Artículo II
Jesucristo instituyó el Colegio de los Apóstoles

 

TESIS 2. Jesucristo instituyó el colegio de los doce Apóstoles, a los cuales les confió su misión; y confirió a San Pablo el mismo Apostolado que a los otros que formaban el Colegio Apostólico.

 

89.- Nexo. Suponemos ya probado, en el tratado precedente, que Jesucristo fue el Legado divino, y en la tesis anterior, que predicó un Reino que existe en la tierra, visible y externo. Ahora preguntamos qué dicen además de esto las fuentes acerca del desempeño de la Misión y de la organización del Reino, a saber si Jesucristo confió su Misión divina a otros, a fin de que la continuaran éstos, y bajo que forma empezó a organizar el Reino externo que predicaba.

 

90.- Nociones. INSTITUIR es realizar algo de modo determinado y estable en el orden moral o jurídico por voluntad libre, dotada de autoridad y expresa.

 

Los Discípulos de Jesucristo son aquellos que seguían la enseñanza teórica y el modo práctico de vivir de su divino Maestro.

 

APÓSTOLES, palabra de origen griego derivada de "apostello" (en griego), significa enviados: Por consiguiente Apóstoles son aquellos doce de entre sus discípulos que fueron elegidos y enviados especialmente por Jesucristo; y son llamados Apóstoles (San Lucas 6,13), porque representan a la persona misma del que los envía, de forma que actúan como ministros plenipotenciarios de Él (San Juan 13,16). La Misión del Apóstol cristiano no coincide exactamente con la misión del Schaliach judío, puesto que ni es simplemente personal ni es absolutamente intransferible.[1]

 

COLEGIO es un cuerpo moral, por el que algunos elegidos en orden a este están unidos entre sí por un vínculo social y quedan segregados de los otros.

 

MISIÓN DE JESUCRISTO es el mandato y el encargo de cuidar de la salvación de los hombres, cargo recibido del Padre, por el que Jesucristo ha sido constituido Legado divino, y el cual cargo le compete según la naturaleza humana (véase anteriormente, II, tesis 28).

 

91.- PABLO es aquella persona histórica que conocemos principalmente por sus Epístolas y por los Hechos de los Apóstoles.

 

El mismo APOSTOLADO, no en cuanto al modo, por el que San Pablo sea uno de los Doce; sino en cuanto a la naturaleza del Apostolado, por el que San Pablo ha sido llamado inmediatamente por Jesucristo, y ha sido elegido y enviado a predicar su Evangelio del mismo modo que los otros Apóstoles.

 

92.- Opiniones. 1) Los Racionalistas: a) Los Espiritualistas son aquellos que niegan que Jesucristo pensó en instituir alguna comunidad externa permanente, ya que solo dio lugar a un movimiento interno de sentimiento de filiación respecto a Dios (Ritschl, Schleiermacher, Harnack); por consiguiente las listas de los doce Apóstoles no tienen ningun valor histórico, ya que son ficciones típicas y simbólicas de los judeo-cristianos (Weiss, Seufert, Schütz).

 

93.- b) Los Evolucionistas, los cuales conceden que Jesucristo tuvo un trato de mayor amistad con aquellos que sobresalían por los carismas, pero que no instituyó nada estable ni jurídico (Sohm); y si bien admiten la verdad histórica del Colegio de los Doce, sin embarga dicen que este Colegio fue instituido de modo transitorio en orden a la Misión previa dirigida solamente a los judíos, acerca de la cual trata San Mateo en el capítulo 10; pero que después San Pablo, a fin de defender su potestad, puso de relieve la autoridad universal de los Apóstoles, creó el Colegio de los Doce, a los cuales, según estos evolucionistas, se equiparó el mismo (Lightfoot, Monnier, Harnack).

 

94. 2) Los Escatologistas y los Modernistas, como consecuencia de sus teorías escatológicas, sostienen que Jesucristo distinguió a los Doce sin duda por encima de los otros discípulos, sin embargo no de forma que les concediera ninguna potestad ni ninguna misión universal ni estable, sino solamente para que fueran como los restos de Israel que se iban a salvar, o sea sus compañeros en el triunfo en el fin del mundo que ya estaba inminente, y para que representaran a las doce tribus del auténtico Israel en el Reino escatológico.

 

95. 3) Todos los Naturalistas rechazan el Apostolado de San Pablo, en cuanto que dicen que está fundado en visiones, a las cuales ellos solamente reconocen un valor meramente subjetivo, pero de ningún modo una historicidad y una verdad objetiva (Weizsaecker, Zahn). En cambio los Críticos sostienen que el apostolado de San Pablo es contrario a San Pedro (Baur, Holl Goguel).

 

4) Por el lado contrario también se oponen al auténtico apostolado de San Pablo los que, como el jansenista Barcos, ensalzan al apóstol de las gentes de tal modo que le equiparan absolutamente a San Pedro, incluso en el aspecto del Primado (D 1091); también los Orientales, los cuales pretenden disminuir las prerrogativas que lleva consigo el Primado (D 2147 a). No obstante acerca de estos adversarios trataremos en la tesis acerca del Primado.

 

96. Estado de la cuestión. Tratamos acerca de La Legación o sea de la misión, que Jesucristo, esto es, el Mesías, tuvo según su naturaleza humana, y afirmamos que esta legación o misión fue confiada a los Doce Apóstoles y a San Pablo (véase n° 110).

 

97. Doctrina de la Iglesia. Toda la tesis se dice que es de fe divina, porque está contenida explícitamente en la Sagrada Escritura.

 

Además, atendiendo al Magisterio de la Iglesia, debe decirse por lo menos doctrina católica. En efecto a) La Doctrina acerca de la elección y de la misión de los Apóstoles la enseña el Concilio Vaticano I en la Constitución I acerca de la Iglesia (D 1821); estaba preparada a fin de presentársele al mismo Concilio Vaticano I para una ulterior explicación por parte de esta en la Constitución II acerca de la Iglesia, capítulo 8: "El Divino Redentor dijo a los discípulos elegidos, nombre con el que los denominó poniéndolo de manifiesto: “como el Padre me envió, así os envío Yo a vosotros" (San Juan 20,21). De modo expreso defiende esta doctrina LEON XIII en la Encíclica "Satis cognitum", véase después el n2 105, y PÍO XII en la Encíclica "Mystici Corporis".

 

"El Redentor Divino dio comienzo a la edificación del templo místico de la Iglesia, cuando... predicaba, cuando elegía a los Apóstoles, enviándolos así como el mismo había sido enviado por el Padre (San Juan17,18) a saber en calidad de doctores, de gobernantes, de santificadores en la Asamblea de los creyentes... Mediante la misión jurídica, según se la denomina, con la que el Redentor divino, envió al mundo a los Apóstoles, así como él mismo había sido enviado por el Padre (San Juan 20,21), él mismo es el que mediante la Iglesia bautiza, enseña, gobierna, perdona, ata, ofrece, realiza el sacrificio... Ninguna oposición auténtica ni contradicción puede darse entre la misión invisible del Espíritu Santo, según se la denomina, y la función jurídica de los Pastores y de los Doctores recibida de Jesucristo; puesto que -así como en nosotros el cuerpo y el alma- del mismo modo se completan y se perfeccionan mutuamente, y proceden del mismo y único Salvador nuestro, el cual no solo dijo inspirando su aliento divino: Recibid el Espíritu Santo, sino que también ordenó con palabras que no dejan lugar a duda: Así como mi Padre me envió, así también os envío Yo a vosotros. (San Juan 20,21s); e igualmente: El que a vosotros oye, a mi me oye (San Lucas 10,16)."

 

98. b) GELASIO I e INOCENCIO X (D 163 y 1091, véase 2147 a) enseñan la doctrina acerca de la igualdad de San Pablo con San Pedro por lo que respecta al Apostolado, quedando no obstante a salvo la subordinación debida a San Pedro por razón del Primado.

 

Valor dogmático. La tesis es doctrina católica de fe divina.

 

99. Prueba: la parte: Jesucristo instituyó el Colegio de los Doce Apóstoles a los cuales confió su Misión.

 

1) Jesucristo reunió a unos discípulos, a fin de que estos siguieran no solo su enseñanza teórica, sino también su practica moral y religiosa de vida. De los discípulos de Jesucristo se hace mención en los Evangelios 170 veces.

 

En San Lucas 6,13-18 se habla de una multitud de discípulos, que seguían a Jesús; en San Lucas 10,1-3,9-11,16s se dice después de esto, designó el Señor a otros setenta y dos (de entre sus discípulos), y los envió de dos en dos delante de Sí, a todas las ciudades y sitios por donde Él había de pasar; luego Jesucristo empleaba como auxiliares suyos a algunos de sus discípulos.

 

En San Mateo 8,19-20; y 9,14-15 se ve que los discípulos de Jesucristo seguían el modo de vida del Maestro (véase San Mateo 10,24s; San Lucas 6,40; San Juan 13,16). Maestro, te seguiré... dicele Jesús: Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.

 

San Lucas 19,37-39, se ve como los discípulos de Jesucristo eran muy conocidos, incluso de los Fariseos. Los Fariseos dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos...

 

100. 2) Jesucristo eligió a Doce de entre sus discípulos, a los cuales, asociados con un vínculo severamente estricto, les constituyó en Colegio, a manera de un Duodecim-virato; por consiguiente cada uno de ellos es llamado "uno de los Doce".

 

a) Suponen que ya ha sido hecha la elección San Mateo 10,1ss; San Juan 6,70.

 

b) Narran la elección San Marcos 3,13s; San Lucas 6,12ss.

 

101. c) De la narración de San Lucas 6,12 se deduce que se trata de un hecho de gran importancia; puesto que para realizar la elección el Señor se preparó con la oración. También se deduce que el nombre mismo les fue dado por Jesucristo: "a los cuales llamó Apóstoles". Y San Marcos 3,14.16 dice expresamente: (en griego) kai epoiesen dodeka, ina osin met autou, kai ina apostelle autous kerissein kai egein esousian ekballein ta daimonia, kai epoiesen tous dodeka. (Instituyó Doce, para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar los demonios. Instituyó a los Doce y puso a Simón el nombre de Pedro;…)

 

Con estas palabras se da a entender la constitución de un Colegio en, cuanto tal en orden a algún fin, esto es para que estuvieran con él (véase Hechos de los Apóstoles 5,17) y para enviarlos a predicar. Más aún el nombre mismo "Apóstolos" (en griego) significa este fin de la elección, a saber "apostellein" (en griego). Por consiguiente en estos textos, a parte de otros muchos, son denominados y se les distingue de otros por el nombre colegial "de los Doce"; mas aun se les llama también de este modo a veces, a pesar de haber quedado reducido el numero por la defección de Judas: San Juan 20,24; 11- Corintios 15,5 (texto griego) y Tomas, uno de los Doce -"kai oti ofte kefa, eita tois dodeka" (en griego).

 

d) Jesucristo con un énfasis especial resalta la distinción que conlleva el ser de los "Doce", por la cual distinción esperaba de ellos una fidelidad especial: San Marcos 14,17-20; San Juan 6,66-70 Uno de vosotros me va a entregar... uno de los Doce.- ¿No os he elegido Yo a vosotros, los Doce? y uno de vosotros es un diablo. Véase San Lucas 22,3. Entonces Satanás entro en Judas, llamado Iscariote, que era del número de los Doce.

 

102. e) Todos admitían que los "Doce" por elección de Jesucristo constituían una comunidad cerrada de aquellos, los cuales habían sido distinguidos por el Señor con una prerrogativa especial por encima de todos los otros. Prueban esto las Listas de los nombres de los "Doce" confeccionadas por los Evangelistas cuidadosamente y con un orden determinado:    

 

San Mateo l0,Iss

San Marcos 3,16ss

San Lucas 6,14ss

H. Apóstol. 1,13ss

Simón Pedro

Simón Pedro

Simón Pedro

Pedro

Andrés

Santiago

Andrés

Juan

Santiago

Juan

Santiago

Santiago

Juan

Andrés

Juan

Andrés

Felipe

Felipe

Felipe

Felipe

Bartolome

Bartolomé

Bartolome

Tomas

Tomás

Mateo

Mateo

Bartolome

Mateo

Tomás

Tomás

Mateo

Santiago el de Alfeo

Santiago el de Alfeo

Santiago el de Alfeo

Santiago el de Alfeo

Tadeo

Tadeo

Simón el Zelotes

Simón el Zelotes

Simón el Cananeo

Simón el Cananeo

Judas de Santiago

Judas de Santiago

Judas el Iscariote

Judas el Iscariote

Judas el Iscariote

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103. Hay que tener en cuenta que no se citan los nombres de otros discípulos de Jesucristo y que sin embargo se reseñan ciertamente los nombres de los "Doce", sin omitir el nombre de aquel que fue traidor, nombre que solamente se omite en los Hechos de los Apóstoles. Además en todas las Listas el último nombre que se pone es el de Judas Iscariote, en cambio el de Simón Pedro ocupa el primer puesto y San Mateo le hace resaltar como el primero, y así dice: el primero (protos -en griego-) Simón, llamado Pedro: Simón el Cananeo es el mismo que Simón el Zelotes, pues la palabra hebrea Kana significa Zelotes. Judas de Santiago y Tadeo designan a la misma persona (San Juan 14,22; San Lucas 6,15; San Marcos 3,18; San Mateo 10,3; San Judas 1).

 

104. f) A estos Doce les instruye Jesucristo de un modo especial y de este modo los prepara para la misión, que les va a confiar.

 

Instrucciones que les da el Señor: San Mateo 10,1-11,1 acerca del modo de llevar a cabo la misión de predicar; San Mateo 13,10-36 (San Marcos 4,10) sobre las parábolas que tratan del Reino de Dios, las cuales solamente se las explicaba a sus, Apóstoles: Pero a sus propios discípulos se lo explicaba todo en privado (San Marcos 4,34); San Mateo 18,1-35 (San Marcos 9,35) acerca del modo de gobernar y de corregir a los fieles en la Iglesia; San Mateo 24-25 (San Marcos 13,1-3) sobre la destrucción de Jerusalén, acerca del fin del mundo y del juicio, y sobre la perennidad del Reino de Dios a pesar de las persecuciones de sus enemigos; San Juan 13-17 (San Marcos 14,17) acerca de los misterios de la vida divina y acerca de la caridad;

 

En particular: sobre la muerte y la resurrección de Jesús: San Mateo 16,21; 17,22; 20,17; 26,2; sobre la Nueva Alianza que tiene su fundamento en la sangre de Jesucristo: San Mateo 26,20; San Marcos 14,17; San Lucas 22,14; 1- Corintios 11,23-26; sobre el Apostolado que iban pronto a realizar: Hechos de los Apóstoles 1,3; San Lucas 24,25.

 

Luego Jesucristo constituyó en realidad el Colegio "de los Doce", a los cuales les instruyó de un modo especial en razón de la misión que les iba a confiar.

 

N.B. Hay que decir en contra de los escatologistas que Jesucristo no hubiera llevado a cabo tantas y tales instrucciones si hubiera pensado que el fin del mundo estaba inminente.

 

105. 3) Jesucristo confió su propia Misión a los Apóstoles.

 

a) Jesucristo mismo pone de relieve que Él confía a los Apóstoles aquella Misión, que Él mismo habla recibido del Padre: He manifestado tu Nombre a los que me has dado sacándolos del mundo... Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de Ti; porque Yo les he comunicado lo que Tú me comunicaste; ellos han aceptado verdaderamente que vengo de Tí, y han creído que Tú me has enviado... Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como Yo no soy del mundo... Conságralos en la verdad: Tu Palabra es verdad. Como Tú me has enviado al mundo, Yo también los he enviado al mundo... (San Juan 17,6ss.14.17s; véase San Juan 10,36). Y de nuevo después de la resurrección: Como el Padre me envio, tambien Yo os envío (San Juan 20,21).[2]

 

León XIII en la Encíclica "Satis cognitum" explica detalladamente que esta misión es la misma misión de Jesucristo, con estas palabras: "¿En efecto qué es lo que se propuso, qué es lo que quiso Nuestro Señor Jesucristo en la Iglesia que había sido fundada por Él o que iba a ser fundada por Él? Por supuesto, lo siguiente: Transmitir en orden a la continuación de la Iglesia el mismo cargo y la misma potestad que había recibido Él del Padre. Había decidido en verdad que debía hacerse esto y esto es lo que hizo en realidad: “Como el Padre me envió, así      también os envío Yo. Como Tú me has enviado al mundo, también Yo los he enviado al mundo." (San Juan 20,21; 17,18)... Cuando ya era el tiempo oportuno de regresar al cielo, con aquella potestad con la que Él mismo había sido enviado por el Padre, con esta misma potestad envía a los Apóstoles, a los cuales manda propagar y extender su doctrina: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes... enseñándoles a guardar todo lo que Yo os he mandado (San Mateo 28,18ss). Y les dice que se salvarían aquellos que obedecieren a los Apóstoles, y que en cambio los que no les obedecieren se condenarían: El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (San Marcos 16,16)... De aquí el que ordena que la doctrina de los Apóstoles sea aceptada como un precepto religioso y sea observada santamente del, mismo modo que su propia doctrina: El que os escucha a vosotros, a Mi me escucha; y el que os rechaza, a Mí me rechaza (San Lucas 10,16). Por lo cual los Apóstoles son legados o enviados de Jesucristo del mismo modo que Él mismo es legado o enviado del Padre: Así como me ha enviado el Padre, así también os envío Yo a vosotros (San Juan 20,21)" (AAS 28,712.717). Y en la   Encíclica "Immortale Dei" dice: "El Hijo de Dios transmitió a la Iglesia para que se perpetuara a lo largo de todos los siglos la sublime y divina misión, que Él mismo había recibido del Padre: Así como me ha enviado el Padre así también os envío Yo a vosotros (ASS 18 (1885) 164). Véase Pío XII "Di gran cuore": AAS 48 (1956) 704ss.

 

b) El objeto de la Misión es el mismo: El del Precursor (San Mateo 3,2), el de Jesucristo (San Mateo 4,17), el de los Apóstoles  (San Mateo 10,5-7). Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. La identidad de objeto se ve clara por el texto de San Juan que hemos presentado en el apartado a).

 

c) La persona enviada es moralmente la misma persona del que envía a aquella. San Mateo 10,40; San Lucas 10,16: El que a vosotros recibe a Mí me recibe: y el que me recibe a Mí, recibe a aquel que me ha enviado. Véase San Juan 13,20.

 

d) La plenitud y la universalidad de la potestad son también las mismas. San Mateo 28,18-20. Me ha sido dado todo poder... así pues id y haced discípulos a todas las gentes... y he aquí que Yo estoy con vosotros todos los días hasta la consumación del mundo.

 

e) Conlleva esta identidad el concepto mismo bíblico de misión en el cual enviado (schaliach) es el plenipotenciario que ostenta la personalidad del que le envía y obra con la autoridad de este mismo que le envía, a causa de los poderes que el que le envía le entregó de sus propios poderes. Luego los poderes del enviado son, al menos de un modo inadecuado, los mismos poderes del que le envía; y por tanto el que honra, acepta o rechaza al enviado, no honra, acepta o rechaza a la persona misma del enviado, sino a la persona del que le envía (n° 90).

 

106. 2- parte: Jesucristo confirió a San Pablo el mismo Apostolado que el que había conferido a los restantes del Colegio Apostólico de los Doce (2.2 q.33 a.4 ad 2).

 

Decimos el mismo, no en cuanto al modo, por el que San Pablo venga a ser uno de los Doce, sino en cuanto a la substancia o naturaleza del Apostolado, ya que San Pablo, al igual que cada uno de los Doce, fue inmediatamente llamado, elegido y enviado por Jesucristo para predicar el mismo Evangelio.

 

107. Prueba. A) En general. El mismo apostolado 1) en cuanto a su origen divino, Hechos de los Apóstoles 9,15; Gálatas 1,1.11s.15: Este me es un instrumento de elección que lleve mi nombre ante los gentiles. Pablo, Apóstol, no de parte de los hombres ni por mediación de hombre alguno, sino por Jesucristo;

 

2) en cuanto al objeto, el cual consiste en enseñar, santificar, gobernar, a fin de comunicar a los hombres la salvación causada por Jesucristo, según se ve sobradamente claro atendiendo al objeto de todas las Epístolas de San Pablo;

 

3) en cuanto a la extensión universal, como consta por las epístolas dirigidas tanto a los Hebreos cono a los Romanos, y también por la 1ª Epístola a los Corintios 1,23-25; 9,19-22: ... con los judíos me he hecho judío para ganar a los judíos; con los que están bajo la Ley como quien esta bajo la Ley aún sin estarlo para ganar a los que están bajo ella. Con los que están sin ley, como quien está sin ley para ganar a los que están sin ley, no estando yo sin Ley de Dios sino bajo la Ley de Cristo.... Me he hecho todo a todos para salvarlos a todos. Y todo esto lo hago por el Evangelio.

 

108. B) En concreto. 1) San Pablo ha sido inmediatamente llamado, elegido y enviado por Jesucristo, según consta por la narración de su discípulo San Lucas: Hechos de los Apóstoles 9,3-6.15-16; también por la relación que nos hace San Pablo mismo: Hechos de los Apóstoles 26,14-20 Pues me he aparecido a ti para constituirte servidor y testigo... Yo te envío. Véase Hechos de los Apóstoles 22,12-21.

 

2) Para predicar el Evangelio de Jesucristo, según atestigua San Pablo mismo: 11 Corintios 15,11-14; 1á a Timoteo 2,7 yo he sido constituido heraldo y Apóstol,... Maestro de los gentiles en la fe y en la verdad.

 

3) Del mismo modo que cada uno de los que constituyen el Colegio de los Doce Apóstoles: a) en cuanto al Nombre: en efecto se llama Apóstol al comienzo de sus epístolas, a excepción de en cinco de ellas: 11 y 2á a los Tesalonicenses, en la epístola a los Filipenses, en la epístola a Filemón y en la epístola a los. Hebreos; b) También en cuanto a la realidad, pues afirma que é1 es igual a los otros Apóstoles: 2? Corintios 12,11 porque en nada he sido inferior a esos "Super-apóstoles". Entendemos que se refiere a los verdaderos Apóstoles, como lo entiende la interpretación unánime de los Padres tanto latinos como griegos.

 

4) Es reconocido San Pablo como Apóstol por otros Apóstoles: Gálatas 2,7-10 viendo que me había sido confiada la evangelización... y reconociendo la gracia que me había sido concedida, Santiago Cefas y Juan... nos tendieron la mano en señal de comunión a mí y a Bernabé (véase 21 de San Pedro 3,15).

 

5) Es confirmado como Apóstol por Dios con milagros: Romanos 15,16-19; 21 Corintios 12,12 las garantías de Apóstol las presenté claras ante vosotros: paciencia a toda prueba, señales, prodigios y milagros.

 

109. C) El apostolado de San Pablo puede probarse suficientemente por la sola epístola escrita por él a los Gálatas:

 

1) 1,11-24 me segregó y me llamó para revelar en mí a su Hijo.

 

2) 1,6-9.15-16 para que le anunciase entre los gentiles.

 

3) a) En cuanto al nombre: 1,1 Pablo Apóstol; b) en cuanto a la realidad: 2,7 me ha sido confiada la Evangelización de los incircuncisos al igual que a Pedro la de los circuncisos.

 

4)  2,7-10 habiendo conocido ellos la gracia que me había sido concedida.

 

5) 3,5 el que obra milagros entre vosotros... porque tenéis fe en la predicación.

 

110. Escolio. La misión, que entregó Jesucristo a los Apóstoles, es la que É1 mismo tuvo en cuanto hombre.

 

La identidad de misión de Jesucristo y de los Apóstoles, que enseñan de modo claro León XIII y Pío XII (nn. 97, 105, 1298-1303), se entiende acerca de la Legación y de la potestad mesiánica, que Jesucristo tuvo en cuanto hombre. Jesucristo pudo comunicar a otros hombres esta legación y potestad mesiánica, según la doctrina común de los teólogos y de Santo Tomás, para que la ejercieran ministerialmente bajo la potestad de excelencia o ministerio principal, que tuvo Jesucristo en cuanto hombre unido al Verbo, y bajo la potestad y autoridad, esto es de agente principal, que tuvo Jesucristo en cuanto Dios y la cual potestad no la pudo comunicar a ninguna creatura.

 

Bellarmino explica esto mismo: “Así pues decimos que el Papa desempeña aquel cargo que tuvo Jesucristo cuando vivía en la tierra en medio de los hombres a la manera humana... Por consiguiente cuando dejó de vivir a la manera humana, esto es después de la resurrección, dejó a Pedro en su lugar, a fin de que nos presentara aquel gobierno visible y humano de Jesucristo, que había tenido la Iglesia antes de la pasión de Cristo, según aparece en las palabras: Así como el Padre me ha enviado así os envío Yo a vosotros (San Juan 20,21). Este texto lo exponen los Santos Padres Crisóstomo y Teofilacto de forma que dicen de un modo manifiesto que por estas palabras los Apóstoles fueron constituidos en vicarios de Jesucristo, más aún que habían recibido el cargo mismo y la autoridad misma de Jesucristo... Sin embargo no podemos atribuir al Pontífice las funciones, que tiene Jesucristo en cuanto Dios, o en cuanto hombre inmortal y glorioso, sino sólo las que tuvo en cuanto hombre mortal... Añádase a esto que tampoco tiene el Pontífice absolutamente toda la potestad que tuvo Jesucristo en cuanto hombre mortal; pues Jesucristo, al ser Dios y hombre, tuvo una cierta potestad que llaman de excelencia, por la cual podía instituir los Sacramentos y realizar milagros en virtud de su propia autoridad, las cuales cosas no las puede realizar el Pontífice. Por consiguiente solamente comunicó al Pontífice aquella potestad, que podía ser comunicada a un simple hombre y la cual era necesaria para el gobierno de los fieles".

 

Del mismo modo otros teólogos: San Alberto Magno (En el Comentario al texto de San Juan 17,18; 20,21) "También Yo los he enviado al mundo a los Apóstoles como vicarios míos en orden a la misma función... Así como el Padre me ha enviado derivando mediante la acción de enviarme su autoridad en mí en cuanto hombre, así también os envío Yo a vosotros otorgándoos Mi autoridad". En los tratados acerca de la Iglesia: D'Herbigny (n.49.96.109) "la misión de los Apóstoles se identifica con la misión de Jesucristo. Esta identidad de misión, y por tanto de autoridad, queda afirmada de modo directo en San Juan 17,18; 20,21"; Schultes (p.49) "Jesucristo dotó en general a los Apóstoles de la misma potestad que recibió Él mismo del Padre (San Juan 20,21)"; Dieckmann (n.220.275s.476) "la misión que Jesucristo recibió del Padre, se la transmitió a sus Apóstoles (San Juan 20,21; 17,18): así pues la misión del Hijo pasa a los Apóstoles, los cuales deben llevar a cabo la misma misión que Jesucristo"; Vellico     (p.165.167) "Jesucristo envía a sus Apóstoles dotados de la misma potestad que Él había recibido de su Padre celestial (San Mateo 28,19; San Juan 20,21)"; En parecidos términos se expresan Siri, Beni-Cipriani, K. Adam.

 

No faltan autores que sostienen que los poderes dé los Apóstoles eran solamente semejantes a los poderes de Jesucristo, verbigracia Alapide, Tirini y Franzelin antes de la encíclica "Satis cognitum", y después de esta encíclica de León XIII Lercher y Zapelena. Sin embargo según los conceptos bíblicos de la misión y del ministerio de los Apóstoles, parece que diciendo esto no se expresan con exactitud. Más bien hay que defender juntamente con León XIII la identidad, al menos inadecuada, de los poderes de Jesucristo y de los Apóstoles, según nos ha explicado Bellarmino. En efecto los poderes mesiánicos de Jesucristo de enseñar, de santificar y de gobernar permanecen en la Iglesia y han de ejercerse continuamente en ella, principalmente en verdad si bien de modo invisible por Jesucristo Cabeza de la Iglesia, y ministerialmente y de modo visible por los sucesores de los Apóstoles hasta el fin del mundo. No puede de ningún modo decirse que haya algún teólogo católico que sostenga "la identidad perfecta e integral" del cargo y de los poderes de Jesucristo y de los Apóstoles.

 

111. Objeciones. 1. La Legación o Misión de Jesucristo, en cuanto que exige una persona de dignidad infinita, es incomunicable; luego Jesucristo no confió a los Apóstoles su Legación o Misión.

 

Respuesta. Distingo el antecedente. En cuanto al hecho de redimirnos y de fundar con autoridad propia la Iglesia, concedo el antecedente; en cuanto a los actos de aplicar los frutos de la Redención y de continuar con autoridad vicaria la obra de Jesucristo, niego el antecedente. De igual modo se distingue el consiguiente.

 

2. Tal vez insista el adversario: La aplicación y la continuación de la Redención se realizan en último término por la potestad de infundir la gracia divina; es así que tal potestad es propia exclusivamente de Jesucristo; luego no pueden darse la acción o la potestad de otros en orden a aplicar y a continuar la obra de Jesucristo.

 

Respuesta. Distingo la menor. La potestad de autoridad que compete a Jesucristo por razón de la divinidad, y la potestad de excelencia que compete a Jesucristo por razón de la humanidad substancialmente unida a la divinidad, son exclusivamente de Jesucristo, concedo; la potestad ministerial no puede Jesucristo comunicarla por vía de participación a otros, niego.

 

De igual modo distingo la consecuencia. No pueden darse la acción de otros o la potestad de autoridad y de excelencia, concedo. Mediante participación ministerial niego.

 

La razón y la doctrina de esta solución puede verse en Santo Tomás 3 q.64 a.3 y 4. Véase J. Salaverri, La potestad del Magisterio: Estudios Eclesiásticos 29 (1955) 17s. 183ss. Véase lo dicho en los números 105 y 110.

 

112. 3. San Mateo 5,17: Jesucristo "no vino a abolir la Ley sino a completarla". Luego no tuvo ninguna misión o legación nueva que confiar a los Apóstoles.

 

Respuesta siguiendo a Santo Tomás: Distingo el antecedente. No vino a abolir "simpliciter" la Ley Antigua, sino a completarla y perfeccionarla, concedo el antecedente; no vino a establecer en lugar de la Ley Antigua la Ley Nueva, sino simplemente a observar la Ley Antigua, niego el antecedente. De igual modo distingo el consiguiente. Jesucristo no tendría una nueva legación o misión que confiar a los Apóstoles, si no hubiera venido a establecer la Nueva Ley sino simplemente a observar la Ley Antigua, concedo el consiguiente; si vino a establecer la Nueva Ley con la que completara y perfeccionara a la Ley Antigua, niego el consiguiente.

 

La Ley Nueva no pretende sencillamente abolir la Ley Antigua, sino completarla y perfeccionarla. La Ley Antigua era figurativa y promisoria de la Ley Nueva, y por tanto la Ley Antigua quedó completada por la Ley Nueva del mismo modo que quedan completadas las figuras con la verdad y lo prometido con su cumplimiento. La Ley Antigua era imperfecta tanto por el objeto de los preceptos como por la virtud en orden al cumplimiento de los mismos. La Ley Nueva la perfeccionó por razón del objeto, en cuanto que estableció "no sólo apartar la mano, sino también el espíritu"; y también la Ley Nueva perfeccionó a la Ley Antigua por razón de la virtud en cuanto que proporcionó gracia interna, que da fuerzas en orden a la observancia de la Ley (D 712).[3]

 

113. 4. San Mateo 19,28. Jesucristo confiere a los Apóstoles la potestas de juzgar solamente a las doce tribus de Israel. Luego no les dio su misión y potestad, que eran de índole universal.

 

Respuesta. Distingo el antecedente. Por las doce tribus de Israel se entienden de modo espiritual todos los herederos de las promesas de Israel, concedo; se entienden solamente los que son israelitas en cuanto a la carne, niego. Véase Romanos 9,6-8: "No son hijos de Dios los hijos según la carne, sino que los hijos de la promesa se cuentan como descendencia".

 

5. En el texto de Apocalipsis 7,4-9 las doce tribus israelitas según la carne se distinguen de modo claro de los restantes; luego las doce tribus de Israel hay que entenderlas acerca de aquellos que son israelitas según la carne.

 

Respuesta. Distingo el antecedente. Se distinguen de los otros en razón de la prioridad de la elección divina, concedo; en razón del juicio por el que van a ser admitidas a gozar del premio, niego.

 

114. 6. Hechos de los Apóstoles 1,17.21-22: De entre los hombres que anduvieron con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús convivió con nosotros, a partir del bautismo de Juan hasta el día en que nos fue llevado, uno de ellos se ha constituido testigo con nosotros de su resurrección. A San Pablo le faltaban estas notas esenciales del Apostolado; luego no fue Apóstol verdadero y propiamente tal.

 

Respuesta. Distingo el antecedente. Estas notas se refieren para que alguien sea uno de los Doce, concedo el antecedente; para que alguien sea Apóstol verdadero y propiamente tal, niego el antecedente.

 

7. 1ª Corintios 15,9: Pues yo soy el último de los Apóstoles: indigno del nombre de Apóstol: San Pablo dice que el es inferior a los otros Apóstoles.

 

Respuesta. Distingo. Esto lo dice dejándose llevar de su humildad, teniendo en cuenta sus anteriores pecados, concedo; en razón de la potestad propia de los Apóstoles, niego.

 

115. 8. Gálatas 2,2:   ... Les expuse el Evangelio... para saber si corría o había corrido en vano. De donde San Jerónimo (Epístola III, 8): "Pablo no tuvo la seguridad de predicar el Evangelio, si no hubiera quedado reafirmado por la respuesta de Pedro y de los Apóstoles"; luego juzgaba que el era inferior en autoridad a los otros Apóstoles.

 

Respuesta. Distingo el antecedente. Pablo expuso su Evangelio a los otros Apóstoles a fin de que quedara constancia de que el Evangelio que el predicaba estaba dentro de la unidad de la Iglesia y a fin de hacer más fácil la aceptación del mismo, o sea de forma que la falta de esta exposición no fuera tropieza para aquellos, a los que había predicado el Evangelio o se lo iba a predicar, concedo el antecedente; a fin de alcanzar de otros Apóstoles la autoridad o a causa del temor acerca de la verdad del Evangelio predicado por Él y que había sido recibido de Jesucristo, niego el antecedente.

 

116. 9. Hechos de los Apóstoles 13,2s: Después de haber orado impusieron las manos a Saulo y le enviaron: Pablo recibió su misión de los Profetas y de los Doctores de la Iglesia antioquena; luego no tenía la misión inmediata de Jesucristo.

 

Respuesta. Distingo el antecedente. Pablo recibe en esta ocasión la ordenación episcopal o la bendición de despedida, concedo el antecedente; recibió en esta ocasión la misión del Apostolado, niego el antecedente. En efecto dijo el Espíritu Santo: "separadme ya a Saulo... para la obra a la que le he llamado" (Hechos de los Apóstoles 13,2).


[1] El vocablo "Apostolos" (en griego) aparece en los libros del Nuevo Testamento 79 veces, de las cuales 35 se dan en las Epístolas de San Pablo, 28 en los Hechos de los Apóstoles, 6 en el Evangelio de San Lucas, las restantes 10 veces en otros libros del Nuevo Testamento. Apóstoles en sentido estricto son llamados los Doce y San Pablo; en sentido mas amplio son llamados los Enviados por los Doce o por San Pablo a predicar el Evangelio.

[2] En cuanto al texto de San Juan 20,21 dice Knabenbauer: "Jesús otorga a sus Apóstoles la misma potestad, puesto que los envía así como Él ha sido enviado por el Padre"; Ceulemans, "os envio con mi autoridad divina a fin de que contribuyáis a la misma obra salvadora"; Simón-Dorado, "con la misma autoridad con que me ha enviado el Padre, también os envío Yo a vosotros, y a su vez, la misma potestad que he recibido Yo del Padre también os la comunico Yo a vosotros"; Maldonado dice: "la potestad que Él mismo había recibido al ser enviado por su Padre, esta potestad se la otorgaba a los Apóstoles, a los cuales enviaba en su lugar... toda la autoridad que Él mismo había recibido de su Padre, se la otorgaba a ellos... (a su vez) con la potestad con la que me ha enviado el Padre, con la misma os envío Yo a vosotros, no tengo para enviaros una potestad menor que la que ha tenido el Padre para enviarme a Mí"; Medebielle (DBS 2,543), "Los apóstoles tienen que cumplir en el mundo la misma misión de Jesús (San Juan 17,18). La misma misión, persiguiendo el mismo fin por los mismos medios... igualdad en principio de funciones... igualdad también de poder... los Apóstoles son constituidos auténticamente como representantes oficiales y ministros plenipotenciarios de Jesucristo y de su Padre (San Juan 20,21)". Asimismo acerca del Vicario de Jesucristo dice Bover (Estudios Eclesiásticos 3,138-148), "San Pedro tiene por delegación o comunicación la misma autoridad soberana y universal que tiene Jesucristo por derecho propio en la Iglesia"; J. Lessel (Verbum Domini 24,15-24,55-61), "El cargo de Pedro no solamente deriva su origen de Jesucristo, sino que es participación del cargo mismo de Jesucristo... las personas son distintas sin embargo el cargo es idéntico". Véase Bonsirven, Vocabulario bíblico (1958) "Mision" p. 103; Santo Tomás, Comentario a la Epístola a los Romanos 1,1, lección l : "Apóstol es igual que enviado, según nos indica San Juan en el capítulo 20, versículo 21, a saber, a causa del mismo amor y con la misma autoridad".

[3] Santo Tomas 1.2 q.107 a.1 hasta el 2. San Ambrosio: "Toda la Ley Antigua fue figura de lo que iba a suce­der... ya que Jesucristo es la plenitud de la Ley".