Santa Sede

DURA CRITICA DE RATZINGER AL NUEVO ORDEN MUNDIAL PROPUESTO POR LA ONU

Muestra cómo no se puede combatir la pobreza eliminando a los pobres

ROMA, 15 sep (ZENIT.org).- En la llamada Cumbre del Milenio de Naciones Unidas, el mayor encuentro de jefes de Estado y Gobierno de la historia, celebrado en Nueva York del 6 al 8 de septiembre, se reflexionó sobre el papel que debe desempeñar este organismo internacional y las reformas que se requieren para que cumpla su misión de paz y defensa de los derechos humanos.

Ahora, una voz autorizada, la del cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, se alza para hacer su reflexión sobre el papel de la ONU en este nuevo milenio.

Tras el fracaso del marxismo y las evidentes limitaciones del modelo liberal, constata el cardenal Ratzinger en un artículo que aparece hoy en el diario italiano «Avvenire», surge el «Nuevo Orden Mundial», que encuentra expresión cada vez más evidente en la ONU y en sus Conferencias internacionales.

Encuentros, como el que se celebró sobre la Población (en El Cairo, 1994) y sobre la mujer (en Pekín, 1995) ha quedado clara «una verdadera y propia filosofía del hombre nuevo y del mundo nuevo».

Reducir los comensales de la mesa común «Una filosofía de este tipo no tiene ya la carga utópica que caracterizaba el sueño marxista --explica--; por el contrario es muy realista, en cuanto que fija los límites de los medios disponibles para alcanzarlo y recomienda, por ejemplo, sin por esto tratar de justificarse, que no hace falta preocuparse por cuidado de aquellos que ya no son productivos o que no pueden ya esperar una determinada calidad de vida».

Esta filosofía, continúa diciendo, no pide a los hombres, habituados a la riqueza y al bienestar, a hacer sacrificios para alcanzar un bienestar general, «sino que propone estrategias para reducir el número de los comensales en la mesa de la humanidad, para que no se vea afectada la pretendida felicidad que estos han alcanzado».

Mujer contra mujer «La peculiaridad de esta nueva antropología, que debería constituir la base del Nuevo Orden Mundial --revela--, resulta evidente sobre todo en la imagen de la mujer, en la ideología del "Women's empowerment" (la autorrealización de las mujeres), nacida de la Conferencia de Pekín. Objetivo de esta ideología es la autorrealización de la mujer: sin embargo, los principales obstáculos que se interponen entre ella y su autorrealización son la familia y la maternidad».

«Por esto --explica el cardenal alemán reflejando las posiciones de agencias de la ONU--, la mujer debe ser liberada, de modo especial, de lo que la caracteriza, es decir, de su especificidad femenina. Esta última está llamada a anularse ante una "Gender equity" (equidad de género) y "equality" (igualdad), ante un ser humano indistinto y uniforme, en la vida del cual la sexualidad no tiene otro sentido si no el de una droga voluptuosa, de la que se puede hacer uso sin ningún criterio.

El ocaso de la «filosofía del amor» «En el miedo a la maternidad que se ha apoderado de una gran parte de nuestros contemporáneos entra seguramente en juego también algo todavía más profundo --aclara--: el otro es siempre, a fin de cuentas, un antagonista que nos priva de una parte de vida, una amenaza para nuestro yo y para nuestro libre desarrollo».

«Al día de hoy no existe ya una "filosofía del amor" --concluye Ratzinger--, sino solamente una "filosofía del egoísmo". Es justamente en esto donde el hombre es engañado. En efecto, en el momento en el que se le desaconseja amar, se le desaconseja, en último análisis, ser hombre. Por este motivo, a este punto del desarrollo de la nueva imagen de un mundo nuevo, el cristiano --no sólo él, pero de todos modos él antes que los otros-- tiene el deber de protestar».


LOS «EMBAJADORES» DEL PAPA DEBEN SER «HOMBRES DE PAZ»

Juan Pablo II recibe a los legados pontificios en su Jubileo

CIUDAD DEL VATICANO, 15 sep (ZENIT.org).- «Hombres en paz» y «hombres de paz». Con estas dos pinceladas trazó Juan Pablo II esta mañana el perfil de los legados pontificios, los «embajadores» del Papa ante las Iglesias particulares y los gobiernos de los países e instituciones internacionales.

En estos días han llegado al Vaticano 150 representantes pontificios, quienes se reunieron esta mañana en el atrio de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, para cantar las «Laudes Regiae». A continuación, los «diplomáticos» del Papa, como un penitente más en señal de conversión, atravesaron la Puerta Santa. Llegaron así hasta el altar de la Cátedra de San Pedro donde concelebraron la eucaristía jubilar, presidida por el secretario de Estado vaticano, el cardenal Angelo Sodano.

La cruz del legado pontificio En la homilía, el brazo derecho del Papa en la guía de la Santa Sede tocó los aspectos más peculiares de la figura del representante pontificio, a la luz de la fiesta que en ese día celebraban los católicos: la Virgen de los Dolores, que recuerda el camino de la Cruz, «ese camino que todo apóstol de Cristo --dijo el purpurado-- tiene que recorrer si quiere cooperar con la obra de redención».

«La experiencia común nos enseña que la existencia de un enviado pontificio comporta grandes dificultades --dijo Sodano, quien también fue durante años nuncio apostólico--: la lejanía del propio ambiente, la dificultad para adaptarse a otro contexto cultural, en algunos casos la prueba de la soledad o de la enfermedad, sin considerar las espinas propias del trabajo metódico y silencioso típico de un nuncio apostólico».

«Martirio de la paciencia» El jefe de la diplomacia vaticana recordó, en este sentido, el significativo título que el cardenal Agostino Casaroli, su predecesor en el cargo, quiso dar al libro en que recoge sus memorias: «El martirio de la paciencia». Ahora bien, consideró que si el nuncio ofrece su contribución con amor a los episcopados y a los gobiernos locales puede encontrar la felicidad incluso en las tribulaciones de su trabajo.

Hombres de paz Tras la misa, todos los representantes pontificios --incluidos los que ya se encuentran retirados por razones de edad-- se encontraron con Juan Pablo II en la Sala Clementina dl Vaticano. El Papa les acogió con el saludo pascual de Cristo a sus apóstoles: «¡La paz esté con vosotros!». De hecho, explicó el obispo de Roma, el hombre de paz debe contribuir, como el representante pontificio, en el misterio de comunión que Cristo confió a Pedro y a sus sucesores.

En su discurso, Juan Pablo II recordó dos ilustres personalidades que desempeñaron tareas de representación pontificia y que brillaron por auténtica santidad de vida: Pío IX y Juan XXIII, a quienes presentó el 3 de septiembre pasado como modelos de virtud cristiana para toda la Iglesia con motivo de su beatificación.

El pontífice recalcó la importancia de la labor del nuncio al servicio de la paz tanto dentro en la Iglesia como en la sociedad del país al que ha sido destinado. Por una parte subrayó que los nuncios son en primer lugar «testigos de su ministerio de unidad ante las Iglesias locales»: estáis, puntualizó, «al servicio de la unidad de todos los cristianos». Por otra, constató «el trabajo de intermediación llevado a cabo ante las instancias políticas y sociales de los países en los que actuáis o en las relaciones con los organismos internacionales. Vuestro objetivo constante es promover la paz», concluyó.

Después de la audiencia con el Papa, los representantes pontificios comieron juntos en la Casa de Santa Marta y en la tarde se reunieron junto a sus superiores de la Secretaría de Estado en el Aula del Sínodo para participar en un intercambio de ideas y directivas sobre su misión en el mundo.


EL PRÓXIMO DOMINGO, JUBILEO DE LOS «OVER 60»

Con el voluntariado, se han convertido en protagonistas del año santo

CIUDAD DEL VATICANO, 15 sep (ZENIT.org).- El próximo domingo, 17 de septiembre, el Papa presidirá en la plaza de San Pedro del Vaticano el Jubileo de los «over 60», como ha calificado cariñosamente el servicio de prensa del Comité para el año santo a la Tercera Edad.

Si bien es verdad que el calendario de este Jubileo prevé una jornada dedicada a los «menos jóvenes», hay que señalar también que la organización del año santo no hubiera podido tener lugar sin la ayuda de los ancianos. En efecto, más de 10 mil personas de la tercera edad han ofrecido su disponibilidad para trabajar como voluntarios en los lugares jubilares de Roma y en las estructuras de acogida.

El Centro para el Voluntariado, desde el inicio, emprendió un proyecto para los ancianos colaboradores e invitó a las personas mayores de parroquias y movimientos a ofrecer su disponibilidad durante algún período de este año. Han respondido personas no sólo de Italia, sino también de otros países, en especial de Europa occidental. El 19 por ciento del voluntariado de este año santo tiene más de sesenta años.

La jornada jubilar de la tercera edad comenzará a partir de las 9,00 de la mañana del domingo con un momento de preparación espiritual durante el cual se meditará la Carta que Juan Pablo II dirigió a los ancianos el 1 de octubre de 1999. Una pareja de ancianos contará cómo se puede envejecer juntos en el amor, un grupo de niños leerá las cartas que han escrito a sus propios abuelos, una mujer rumana ofrecerá un testimonio sobre como los ancianos han sabido transmitir la fe en condiciones difíciles.

Entre los participantes habrá grupos organizados de diversas diócesis italianas, miembros del movimiento Vie Montante, de la Acción Católica Italiana (ACI), de la Comunidad de San Egidio y de otros movimientos y comunidades.

A las 15,30 tendrá lugar un encuentro organizado por la ACI en el Aula Pablo VI, en el que se propondrán testimonios, reflexiones y cantos sobre el tema «Anunciar alegría, novedad y esperanza».

Mañana, sábado 16, quinientas personas (delegados de conferencias episcopales, movimientos eclesiales, asociaciones de fieles y congregaciones religiosas), invitados por el Pontificio Consejo para los Laicos, participarán en un coloquio sobre el tema «El don de una larga vida: responsabilidad y esperanza».

Tras la introducción del cardenal James Francis Stafford, presidente del Pontificio Consejo, el cardenal Dionigi Tettamanzi, arzobispo de Génova (Italia), hablará sobre «El Jubileo, significado teológico y espiritual para la persona anciana». Por la tarde está prevista una mesa redonda durante la cual se afrontarán los diferentes modos con los que se puede contribuir al respeto de la dignidad de las personas ancianas, ayudándolas a desarrollar su misión en el mundo de hoy.


JUBILEO DE LOS «EMBAJADORES» DEL PAPA

El servicio diplomático más antiguo del mundo

CIUDAD DEL VATICANO, 14 sep (ZENIT.org).- En la tarde de hoy, comenzó en la basílica romana de la Santa Cruz en Jerusalén el Jubileo de los Representantes Pontificios, los «embajadores» de Juan Pablo II en los diferentes países y ante las organizaciones e instituciones internacionales. El encuentro jubilar culminará mañana con una misa presidida por el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado de la Santa Sede y responsable último de la diplomacia Vaticana, en la basílica de San Pedro. A continuación tendrá lugar la audiencia con Juan Pablo II.

La Santa Sede cuenta con el servicio diplomático más antiguo del mundo. Hunde sus orígenes en los primeros siglos, cuando los legados papales eran enviados por los pontífices para representarlos en concilios importantes o por otros motivos. De hecho, existen constancia de que hubo un legado en el Concilio de Nicea, en el 325.

Aunque la misión de los primeros representantes papales fue de carácter eminentemente espiritual, comenzó a haber cambios entre el siglo V y el VIII, cuando los Papas mandaban emisarios temporales a las ceremonias civiles especiales así como a eventos religiosos.

A mitad de siglo XV comenzó a aparecer la representación papal permanente y ya en el siglo XVI, la historia registra el establecimiento de nunciaturas apostólicas en distintos países, con un intercambio de representantes entre esos países y la Santa Sede. La primera nunciatura apostólica se estableció en Venecia en 1500.

Como se afirma en la Convención Diplomática de Viena del 18 de abril de 1961, los Embajadores de la Santa Sede, llamados Nuncios Apostólicos, son considerados los decanos del cuerpo diplomático del país en el que están acreditados. La Santa Sede ejerce tanto el derecho «activo» de enviar emisarios a otros Estados como el derecho «pasivo» de recibir a sus emisarios. Actualmente la Santa Sede intercambia representantes con 184 naciones. La cifra incluye misiones especiales como la de la Federación Rusa, la Oficina de la Organización para la Liberación de Palestina y la Soberana Orden Militar de Malta, y las relaciones establecidas este año con Bahrain y Gibuti.

El 24 de junio de 1969, el Papa Pablo VI, que durante el Concilio Vaticano II había expresado el deseo de que las funciones de los legados papales se definieran más claramente, promulgó el motu proprio «Sollicitudo omnium Ecclesiarum» («La solicitud por todas las Iglesias»), que trataba precisamente esta cuestión.

Entre otros deberes del legado pontificio, enumerados en el Canon 364 del Código de Derecho Canónigo, se encuentra el de «Informar a la Sede Apostólica acerca de las condiciones en que se encuentran las Iglesias particulares»; «prestar ayuda y consejo a los Obispos, sin menoscabo del ejercicio de la potestad legítima de éstos»; «mantener frecuentes relaciones con la Conferencia Episcopal»; «en lo que atañe al nombramiento de Obispos, transmitir o proponer a la Sede Apostólica los nombres de los candidatos».

También son funciones suyas: «Esforzarse para que se promuevan iniciativas en favor de la paz, del progreso y de la cooperación entre los pueblos; defender juntamente con los obispos, ante las autoridades estatales, todo lo que pertenece a la misión de la Iglesia y de la Sede Apostólica; ejercer además las facultades y cumplir los otros mandatos que le confíe la Sede Apostólica».

La Santa Sede está representada ante organizaciones gubernamentales internacionales, entre ellas: las diferentes sedes y agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU); la Agencia Internacional de Energía Atómica, en Viena (Austria); la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OCSE), también en Viena; el Consejo de Europa, en Estrasburgo (Francia); la Organización de los Estados Americanos (OEA), en Washington, DC (EE.UU.) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), en Ginebra (Suiza). También tiene relaciones diplomáticas con la Comunidad Europea.

La Santa Sede tiene representación permanente ante 10 Organizaciones internacionales no Gubernamentales (ONGs).

Los futuros diplomáticos de la Santa Sede reciben su formación en la Pontificia Academia Eclesiástica, fundada por el Papa Clemente XI en 1701. El presidente actual es el arzobispo Justo Mullor, quien hasta hace poco tiempo fue nuncio apostólico en México. Los candidatos a la Academia tienen que haber recibido un título universitario y otro en Derecho Canónico. El programa de estudio, que incluye idiomas y dura entre tres y cuatro años. En la Academia hay un promedio de 35 estudiantes provenientes de al menos 20 países.


ARMENIA, PRIMER PAÍS CRISTIANO DE LA HISTORIA, Y TIERRA DE MÁRTIRES

Juan Pablo II recibe a los peregrinos del patriarcado católico armenio

CIUDAD DEL VATICANO, 14 sep (ZENIT.org).- Armenia, un pueblo que ha hecho de la cruz su propia identidad histórica. Así se expresó esta mañana Juan Pablo II al acoger a 350 participantes en la peregrinación de los armenios católicos a la tumba de los apóstoles en Roma, con motivo del Jubileo, guiados por el patriarca Nerses Bedros XIX.

Armenia fue el primer país de la historia que abrazó la fe cristiana, incluso antes que Francia, hace exactamente diecisiete siglos. De este modo, estos cristianos no sólo celebran en este año el Jubileo del año 2000, sino que también están rememorando el XVII centenario de su bautismo.

La cruz como identidad de un pueblo En estos siglos, han tenido que defender su fe con la sangre, constató el pontífice: «Los armenios conocen bien la cruz: la llevan grabada en sus corazones. Es el símbolo de su identidad, de las tragedias de su historia y de la gloria de su renovación después de cada acontecimiento adverso».

«Generaciones enteras de armenios no han dudado en ofrecer sus vidas antes de renegar su fe que --añadió--, como uno de vuestros historiadores dice, forma parte de ellos como el color forma parte de la piel».

Juan Pablo II garantizó a los peregrinos sus oraciones por las comunidades en Armenia «donde una pobreza nueva y grave pone a prueba a vuestros hermanos y hermanas provocando la tentación de nuevos éxodos en busca de formas mejores de vida y de seguridad para las familias».

«Vuestro pueblo pide pan y justicia», exclamó el Santo Padre, pide a la política «un servicio honrado y desinteresado al bien común».

A pesar del genocidio... Su Beatitud Narses Bedros XIX confirma las palabras del Papa en declaraciones a «Radio Vaticano»: «Siempre hemos sido perseguidos a causa de la fe. La última persecución se remonta a 1915, cuando tuvimos un millón y medio de mártires, uno de los cuales será beatificado el próximo año por el Santo Padre: el arzobispo Ignace Maloyan, quien fue martirizado por odio de la fe por los turcos».

Después, «durante setenta años», continúa explicando el patriarca católico armenio, «nuestros sacerdotes han sido enviados a Siberia o martirizados en el terreno. Por este motivo, en este período, no hemos tenido presencia católica en Armenia. Nuestro país es el único del mundo que ha conservado la fe sin tener en su interior una presencia estable de la jerarquía eclesiástica. Esto ha sido posible gracias a las madres, a los padres de familia, a los ancianos que han transmitido una fe, por decir así, tradicional, que se ha mantenido hasta ahora. Ahora tenemos que realizar una obra de evangelización más profunda, pues la fe tradicional no resiste el desafío del consumismo y del materialismo de hoy».

Armenia es una República Independiente desde 1991, ahora bien, la sede del patriarcado católico se encuentra todavía en el Líbano. El patriarca todavía no sabe cuándo podrá regresar a su país de origen, pues en Armenia también existe el patriarcado de los Armenios ortodoxos, que constituyen mayoría entre la población. «Históricamente la sede de nuestro patriarcado ha estado fuera del país, en Cilicia, lo que hoy es el Líbano, a causa de las persecuciones --concluye Su Beatitud Narses Bedros XIX--. Esperamos regresar a Armenia, a no ser que mientras tanto se dé un milagro y tenga lugar la unión entre católicos y ortodoxos. Entonces sólo habrá un patriarca: es lo que deseamos».


LOS EJERCICIOS ESPIRITUALES AL PAPA DE MONS. VAN THUAN EN CASTELLANO

En un libro, las meditaciones de un testigo de la fe en la cárcel

MADRID, 14 sep (ZENIT.org).- Para sus ejercicios espirituales del año jubilar de 2000, Juan Pablo II llamó al arzobispo vietnamita François-Xavier Nguyen Van Thuan. Zenit cubrió día a día las intervenciones del arzobispo vietnamita, que sufrió la persecución comunista. Ahora sale a las librerías «Testigos de la esperanza», las veintidós meditaciones que ofreció al pontífice este testigo de la fe que ha madurado sus reflexiones durante la situación desesperada de su encarcelamiento.

Con el lenguaje de la experiencia, firmemente anclado en la Escritura y en los Padres de la Iglesia y alimentado por el testimonio de los santos y de los escritores contemporáneos, el autor pone de relieve la irresistible potencia de la Palabra de Dios y traza para el nuevo milenio el rostro de la que él llama la «Iglesia una, santa, católica, apostólica y gozosa».

François-Xavier Nguyen van Thuan, consagrado obispo de Nhatrang (Vietnam) en 1967, fu nombrado posteriormente arzobispo coadjutor de Saigón (ahora ciudad de Ho Chi Minh) en 1975. Pocos meses después fue arrestado y pasó 13 años en la cárcel, 9 de los cuales en régimen de aislamiento. En la actualidad es presidente del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz.

El libro es editado en castellano por la editorial «Ciudad Nueva». Puede encargarlo en la página web: http://www.ciudadnueva.com


LA ESTATUA DE FÁTIMA LLEGA AL VATICANO

El Papa pondrá en sus manos la Iglesia y el mundo del tercer milenio

CIUDAD DEL VATICANO, 13 sep (ZENIT.org).- La estatua original de la Virgen de Fátima estará en Roma con motivo del Jubileo de los obispos, que tendrá lugar del 6 al 8 de octubre. Se trata de una iniciativa de gran connotación afectiva para Juan Pablo II, quien decidió revelar este año el «tercer secreto» que confió María a los pastorcillos en Portugal y que alude a su atentado.

El calendario, prevé que la imagen llegue al aeropuerto de Ciampino el 6 de octubre, y que después sea transportada de manera privada a la capilla privada del Santo Padre.

Al día siguiente, el sábado por la mañana, memoria de la Virgen del Rosario, la estatua será llevada en procesión a la Basílica de San Pedro, donde será expuesta a la veneración de los fieles. En la tarde, la imagen será llevada al atrio del templo más grande de la cristiandad, donde el Santo Padre se unirá a los obispos presentes en la celebración de su Jubileo y en el rezo del Rosario, que será seguido por los cinco continentes por miles de comunidades.

En la noche, la estatua será trasladada al monasterio de las religiosas de clausura «Ecclesia Mater», que se encuentra en el mismo Vaticano.

En la mañana del domingo, 8 de octubre, el Papa celebrará la misa en la plaza de San Pedro del Vaticano, junto a los obispos y, en presencia de la Virgen de Fátima, proclamará el acto de consagración a María con el que pretende pedir la protección de la Madre de Cristo para la Iglesia y el mundo al inicio del Tercer Milenio.

Más tarde, la estatua regresará a la capilla privada del Santo Padre. El lunes por la mañana, el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Angelo Sodano, presidirá la ceremonia de despedida en el patio de San Dámaso. Después, la imagen será acompañada al aeropuerto de Fiumicino, desde donde regresará a Portugal.

Según ha explicado a los micrófonos de «Radio Vaticano» el arzobispo Crescenzio Sepe, secretario general del Comité vaticano para el gran Jubileo, «la llegada de la Virgen de Fátima al Vaticano está en relación directa con el acto de consagración que el Santo Padre desea hacer al final de la misa con motivo del Jubileo de los obispos».

«Por este motivo --añade--, se ha pensado que para un acto tan importante, era importante contar con cuna presencia significativa, como la estatua original de la Virgen de Fátima. De este modo, contactamos al obispo de Fátima, quien se mostró contentísimo».

«Esperamos que los fieles tengan la posibilidad de acercarse a la estatua de la Virgen --concluye Sepe--, a la que el Santo Padre quiso donar hace poco su anillo; y que pueda servir para promover el cariño a María, que está caracterizando todo este año jubilar». 


LA SANTA SEDE ANTE LA ONU: BASTA CON LAS MINAS ANTIPERSONALES

Pide que todos los Estados adhieran a la Convención de Ottawa

GINEBRA, 13 sep (ZENIT.org).- Las minas antipersonales son instrumentos de muerte física y social. Esta es la convicción de la Santa Sede, que ha dejado oír su voz en la cumbre de los Estados que han adherido a la Convención de Ottawa contra estos artilugios de muerte.

«Cada minuto cuenta» es el lema de la reunión, que recuerda que cada 20 minutos una persona muere o queda mutilada por la explosión de estos artefactos.

Al tomar la palabra ante la segunda asamblea de estas características, que se celebra del 12 al 15 de septiembre (cf. Zenit, ZS00091203) en la sede de las Naciones Unidas de Ginebra, el arzobispo Giuseppe Bertello, jefe de la delegación de la Santa Sede, recordó aquellas palabras del Papa con las que consideró que la Convención de Ottawa constituye una prueba de respeto cada vez más concreto por la persona humana, considerada en sus dimensiones individuales y sociales, y una respuesta a la convicción de que no podemos ser felices si vivimos enfrentados los unos contra los otros.

La Convención, promovida con decisión por el Gobierno de Canadá, a la que ha adherido la Santa Sede, prohíbe el uso, la producción y el almacenamiento de las minas antipersonales. Entró en vigor el 1 de marzo del año pasado al recibir la adhesión de 139 países.

Monseñor Bertello explicó que, al ratificar la Convención, la Santa Sede ha querido dar su apoyo al tratado, con la convicción de que los objetivos del desarme y de la distensión en que se inspira, corresponden a su propia misión de paz.

«La Convención refuerza la eficacia del derecho internacional humanitario, presentándose como una realización concreta del principio de humanidad», dijo el prelado.

El representante del Papa invitó a los países que todavía no han adherido a la Convención de Ottawia a abandonar las minas interpersonales, que no hacen distinción entre sus víctimas, amenazando particularmente a las poblaciones civiles de los países, y quitando terrenos de trabajo agrícola, en ocasiones lustros después del final de conflictos armados.

Monseñor Bertello se hizo portavoz de la tragedia que tienen que vivir en ocasiones las familias al asistir a la muerte desgarradora de sus seres queridos, con frecuencia niños, que por desgracia pisan terrenos minados. La Santa Sede, añadió, «y los numerosos organismos de la Iglesia católica, como hospitales, centros de asistencia y de rehabilitación, ligados a las comunidades locales y a las instituciones religiosas, desean continuar aportando su contribución en los programas de sensibilización sobre los peligros de las minas, así como en la rehabilitación física y en la reintegración psico-social de los supervivientes, para que puedan volver a convertirse en parte activa de sus comunidades».


EL PAPA: LA VIDA DEL CRISTIANO NO SE EXPLICA
SIN EL «GRAN DESCONOCIDO»

Dedica la audiencia general a profundizar en la acción del Espíritu Santo

CIUDAD DEL VATICANO, 13 sep (ZENIT.org).- «Toda la vida del cristiano, desde los orígenes hasta su última meta, está bajo el estandarte y la obra del Espíritu Santo». Esta es la conclusión a la que llegó Juan Pablo II esta mañana, en su intervención durante la audiencia general de este miércoles.

El Espíritu Santo ha sido denominado por algunos teólogos como el «gran desconocido» y Juan Pablo II parece que está comprometido, en este año santo, en hacer que los cristianos redescubran la importancia única y decisiva la presencia del Espíritu en sus vidas. Se trata de algo que ya viene pensando desde hace mucho tiempo. Hace catorce años, escribía en su encíclica consagrada a la tercera persona de la Trinidad: «El gran Jubileo del año dos mil contiene un mensaje de liberación por obra del Espíritu, que es el único que puede ayudar a las personas y a las comunidades a liberarse de los viejos y nuevos determinismos, guiándolos con la ley del espíritu que da la vida en Cristo Jesús, descubriendo y realizando la plena dimensión de la verdadera libertad del hombre» («Dominum et vivificantem», n. 60).

El Espíritu cambió la historia De este modo, al dirigirse esta mañana a los 35 mil peregrinos reunidos en l a plaza de San Pedro del Vaticano, Juan Pablo II se adentró en esa presencia misteriosa, pero real, del Espíritu en la vida de los cristianos, comenzando por aquel momento sorprendente en que su acción hizo que los discípulos de Cristo, atemorizados y encerrados a cal y canto, cobraran un amor y determinación tales que fueron capaces de cambiar para siempre la historia de la humanidad.

«Desde entonces --constató el pontífice--, toda la historia de la Iglesia, en sus dinámicas más profundas, está impregnada por la presencia de la acción del Espíritu, entregado sin medida a los que creen en Cristo».

Una presencia constante Lo mismo sucede con la experiencia de fe de todo cristiano. Se convierte en hijo de Dios, por el Bautismo, gracias al Espíritu que, como dice san Pablo, le lleva a exclamar «¡Papá!» («Abbá»).

Después, toda la aventura del cristiano está sometida a la influencia del Espíritu. En especial, en los momentos de dificultad, el Espíritu está a su lado: «Cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar --decía Jesús (Mateo 10, 19-20)--. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros».

Espíritu de liberación El Espíritu, según explicó el Papa, se encuentra también en las raíces de la liberación que vino a traer Jesús para todo hombre: «La vida moral --como nos recuerda san Pablo-- por el hecho de ser irradiada por el Espíritu produce frutos de amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí».

Gracias al Espíritu, por último, el cristiano puede alcanzar su destino de gloria, afirmó el Papa. «Fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa --afirmó el obispo de Roma citando otra vez al apóstol Pablo--, que es prenda de nuestra herencia, para redención del Pueblo de su posesión, para alabanza de su gloria» (Efesios 1, 13-14).

«En síntesis --concluyó el Papa--: toda la vida del cristiano, desde los orígenes hasta su última meta, está bajo la bandera y la obra del Espíritu Santo».


PRESIDENTE DE NIGERIA VISITA AL PAPA EN PLENA POLÉMICA POR LA LEY ISLÁMICA

Obasanjo no ha logrado impedir que 8 Estados adopten la «sharia»

CIUDAD DEL VATICANO, 12 sep (ZENIT.org).- Juan Pablo II recibió esta mañana en audiencia al presidente de la República de Nigeria, Olusegun Obasanjo, acompañado por su esposa y por un séquito de diez personas. Obasanjo, que se encuentra desde ayer en Roma en el marco de una visita de dos días a Italia y el Vaticano, es el primer presidente elegido democráticamente en Nigeria, en 1999, después de quince años de régimen militar. Al final del encuentro, que duró unos diez minutos, el Papa entregó a su huésped unas medallas del pontificado y rosarios para las señoras presentes.

En el día de ayer, el jefe de Estado nigeriano, de 65 años de edad, fue recibido por el presidente de la República Italiana, Carlo Azeglio Ciampi. El argumento principal fue la estabilización del precio del petróleo, que tanto preocupa a los países europeos. El «oro negro» constituye una de las primeras fuentes de renta para Nigeria, miembro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC).

Nigeria es el país más poblado de África, con 106 millones de habitantes (50 por ciento musulmanes, 40 por ciento cristianos y 9 por ciento animistas). La visita del presidente al Vaticano coincide con la apertura, ayer en Kaduna, norte del país, de la asamblea de la Conferencia Episcopal Nigeriana, que se concluirá con un comunicado final el viernes próximo. Los prelados están afrontando, entre otras cosas, uno de los temas candentes en el país africano: la entrada en vigor de la «sharia», la ley islámica, en diferentes Estados de Nigeria del norte. A inicios del año 2000, se verificaron sangrientos enfrentamientos entre musulmanes y cristianos por este motivo. En la opinión pública internacional se mantiene vivo el recuerdo de las 400 víctimas de los incidentes, que tuvieron lugar precisamente en Kaduna. La elección del lugar de la reunión episcopal no ha sido, por tanto, casual.

El arzobispo de Kaduna, monseñor Peter Yariyok Jatau, quien acoge la reunión episcopal, considera que «La aplicación de la "sharia" está en conflicto con el código penal y constituye una flagrante violación de la Constitución nigeriana, que tiene una clara connotación laica».

En varias ocasiones el presidente Obasanjo ha tranquilizado a la población y ha prometido su compromiso para que se respeten las reglas democráticas. Pero, en estos momentos, ya se eleva a ocho el número de Estados que han adoptado la ley islámica. Según algunos observadores, la introducción de la ley islámica en el norte de Nigeria sería una provocación lanzada por algunos poderes ocultos del país contra él.

El jefe de Estado nigeriano ha declarado que considera muy importante la aportación que está ofreciendo la Iglesia a su país. Obasanjo ya había sido recibido por Juan Pablo II el 26 de marzo del año pasado. En aquella ocasión, el presidente nigeriano agradeció al pontífice por su llamamiento, pronunciado el año anterior a favor de su liberación y de otros exponentes políticos nigerianos, detenidos bajo la dictadura del difunto general Sani Abacha. Obasanjo ha apreciado siempre el compromiso del Papa a favor de la cancelación de la deuda externa de los países en vías de desarrollo.


ÚLTIMOS PREPARATIVOS DEL JUBILEO DE LOS «EMBAJADORES» DEL PAPA

Son unos 120 los representantes pontificios en los diferentes países

CIUDAD DEL VATICANO, 12 sep (ZENIT.org).- Tenía que celebrarse el Jubileo para ver algo así: los «embajadores» del Papa en los cuatro rincones del planeta, los nuncios apostólicos, se reunirán en Roma para celebrar sus propias jornadas jubilares.

En total, estos representantes pontificios son más de 120. A ellos, se les unirán los nuncios ancianos que ya han terminado su servicio y, que en estos momentos, son más de 20. La primera cita tendrá lugar el jueves próximo en la basílica de San Cruz en Jerusalén. El encuentro, que tendrá lugar en la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, será presidido pro el prior de los cistercienses de la abadía, el padre Simone Fioraso.

Al día siguiente, viernes 15 de septiembre, el cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, presidirá una solemne concelebración eucarística en la Basílica de San Pedro. Un momento para expresar la comunión de todos los representantes pontificios con el jefe de la diplomacia vaticana, el secretario de Estado. A continuación tendrá lugar la audiencia con Juan Pablo II.

Naturalmente, estas celebraciones de carácter religioso, serán acompañadas por otras, de carácter festivo, que quieren reforzar la amistad y el conocimiento entre los nuncios. De hecho, muchos de ellos no se ven desde hace muchos años. En ocasiones han sido compañeros de estudio o de misiones diplomáticas.

Según ha declarado a los micrófonos de «Radio Vaticano», el arzobispo Carlo Maria Viganò, nuncio apostólico, delegado de las representaciones pontificias, los orígenes de esta institución se hunden en las palabras de Jesús al apóstol Pedro de apacentar la grey de Cristo. «En este sentido, los representantes pontificios nacieron con la misión de Pedro y, al crecer la Iglesia, permiten que la misión de Pedro pueda ser ejercida en todas las fronteras de la tierra».

«A los legados del pontífice se les encomienda el oficio de representarle de modo estable ante las Iglesias particulares o también ante los Estados y Autoridades públicas a donde son enviados», según indica el Código de Derecho Canónico (Canon 363).

«La función principal del Legado pontificio consiste en procurar que sean cada vez más firmes y eficaces los vínculos de unidad que existen entre la Sede Apostólica y las Iglesias particulares», continúa indicando el Código de Derecho Canónico. En particular, le corresponde prestar ayuda y consejo a los obispos, «sin menoscabo del ejercicio de la potestad legítima de éstos» y transmitir o proponer a la Sede Apostólica los nombres de los candidatos a ser nombrados obispos.

Por lo que se refiere a las relaciones ante los Estados, los nuncios deben «promover y fomentar las relaciones entre la Sede Apostólica y las Autoridades del Estado; tratar aquellas cuestiones que se refieren a las relaciones entre la Iglesia y el Estado; y, de modo particular, trabajar en la negociación de concordatos, y otras convenciones de este tipo, y cuidar de que se lleven a la práctica».


EL CARDENAL SODANO VALORA POSITIVAMENTE LA CUMBRE DEL MILENIO

El secretario de Estado vaticano hace balance de la situación de la ONU

NUEVA YORK, 11 sep (ZENIT.org-AVVENIRE).- «Es un ladrillo nuevo, muy bueno, sobre el que hace falta seguir construyendo». El cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado de Juan Pablo II, valora positivamente el documento aprobado por los países miembros de la ONU al final de la Cumbre del Milenio, pero lo considera un punto de partida más que una meta.

«Estoy contento de haber venido a Nueva York en nombre de la Santa Sede, para ver junto a los jefes de Estado y de Gobierno cuál puede ser el futuro de esta organización al inicio del Tercer Milenio --confiesa el brazo derecho del Papa en la guía de la Santa Sede--. He venido con gusto también para traer una palabra de esperanza de la Iglesia respecto al Milenio y recordar que toma el nombre de Cristo, porque celebra su venida. He entregado el saludo del Papa y he notado con enorme interés la gran estima de que goza Juan Pablo II entre todos los líderes del mundo, católicos, cristianos, hombres de otras religiones e incluso agnósticos».

--En su intervención, ha hablado de cuatro deberes de la ONU: promover la paz, el desarrollo, los derechos humanos y la igualdad entre los países miembros. Comenzando por el primer punto, el Consejo de Seguridad ha prometido reforzar las operaciones de salvaguarda de la paz. Y sin embargo algunos países se resisten a la idea de la injerencia humanitaria.

--El empeño por la paz es prioritario porque es siempre frágil y necesita que ser cuidado como un bien precioso. Ciertamente es un don de Dios a la humanidad. Pero ha sido también confiado a los hombres y por tanto debemos trabajar para defenderlo con la pedagogía de la paz. Para mantenerla, la ONU no debe bajar la bandera. Tiene el deber de conservarla con la política del «peacekeeping» (salvaguarda de la paz). Pero en ciertos casos, según la carta de la ONU, debe incluso hacer la paz. En determinadas condiciones, ciertamente. Pero es un compromiso que debe cumplir, porque si no se llega a ser espectadores inermes del drama de los pueblos. Hemos visto en los años pasados el drama de los Balcanes, el de Africa que no se ha acabado todavía, y el de ciertas regiones de Asia. Por tanto demos la bienvenida al compromiso de la ONU para prevenir los conflictos y si es necesario ponerles fin.

--Sobre el tema del desarrollo, usted ha criticado en su intervención la lentitud de iniciativas esenciales, como la reducción de la deuda externa.

--El desarrollo es el gran compromiso que han subrayado la mayoría porque los representantes de los países en dificultad, sobre todo en Africa y en Asia, sienten esta enorme brecha que se va profundizando entre los estados ricos y los pobres. En los labios de muchos ha estado aquella afirmación del secretario general Kofi Annan, según la cual más de mil millones de personas viven con menos de un dólar al día. Esto nos debe hacer meditar a nosotros cristianos. Cada día pensamos en la parábola del rico Epulón y de Lázaro, al que sólo llegan las migas del banquete, y esto no es justicia internacional. En este marco, he insistido sobre todo por Africa porque es un continente donde las situaciones se van complicando. La Santa Sede está muy empeñada pero quizá habrá que pensar en iniciativas nuevas. Muchos insisten sobre la creación de un consejo para el desarrollo pero son perspectivas que hay que estudiar porque los problemas no se resuelven sólo multiplicando los entes.

--También los derechos humanos están en la boca de todos. Y sin embargo son violados con frecuencia en las relaciones entre los Estados, entre los grupos étnicos y religiosos, y dentro de muchos países donde, por ejemplo, la pena de muerte sigue en vigor.

--El punto central es la libertad. Para nosotros, el derecho en general a la libertad, incluida la libertad religiosa, es conculcada con demasiada frecuencia. Pensemos en el drama de ayer del comunismo, que aún vive en algunas partes del mundo. Pero también el drama de los católicos en China o en los países islámicos. Por ejemplo, he podido expresar nuestra preocupación al presidente indonesio por la situación en las Molucas. En la Asamblea, he hablado del derecho a la vida, tan amenazado hoy, y he subrayado cómo los derechos humanos deben tener una sólida base ética, si no seguirán siendo siempre frágiles.

--Quizá la misma dificultad para reformar el Palacio de Cristal de las Naciones Unidas en Nueva York es una prueba de que es muy largo el camino que queda por recorrer en el tema de la igualdad entre los países miembros.

--Si la ONU es una familia de naciones, debe respetar cada entidad cultural. Por esto he pedido mayor sensibilidad hacia algunos pueblos que sufren por el embargo. No lo he dicho explícitamente pero el primer pensamiento iba a Irak, donde la Santa Sede sostiene que las sanciones no pueden continuar en la forma actual porque tienen efectos mortales sobre los niños y los enfermos.

-- El Papa quería hacer una peregrinación a Irak, durante el Jubileo. ¿Esta hipótesis está todavía abierta?

--El calendario para el año en curso ya está definido. Pero obviamente, si hubiese una reconsideración por parte de las autoridades iraquíes, el Santo Padre encontraría el modo de ir, si no propiamente este año, al inicio del próximo. Las llaves de la puerta, sin embargo, no están en las manos del Santo Padre y, por tanto, queda sólo desear una reconsideración por parte de las autoridades iraquíes.

--¿El balance, en resumen, es positivo?

--El documento final es muy bueno porque recuerda los grandes principios de la ONU y los grandes desafíos que le esperan en el campo de la paz y del desarrollo. Han sido también positivos los encuentros bilaterales que he tenido para recordar la acción de la Iglesia, la posición de la Santa Sede y la actividad del Papa. Ahora sin embargo hace falta que las promesas se hagan realidad.


LOS NUEVOS DESAFÍOS DE LA UNIVERSIDAD EN TIEMPOS DE GLOBALIZACIÓN

Encuentro del Papa con estudiantes y profesores de la Universidad Jagellónica

CIUDAD DEL VATICANO, 11 sep (ZENIT.org).- El saber, la cultura, tienen la tarea de formar la mente y el corazón para servir a la verdad, de manera que toda generación puede alcanzar los conocimientos que forman parte del patrimonio más grande de una nación. Este fue el compromiso que planteó Juan Pablo II esta mañana a unos quinientos profesores y estudiantes universitarios de la Universidad polaca Jagellónica de Cracovia, a quienes recibió esta mañana respirando todavía el ambiente del Jubileo de la universidad que se concluyó ayer en Roma.

El encuentro se convirtió para el Papa Wojtyla en un momento de emocionantes recuerdos, pues el pontífice estudió en esa universidad en los años precedentes a la segunda guerra mundial.

La Universidad Jagellónica, que todavía está celebrando el 600 aniversario de su fundación, constituye la memoria histórica de la cultura del país. Por ella han pasado hombres del nivel de Copérnico. Por este motivo, el Papa afirmó: «la tarea de una institución académica es de alguna manera la de engendrar almas para la sabiduría y el conocimiento, para la formación de las mentes y los corazones». Y agregó que los principios de servir a la verdad y crear conciencias críticas y sensibilidades morales son hoy patrimonio de la universidad, como lo fueron en el pasado.

«Tomando en consideración el futuro de Europa y de Polonia --observó-- quiero indicar una tarea muy concreta que se presenta ante las instituciones académicas en Polonia, y de manera particular a la Universidad Jagellónica. Se trata de formar en la nación un sano espíritu de patriotismo».

«Aquí ha sido siempre viva la conciencia de que la Patria es un patrimonio que no abarca solamente una determinada reserva de bienes materiales en un territorio dado, sino sobre todo un tesoro, el único en su género, de valores y contenidos espirituales, es decir de todo cuanto forma la cultura de una nación».

Juan Pablo II terminó su discurso subrayando que «Polonia necesita patriotas iluminados, capaces de sacrificarse por amor de la Patria y al mismo tiempo preparados para un intercambio creativo de bienes espirituales con las naciones de una Europa en proceso de unificación». 


LA PRESIDENTA DE PANAMÁ RECIBIDA EN AUDIENCIA POR JUAN PABLO II

Visita al pontífice de su gira por Italia

CIUDAD DEL VATICANO, 11 sep (ZENIT.org).- Juan Pablo II recibió esta mañana a la presidenta de la República de Panamá, la señora Nireya Elisa Moscoso Rodríguez, quien llegó al Vaticano acompañada con su séquito de unas veinte personas. La Sala de Prensa de la Santa Sede no ha revelado detalles sobre el encuentro.

La señora Moscoso, de 54 años, hizo un significativo regalo al pontífice: dos grandes tornillos y un perno procedente de la vía de tren que unía los océanos Atlántico y Pacífico antes de que se construyera el canal de Panamá. De este modo, la presidenta quiso mostrar de manera plástica la vocación de su país de ser puente de unión entre dos océanos. El Papa, por su parte, le correspondió ofreciéndole las medallas del pontificado y rosarios.

Mosocoso llegó a Italia con motivo de una visita que durará hasta el jueves próximo. La jefa de Estado panameña, además de ser recibida por el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, tiene previsto encontrarse con los responsables del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Moscoso inaugurará además en la Ciudad Eterna una exposición de circo artistas panameños y visitará a la Orden Soberana Militar de Malta.

La Iglesia de Panamá acaba de celebrar su propio Congreso Eucarístico Nacional, que se concluyó el sábado pasado con una solemne celebración en la que participaron todos los obispos del país centroamericano, junto al prelado español Carlos Amigo Vallejo, arzobispo de Sevilla, que como «huésped de honor» representó a la Iglesia madre que llevó la fe cristiana a aquellas tierras.

Con motivo del Congreso Eucarístico, la Iglesia local ha proclamado Patrona de Panamá a la Virgen venerada con el nombre de Santa María La Antigua, que toma el nombre de la localidad panameña en donde hace 487 años, el 9 de septiembre de 1513, surgió el primer lugar de culto católico.


DOLOR DEL PAPA POR LA TRAGEDIA DEL CAMPING DE SOVERATO (ITALIA)

Entre los muertos, minusválidos de una organización católica

CIUDAD DEL VATICANO, 11 sep (ZENIT.org).- Juan Pablo II, al recibir noticias la catástrofe del aluvión que devastó ayer un camping en la localidad italiana de Soverato (Calabria), ha enviado un telegrama para expresar sus «sentimientos de profunda participación en el dolor de los familiares y amigos de las víctimas».

Los servicios de rescate que trabajan en el camping de Soverato (sur de Italia) han cifrado hoy el balance de víctimas de la crecida en doce muertos y cuatro desaparecidos, datos que aún son provisionales ya que por el momento ha resultado imposible determinar cuántas personas había en el lugar antes de la catástrofe. El número de heridos asciende a 20.

Las instalaciones se encontraban en la orilla de un río cuyas aguas se desbordaron de forma violenta después de tres días de lluvias intensivas, cogiendo por sorpresa a los turistas, entre los que se encontraban 22 minusválidos en sillas de ruedas y 27 voluntarios de UNITALSI, organización católica dedicada a organizar momentos de descanso y peregrinación a personas enfermas.

En su mensaje dirigido al presidente de la Conferencia Episcopal de Calabria y arzobispo de Catanzaro, monseñor Antonio Cantisani, Juan Pablo II asegura «oraciones fervientes de sufragio por los difuntos» y «vivo aprecio por quienes se están entregando en las operaciones de socorro».


JUAN PABLO II: LA CIENCIA NO DEBE TENER MIEDO DEL CREADOR

Concluye el Jubileo de las Universidades

CIUDAD DEL VATICANO, 10 sep (ZENIT.org).- Con una celebración eucarística presidida por Juan Pablo II se concluyó esta mañana el Jubileo de la Universidad. Participaban en la plaza de San Pedro, unos 10 mil profesores universitarios, así como trescientos rectores de universidades de unos sesenta países. De este modo, estas jornadas jubilares, que comenzaron el 3 de septiembre pasado en Jerusalén, y durante las cuales se han celebrado 59 congresos internacionales, se han convertido en el encuentro de dirigentes universitarios más grande de todos los tiempos.

El regalo del Papa Juan Pablo II quiso dejar un regalo especial a estos miles de catedráticos: se trata de un estupendo icono que representa a María, «Trono de la sabiduría», y que acaparaba la atención esta mañana en el centro de la fachada de la Basílica de San Pedro del Vaticano. La imagen será llevada en peregrinación por todas las diócesis del mundo que cuentan con sedes universitarias. Es una obra del sacerdote Marko Ivan Rupnik, un artista eslavo, que se inspira en la tradición cristiana de Oriente, a quien el Papa ya ha encomendado la realización de un imponente mosaico en su capilla privada del Vaticano, bautizada por la prensa italiana como «la Sixtina del tercer milenio».

Al final de la misa, el icono comenzó su periplo por los centros académicos del mundo al ser entregado a la delegación de catedráticos de Atenas presente en este domingo en la plaza de San Pedro. Fue escogida como primera etapa la capital griega, porque en ella el Evangelio se encontró con la cultura clásica antigua. El 17 de septiembre, la peregrinación de la imagen de la Virgen continuará la peregrinación visitando Moscú y otras ciudades rusas. La investigación, camino hacia Dios

En su homilía, Juan Pablo II se dijo convencido de que la investigación universitaria constituye un camino privilegiado para encontrar a Dios. «Cuando el hombre no es espiritualmente "sordo y mudo", todo itinerario del pensamiento, de la ciencia y de la experiencia, le trae también un reflejo del Creador y suscita en él un deseo de Él, con frecuencia escondido y quizá reprimido, pero que no se puede suprimir».

La libertad de investigación, según aclaró el pontífice, no debe tener miedo del encuentro con Cristo. «Ni siquiera queda comprometido el diálogo y el respeto de las personas --añadió--, pues la verdad cristiana por su naturaleza se propone y nunca se impone».

Humanismo miope A continuación, el Santo Padre planteó un serio interrogante a la comunidad académica: «Es justo preguntarse qué tipo de hombre prepara hoy la Universidad». «Vivimos un tiempo de grandes transformaciones que afectan también al mundo universitario --constató--. El carácter humanístico de la cultura parece en ocasiones marginal, mientras se acentúa la tendencia a reducir el horizonte del conocimiento en aquello que se puede medir y a descuidar toda cuestión que toque el significado último de las realidades».

Por eso, «ante el desafío de un nuevo humanismo auténtico e integral», Juan Pablo II consideró que «la Universidad necesita personas atentas a la Palabra del único Maestro; necesita profesionales cualificados y de testigos creíbles de Cristo. Ciertamente no es una misión fácil: requiere compromiso constante, se alimenta de oración y de estudio, y se expresa en la normalidad de la vida cotidiana».

«Al fijar la mirada en el misterio del Verbo encarnado --concluyó el obispo de Roma--, el hombre vuelve a encontrarse consigo mismo. Experimenta también un gozo íntimo, que se expresa en el mismo estilo interior del estudio y la enseñanza. La ciencia supera, de este modo, los límites que la reducen a un mero proceso funcional y pragmático para volver a encontrar su dignidad de investigación al servicio del hombre en su verdad total, iluminada y orientada por el Evangelio». 


EL PAPA HACE UN EXORCISMO A UNA CHICA POSEÍDA

La muchacha de 19 años y fuerza sobrehumana vociferaba durante una audiencia

CIUDAD DEL VATICANO, 10 sep (ZENIT.org).- El miércoles pasado Juan Pablo II tuvo un encuentro cara a cara con el demonio. Lo ha confirmado el exorcista de la diócesis de Roma, el padre Gabriele Amorth, al diario «Il Messaggero», que ha publicado detalles desconocidos hasta ahora de lo sucedido.

Durante la audiencia general del miércoles pasado, en la que estuvieron presentes unos 40 mil peregrinos, cuando Juan Pablo II impartió su bendición, una guapa muchacha de 19 años, originaria de un pueblecito cercano a la localidad italiana de Monza, comenzó a gritar de manera alocada. Se encontraba en las primeras filas, pues sus padres habían pedido que participara entre los enfermos. Ante tanto escándalo, como era de esperar, llegaron a toda prisa los agentes de policía italianos, que trataron de calmarla. Demostró, sin embargo, una fuerza sobrehumana, pues logró rechazar a los uniformados. Con voz cavernosa gritaba frases sin sentido e insultó al obispo Gianni Danzi (secretario general de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano), que trataba de calmarla con un crucifijo.

La muchacha respondió «vomitando» al prelado frases injuriosas. Intuyendo que la muchacha estaba poseída por el demonio, monseñor Danzi informó al secretario de Juan Pablo II, monseñor Stanislaw Dziwisz, quien a su vez refirió lo que estaba sucediendo al pontífice.

Cuando el Papa terminó la acostumbrada vuelta en «papamóvil» por la plaza de San Pedro para saludar más de cerca a los peregrinos, se encontró en un lugar apartado con la «endemoniada». El Papa hizo un exorcismo y rezó por ella durante una media hora. Al final, le aseguró que ofrecería la misa del día siguiente para que fuera liberada de la posesión. Parece que el exorcismo sólo logró un beneficio pasajero para la chica.

El sacerdote Gabriele Amorth, quien es quizá el exorcista más famoso del mundo por sus libros de gran éxito--uno de los más conocidos es «Habla un exorcista» (Planeta+Testimonio), 1998--, revela: «Había hecho un exorcismo a la muchacha en la mañana del día anterior, junto a otro exorcista de Roma, el padre Giancarlo Gramolazzo. La muchacha es realmente un esplendor por su bondad y pureza. Sufre padecimientos atroces que ofrece al Señor por la conversión de los pecadores. Es un caso tremendo de posesión diabólica. Da una pena terrible el verla sufrir totalmente retorcida».

Según Amorth, «el Papa la vio, la llamó, la acarició y la trató con mucho cariño durante media hora. Le dijo que en la mañana del día siguiente, jueves, celebraría la misa por ella. En el exorcismo estuvo presente el obispo Danzi. Al día siguiente, el jueves por la tarde, volví a hacer sobre ella un exorcismo junto al padre Giancarlo que duró dos horas. En este exorcismo también participó monseñor Danzi».

En esa ocasión, la voz diabólica aludió al encuentro del día anterior con el Papa. «¡Cómo estaba contento el diablo --continúa diciendo el padre Amorth--. Menudas carcajadas que se echaba. Llevó a la pobre muchacha a decirme: "¡Ni siquiera tu jefe (es decir, el Papa) ha logrado hacer nada conmigo!"».

El exorcista de la diócesis de Roma afirma que el caso de esta muchacha es dramático y lo atribuye a un maleficio. Cuando era muy pequeña ya sufrió una posesión. La actual dura desde que tenía doce años. En estos momentos, «cuando no se manifiesta la posesión --concluye--, la muchacha no sólo es preciosa, sino que además manifiesta una gran bondad y aceptación de los sufrimientos ofreciéndolos al Señor. Antes llevaba una vida casi normal, desde hace tres años, sin embargo, no ha podido ir al colegio ni trabajar».

En su ministerio como obispo de Roma, Juan Pablo II ha realizado al menos otros dos exorcismos de este tipo. El primero tuvo lugar a inicios de su pontificado, por petición de otro famoso exorcista de Roma, el padre Candido Amantini. El segundo, a finales de marzo de 1982, ha sido testimoniado por el cardenal francés Jacques Martin y lo realizó sobre una mujer de Spoleto, Francesca F., que después volvió a dar gracias al Santo Padre. 


RECTA FINAL HACIA EL CONGRESO MARIOLOGICO-MARIANO

El mariólogo Stefano De Fiores presenta el encuentro

ROMA, 10 sep (ZENIT.org).- Juan Pablo II confiará la humanidad del nuevo milenio a la Virgen María el próximo 8 de octubre. Este acontecimiento será precedido por el Congreso Mariológico-Mariano internacional, que comienza el próximo 15 de septiembre. El encuentro acabará con una gran concelebración en la Plaza de San Pedro, presidida por Juan Pablo II, el domingo 24 de septiembre, elegida como jornada jubilar para cuantos trabajan en los santuarios de todo el mundo.

El Congreso tiene por tema «El misterio de la Trinidad y María» y ha sido organizado por la Pontificia Academia Mariana Internacional, de la que es miembro el religioso monfortiano, padre Stefano De Fiores, al que hemos pediro que nos ilustre el significado de esta reunión internacional.

--Estos congresos internacionales fueron puestos en marcha en 1950 por el padre Carlo Bali y pretenden promover un estudio auténtico y profundo sobre la Virgen María en su misión en el misterio de Cristo y de la Iglesia, como luego dirá el Concilio Vaticano II. Son citas de gran alcance, porque se trata --como en el caso de este año-- de 190 conferencias sobre un tema elegido que debería luego guiar a una reflexión de los teólogos y mariólogos en el periodo siguiente.

--¿Por qué se llama mariólogico-mariano?

--Se debe a una distinción hoy ya un poco en desuso. En la intención del padre Bali, franciscano croata, se trataba de fijar el objetivo sobre todo en el estudio de la figura de la Virgen --este es por tanto el aspecto «mariológico»-- pero al mismo tiempo sin descuidar la pastoral, que sería el aspecto «mariano». En general, se celebraban dos congresos, uno «mariológico» y otro «mariano»; ahora en cambio se han unificado y se usa la denominación mariológico-mariano. Al unir estos dos congresos lo que se busca es que el estudio de la Virgen se transforme en alabanza de la Virgen María y, a través de Ella, de la Santa Trinidad.

--¿Cuál es la connotación de este Congreso del Jubileo del año 2000?

--Justamente este: el misterio de la Trinidad y María. Sobre todo notemos que se parte del misterio de la Trinidad, que debe ser todavía más conocido y vivido en el ámbito del Pueblo de Dios, porque los teólogos son más bien pesimistas y negativos respecto a la experiencia trinitaria del Pueblo de Dios: dicen que en general confundimos un poco las personas, no pensamos directamente en ellas. No podemos por tanto pensar en María y sobre todo en la Anunciación sin antes tener en cuenta las personas de la Trinidad: es el Altisimo quien le envía al arcángel San Gabriel y es el Hijo del Altísimo el que nace en la humanidad por obra del Espíritu Santo. María es por tanto una ventana abierta al grande y altísimo misterio de la Trinidad.

--¿Cuál será la participación y el desarrollo?

--Es una participación verdaderamente muy grande. En la mañana se celebrarán las conferencias plenarias, en las que se sucederán los ponentes, algunos de los cuales pertenecen a varias confesiones cristianas. Luego tendrán lugar al menos once sesiones especiales lingüísticas, que esta vez no incluirán sólo las asociaciones mariológicas de Francia, Italia y España, sino también las secciones de Africa, Asia y América Latina. Habrá verdaderamente un gran intercambio a nivel universal a través de la aportación de las diversas sociedades mariológicas extendidas por el mundo. Estarán presentes 36 países, con 193 oradores y conferenciantes.

--¿Cuál es el estado hoy día de la mariología, por una parte, y de la devoción mariana por otra?

--Podríamos resumir el estudio de la mariología en este momento con la expresión «en obras». Todo está «en obras». ¿Por qué? Porque el desarrollo impreso por el Concilio Vaticano II, que enmarcó a María en el misterio de Cristo y de la Iglesia, continúa no con muchas cuestiones abstractas, sino partiendo de lo concreto de la historia de la salvación. La mariología se debe ahora abrir bajo el impulso de la «Marialis Cultus» a las culturas y a los aspectos antropológicos, de modo que la figura de María sea significativa para nuestro tiempo y para las diversas culturas. A nivel de estudio hay un gran empeño, también sistemático, y podemos decir que Italia tiene un papel de locomotora porque a través de la revista «Theotokos» lleva adelante un discurso interdisciplinar muy apreciado en el mundo entero.

Por lo que se refiere a la devoción de la gente, podemos decir seguramente que el pueblo continúa con su cariño por María, viendo a la Virgen como un «tú» viviente al que dirigirse sobre todo en los momentos difíciles, en los momentos de sufrimiento y de angustia. Esto lo vemos cada día en las peregrinaciones que aumentan en vez de disminuir, contradiciendo las previsiones de algunos, que anunciaban el eclipse de lo sagrado. Algunas perspectivas en cambio, como la de la «Marialis Cultus», que dice asumir a María como modelo de la postura con la que la Iglesia celebra y vive los misterios divinos --es decir la Virgen en escucha, la Virgen orante, la Virgen oferente y la Virgen madre-- tienen dificultad todavía para convertirse en vida del Pueblo de Dios. Queda todavía un camino que recorrer y esperamos que tanto el Jubileo como este gran Congreso mariológico abran el corazón de todos los fieles hacia una más sentida devoción a María, pero al mismo tiempo que desemboquen en la adoración trinitaria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.