EL GEMIDO DE LA PALOMA

CARIDAD/UNIDAD UNIDAD/CARIDAD
«Tú no tienes la caridad, porque por puntillos de tu honor has 
dividido la unidad>> 29. Perdiendo la caridad, se pierden la 
unidad, la santidad y la catolicidad. Por eso la Iglesia de Cristo 
es una caridad universal que quiere unir y mejorar a los 
hombres todos. Y ésta es su espiritualidad, una, santa y 
católica. El Espiritu Santo en el bautismo es el creador de la 
nueva espiritualidad: «Os envío el Don, por el que os hagáis 
espirituales; esto es, el don del Espíritu Santo» 30. Es una 
espiritualidad de amor que se dirige a todos los hombres para 
incorporarlos en Cristo con la más sublime unidad. La tarea de 
esta espiritualidad es unirse, santificarse y totalizarse, todo lo 
cual es obra de la paloma: <<En la paloma está la unidad; en las 
lenguas diversas, la comunión. De muchas lenguas se hace 
una; no te admires; la caridad lo ha hecho. Porque, aun cuando 
sean diversos los sonidos lingüísticos, con el corazón se invoca 
a un solo Dios y se guarda una misma paz>> 31. 


5. El gemido de la paloma

CUERVO/PALOMA/AG PALOMA/CUERVO/AG: Ingenioso 
manipulador de los símbolos bíblicos, San Agustín ha formulado 
una espiritualidad de la paloma de grande aplicación en todos 
los tiempos, porque hace participar a los cristianos en los 
intereses de la Iglesia, que, en última instancia, se reducen a 
tres: la unidad, santidad y catolicidad. Cuervos y palomas le dan 
materia para una simbología espiritual de alto valor. Los 
cuervos, roncos y pendencieros, representan el cisma y el error. 
Cuando graznan, dicen: cras, cras; mañana, mañana, que es la 
canción perezosa de los que no quieren convertirse 32. En 
cambio, las palomas son sencillas, inocentes, sin hiel, 
sosegadas en sus ósculos, sin usar cruelmente de sus uñas 33. 

Rasgo peculiar suyo es también el arrullo, el zureo amoroso: 
Gemunt columbae in amore 34. Este gemido de la paloma es 
rasgo de la espiritualidad cristiana. «Si somos la paloma, 
gimamos», aconseja el Santo 35. El zureo de la paloma, 
trasladado al corazón de la Iglesia y de los fieles, es un finísimo 
sentimiento sobrenatural del dolor producido por la división de la 
Iglesia, y de deseo de unión, de santidad, de universalidad del 
reino de Cristo. «Yo me llamo la Iglesia católica y sufro por 
vuestra muerte», dice la misma en el Salmo contra los 
donatistas 36. El arrullo de la paloma es amor y dolor, y su fruto, 
que es la plegaria, lleva siempre consigo el gemitus desiderii, el 
gemido del deseo, el suspiro de un mundo mejor donde reine la 
caridad. 
ORA/ALEJADOS/AG UNION/CRISTIANOS/ORA: San Agustín 
es de los espirituales cristianos que más vigorosamente 
sintieron la fuerza gemebunda del corazón y ésta fue una de las 
facetas más atrayentes de su genio religioso. Adviértase con 
qué vehemencia le nace del corazón este apóstrofe que hace a 
la Iglesia disidente de Africa: «Ven; la paloma te llama, y te llama 
arrullando... Hermanos míos, a vosotros me dirijo; llamad con 
vuestros gemidos, no con vuestras reyertas. Atraedlos por la 
plegaria, por la persuasión, por el ayuno. Si ellos ven la pena 
que nos produce su separación, reconociendo su yerro, 
volverán a nosotros... Ven, pues, y tu retorno te llenará de 
júbilo. Ven donde está la Paloma de la que se ha dicho: Una es 
mi Paloma. El Espíritu Santo se dio a todo el mundo, y vosotros 
os habéis separado para ir a graznar con los cuervos, no para 
gemir con la Paloma» 37. 
San Agustín quería que el espíritu irénico penetrara 
totalmente en los cristianos de su diócesis. Con este motivo, 
cuando se preparó la conferencia de Cartago en el año 411 
para la unión entre católicos y donatistas, él hizo una campaña 
entre los fieles para que tomasen parte en ella, propagando 
ideas de paz, de armonía y de táctica de pacificación común. 
Ningún fiel debía tenerse por extraño a la controversia sobre la 
paz. Con la acción de los obispos y sacerdotes debía juntarse la 
del pueblo cristiano: «A nosotros los obispos nos toca llevar el 
peso de la controversia; pero vosotros rogad por nosotros y 
fortaleced vuestra oración con el ayuno y la limosna. Que no 
falten a vuestras plegarias estas dos alas, con que se remontan 
hasta el trono de Dios. Obrando así, tal vez seréis más útiles 
para nosotros que nosotros para vosotros. Toda nuestra 
esperanza está puesta en Dios. Rezad, pues, al que es nuestra 
esperanza para que vosotros gocéis también de la alegría de 
nuestra victoria. Cumplid bien esto; os lo pedimos; por el 
nombre del mismo Dios, por el autor de la paz, por el sembrador 
de la paz, por el amador de la paz, os pedimos que oréis 
pacíficamente; dirigidle súplicas de paz, recordando que sois 
hijos del que dijo: Bienaventurados los pacíficos, porque ellos 
serán llanados hijos de Dios» 37. 
I/AMARLA/AG: El amor a la Iglesia exige el interés por sus 
grandes intereses, como la conversión de los infieles, el retorno 
de las ovejas dispersas. En otro sermón pronunciado también 
con la misma ocasión les aconsejaba: «Os exhorto por la 
santidad de estas nupcias (de Cristo con la naturaleza humana); 
amad a esta Iglesia, vivid en esta Iglesia, sed esta Iglesia. Amad 
al Buen Pastor, que a nadie engaña y quiere que todos se 
salven. Orad también por las ovejas dispersas; vengan también 
ellas y le reconozcan y le amen para que haya un solo Palor y 
un solo rebaño 39. 
El pueblo cristiano quedaba engrandecido con estas 
participaciones a que le convidó el Obispo de Hipona. 
Págs. 92-93
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7. En defensa de la santidad de la Iglesia

I-SANTA/DONATISTAS: La polémica antidonatista significó un 
llamamiento enérgico hecho a los católicos en defensa de la 
pureza de la Iglesia, es decir, una llamada al examen y 
condiciones de la espiritualidad personal. Tanto los católicos 
como los donatistas trabajaban por una misma causa: defender 
la santidad de la Esposa de Cristo. Los seguidores del cisma 
decían en la conferencia de junio del año 411: «Nosotros 
defendemos la pureza de la Iglesia>> 50. Querían una Iglesia de 
puros, de santos, sin claudicaciones ni hipocresías, 
identificando la suya con la que presenta San Pablo en su carta 
a los fieles de Efeso: gloriosa, sin mancilla ni arruga, santa e 
inmaculada (Ef 5,27). De este pasaje paulino hicieron uso y 
abuso frecuente los donatistas para fundar su doctrina, 
confundiendo los dos tiempos que San Agustín discriminó, o las 
dos Iglesias, que se desenvuelven en dos tiempos: la Iglesia tal 
cual es ahora y la Iglesia tal como será después 51. 
Los donatistas postulaban para este tiempo una Ecclesia 
sanctorum, una Iglesia de santos y puros, masa de grano sin 
mezcla de bálago, tal como será después de la ventilación de la 
eras52. Por eso, el mismo Ticonio, hombre realista y mejor 
conocedor de las Escrituras que sus compañeros, se separó de 
la secta, porque la Iglesia siempre es penitente, «negra y 
hermosa». Y San Agustín les decía a sus contrarios: «Cristo 
dijo: Los segadores son los ángeles; no dijo: Los segadores son 
los príncipes de los circunceliones'» 53. Ninguno puede 
arrogarse el privilegio de aventar la era de Dios hasta que 
lleguen los últimos tiempos, en que El hará la separación. 
I/SANTA-PECADORA TRIGO/CIZAÑA: La diferencia de ambos 
tiempos, aunque siempre debe aspirarse a la santidad para 
formar una Iglesia santa, impone diversidad de grados en la 
misma y nos afronta con el misterio de la presencia de los malos 
y de los males en el mismo Cuerpo místico de Cristo. Esta 
presencia ha sido siempre turbadora entre los hombres, y San 
Agustín trató innumerables veces en su predicación para 
preparar a los fieles a la reverencia y tolerancia de este misterio 
de la Ecclesia permixta, la Iglesia mezclada, campo a la vez de 
trigo y de cizaña. 
Por eso en su polémica insiste tanto sobre la doble 
pertenencia de los hombres a la Iglesia que podíamos llamar 
material y espiritual. Se puede vivir en la Iglesia participando de 
sus sacramentos o ser los que llama el Santo «los participantes 
corporales de los sacramentos>> 54, pero sin percibir su virtud, 
que en última instancia se reduce a la caridad o a la comunión 
con el Espíritu Santo. Sin duda hay una masa de fieles que 
pertenecen a esta estructura corporal y visible de la Iglesia, 
pero sin vivir de su alma que es la gracia de Dios. Pero hay 
igualmente otra multitud que pertenecen a la Iglesia como 
societas sanctorum, o a la «comunión con el Espíritu por el 
vínculo de la paz» 55. Y en este sentido, San Agustín hace esta 
afirmación: «La sociedad o comunidad de santos y fieles es 
solamente la madre Iglesia que está en los santos>> 56.
ES/VERDAD-CRD-UDA/AG: La paloma del Espíritu Santo 
descansa sobre estos espirituales cristianos que poseen las tres 
cosas indispensables: «Si queréis vivir del Espíritu Santo, 
guardad la caridad, amad la verdad, buscad la unidad» 57. 
Verdad, caridad y unidad: esta tríada define a los que son hijos 
de la Paloma, o filius columbae, según suele repetir el Santo. 
Vivir en la verdad, caridad y unidad es el ideal de la 
espiritualidad cristiana y lo que da a la Iglesia su auténtica 
pureza y fisonomía de Esposa de Cristo. 
Mas este ideal de pureza con que todo fiel debe embellecer el 
semblante de la Iglesia a que pertenece no alcanza en la tierra 
todo su esplendor. En otras palabras, la espiritualidad cristiana 
en este mundo es imperfecta. En toda la polémica 
antidonatista—y también en la pelagiana—San Agustín recordó 
esta verdad. El campo de trigo y cizaña, la era de grano y de 
paja, la red donde entran los peces de todos los colores, no 
sólo es la Iglesia en su aspecto sociológico, sino también lo 
íntimo de todo hombre. Lo cual quiere decir que una 
espiritualidad pura como la que exigían los donatistas o una 
perfección cristiana sin máculas ni arrugas no es de este 
mundo. 
La cristiandad tiene sus arrugas, de que no debe 
escandalizarse el cristiano, y el cristiano tiene también sus 
máculas, por las que dice a Dios todos los días: Perdónanos 
nuestras deudas. 
De aquí la importancia de la caridad y unidad dentro de la 
Iglesia. No se puede romper la red con el pretexto de algunos 
peces turbulentos: no se puede dejar la era por el bálago que 
se hacina a vista de todos, mientras el trigo se oculta bajo él. 
Tolerar las imperfecciones de la Iglesia y del prójimo es uno 
de los deberes y también uno de los mejores crisoles de la 
espiritualidad cristiana. Trabajar por la pureza de la Iglesia con 
el esfuerzo personal de la santidad y tolerar las imperfecciones 
de todos, es la gran lección de la polémica antidonatista de San 
Agustín. 
Págs. 96-97

VICTORINO CAPANAGA, O.R.S.A.
AGUSTÍN DE HIPONA,
MAESTRO DE LA CONVERSIÓN CRISTIANA
BAC, MADRID 1974

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29 In Io. ev. tr. 6,14 (PL 35,1432): «Noli clamare: ostende mihi quomodo 
habeat caritatem qui dlvidit unitatem>>. La escisión donatista fue fruto 
de la injusticia y animosidad. «Ellos dicen: El que tocare lo inmundo, 
quedará manchado (Lev 22,5), separémonos para no ensuciarnos con 
los malos. Nosotros les decimos a ellos: 'Amad la paz, amad la 
unidad. No sabéis de cuántos buenos os separáis tachándolos de 
malos'. Se irritan, se enfurecen cuando les decimos esto, porque 
quieren mortificarnos» (Enarrat. n ps. 119,8: PL 37 1604).
El cisma en Africa tuvo carácter muy violento. 
30 Sermo 270,2 (PL 38,1238): «Mitto vobis donum quo spirituales 
efficiamini, donum scilicet Spiritus Sancti». 
31 In Io. ev. tr. 6,7: PL 35.1430. 
32 Sermo 82,11,14 (PL 38,512): «Cras, cras, corvi vox. Geme ut 
columbus, et tunde pectus>>. 
33 In Io. ev. tr. 6,10: PL 35,1430. 
34 Ibid., 2,1425 
35 Ibid., 24,1436: «Sed si columba sumas, gemamus, toleremos, 
speremus. Non est desperandum: orate, praedicate, diligite: prorsus 
potens est Dominus>>. 
36 Psalmus contra partem Donati: PL 43,32. 
37 In Io. ev. tr. 6,15 (PL 35,1432): «Fratres mei, vobis dice: gemendo, 
vocate, non rixando; vocate orando, vocate invitando, vocate ieiunando: 
de caritate intelligant quia doletis illos... Veni ubi est columba.>>... 
38 Sermo 358,6 (PL 39,1589): «Sic agentes negotium, fortasse utiliores 
nobis eritis quam nos vobis>>. 
39 Sermo 138,10: PL 38,769.
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50 Collatio Carth. (PL 43,83): «Nos qui Ecclesiae defendimos 
puritatem»...
51 Enarrat. in ps. 9,12 (PL 36,122): «... imaginem Ecclesiae quae nunc 
est... imaginem Ecclesiae quae futura est»...—De civ. Dei XX 9,1 (PL 
41,673): «Ecclesia... qualis nunc est; ...Ecclesia... qualis erit tunc». 
Cf. Y. CONGAR, o.c., p.95-96. 
52 Contra epist. Parmeniani III 18: PL 43,96. 
53 Epist. 76,2: PL 33,265. 
54 Contra litt. Petiliani II 247 (PL 43,345): «Nec ideo putandi esse in 
corpore Christi, quia Sacrarnentorum eius corporaliter participes fiunt». 
Habla de los bautizados que viven mal en la Iglesia. 
55 In Io. ev. tr. 26,17: PL 35,1614.—Sermo 71,19 (PL 38,462): «... 
societas Spiritus cum vinculo pacis».
56 Epist. 98,5 (PL 33,362): «Societas sanctorum atque fidelium sola 
mater Ecclesia quae in sanctis est». 
57 Sermo 268,2: PL 38,1332.