraban familiares, amigos, y delegaciones de las diócesis a las que pertenecen los nuevos purpurados.

"Hasta el derramamiento de sangre" El momento más emocionante tuvo lugar cuando, después de que cada uno de los cardenales se arrodilló ante él, el Papa impuso la birreta y dijo en latín "es roja como signo de la dignidad cardenalicia, para significar que debéis estar dispuestos a comportaros con fortaleza, hasta el derramamiento de la sangre, por el incremento de la fe cristiana, por la paz y la tranquilidad del Pueblo de Dios y por la libertad y la difusión de la Santa Iglesia Romana".

Entre los presentes se encontraban hombres de la Iglesia, como François-Xavier Nguyen Van Thuan, quien ha pasado 13 años de su vida en las cárceles comunistas de Vietnam, o cinco arzobispos de las Iglesias de Europa del Este que han salido de las catacumbas hace diez años. Junto a ellos se encontraban numerosos cardenales procedentes del mundo occidental y rico que tienen que vivir ese "martirio" del ridículo, en una sociedad consumista que vive como si Dios no existiera.

Poco antes, los nuevos purpurados pronunciaron juntos (cada uno comenzó con su propio nombre) la antiquísima fórmula del juramento con la que se comprometieron a ser fieles al Papa, a permanecer en comunión con la Iglesia católica, a mantener los secretos que les confíe el pontífice y su ministerio, y a desempeñar con dedicación las tareas que les sean atribuidas.

En nombre de los nuevos cardenales, saludó a Juan Pablo II el prefecto de la Congregación vaticana para los Obispos, Giovanni Battista Re, quien desmintió las voces de prensa, según las cuales, el pontificado de Juan Pablo II ha llegado a su fin.

"El Pueblo de Dios tiene necesidad todavía del ejemplo de entrega de Su Santidad --dijo públicamente el cardenal Re en el saludo--, incluso cuando las fuerzas físicas disminuyen, pues al mismo tiempo aumenta el signo de la paternidad y el testimonio de la oración y del sufrimiento para beneficio de la Iglesia, poniendo de relieve que, si bien es importante hacer cosas, es más importante todavía ser; y que en el fondo es Cristo quien guía la Iglesia".

Cardenal y servidor, sinónimos El Papa, que en algunos momentos dio muestras de conmoción, dedicó su homilía a recordar a los nuevos cardenales las palabras de Cristo: "Quien quiera ser grande entre vosotros que sea vuestro servidor".

"La Iglesia no se basa en cálculos o en poderío humano, sino en Jesús crucificado y en el testimonio coherente de él dado por los apóstoles, los mártires y los confesores de la fe --explicó el pontífice--. Es un testimonio que puede exigir incluso el heroísmo de la entrega total de sí a Dios y a los hermanos".

"Cada cristiano --añadió-- sabe que está llamado a una fidelidad sin compromisos, que puede exigir también el sacrificio máximo".

Mártires del amor y la verdad A continuación, el Papa recordó a los nuevos purpurados la otra gran misión de todo cardenal: la "asistencia y colaboración" al obispo de Roma. "Junto con él --les dijo-- tenéis que ser defensores denodados de la verdad y custodios de ese patrimonio de fe y de las costumbre que tiene su origen en el Evangelio".

En el fondo, el Papa les pidió que sean mártires de amor en el mundo de hoy, un mundo "que cada vez es más complicado y cambiante", en el que "la aguda conciencia de las discrepancias existentes genera o aumenta contradicciones y desequilibrios".

"Las enormes posibilidades del progreso científico y técnico, así como el fenómeno de la globalización, que se extiende cada vez más por nuevos campos, nos piden estar siempre abiertos al diálogo con toda persona, con toda instancia social, con el intento de dar a cada uno razón de la esperanza que llevamos en el corazón", dijo el Santo Padre.

"El mismo color púrpura de los vestidos que lleváis os recuerda esta urgencia". Y preguntó: "¿No es quizá, ese color, símbolo del amor apasionado a Cristo? En ese rojo encendido, ¿no se indica quizá el fuego ardiente del amor por la Iglesia que debe alimentar en vosotros la disponibilidad, si es necesario, hasta dar incluso el supremo testimonio de la sangre?".

En la tarde de hoy, los nuevos miembros del colegio de los cardenales recibieron las visitas de cortesía en el Vaticano de quienes viven en Roma o han venido a la Ciudad Eterna para participar en la ceremonia (había 24 delegaciones del más alto nivel de gobiernos de diferentes países). Mañana por la mañana, en la plaza de San Pedro, Juan Pablo II concelebrará la eucaristía con los nuevos purpurados y les entregará el anillo cardenalicio.


El consistorio de los records

Una cobertura de televisión, radio y prensa sin precedentes

CIUDAD DEL VATICANO, 21 feb (ZENIT.org).- Juan Pablo II celebró esta mañana el consistorio de creación de cardenales más grande de la historia: desde hoy la Iglesia cuenta con 44 nuevos purpurados.

Nunca había habido tantas púrpuras en el Colegio Cardenalicio (184). Nunca como hoy ha habido tantos cardenales electores (135 con menos de ochenta años). Nunca habían estado representados tantos países (61).

Pero éstos no son los únicos records que han caracterizado el primer consistorio del milenio. Ha sido también el que ha contado con la mayor participación de gente: 40 mil personas que participaron en la ceremonia, desarrollada en una estupenda mañana soleada, entre las que se encontraban ochenta cardenales, entre antiguos y nuevos, y centenares de obispos.

"El octavo consistorio de Su Santidad Juan Pablo II también es un gran acontecimiento mediático", constataba un comunicado oficial emitido por el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls. El evento ha sido cubierto por 250 enviados especiales que se han acreditado expresamente ante esa institución. A ellos se les añaden unos 400 periodistas que están permanentemente acreditados en el Vaticano.

Ayer el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales ilustró los operadores televisivos de todo el mundo la manera en que tendría lugar la ceremonia con el fin de garantizar una cobertura adecuada, realizada por 74 "troupes" de televisión.

Por otra parte, al menos 180 estaciones de radio se conectaron hoy con "Radio Vaticano" para transmitir en directo la ceremonia en los cinco continentes.

Las imágenes que han congelado el acontecimiento han sido ofrecidas por 40 agencias fotográficas que se han acreditado en el Vaticano con este motivo.

La importancia "diplomática" del consistorio ha sido confirmada por el hecho de que 24 países han enviado representaciones del más alto nivel a la plaza de San Pedro.


La nueva geografía católica representada en el colegio de los cardenales

Europa mantiene la mayoría parcial; pero aumenta la presencia americana

CIUDAD DEL VATICANO, 21 feb (ZENIT.org).- Con la celebración del octavo consistorio de su pontificado, en el que ha creado 44 cardenales, Juan Pablo II ha alterado hoy totalmente la composición del colegio cardenalicio, llamado por algunos el "senado" que escoge al sucesor del apóstol Pedro.

Desde hoy, la Iglesia cuenta con 184 cardenales, de los cuales 135 son electores, pues el resto ha cumplido los ochenta años de edad. Hoy mismo lo hacía el cardenal español Antonio María Javierre, prefecto emérito de la Congregación para el culto divino.

El colegio cardenalicio queda compuesto así por 96 cardenales de Europa (65 electores); 18 de América del Norte (13 electores), 33 de América Latina (27 electores); 16 de África (13 electores), 17 de Asia (13 electores) y 4 de Oceanía (todos ellos electores).

El país que en estos momentos cuenta con el mayor número de cardenales es Italia, con 40 (24 electores). Le siguen Estados Unidos con 13 (11 electores); Alemania con 9 (7 electores); Brasil con 8 (7 electores); España con 7 (4 electores); Polonia con 6 (5 electores) y Francia que también tiene 6 cardenales (5 electores).

Uno de los elementos más característicos del consistorio de hoy ha sido la elevación a la púrpura cardenalicia de once nuevos cardenales latinoamericanos. Ahora bien, es interesante destacar que, a excepción de la creación del cardenal de Honduras, el resto de los nombramientos no hacen más que seguir la tradición de esta segunda mitad del siglo XX. De hecho, en los últimos 22 años, Juan Pablo II no ha creado nuevas sedes cardenalicias en el continente de la esperanza.

Entre los latinoamericanos, además de los 8 cardenales brasileños antes citados, hay 4 purpurados mexicanos (3 electores); 4 argentinos (2 electores); 3 colombianos (todos electores); 3 chilenos (2 electores); 3 venezolanos (2 electores) y uno de Nicaragua, Puerto Rico, República Dominicana, Cuba, Ecuador, Honduras, Perú y Bolivia.

En América del Norte y del Sur se encuentra hoy día casi la mitad de los mil millones de católicos. De hecho los tres países con más bautizados en la Iglesia son --por orden numérico-- de Brasil, México, y Estados Unidos. A ellos les siguen después Filipinas e Italia. Canadá también se confirma como "potencia" católica con 5 cardenales (2 de ellos electores).

Sólo hay dos países con 4 cardenales: Austria (1 elector) e India (3 electores), este último país es la gran promesa de la Iglesia católica, con el mayor número de seminaristas del mundo, surgidos de una comunidad cristiana que en los últimos años experimenta la persecución en algunas zonas.


Curiosidades del colegio cardenalicio

De los 184 purpurados vivientes, 160 han sido creados por este Papa

CIUDAD DEL VATICANO, 21 feb (ZENIT.org).- El cardenal italiano Corrado Bafile tiene un privilegio que mantiene todos los días con una vida sana y mucha oración: es el purpurado más anciano de la Iglesia católica. Pronto cumplirá los cien años (el 4 de julio de 2003).

Detrás de él, a poca distancia, le sigue el cardenal austríaco Franz König, que este año cumple 96 años, y que sigue escribiendo artículos e interviniendo públicamente para dar su opinión sobre aquellos temas por los que ha dado la vida: la promoción de la unidad de los cristianos, y la vivencia del Concilio Vaticano II, cumbre eclesial en la que fue uno de los grandes protagonistas.

Al lado de estos "padres" de la Iglesia, el arzobispo de Sarajevo Vinko Puljic parece un chaval, pues "sólo" tiene 55 años, lo que hace de él el cardenal más joven de la Iglesia. Le siguen muy de cerca, el arzobispo de Viena, Christoph Schönborn (acaba de cumplir 56 años), el cardenal de Tanzania Polycarp Pengo (56 años) y el arzobispo de Lima, el cardenal Juan Luis Cipriani (57 años).

Treinta y cinco de los nuevos cardenales son religiosos, el resto provienen del clero diocesano. Entre los religiosos los más numerosos son los jesuitas (8), seguidos de los frailes menores franciscanos (6), y los salesianos (6). Hay dos cardenales procedentes de las familias religiosas de los dominicos, del Corazón Inmaculado de María (misioneros de Scheut) y de los redentoristas. El resto de las órdenes o congregaciones con un sólo cardenal son la Sociedad de María (maristas), la Compañía de los Sacerdotes de San Sulpicio, los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, los Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de María (claretianos), la Congregación de la Misión (lazaristas), el Instituto de los Padres de Schönstatt, y los Monjes Studitas. Desde hoy, hay también un cardenal de la prelatura personal del Opus Dei.

El decano del colegio cardenalicio, el cargo con mayor dignidad en la Iglesia después del Papa, corresponde a un africano, el cardenal beninés Bernardin Gantin. El vicedecano es el cardenal alemán Joseph Ratzinger, mientras que el cardenal camarlengo --administra los bienes de la Iglesia cuando la Sede de Pedro está vacante-- es el cardenal español Eduardo Martínez Somalo.

De los 184 cardenales en vida, 160 han sido creados por Juan Pablo II (125 electores y 35 con más de ochenta años). Sólo queda un cardenal creado por Juan XXIII (el cardenal Franz König).


Los cardenales, hombres de confianza del obispo de Roma

Historia y características del Colegio Cardenalicio

CIUDAD DEL VATICANO, 21 feb (ZENIT.org).- El octavo consistorio del pontificado de Juan Pablo II, da a la Iglesia 44 nuevos cardenales, 39 de ellos electores en un eventual cónclave.

Después del título de Papa, el de mayor dignidad en la Iglesia católica es el de cardenal. El término viene de la palabra latina "cardo", que significa a quicio, gozne sobre el cual gira una puerta o ventana. La creación de cardenales se lleva a cabo por decreto del pontífice quien elige a los que serán sus principales colaboradores y asistentes.

Al principio, el título de cardenal se atribuía genéricamente a las personas al servicio de una iglesia o diaconía, reservándolo más tarde a los responsables de las iglesias titulares ("tituli cardinales") de Roma y de las iglesias más importantes de Italia y del extranjero. Desde el papa Nicolás II en 1059 y gradualmente hasta 1438 con el papa Eugenio IV, este título adquirió el prestigio que lo caracteriza hoy.

El Decano y el Camarlengo El Colegio Cardenalicio fue instituido en su forma actual en 1150: cuenta con un decano --el Obispo de Ostia, que conserva la Iglesia que tenía antes en título--, y un camarlengo, que administra los bienes de la Iglesia cuando la Sede de Pedro está vacante.

El decano se elige de entre los seis cardenales del orden episcopal que tienen el título de una Iglesia suburbicaria --las siete diócesis más cercanas a Roma (Albano, Frascati, Ostia, Palestrina, Porto-Santa Ruffina, Sabina-Poggio Mirteto y Velletri-Segni).

Funciones Según la ley canónica, los cardenales de la Iglesia constituyen un Colegio especial cuya responsabilidad es proveer a la elección del Romano Pontífice; también los cardenales asisten al pontífice, colegialmente --cuando son convocados para tratar juntos cuestiones de más importancia--, o personalmente, mediante las distintas funciones que desempeñan, ayudando sobre todo al Papa en su gobierno cotidiano de la Iglesia universal.

Desde 1059, los Cardenales han sido los únicos electores del Papa, a quien eligen en cónclave, siguiendo las últimas orientaciones de la Constitución Apostólica de Juan Pablo II "Universi Dominici gregis", del 22 de febrero de 1996. En el Consistorio Secreto del 5 de noviembre de 1973, Pablo VI fijó en 120 el número máximo de cardenales que pueden entrar en el cónclave, una norma ratificada por el mismo Juan Pablo II que, sin embargo, con este consistorio ha superado el número máximo de cardenales, en más de 15.

Durante el período de vacancia de la Sede Apostólica, el Colegio Cardenalicio desempeña una importante función en el gobierno general de la Iglesia y, tras los Pactos Lateranenses de 1929, también el gobierno de la Ciudad del Vaticano.

El Colegio cardenalicio se divide en tres órdenes: el episcopal --al que pertenecen los seis cardenales a quienes el romano pontífice asigna como título una Iglesia suburbicaria y los patriarcas orientales adscritos al colegio cardenalicio--, el presbiteral y el diaconal. En los últimos 30 años se ha dado una fuerte internacionalidad en el Colegio.

Requisitos para ser cardenal Los requisitos para ser elegidos son, más o menos, los mismos que estableció el Concilio de Trento en su sesión XXIV del 11 de noviembre de 1563: hombres que han recibido la ordenación sacerdotal y se distinguen por su doctrina, piedad y prudencia en el desempeño de sus deberes. Los elegidos que todavía no son obispos deben recibir la consagración episcopal.

Consistorios Como consejeros del Papa, los cardenales actúan colegialmente con él a través de los Consistorios, que convoca el romano pontífice y se desarrollan bajo su presidencia. Los Consistorios pueden ser ordinarios o extraordinarios. En el consistorio ordinario se reúnen los cardenales presentes en Roma, otros obispos, sacerdotes e invitados especiales.

El Papa convoca estos consistorios para hacer alguna consulta sobre cuestiones importantes o para dar solemnidad especial a algunas celebraciones. Al consistorio extraordinario son llamados todos los cardenales y se celebra cuando lo requieren algunas necesidades especiales de la Iglesia o asuntos de mayor gravedad.

El 21 de noviembre de 1970 Pablo VI dispuso que al cumplir los 80 años de edad, los cardenales cesaran de ser miembros de los organismos de la Curia Romana y de todos los organismos permanentes de la Santa Sede y de la Ciudad del Vaticano, y que perdieran el derecho a elegir al Papa, así como el derecho a entrar en el cónclave.


La paz en Oriente Medio, objeto del encuentro entre Mubarak y Juan Pablo II

El presidente egipcio agradece la visita pontificia a su país del año pasado

CIUDAD DEL VATICANO, 20 feb 2001 (ZENIT.org).- La necesidad de detener la violencia en Oriente Medio se convirtió en el tema principal de la audiencia que concedió esta mañana en el Vaticano Juan Pablo II al presidente de Egipto Hosni Mubarak.

Mubarak, que vino acompañado por su esposa y por un séquito de unas quince personas, intercambiaba así la visita que hace un año realizó el pontífice a su país, a donde llegó siguiendo las huellas de Moisés en el Monte Sinaí (Egipto), en el marco de la histórica peregrinación jubilar a los lugares de la revelación, que poco después le llevaría a Israel y los Territorios Palestinos.

El encuentro duró algo menos de media hora, en el que tuvo lugar el tradicional intercambio de dones. El Papa recibió un precioso papiro; Hosni Mubarak y sus acompañantes, algunas medallas del pontificado.

Ahora bien, el encuentro fue mucho más allá del simple protocolo diplomático, como confirma un comunicado de prensa hecho público por el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls.

La nota explica que en particular se afronto el proceso de paz en Oriente Medio "con el deseo de que, lo más pronto posible, se pueda establecer un ambiente de distensión y diálogo, necesario para restablecer la confianza mutua y aprovechar los objetivos alcanzados hasta el momento".

Navarro-Valls revela que en la audiencia "la Santa Sede reiteró la necesidad de poner fin de inmediato a toda forma de violencia en la región, con el objetivo de dedicar toda la atención y los esfuerzos posibles para lograr una paz verdadera y justa, que no puede lograrse sin el respeto al derecho internacional por todas las partes y con la convicción de que los pueblos tienen los mismos derechos y deberes".

Al final del encuentro, Juan Pablo II, hablando con gran confianza con Mubarak, recordó su "fascinante" visita a Egipto del año pasado.


Elecciones en Italia: El Vaticano se reúne con todos los líderes políticos

El secretario de Estado expone las peticiones del electorado católico

ROMA, 20 feb 2001 (ZENIT.org).- Al comenzar la campaña para las elecciones generales italianas que conformarán el Parlamento y el gabinete de gobierno de Italia, la Santa Sede ha comenzado una serie de encuentros con los líderes de todas las fuerzas políticas para expresar directamente cuáles son las reivindicaciones que plantean los católicos a sus futuros gobernantes.

Lo confirmó ayer el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado vaticano, al encontrarse con la prensa durante una recepción que tuvo lugar en la embajada de Italia ante la Santa Sede con motivo del aniversario de los Pactos de Letrán y del Acuerdo Iglesia-Estado en ese país.

El brazo derecho del Papa en la guía de la Santa Sede acababa de mantener un encuentro informal de unos cuarenta minutos con las máximas autoridades de Italia. Por parte vaticana, junto a Sodano, participaron el arzobispo argentino Leonardo Sandri, Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado, el arzobispo francés, Jean-Louis Tauran, secretario de la Sede Apostólica para las Relaciones con los Estados, y el cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.

El viernes pasado, el purpurado italiano ya recibió a Francesco Rutelli, líder del Olivo, agrupación política que reúne a fuerzas de centro izquierda (socialistas, socialdemócratas ex comunistas, Partido Popular Italiano --surgido de la antigua Democracia Cristiana--, comunistas y verdes), que conforman la actual mayoría en el gobierno.

Sodano reveló, además, que en los próximos días se encontrará también con Silvio Berlusconi, líder de la Casa de las Libertades, la otra gran fuerza política italiana que reagrupa a partidos del centro-derecha (corrientes de la Democracia Cristiana, Forza Italia --partido liderado por el mismo Berlusconi--, Alianza Nacional, la Liga Lombarda y otras fuerzas menores).

La tercera agrupación electoral con la que se reunirá el cardenal ha surgido en estas semanas. Se llama Democracia Europea y quiere recoger en el centro a huérfanos de la Democracia Cristiana. Está dirigida por el hasta ahora líder del sindicato católico, Sergio D'Antoni, y cuenta con la militancia del representante demócrata cristiano Giulio Andreotti, 81 años, que ha participado en gabinetes de gobierno durante más de cuarenta años.

Este tipo de encuentros políticos no tienen precedentes. Hasta que se desintegrara la Democracia Cristiana, partido que estuvo en el gobierno durante toda la guerra fría hasta inicios de los años noventa, los líderes de la Iglesia italiana se sentían representados en cierto sentido por esa fuerza política que en su ideario defendía los valores cristianos, pero que feneció salpicada por escándalos de corrupción.

De este modo, en los últimos años, ha cambiado totalmente la relación de la Iglesia con la política italiana. Ahora, por primera vez, la Santa Sede ha decidido unirse con los obispos del país en una estrategia común y exponer de manera clara y unitaria cuáles son los valores que los cristianos exigen de los políticos, sin prestar atención a su color ideológico. Luego les tocará a éstos demostrar en sus programas electorales si están dispuestos a responder a las demandas de los católicos.

La Iglesia es neutral, aclaró ayer el cardenal Sodano, pero quiere de este modo ayudar al electorado católico a ejercer su derecho al voto con conocimiento de las posiciones de los partidos sobre argumentos particularmente delicados.

¿Cuáles son? El purpurado italiano fue claro: vida y aborto, ayuda a la escuela privada (en Italia los colegios católicos carecen prácticamente de toda subvención y muchos se están viendo obligados a cerrar), familia (el país experimenta una auténtica crisis demográfica), solidaridad.

"Son temas que están en el corazón de los católicos italianos y mucho más en el corazón del Papa que, como obispo de Roma, ama la vida de la Iglesia en Italia. De modo que nadie debe sorprenderse por la organización de al esta gira de consultaciones" con los partidos, explicó Sodano en su encuentro con la prensa.


Juan Pablo II vuelve a tocar a las puertas de Atenas

El nuncio apostólico entrega una carta al arzobispo griego ortodoxo

ATENAS, 20 feb 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha pedido oficialmente el consentimiento del líder de la Iglesia ortodoxa griega para visitar Atenas como peregrino y no como jefe de Estado, revelaron ayer fuentes de la Iglesia católica en ese país.

La Santa Sede, a través de su nuncio apostólico en Grecia, el arzobispo Paul Fouad Tabet, hizo llegar ayer al arzobispo ortodoxo de Atenas, Christodoulos, una petición oficial, escrita con gran humildad, en la que el Santo Padre recuerda su sueño de concluir su peregrinación tras las huellas de san Pablo. El tono de la carta buscaba evitar todo tipo de confrontación con algunas corrientes de la jerarquía ortodoxa que no ven con buenos ojos el que el obispo de Roma pise tierras ortodoxas.

Maria Koutatzi, portavoz de la Iglesia católica en Grecia, ha revelado que la misiva dirigida líder ortodoxo griego expresa el deseo del pontífice de efectuar una "visita como peregrino en el marco de los viajes del apóstol Pablo".

Se trata de un deseo que el pontífice ya había expresado en junio de 1999 en una carta sobre su peregrinación jubilar a los lugares de la salvación. Tras haber visitado espiritualmente Ur de los Caldeos siguiendo las huellas de Abraham (lo tuvo que hacer espiritualmente, pues la situación de Irak le impidió hacerlo físicamente), y tras haber recorrido Egipto (febrero de 2000) siguiendo los pasos de Moisés, y Tierra Santa (marzo de 2000), el pontífice querría concluir su periplo visitando los lugares evangelizados por san Pablo.

El Papa no quiere ir a Atenas sin el consentimiento de la Iglesia ortodoxa, pues no quiere promover ningún tipo de divisiones. El gobierno griego, sin embargo, ya le ha hecho llegar de manera insistente y oficial la invitación.

El viaje pontificio al areópago ateniense podría tener lugar a inicios de mayo. Se trataría de una escala en el marco de un recorrido de peregrinación que incluiría además Siria y Malta.

El diario de Atenas "Eleftheotypia" informaba ayer que Christodoulos estaría dispuesto a dar su aprobación a una visita papal de 24 horas. Ahora bien, el arzobispado de Atenas no ha querido confirmar estas filtraciones.

La aprobación de la visita papal le corresponde al Santo Sínodo, el organismo de 78 miembros de la jerarquía que gobierna la Iglesia ortodoxa griega. Debe reunirse a principios de marzo. Algunos miembros del sínodo se muestran extremadamente hostiles a todo esfuerzo por resanar un cisma de mil años entre Roma y la Ortodoxia, surgido por disputas teológicas que ya han sido superadas y por diferencias en la concepción del primado del obispo de Roma.


El atentado contra el Papa intentó parar su apertura hacia la Ortodoxia

Entrevista con Michelina Tenace, del Instituto Pontificio Oriental

CIUDAD DEL VATICANO, 19 feb 2001 (ZENIT.org).- Los próximos viajes del Santo Padre a Siria y Ucrania, así como la atención que Juan Pablo II está prestando al mundo ortodoxo, sugieren muchos interrogantes. Interrogantes que, según algunos de los máximos expertos en las relaciones entre la Iglesia católica y las Iglesias de oriente estuvieron a punto de costarle la vida al Papa en el atentado de la plaza de San Pedro (13 de mayo de 1981).

Para comprender mejor el compromiso del Papa por promover esta reconciliación de la Iglesia católica con las Iglesias más de Oriente, Zenit ha entrevistado a la profesora Michelina Tenace, catedrática del Instituto Pontificio Oriental y miembro del Centro Aletti de Roma, dedicado a la promoción de las relaciones con los cristianos de oriente.

--Zenit: Juan Pablo II ha insistido en muchas ocasiones, particularmente durante el Sínodo de los Obispos de Europa, celebrado en octubre de 1999, en que el cristianismo en Europa tiene necesidad de los dos pulmones, el de oriente y el de occidente.

--Michelina Tenace: La imagen de los dos pulmones quiere evocar la vida. Un organismo está vivo si tiene lo que le permite estar en vida: el aire, el agua, la comida. Los dos pulmones evocan la relación entre la vida y la respiración, es decir, entre la vida y el Espíritu Santo. Para estar vivos es necesario crecer en la vida espiritual. Cuando la imagen de los dos pulmones se aplica a la relación entre la Iglesia de oriente y la de occidente, se quiere evocar la situación de un cristiano que no aprovecharía la vitalidad de la plenitud del cuerpo, sino sólo de una parte. La plenitud del cuerpo en este caso es la tradición cristiana apostólica, sumamente rica porque posee ya en sí muchas soluciones ofrecidas a muchos de los problemas que hoy día nos planteamos. Pero si sólo miramos a una parte de la tradición, nos damos cuenta que nos cuesta respirar. Entonces, ¿por qué no respirar a pleno pulmón, recurriendo a la vida transmitida por la Iglesia en dos mil años de vida? El Centro Aletti quiere responder de manera particular a este desafío: ¿cómo dar una respuesta a los problemas de hoy, que son semejantes en Oriente y Occidente, recurriendo a la riqueza de las dos tradiciones? La decadencia de Europa, bajo algunos puntos de vista, se parece a la del Imperio romano del siglo V. Los monjes, entonces, salvaron la civilización con la radicalidad de su vida cristiana, con el amor que tenían por la cultura, por la creación, por el arte, por la vida interior, por el hombre en cuanto tal.

Juan Pablo II es profético en muchos aspectos, pero en éste es realmente explícito: al insistir en el compromiso de los cristianos por la unidad, les quiere recordar su responsabilidad ante el mundo, ante la creación, ante el destino del hombre. Oriente tiene su propio luz: la luz de oriente es Cristo. Como dice el padre Marko Ivan Rupnik, director del Centro Aletti, nuestra orientación hacia oriente está motivada por esta convicción: todo lo que es de Cristo es nuestro.

La importancia de la unidad entre los cristianos, incluso desde el punto de vista de las dinámicas de política internacional, es tan importante que, por ejemplo, el teólogo ortodoxo Olivier Clément, interpreta el atentado contra el Papa, perpetrado por el turco Alí Agca, como un martirio por la unidad. Según él, se buscaba detener el empuje de Juan Pablo II a favor de la Iglesia ortodoxa. Y lo dice en su estupendo libro "Roma de otro modo. Un ortodoxo ante el papado" ("Roma diversamente. Un ortodosso di fronte al papato", 1997).

--Zenit: ¿Por qué es tan controvertido un posible viaje del Papa a Moscú?

--Michelina Tenace: ¿Quién sabe? Hay dificultades que ni siquiera podemos imaginar. Algunas, sin embargo, son claras. Para comenzar hay que reconocer que para un católico es difícil de comprender que en el diálogo entre las Iglesias no está por una parte el Papa y por otra el patriarca. Según esa lógica, bastaría que se pusieran de acuerdo, y todo solucionado. No es así. Por una parte está el Papa y por otra están muchos patriarcas, jefes de Iglesias que no se reconocen en comunión con Roma. La Ortodoxia no es una realidad única. Está fragmentada e incluso en conflicto interno. Basta mencionar un conflicto evidente: Constantinopla con Bartolomé y Moscú con Alejo II, representan una Ortodoxia que no ha resuelto la rivalidad histórica, cultural, ideológica, etc. Si uno quiere dar un paso adelante hacia la unidad, tendrá que tener en cuenta cómo será comprendido por el resto del mundo ortodoxo. Precisamente para favorecer el encuentro y una reconciliación, algunos sueñan con un Concilio junto a todas las Iglesias ortodoxas, en el que cada una podría exponer sus peticiones, sus dificultades, para poder encontrar juntos soluciones. En este contexto de unidad y de diversidad se evoca en ocasiones la bella imagen que circulaba en los primeros siglos, la de los cinco patriarcas como cinco dedos necesarios para la mano. Jerusalén, Antioquía, Alejandría, Roma, Constantinopla estaban unidas en la fe y en la caridad. El primado de Roma era vivido como un garante de la unidad. Hoy la imagen de los cinco patriarcados no sería suficiente para darse cuenta de la complejidad de la situación. Ahora bien, es interesante constatar cómo el trabajo del Papa se desarrolla teniendo en cuenta a estas antiguas sedes patriarcales, en el respeto de las dinámicas que existen entre sí. Por lo que se refiere al Santo Padre da la impresión de que ha hecho todo lo posible, indicando incluso la vía de una actitud verdaderamente justa que pone en primer lugar la caridad, la humildad, es decir, la aceptación incluso de la humillación.

--Zenit: Entonces, ¿hay pocas esperanzas?

--Michelina Tenace: A pesar de las dificultades preocupantes, hay auténticos signos de esperanza. Pero no son fáciles ni de ver ni de enumerar. Olivier Clément, ortodoxo que vive en París, en un artículo escrito en el diario "La Croix", presentaba entre los signos de esperanza algunos lugares en los que las personas viven esta esperanza. Mencionaba junto a las comunidades de Taizé y Bose, el Centro Aletti. Dado que yo misma vivo en el Centro Aletti, puedo decir que en él se da un signo de esperanza. Por ejemplo, en 1995, en el Centro surgió la editorial LIPA, que ha publicado unos cincuenta libros, con sesenta tradiciones no sólo en lenguas occidentales, sino también en rumano, ucraniano, bielorruso, ruso, griego, etc. Pienso también en el hecho de que el libro del padre Thomas Spidlik, el manual de "Espiritualidad del Oriente Cristiano" ha sido traducido en ruso y que al ser publicado en Moscú, en pocas semanas, se agotó y tuvo que volver a ser impreso en varias ediciones. Es utilizado por los ortodoxos sin ningún problema. El mismo padre Spidlik fue en 1998 el primer católico que recibió el doctorado "honoris causa" por parte de una institución ortodoxa, la Facultad de Teología de la Universidad de Cluj en Rumanía.

Ahora bien, todo esto es relativo. Nadie puede dar un juicio sobre el valor de los sacrificios de personas pertenecientes a una y otra Iglesia, humilladas a causa de la difícil convivencia entre los cristianos. Los signos de esperanza en ocasiones son muy humildes, escondidos. La manera de trabajar del Espíritu Santo en la Iglesia siempre es igual: ¿cómo se difundió el Evangelio? Por obra de pocas personas muy convencidas, transformadas por la fe en Cristo. Pocas personas, los apóstoles, humildes y poco preparados, podríamos decir. Pero tenían una fuerza increíble, la fuerza de Cristo. En este sentido, si razonamos con los números y las estadísticas, no se puede saber a dónde va la Iglesia, a dónde va el ecumenismo. Cambia el mundo y con él la Iglesia, las personas se encuentran, se comprenden, se ayudan, comienzan a amarse, porque reconocen que son de Cristo, y por tanto que ya están unidas en Él.


El Papa pide a los católicos turcos un nuevo protagonismo

Recibe a los obispos de ese país donde la Iglesia es una pequeña minoría

CIUDAD DEL VATICANO, 19 feb 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha pedido a los católicos de Turquía que se conviertan en protagonistas del futuro de su país, al recibir esta mañana a los obispos de la Conferencia Episcopal de Turquía, que vinieron a Roma para cumplir con su quinquenal visita al Papa y a la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo.

Puente geográfico entre Asia y Europa, Turquía es también el lugar de encuentro entre culturas y religiones. El cristianismo en esa tierra, realidad que hoy numéricamente es modesta, se siente orgullosa de una tradición milenaria que se entrecruza con los primeros concilios ecuménicos y con la obra de grandes hombres de fe, como san Ignacio de Antioquía o san Juan Crisóstomo.

Sin embargo, hoy en Turquía los cristianos son apenas el 0,2% de la población: una gota en un mar de más de 56 millones de habitantes que profesan en absoluta mayoría el Islam sunní. Los católicos son menos de 30 mil, divididos en varios ritos, y confiados a unas cincuenta parroquias dirigidas por un puñado de sacerdotes y religiosos.

Y sin embargo, los católicos tienen un papel decisivo que ofrecer, como lo demuestran las nuevas relaciones que el gobierno de Ankara "se prepara a entablar con Europa", constató esta mañana el pontífice. Turquía quiere formar parte de la Unión Europea, a pesar de que sectores influyentes políticos de Europa no están de acuerdo con el hecho de que las raíces de este país se hundan en las mismas de la comunidad europea. En varias ocasiones, representantes de Bruselas han hecho saber que la entrada de este país en la Europa unida dependerá de manera decisiva de las garantías que ofrezca en el respeto de los derechos humanos.

En esta perspectiva, explicó Juan Pablo II, el diálogo interreligioso adquiere una prioridad absoluta, y los puntos de contacto con el Islam, según el Papa no faltan: por ejemplo, en la formación de los jóvenes ofrecida por la Iglesia que dirige 26 colegios católicos de máximo prestigio para alumnos de todas las clases sociales, así como el compromiso en la vida social y profesional.

Juan Pablo II recordó con los prelados que el Papa Juan XXIII goza de una estima única en ese país, especialmente por parte del mundo musulmán y laico. En concreto, en los últimos meses Estambul ha honrado con varias celebraciones la beatificación "al pontífice amigo de los turcos": un título que el futuro Papa Roncalli se mereció ya en los años en los que era delegado apostólico en aquel país.

Por lo que se refiere a los desafíos de la Iglesia católica en Turquía, el Papa fue claro: la promoción de las vocaciones para reforzar la presencia de consagrados; la formación de los laicos; y una particular atención para apoyar a la familia.

Los informes que han presentado los obispos al Papa muestran cómo el matrimonio vive un período de dificultad en Turquía, en un contexto social que, como después reconocería el mismo Santo Padre, "el ideal cristiano de unidad e indisolubilidad es mal comprendido con frecuencia".

El sucesor de Pedro se despidió de los obispos católicos turcos pidiéndoles que eviten la tentación de pensar que los resultados misioneros dependen "de la propia capacidad de trabajar y de programar".


El Papa: Basta con el sacrificio de vidas humanas en Oriente Medio

Exige optar por el diálogo como camino hacia la paz

CIUDAD DEL VATICANO/JERUSALÉN, 18 feb 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha vuelto a alzar su voz para que en Oriente Medio "la lógica del odio y de la violencia" sea sustituida por el diálogo como senda hacia la paz.

Al saludar este mediodía a casi veinte mil peregrinos que llegaron a la plaza de San Pedro para rezar con él como todos los domingos la oración mariana del "Angelus", el Papa confesó: "No puedo olvidar que, por desgracia, en Oriente Medio la violencia sigue arreciando".

"En particular, todos los días recibimos con dolor noticias desde Israel y desde los Territorios Palestinos de nuevas vidas humanas sacrificadas por la lógica del odio y de la violencia, mientras las perspectivas de paz se alejan cada vez más", dijo el Papa al final de una eucaristía en rito armenio que duró unas tres horas.

"Recemos para que este torbellino de violencia, particularmente atroz en los últimos tiempos, deje lugar a la búsqueda de la confianza y del respeto recíprocos, de manera que se vuelva a retomar con determinación el camino del diálogo y se puede llegar finalmente a la paz en la justicia", afirmó el obispo de Roma antes de despedirse de los peregrinos.

Las esperanzas de paz del Papa, sin embargo, han sido contradichas por la realidad. El Comité Supremo de la Intifada instó hoy a intensificar la lucha contra Israel para llevar al fracaso al próximo Gobierno de unidad de este país, que encabezará el primer ministro electo y líder el partido de derechas Likud, Ariel Sharón.

Sharón ultima estos días las negociaciones con diversos partidos para formar un "Gobierno de unidad nacional" en Israel, del que el primer ministro saliente, el laborista Ehud Barak, podría ser titular de Defensa.

El citado llamamiento se hizo a través de un comunicado que dio a conocer hoy domingo el Comité Supremo de la Intifada (el levantamiento palestino) en Cisjordania y Gaza, y en el que se afirma que "el Gobierno de Sharón será un gobierno agresivo".

Por su parte, el viceministro israelí de Defensa, Efraim Sneh, advirtió esta mañana contra la eventual formación de un eje que reúna a Irán, Irak y Siria, tras las amenazas lanzadas ayer por el presidente iraquí Saddan Hussein contra Israel.

En declaraciones a la radio pública israelí, Sneh ha subrayado que Saddam no es un peligro inmediato, pero hay que tomar en serio sus amenazas.

Asimismo, agregó que el acercamiento entre Siria, Irak e Irán es peligroso porque puede manifestarse en una recrudecimiento de la violencia destinado a provocar nuestra respuesta y un enfrentamiento limitado con Siria. Sneh ha dicho que es aún más peligroso porque Irak afirmó que su territorio ofrecería una profundidad estratégica a Siria.

El presidente iraquí Saddam Hussein anunció ayer la formación de 21 divisiones constituidas de voluntarios para unirse al "Ejército de Liberación de Jerusalén", cuya creación fue anunciada el pasado siete de febrero.


Juan Pablo II insiste en pedir solidaridad internacional para El Salvador

El país centroamericano experimentó ayer un nuevo terremoto

CIUDAD DEL VATICANO, 18 feb 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha vuelto a pedir "solidaridad internacional" para El Salvador, flagelado por una serie inacabable de sacudidas sísmicas que están poniendo a dura prueba a sus habitantes.

El último terremoto de elevada intensidad (5,3 grados Richter) sacudió ayer la capital del país centroamericano. Contradiciendo las primera previsiones, el Comité de Emergencia Nacional (COEN) informó hoy que no ha dejado víctimas mortales entre la población. Ante el miedo, miles de personas se echaron ayer a las calles para evitar el convertirse en víctimas de derrumbes.

"En este momento de oración --afirmó el Papa este mediodía, al saludar a casi 20 mil peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro--, quiero asegurar mi cercanía a las poblaciones de El Salvador, que han vuelto a soportar un violento terremoto".

Y añadió: "Confío en que la solidaridad internacional no deje de ofrecer su contribución generosa a esa querida nación".

El seísmo de ayer tiene lugar tras los terremotos del 13 de enero y 13 de febrero, de magnitud 6,6 y 7,6 respectivamente, que causaron la muerte de más de 1.200 personas.

Juan Pablo II ha hecho numerosísimos llamamientos a la solidaridad a favor de El Salvador en los últimos días. Además, pidió al arzobispo alemán Paul Josef Cordes, presidente del Consejo Pontificio "Cor Unum", que visitara en su nombre a los damnificados y llevara un importante donativo personal de su parte.


El Papa confiesa que quiere viajar cuanto antes a Armenia

Celebra los 1700 años del primer país cristiano de la historia

CIUDAD DEL VATICANO, 18 feb 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II confesó hoy quiere viajar pronto a Armenia, al presidir en el Vaticano una liturgia en la que se celebraron los 1700 años de la proclamación del primer país cristiano de la historia.

La Basílica de San Pedro se convirtió así durante toda la mañana en el escenario de una celebración litúrgica que duró unas tres horas en un rito antiquísimo, el armenio, cuya escritura surgió precisamente para poder realizar las traducciones de la Biblia.

El Papa quiso que la eucaristía sirviera de homenaje a esa tierra regada "por la sangre de tantos mártires" que a través de los siglos, y de manera particular en los "años oscuros del ateísmo", pagaron la fidelidad al cristianismo con el destierro y con la vida.

De hecho, antes de despedirse de los peregrinos armenios y de los casi veinte mil fieles que al final de la liturgia se congregaron en la plaza de San Pedro del Vaticano, afirmó: "el martirio constituye un elemento constante en la historia" del pueblo armenio.

Fue una liturgia lenta y solemne, salpicada por coros y por el canto centenario de los diáconos. El altar de la Confesión fue rodeado en esta ocasión por la "tienda", como prescribe la liturgia oriental, que prevé que los grandes momentos eucarísticos no sean mostrados al pueblo, para subrayar su grandeza y misterio.

La liturgia era oriental, pero fue celebrada por Su Beatitud Nerses Bedros XIX, patriarca de Cilicia de los armenios católicos. La mayoría de los siete millones de armenios pertenece, sin embargo, a la Iglesia apostólica armenia, que tiene como cabeza al Catholicós Karekin II.

Divididos durante más de 1500 años, católicos y armenios apostólicos pusieron en 1996 punto final a las disputas sobre la formulación teológica en torno a Cristo, verdadero Dios y verdadero hombre para los cristianos. Problemas de lenguaje les separaron tras la celebración del concilio de Calcedonia, en el año 451. Para sellar este decisivo paso hacia la unidad plena entre las dos Iglesias, en esa ocasión, Karekin I firmó con Juan Pablo II una "declaración cristológica".

Las relaciones entre las dos Iglesias son óptimas, hasta el punto de que en 1999 Juan Pablo II había previsto una visita a Erevan y a la ciudad santa de Etchmiadzin (llamada el Vaticano de Oriente por la conformación urbanística que recuerda a la del Estado pontificio). Sin embargo, el Santo Padre tuvo que suspender su vista pues el patriarca armenio Karekin I cayó gravemente enfermo y más tarde murió.

Su sucesor, Karekin II, se apresuró el mes de noviembre pasado a replantear la invitación al obispo de Roma, en una visita que realizó al Vaticano.

El cristianismo, según un antiquísima tradición, penetró en Armenia directamente por obra de los apóstoles Tadeo y Bartolomé. Ahora bien, a finales del siglo III la fe se convirtió en parte integrante y definitiva de la fisonomía religiosa y cultural del pueblo armenio. Por ese motivo, en el año 301, San Gregorio, conocido por este motivo como el "Iluminador" de la nación armenia, después de haber convertido al rey, le bautizó junto a toda la corte real.

"Hace diecisiete siglos --dijo esta mañana el Papa-- resonó en Armenia la palabra de Cristo". Y añadió: "fue una alianza que no experimentó replanteamientos, a pesar de que la fidelidad ha costado la sangre y el exilio fue el precio del rechazo a renegar de ella".

Juan Pablo II recordó que ayer mismo escribió una carta apostólica, hecha pública ayer, "para subrayar el valor que reviste este aniversario no sólo para vosotros, sino para toda la Iglesia".

En la carta, el Papa exhorta a no perder la "memoria" de los "inauditos sufrimientos" y "masacres" que los armenios tuvieron que padecer a final del siglo XIX e inicios del siglo XX, culminados con "los trágicos eventos" de 1915.

El Papa afrontó también en su homilía, durante la divina liturgia los desafíos contemporáneos que tienen que afrontar los cristianos armenios. "En el mundo moderno --dijo--, al experimentar cada vez más la influencia de la secularización, es difícil en ocasiones seguir manteniendo firme este patrimonio espiritual que ha hecho de Armenia una nación "cristiana". La fe es considerada en ocasiones sólo don y búsqueda personal, y se olvida que es también pertenencia común de un pueblo".

El pontífice explicó muy bien el desafío que afronta el cristianismo en estos momentos con un interrogante: "¿Cómo es posible hacer que las conquistas sociales de la modernidad no hagan perder la riqueza de la continuidad de un pueblo y de su fe?".

El Papa concluyó sus palabras expresando dos profundos deseos: visitar armenia (según fuentes de Erevan debería tener lugar en la segunda mitad del próximo mes de septiembre) y promover la unidad entre los cristianos.

Como regalo entregó al patriarca católico armenio una reliquia de san Gregorio el Iluminador, algo que ya había hecho con Karekin. Y dijo: "No dividamos las reliquias, más bien, trabajemos y recemos para que se unan quienes las reciben".

"Siento un gran deseo de ir como peregrino de esperanza y unidad a vuestra patria --concluyó--. Habría querido cumplir esta visita en el pasado, aunque sólo fuera para estar presente en el último adiós al amado hermanos, el Catholicós Karekin I, pero el Señor no quiso que fuera así. Espero ahora con ansia el día en el que finalmente podré besar, si Dios quiere, vuestra amada tierra, regada con la sangre de tantos mártires; visitar los monasterios donde hombres y mujeres se inmolaron espiritualmente para seguir al Cordero pascual; encontrar a los armenios de hoy, que se esfuerzan por volver a encontrar dignidad, estabilidad y seguridad de vida. Junto con los hermanos de la Iglesia armenia apostólica, y en particular, con el Catholicós y los obispos, anunciaremos juntos una vez más, católicos y apostólicos, que Cristo es el único salvador".


Aumentan las posibilidades de un futuro Papa latinoamericano

Declaraciones del arzobispo de Caracas y cardenal designado

CIUDAD DEL VATICANO, 18 feb 2001 (ZENIT.org).- Con la creación de once nuevos cardenales procedentes de América Latina, aumentan las posibilidades de que el próximo Papa pudiera proceder de esas tierras. Lo ha confirmado el arzobispo de Caracas, monseñor Ignacio Antonio Velasco García.

El prelado forma parte de la lista de nuevos 44 sacerdotes y obispos que recibirán la púrpura cardenalicia el próximo 21 de febrero en el Vaticano. En total, el número de cardenales electores (con menos de ochenta años) procedentes de todo el continente americano en estos momentos es de 40.

Ante la pregunta sobre la eventualidad de un futuro Papa latinoamericano, monseñor Velasco ha respondido durante una entrevista concedida a "Associated Press Television News": "Yo creo que es probable". "Pero es sólo una conjetura --añadió-- porque en un cónclave muchas cosas pueden suceder".

"Nunca puede saberse, pero también podría ser un cardenal latinoamericano", dijo el arzobispo. "Ciertamente habrá algunos votos", agregó, levantando su mano para indicar que él podría estar entre los que votaran por un latinoamericano.

En estos momentos, en América Latina se encuentra el 40 por ciento de los mil millones de fieles con que cuenta la Iglesia católica en todo el mundo.

Ahora bien, el cardenal designado consideró que todavía hay Juan Pablo II para rato: "Que Dios nos lo conserve por muchos años", deseó.

Para monseñor Velasco su nominación como cardenal constituye una forma de tributo por parte del Papa al pueblo venezolano.


La Santa Sede no ha enviado ningún inspector a la comunidad del Padre Pío

Desmiente rumores de prensa que aseguraban problemas económicos

CIUDAD DEL VATICANO, 18 feb 2001 (ZENIT.org).- El Vaticano no ha enviado ni tiene la intención de hacerlo a ningún inspector para controlar la administración financiera de los frailes de la comunidad del Padre Pío en San Giovanni Rotondo.

La noticia fue confirmada ayer por el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls, quien con un comunicado oficial ha desmentido informaciones publicadas en estos días por la prensa, especialmente en Italia.

"La Santa Sede no ha enviado y no pretende enviar a un visitador apostólico al Santuario del Beato Padre Pío da Pietrelcina en San Giovanni Rotondo, respetando la autonomía de los Institutos religiosos, que son directamente responsables de la administración de sus propios bienes económicos".

El Santuario del Padre Pío, beatificado por Juan Pablo II en 1999, con unos seis millones de visitantes, recibe hoy día más peregrinos que Lourdes y que otros muchos santuarios tradicionales. Está dedicado al sacerdote capuchino (1887-1968) con devotos en el mundo entero, que recibió los estigmas de la pasión de Cristo y que murió con fama de santidad. De hecho, la recta final de su proceso de canonización se encuentra bastante avanzada. En estos momentos, los científicos están analizando el milagro que podría abrirle las puertas de este reconocimiento.

Tras la publicación de la declaración vaticana, la provincia de los Capuchinos de Sant'Angelo-Foggia, a la que pertenece el Santuario, ha hecho circular un comunicado de prensa, distribuido por su portavoz, Stefano Campanella, para dar las gracias a la Santa Sede "por haber pronunciado una palabra de aclaración, que esperamos sirva para acabar con la larga serie de noticias infundadas y sucesivamente desmentidas que se han seguido en los últimos días".

Campanella hacía referencia a ciertas "revelaciones" sobre la supuesta decisión de los Capuchinos de detener las obras de construcción de un nuevo santuario en San Giovanni Rotondo (algo que nunca se ha registrado) a causa de una disminución de las entradas debida a un menor flujo de peregrinos y de ofertas en los últimos tiempos.

Los periódicos afirmaban que las dificultades económicas de la comunidad se debían también a un fraude de algunos millones de dólares realizado por un agente de finanzas, Nicola Avrogna, quien se declararía más tarde en bancarrota. Se trataba de operaciones que los frailes habían emprendido para las obras de construcción del nuevo santuario. Estos hechos, sin embargo, tuvieron lugar hace seis años y el acusado ha sido condenado por la justicia italiana a casi cuatro años por bancarrota con fraude.


J.H. Newman hacia los altares: de pastor anglicano a cardenal de la Iglesia

Congreso en Roma sobre la decisiva figura del catolicismo inglés del s. XIX

CIUDAD DEL VATICANO, 18 feb 2001 (ZENIT.org).- La figura del cardenal John Henry Newman, una de las figuras más influyentes del catolicismo de Inglaterra en el siglo XIX, será el centro de un congreso internacional que se celebrará del 19 al 20 de febrero en Roma.

Se trata de una iniciativa promovida por el Centro Internacional de Amigos de Newman y por la Universidad Pontificia Urbaniana. El momento más importante del encuentro será la concelebración eucarística presidida por el cardenal Jozef Tomko, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, organismo vaticano del que depende esa Universidad.

El congreso será inaugurado por el cardenal designado, el arzobispo José Saraiva Martins, prefecto de la Congregación vaticana para las Causas de los Santos, que en estos momentos está analizando la santidad de vida de Newman en el marco de su causa de beatificación. El broche de oro corresponderá a otro cardenal designado, Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica.

El Congreso, como han explicado con claridad sus organizadores, tiene como objetivo principal suscitar el interés por este gran pensador y hombre de Iglesia.

Nacido en el seno de una familia anglicana de banqueros, en Londres, el 21 de febrero de 1801, John Henry Newman experimentó a los 15 años una "primera conversión", como él la llamaba. Concentró desde aquel momento sus pensamientos sobre su alma y su Creador. En 1825, después de haber concluido sus estudios en Oxford, fue ordenado sacerdote anglicano. Tres años después era nombrado vicario de la Iglesia de Santa María, anexa a la Universidad de Oxford.

En ese cargo, que mantuvo hasta 1843, cultivó amistad con personas cultas e iluminadas de la Inglaterra de aquella época. Formó parte del "Movimiento de Oxford" cuyo objetivo consistía en restituir a la Iglesia anglicana el derecho a considerarse como parte de la Iglesia universal, al igual que la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas, sin "romanizarla", pero remontándola a la tradición de los padres de la Iglesia y de los grandes teólogos.

Newman trató de hacer una interpretación católica de los 39 artículos de la iglesia anglicana con su famoso "Tract 90" (los "Tracts" eran breves tratados o artículos con los que los adherentes al Movimiento de Oxford manifestaban su pensamiento). Ahora bien, tanto la Universidad de Oxford como los obispos anglicanos rechazaron sus convicciones. De este modo, en 1842, se retiró a estudiar y a meditar en Littlemore. Después de años de profunda reflexión, acompañada por la oración, el 9 de octubre de 1945 abrazó el catolicismo.

Tras un viaje a Roma, en 1847 fue ordenado sacerdote. Uno de sus principales objetivos, entonces, fue demostrar a los ingleses que se puede ser buen católico y ciudadano leal. No sólo tuvo que sufrir las críticas de los anglicanos, sino también las de algunos católicos que consideraban poco sincera su conversión. El Papa León XIII, reconociendo sus méritos, le creó cardenal en 1879. Murió en Birmingham el 11 de agosto de 1890.

El 22 de enero de 1991, Juan Pablo II dio un importante impulso a su causa de beatificación al reconocer sus virtudes heroicas.

Newman se interesó en sus obras por el saber teológico y humanista: filosofía, patrística, dogmática, moral, exégesis, pedagogía e historia. Para transmitir de manera eficaz su pensamiento utilizó varios géneros literarios: el discurso, el tratado, la novela, la poesía, y la autobiografía. Entres sus obras más importantes cabe destacar "Desarrollo de la Doctrina Cristiana" (Development of Christian Doctrine, 1845), escrito cuando el autor era todavía anglicano y "Gramática del asentimiento" (Grammar of Assent, 1870), obra escrita en plena madurez de pensamiento sobre la dinámica del acto de fe, considerada por algunos como su obra maestra.

Puede consultar más información sobre el cardenal Newman en http://www.newmanreader.org.


El Papa a Perú: Una democracia sin valores se convierte en totalitarismo

Recibe las cartas credenciales del nuevo embajador de Lima ante el Vaticano

CIUDAD DEL VATICANO, 16 febrero 2001 (ZENIT.org).- En una frase, Juan Pablo II sintetizó esta mañana la esencia de la crisis vivida por Perú en los últimos años: "una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia".

El Santo Padre hizo una radiografía de la crisis política e institucional peruana, una de las más graves de su historia, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Lima ante la Santa Sede, Alberto Montagne Vidal (61 años), diplomático de carrera.

La crisis alcanzó su ápice cuando el presidente Alberto Fujimori renunció en noviembre, vía fax, a su cargo desde Japón. Había sido involucrado en una red de corrupción que abarcaba a miembros de la seguridad del Estado, políticos, medios de comunicación, magistrados, empresarios, etc.

Los medios de comunicación publicaron en septiembre pasado imágenes de vídeo en el que ex asesor de seguridad de Fujimori, Vladimiro Montesinos, corrompía con dinero a un miembro de la oposición para que pasara a apoyar al entonces presidente.

"La crisis política e institucional que en los meses pasados ha vivido su país", reconoció el Papa, "ha suscitado serios problemas para la nación". Y añadió: "Ahora es preciso aunar esfuerzos, dejar de lado planteamientos de parte para que, con la colaboración de todos y desde la honradez y buena voluntad, se fomente un clima de confianza, justicia real, lealtad, transparencia, mutuo respeto, paz y libertad".

"De este modo --aclaró--, el pueblo peruano podrá superar esa crisis y recuperar los valores morales de una sociedad justa, equitativa, solidaria y honesta, promoviendo un estado de derecho en el que todos los ciudadanos se sientan corresponsales y participen en la edificación de la patria y en la realización del bien común".

Ahora bien, dijo el obispo de Roma, "La vuelta a la normalidad democrática ha de ir acompañada ineludiblemente de la recuperación de los genuinos principios morales y éticos. En efecto, como he repetido muchas veces, la vida política no puede prescindir del respecto de la verdad y de los valores, pues una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia".

Superar la lacra de la deuda Dado que la economía tiene una importancia importantísima en la vida de una democracia, el Papa recordó al gobierno peruano que es decisivo superar "la lacra de la pobreza generada por la fuerte deuda externa e interna, lo cual ha de ser afrontado por todos los protagonistas de la vida social".

"En diversas ocasiones me he referido a este grave problema a escala mundial --dijo--, auspiciando que una condonación, o por lo menos una reducción significativa de la deuda externa por parte de los países acreedores, permita a quienes se encuentran en tales circunstancias mirar al futuro con optimismo, promover el conveniente desarrollo y alcanzar cotas deseables de bienestar".

Paz con Ecuador Por último, el Santo Padre hizo referencia al proceso de paz que tiene lugar en estos momentos entre Perú y Ecuador, quienes desde hace años han tenido enfrentamientos por cuestiones fronterizas. Los diálogos han tenido lugar en buena parte gracias a la cooperación de ambas Conferencias Episcopales.

"Es indispensable, superando cualquier tentación de volver atrás, caminar hacia adelante en un clima de convivencia propio de países que están unidos por tantos valores y en conformidad con la tradición pacífica de la región", concluyó.


Juan Pablo II: Yugoslavia no puede ceder "a la tentación de la violencia"

Recibe a los obispos católicos del país sumido en tensiones sociales

CIUDAD DEL VATICANO, 16 febrero 2001 (ZENIT.org).- Ante las tensiones sociales y políticas que todavía siguen apoderándose de Yugoslavia, Juan Pablo II ha pedido a los católicos del país que ofrezcan su contribución para evitar el recurso a la violencia.

El pontífice se reunió esta mañana con los obispos católicos de lo que queda de la antigua Yugoslavia, quienes terminaron así su quinquenal visita a la tumba de los apóstoles y a la Santa Sede. Tras haberse encontrado personalmente con cada uno de ellos en esta semana, el obispo de Roma les entregó hoy un discurso en el que resume sus auspicios para el futuro yugoslavo.

Horas antes, el ministro del Interior de Serbia, Dusan Mihajlovic, quien había anunciado hace algunos días que se proponía arrestar al ex presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, resultó herido en un tiroteo. Un hecho que no sólo había conmocionado a los prelados, sino que explica muy bien el ambiente que se respira en el país que avanza con dificultad por el terreno de la democracia desde que asumiera la presidencia yugoslava Vojislav Kostunica.

El Papa hizo así su descripción de la situación yugoslava: "He tenido conocimiento de las circunstancias dramáticas que han atravesado vuestras poblaciones en el pasado. Ahora me habéis puesto al día sobre la difícil situación que tiene lugar todavía hoy, en particular la persistencia de tensiones políticas y sociales, que corren el riesgo de provocar nuevos enfrentamientos".

Ante este panorama, su consigna a los obispos fue muy clara: "Alentad a vuestros fieles a no ceder a la tentación del recurso a la violencia".

La Iglesia, en lo que hoy día es Yugoslavia, es una pequeña minoría, con algo más de medio millón de católicos, el 5 por ciento de la población total. Cuenta con siete obispos, 197 sacerdotes, siete religiosos no ordenados, y 374 religiosas. Además de atender pastoralmente a los católicos, se la Iglesia se dedica particularmente con Cáritas y la ayuda de Iglesias de otros países a paliar entre los más desamparados los efectos de la crisis que atraviesa el país y que se hizo particularmente grave tras los bombardeos de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) en 1999.

En particular, en este momento histórico particular para Yugoslavia, Juan Pablo II pidió a los obispos y a todos los católicos yugoslavos una nueva "audacia misionera".

Ahora bien, la situación del país complica mucho las cosas a la Iglesia. Las diócesis en buena parte están incomunicadas unas con otras. "La diversidad de las situaciones en las que trabajan las diferentes comunidades diocesanas", denunció el Papa, no permite "por desgracia, como sería de desear, hacer proyectos en cada uno de los sectores comunes de la actividad pastoral".

Sin embargo, el pontífice recordó que en la nueva Yugoslavia no todo son lágrimas. Constató el florecimiento en la martirizada provincia de Kosovo de "muchas vocaciones sacerdotales". Se trata de jóvenes cuya madurez supera a sus años, que han conocido el destierro y la muerte de sus seres queridos, y que han decidido entregar su vida a Dios al servicio de la Iglesia. En total, la Iglesia cuenta ya en Yugoslavia con unos cien seminaristas. Hace unos años, eran menos de la mitad.

Por eso, el Papa insistió en la necesidad de formar a estos hombres que serán en buen parte protagonistas de la evangelización de esas tierras en los próximos años.


"Ha llegado la hora de una nueva imaginación en la caridad", asegura el Papa

Carta del Papa a la Sociedad de San Vicente de Paúl

CIUDAD DEL VATICANO, 16 febrero 2001 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha enviado al presidente de la Sociedad de San Vicente de Paúl una carta con motivo del encuentro del Comité de Coordinación de esa institución católica, dedicada especialmente a la ayuda de los más pobres. El mensaje pontificio podría resumirse en una frase: "Ha llegado la hora de una nueva imaginación en la caridad"

"Representáis --dice el Papa en su misiva enviada a José Ramón Díaz-Torremocha-- una forma eminente de caridad que se lleva a cabo en todos los continentes, el servicio a los pobres, que como Vicente amaba recordar, es una forma de servir a Cristo. Con su compromiso diario, vuestra asociación constituye para la Iglesia un recuerdo permanente de su vocación de mostrar el amor preferencial de Cristo por los pobres".

"Es la hora de una nueva 'imaginación de la caridad' que promueva no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre", explica el pontífice.

La Sociedad de San Vicente de Paúl (http://www.ozanet.org) nació el 23 de Abril de 1833 por iniciativa de Frédéric Ozanam, cuando éste no era más que un estudiante de Derecho de 22 años en París. Ozanam ha sido beatificado por el mismo Juan Pablo II. Su obra es considerada, en cierto sentido, como la precursora de las organizaciones no gubernamentales de la historia. En la actualidad, la Sociedad de San Vicente de Paúl trabaja en 132 países de los cinco continentes. Entre sus lemas, destaca el criterio: "Los pobres ayudan a los más pobres".