LIBRO I

 

DE LA CONSTITUCIÓN SOCIAL DE LA IGLESIA

 

CAPÍTULO I

DE LA INSTITUCIÓN JERÁRQUICA DE LA IGLESIA

 

Artículo I

Jesucristo Rey predicó el Reino de Dios

 

TESIS 1. Jesucristo predicó un Reino universal, no solo escatológico, espiritual e interno, sino existente también en la tierra, visible y externo.

 

36.- Nexo. En el tratado anterior se ha mostrado, que Jesús de Nazareth, del cual hablan los Evangelios, fue enviado por Dios como el Mesías o Cristo, que habían de antemano anunciado los profetas, y que el mismo Jesús había atestiguado que Él era el verdadero Hijo de Dios. También damos por supuesto que ha quedado probado en el anterior tratado que Jesucristo fue anunciado, enviado, nació, fue proclamado y reconocido como verdadero Rey. Así pues con toda razón empezamos ya ahora nuestro tratado estudiando, que es lo que dicen las fuentes acerca del Reino mismo, porque fue esto lo primero que a partir del comienzo de su predicación Jesús propuso a los hombres: Desde entonces comenzó   Jesús        a predicar y decir: "convertíos, porque el Reino de los Cielos está cerca". (San Mateo 4, 17) (véase S.n Mateo 3,2; 4,23; San Marcos 1,14s).

 

37.- Nociones. REY y REINO se entienden en el sentido de la Sagrada Escritura. Rey es la persona física, que gobierna alguna sociedad pública compuesta por hombres, no por elección de los ciudadanos, sino por derecho propio.

 

REINO es la sociedad de los ciudadanos gobernada por un Rey.

 

La expresión "Reino de Dios" la encontramos 50 veces en los tres Evangelios Sinópticos (14 en San Marcos, 32 en San Lucas, 4 en San Mateo): se trata del Reino fundado voluntaria y positivamente por Dios.

 

La expresión "Reino de los Cielos" aparece 32 veces y en verdad solo en San Mateo para designar aquel Reino, que está por encima de lo terreno y que decidió Dios fundar mediante Jesucristo.

 

Reino de Dios y Reino de los Cielos son dos denominaciones que se emplean para designar exactamente lo mismo, según se deduce claramente de los textos paralelos (San Mateo 5,3 y San Lucas 6,20; San Mateo 13,11 y San Marcos 4,11 y San Lucas 8,10; etc.). No obstante San Mateo prefiere la denominación de Reino de los Cielos, tal vez para acomodarse más al modo de expresarse de los judíos, a los cuales iba destinado de forma especial su Evangelio; en efecto los judíos solían abstenerse de expresar el nombre inefable de Dios y sustituían este por el nombre de cielo, metonimia que a los judíos les era muy familiar.

 

Jesucristo mismo bien pudo usar la denominación "de Reino de Dios", como refiere San Mateo (12,28; 21,31-43), en cuanto que empleó la expresión equivalente "de Reino del Padre" (San Mateo 6,9s; 13,43; 26,29). Sin embargo es mucho más probable que Jesús se expresó preferentemente con la denominación usada generalmente por sus coetáneos, la cual se pronunciaba en arameo "Malkouta di chemaya" y significaba "Reino de los Cielos", en la cual palabra "de los cielos" se designaba a Dios, según el uso de los judíos ya atestiguado por lo menos desde hace dos siglos.

 

38.- UNIVERSAL es el Reino destinado a todos los hombres, a saber el reino al que todos tienen el mismo derecho y el mismo deber de pertenecer. Por consiguiente la universalidad de derecho y de obligación es absoluta. Tratamos de esta, pues trataremos de la universalidad de hecho al tratar de la catolicidad.

 

ESCATOLÓGICO es el reino último (esjata (en griego)= última.

 

Escatológico en sentido relativo es la última economía en esta vida del Reino de Dios, después de las economías patriarcal y mosaica, a saber la economía mesiánica, puesto que, por voluntad de Dios, ninguna otra economía de salvación vendrá en esta tierra después de la economía mesiánica.

 

Reino escatológico en sentido absoluto es el estado definitivo del Reino de Dios que va a comenzar en cuanto sobrevenga el fin del mundo y que va a durar por toda la eternidad.

 

ESPIRITUAL E INTERNO es aquel Reino cuyo fin, bienes y funciones son principalmente espirituales e internos.

 

EXISTENTE EN LA TIERRA es el Reino que existe de modo estable y se desenvuelve en las condiciones de esta vida terrenal de los hombres.

 

VISIBLE Y EXTERNO es el Reino que conlleva alguna organización o sociedad perfectible a los sentidos y que se muestra mediante las acciones externas de los hombres, cuya naturaleza todavía no podemos definir en esta tesis.

 

39.- Estado de la cuestión. Afirmamos que Jesucristo, dotado con el título de Rey, predicó en verdad un Reino universal, con una universalidad absoluta de derecho y de obligación, y escatológico en sentido absoluto, el cual de modo especial y en primer término es espiritual e interno; sin embargo el Reino predicado por Jesucristo no es mera y exclusivamente escatológico, espiritual, e interno; sino que existe también en la tierra y es visible y externo. Probaremos en la tesis acerca de la perennidad de la Iglesia (tesis 7) que este Reino de Jesucristo es también relativamente escatológico.

 

40.- Acerca de la historia de la cuestión. 1) Contra el universalismo: Los Racionalistas críticos, los cuales pretenden aducir las palabras de Jesucristo: "No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel". (San Mateo 15,24) y sostienen que el universalismo fue invención del mártir San Esteban, de los helenistas y de San Pablo, en contra de la mente de Jesucristo y de la doctrina de los otros apóstoles, la cual mantenía con toda fidelidad la primitiva Iglesia de Jerusalén (Hechos de los Apóstoles 6,8ss; 11,19ss; Gálatas 1-2). Harnack admite el universalismo objetivo o virtual de la doctrina de Jesucristo, en cuanto que la principal idea de su Evangelio, a saber la de adorar a Dios como a Padre, es por su propia naturaleza apta para desarrollarse en una organización universal; niega en cambio que Jesucristo hubiera pensado en un universalismo, teniendo como dudosa la genuinidad histórica de las palabras del Señor que significan universalismo. Otros, como Holtzmann, dicen que Jesucristo poco a poco llegó a afirmar un cierto universalismo, pero solamente en la segunda parte de su vida. Posteriormente Meyer y Weinel han seguido las mismas teorías de Harnack y de Holtzmann respectivamente.

 

41.- 2) Defienden un simple Escatologismo absoluto los Escatologistas, como Baldensperger, I. Weiss, Gloege y A. Schweitzer, cuyas teorías en lo substancial han seguido después los modernistas, como Loisy, Tyrrell, Schnitzer, a los cuales actualmente se les agregan Heiler, Bultmann, Goguel juntamente con otros. Los escatologistas hacen incapié en las palabras de Jesucristo en las que anunció: "Entre los aquí presentes hay algunos que no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre venir en su Reino" y en aquellas otras palabras: "Desde este momento veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Todopoderoso y venir sobre las nubes del cielo" (San Mateo 16,28; 26,64). De estas palabras y de otras parecidas (San Mateo 10,23; 24,34) pretenden deducir los escatologistas que Jesús se equivocó respecto a la institución próxima de aquel Reino mesiánico, el cual se pensaba, dicen ellos, que iba a llegar próximamente junto con el fin del mundo; de donde concluyen que Jesucristo no pensó en instituir un Reino

sobre la Tierra en las condiciones de esta vida (D 2052).

 

A los escatologistas anteriores se oponen en época más reciente algunos antiescatologistas, como Glasson y Dodd, los cuales niegan totalmente que Jesucristo hubiera hablado de algún Reino escatológico, que fuera a comenzar en la segunda venida de Jesucristo; y afirman que la "parusía" de Jesús, esto es su venida al fin del mundo era una simple invención de la Iglesia primitiva.

 

42.- 3) Que el Reino predicado por Jesucristo es meramente espiritual e interno lo defienden muchos Racionalistas, diciendo que Jesús tuvo un sentido religioso muy desarrollado, por el que se daba cuenta de un modo mucho más perfecto que otros de su relación interna filial respecto a Dios como Padre, y por ello decía: Nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo (San Mateo 11,27). Y exhortaba a los oyentes diciendo: El Reino de Dios ya está entre vosotros (San Lucas 17,21); por lo que movidos por el ejemplo y el modo de obrar de Jesucristo sintieron profundamente la idea interna de filiación respecto a Dios Padre.

 

Así pues, según estos racionalistas, el Reino fundado por Jesucristo queda constituido por aquellos, en los que se da esta conciencia de la filiación divina, conciencia que es meramente espiritual en interna propia del sentido religioso. En cambio, siguen diciendo los racionalistas, la sociedad temporal y externa surgió posteriormente forjada por el cristianismo primitivo, ya que los seguidores de Jesucristo, habiéndose separado primeramente de la Sinagoga por influjo de San Pablo, y tomando después sus ideas del judaísmo alejandrino y del helenismo, imitando la organización del imperio romano, formaron para ellos una sociedad visible y externa. Los principales defensores de esta teoría fueron, a partir de mitad del siglo XVIII, Lessing, Schleiermacher, Ritschl, Harnack y Sabatier, los cuales influidos por las ideas filosóficas extraídas de Kant y de Hegel, pretendieron explicar todo el Cristianismo como un simple fenómeno de razón o de conciencia humana.

 

43.- Hay que añadir los así llamados Teólogos dialécticos, cuyos principales abanderados en nuestros días se admite que son K. Barth y R. Bultmann. Estos, influidos por las ideas filosóficas de los existencialistas Heideger y Jaspers, se oponen fuertemente a los Racionalistas, en otro tiempo profesores suyos, y afirman en primer lugar "la trascendencia de lo divino" y "el hecho de la fe", admitiendo "a sólo Dios" y "la sola fe"; y de este modo niegan la aptitud misma de la razón humana o de la conciencia en orden a descubrir la conexión que pueda darse entre el mero hecho de la fe y la trascendencia absoluta de Dios. Como consecuencia de estas ideas rechazan cualquier institución permanente, que sea intermedia entre la acción de Dios y el acto de fe. En concreto Barth afirma que el Reino de Dios, el cual se manifestó en Jesucristo, no es una comunidad o un conjunto de creyentes en Jesucristo; sino que es la congregación de dos o de tres en nombre de Jesucristo (San Mateo 18,20), la cual queda constituida por este simple hecho, por el cual resulta que se da cuenta internamente de la acción vital del Señor que vive la conciencia obediente de algunos hombres, los cuales por este mismo hecho vienen a ser Reino de Dios o Iglesia, la cual por tanto no es otra cosa que "la Congregación viviente de Jesucristo, Señor viviente".

 

44.- Doctrina de la Iglesia. La Tesis, en cuanto a todas sus partes, está contenida formalmente en la Sagrada Escritura y es propuesta como doctrina de fe por el Magisterio ordinario y universal de la Iglesia (D 1792).

 

Pío X condenó el error de los escatologistas en el decreto "Lamentabili" (D 2033 2052).

 

Pío X rechaza las teorías de un reino meramente espiritual y simplemente interno en la Encíclica "Pascendi" (D 2088 2091).

 

Pío XI en la Encíclica "Quas primas", la cual trata toda ella acerca de Jesucristo Rey y de su Reino, enseña de modo manifiesto la universalidad del Reino de Jesucristo y dice que la naturaleza de este Reino es en verdad principalmente espiritual, pero que al mismo tiempo está dotada también de la triple potestad, a saber la potestad legislativa, la judicial y la ejecutiva, y que ciertamente debe ser ejercida respecto a los hombres que todavía viven en este mundo (D 2194-2196). Además el Concilio Tridentino ya había atribuido a Jesucristo la función de Legislador (D 831).

 

45.- Valor dogmático. Por tanto la tesis puede decirse doctrina de fe divina y católica, por la razón dada al comienzo del número 44.

 

46.- Prueba. 1ª parte: Jesús predicó el Reino.

 

Predicó su Reino muchas veces y principalmente al comienzo mismo de su predicación: Desde entonces comenzó Jesús a anunciar su mensaje: "Convertíos porque ha llegado ya el Reino de los Cielos..." Y Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en sus Sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino (San Mateo 4,17.23; 9,35; véase 5,3.10; 6,10). Ahora bien, puesto que este Evangelio del Reino lo propone Jesús en parábolas, muchísimas veces comienza con estas palabras: Es semejante el Reino de los cielos... (San Mateo 13,24.31.33.44.45.47; 18,23; 20,1; 22,2; 25,1; véase San Mateo 13,19.38.41.43; 24,14); ordena a sus discípulos que pidan en la oración: venga a nosotros tu Reino (San Mateo 6,10); les apremia a que prediquen el Reino de los cielos (San Mateo 10,7; San Lucas 9,2; 10,9); les instruye después de la Resurrección durante cuarenta días, hablándoles del Reino de Dios (Hechos de los Apóstoles 1,3). Así pues Santo Tomás dice acertadamente: "Puesto que Jesucristo dijo inmediatamente al comienzo de su predicación evangélica: ha llegado ya el Reino de los cielos (San Mateo 4,17), carece de toda sensatez el decir que el Evangelio de Jesucristo no es el Evangelio del Reino" (1.2 q.106 a.4).

 

47.- 2ª parte: Jesús predicó un Reino universal.

 

Nota Bene. Puesto que los Racionalistas afirman que el universalismo fue introducido por San Pablo, por ello es necesario probar este aserto, independientemente del apóstol San Pablo. El fin del argumento, que sigue, es mostrar, en contra de los racionalistas, que la idea del universalismo estaba en la mente de Cristo.

 

a) Jesús predicó el Reino de Dios, que fue anunciado en el Antiguo Testamento; es así que el Reino de Dios en el Antiguo Testamento fue anunciado como universal; luego Jesús predicó un Reino universal.

 

La Mayor está clara por el tratado precedente, en la tesis 27, en el cual tratado se probó que Jesús fue el Mesías que había sido de antemano anunciado por los Profetas. Véase San Mateo 11,13; San Lucas 16,16; Tratado acerca de la Revelación Cristiana tesis 27, escolio.

 

48.- Se prueba la menor: Por Génesis 12,3; 18,18; 22,18; 26,4; 28,14; véase Gálatas 3,16. Dice Dios a Abraham: Serán benditas en ti (o) en tu descendencia todas las familias (o) todas las naciones (o) todas las gentes de la tierra.

 

Por el libro de los Salmos 2,8: Pídeme y te daré en herencia las naciones y como posesión tuya los confines de la tierra.

 

Salmo 46,2.3.8.9: Batid palmas, pueblos todos, aclamad a Dios con gritos de alegría.

 

Porque el Señor, el Altísimo, es terrible,      el gran Rey sobre toda la Tierra.

 

Porque Dios       es Rey de toda la Tierra, ¡Salmodiad con destrezal.

 

Dios Reina sobre las naciones, Dios se sienta en su Santo Trono.

 

Salmo 47,15: Que así es Dios, nuestro Dios por los siglos de los siglos, aquel que nos conduce.

 

En concreto, el Salmo 71, que ha sido reconocido como mesiánico tanto por los judíos como por los santos Padres y los exegetas, cristianos, presenta la universalidad del Reino del Mesías: "1. Oh Dios, da al Rey tu juicio y al hijo del Rey tu justicia; 2. Que juzgue a tu pueblo con justicia y a tus pobres con juicio... 8. y dominará de mar a mar y del río hasta los confines de la tierra... 11. le adorarán todos los Reyes y le servirán todas las naciones... 17. ¡en Él se bendigan todas las familias de la tierra, (como en los textos citados del Génesis)... 19. bendito sea su nombre glorioso para siempre, toda la tierra se llene de su gloria!".

 

Por los Profetas. Están de acuerdo con las palabras citadas las que anuncian los restantes Profetas sobre el Reino del Mesías, verbigracia Isaías 2,2-4; véase Miqueas 4,1-3: y afluirán a Él los pueblos,  acudirán numerosas naciones... juzgará a numerosos pueblos y será arbitro entre naciones poderosas. Daniel 2,35.44: La piedra… llenó toda la tierra... El Reino de Dios destruirá y desmenuzará a todos estos reinos... Daniel 7,13-14.27: Y ví venir en las nubes del cielo a un como hijo de hombre... fuele dado el Señorío, la gloria y el imperio, y todos los pueblos, naciones y lenguas sirvieron... dándole el, Reino, el dominio y la majestad de todos los reinos... y le servirán y obedecerán todos los señoríos (véase San Mateo 26,64). Maláquías 1,11: Porque desde el orto del sol hasta el ocaso es grande mi nombre entre las gentes, y en todo lugar se ofrece a mi nombre un sacrificio humeante y una oblación pura. Por ello con todo derecho Simeón llamó a Jesús: Luz para iluminación de las gentes (San Lucas 2,32), y Jesucristo se definió a sí mismo: Yo soy la luz del mundo (San Juan 8,12; 9,5).

 

Con este argumento queda claro que se destaca evidentemente la idea del universalismo en los libros sagrados del Antiguo Testamento, desde el Génesis hasta el último de los Profetas; luego hay que sostener con certeza, en contra de los racionalistas, que la idea de universalismo no pudo ser extraña a la mente de Jesucristo y a la de sus oyentes judíos. Más aún, también estaba latente una cierta idea de universalismo en aquel proselitismo, que realizaban los judíos en tiempo de Jesucristo y del cual dijo Jesús: ¡Hay de vosotros, Escribas y Fariseos, hipócritas, que recorreis mar y tierra para hacer un solo prosélito, y luego de hecho, le hacéis hijo de la gehenna dos veces más que vosotros! (San Mateo 23,15).

 

49.- b) El Reino predicado por Jesucristo será universal en su consumación; luego en consecuencia también lo será en su preparación en la tierra.

 

Se prueba el Antecedente por el juicio final: San Mateo 25,31-46. En efecto el Reino de Jesucristo comenzará en su consumación con el juicio universal, en el cual Jesucristo Rey dará la sentencia según la Ley de Cristo, y en razón de las obras consagradas a Jesucristo.

 

Luego la obligación en orden a observar la ley de Jesucristo en la tierra debió ser igualmente universal, según el grado de la promulgación de esta, tanto antes, como después de la venida de Jesucristo.

 

50.- c) Por los testimonios explícitos:

 

1) En efecto Jesucristo ordena en el monte de Galilea a sus Apóstoles la predicación universal de su Evangelio: Id, pues; enseñad a todas las gentes. Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura: San Mateo 28,18; San Marcos 16,15. Recuerda esto mismo antes de la Ascensión San Lucas 24,47: Y que se predicase en su nombre la penitencia para la remisión de los pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.

 

2) Porque Jesucristo, el cual era la luz del mundo (San Juan 1,9; 8,12), anuncia de antemano la universalidad de la predicación: San Mateo 5,13: Los Apóstoles son la luz del mundo; San Mateo 8,11: Muchos vendrán de Oriente y Occidente; San Mateo 24,14: Será predicado este Evangelio del Reino en todo el mundo a todas las gentes; San Mateo 26,13: El Evangelio será predicado por doquier en todo el mundo; Hechos de los Apóstoles 1,8: seréis mis testigos hasta los confines de la tierra.

 

51.- 3) Puesto que Jesucristo definió el carácter universal del Reino de Dios al explicar la naturaleza de éste en Parábolas: La parábola del Grano de Mostaza, San Mateo 13,31: cuando ha crecido es la más grande de todas las hortalizas; la parábola de la Cizaña, San Mateo 13,36: el campo, en el que se siembra, es el mundo, la siega es la consumación del mundo; la parábola de la red     barredera, San Mateo 13,47: que recoge de toda clase de peces buenos y malos, los cuales serán separados al fin del mundo; la parábola de la Viña, San Mateo 21,43: El Reino de Dios será entregado a un pueblo que rinda sus frutos; la parábola de las Bodas, San Mateo 22,8: a todos los que encontrareis llamadlos a las bodas... reunieron a todos los que encontraron.

 

52.- 3á parte: Jesús predicó un Reino ciertamente escatológico, pero que existe también en la tierra:

 

A) Un Reino Escatológico: a) Puesto que se anuncia en el Sermón de la montaña, San Mateo 5,10-12, la recompensa en el cielo;

 

b) Porque se dice en las parábolas de la Cizaña y de la Red barredera, San Mateo 13,39.49, que la siega y la recolección se harán al fin del mundo;

 

c) Ya que el triunfo y la recompensa que dará el Rey del Reino de Dios acontecerán en el Juicio final, San Mateo 25,31-34, cuando el Hijo del hombre venga en las nubes del cielo después del fin del mundo, San Mateo 24,29-31, y entregará en calidad de Rey a sus fieles elegidos en posesión el Reino de la vida eterna, San Mateo 25,34.46.

 

[1]Acerca de la índole escatológica del Reino predicado por Jesucristo no puede haber duda alguna. Más aún hay que conceder que toda la predicación del Reino de Dios está ordenada a que los hombres se preparen a alcanzar, como recompensa, el Reino escatológico de Jesucristo.

 

53.- B) El Reino de Dios existente en la tierra: a) Por los testimonios explícitos:

 

1) Puesto que Jesucristo dice que el Reino de Dios se encuentra ya entre aquellos a los que se dirige al hablar: San Mateo 12,21-28; San Lucas 17,20-21: Ha llegado a vosotros el Reino de Dios. El Reino de Dios esta dentro de vosotros.

 

2) Porque Jesucristo habla acerca de este Reino como e algo presente: Mas desde de los tiempos de Juan el        Bautista hasta ahora, el Reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan (en griego –ver texto- : biasetai kai biastai arpasousin auten): San Mateo 11,12-24.

 

alfa) Si el verbo griego biasetai está en voz media (San Lucas 16,16), entonces el sentido es el siguiente: El Reino de Jesucristo pone de manifiesto su fuerza a fin de abrirse vigorosamente camino con ella, y se llama violentos a los hombres que se esfuerzan por apoderarse de él (Simón-Dorado).

 

beta) Si biasetai está en voz pasiva, entonces puede entenderse en un doble sentido:

 

gamma) En sentido amistoso significa: El Reino de Jesucristo es anhelado con gran deseo y con gran esfuerzo, y violentos son los hombres fogosos que se esfuerzan en alcanzarlo como por la fuerza.

 

delta) En sentido hostil significa: El Reino de Cristo es atacado por la violencia de las persecuciones y, violentos son los perseguidores que ponen gran empeño en destruir y destrozar el Reino: este sentido está más de acuerdo con el texto, el contexto y los lugares paralelos: San Mateo 21,32; 23,13 (Knabenbauer).

 

epsilon) Hay una interpretación, ascética, si bien no es tan literal: el Reino de Jesucristo debe alcanzarse con gran empeño y solamente se apoderan de él los que se hacen violencia a sí mismos: Esta interpretación es afín a la interpretaciones alfa y gamma.

En cualquiera de estas interpretaciones el Reino de Jesucristo aparece como existente ya en esta tierra.

 

3) La Parabola del Sembrador describe expresamente el Reino como existente en este mundo: lo sembrado entre espinas es el que oye la palabra; pero los cuidados del siglo y la seducción de las riquezas ahogan la palabra y queda sin dar fruto (San Mateo 13,4-9.18-23).

 

54.- b) De modo claro por las parábolas de la Cizaña y de la Red Barredera, (San Mateo 13,36-43.47-50). En efecto en estas parábolas se distingue con todo cuidado un doble estadio del Reino de Dios, a saber el estadio temporal con una serie de problemas que solamente pueden darse en las condiciones de la vida terrestre, y el estadio escatológico a partir del Juicio final. Luego hay que excluir totalmente una interpretación meramente escatológica.

 

c) De forma manifiesta por el sermón del Señor que recibe el nombre de escatológico (San Mateo 24,4-36), en el cual el Señor corrige el error escatológico en que parece que habían incurrido algunos de sus discípulos (San Mateo 24,3; Hechos de los Apóstoles 1,6), al pensar que la destrucción de Jerusalén, el fin del mundo y la venida final del Hijo del Hombre, los tres sucesos, iban a acontecer en torno a la misma época en tiempo próximo. Jesucristo advierte a los discípulos que tengan cuidado de no dejarse llevar por tal error, y que por el contrario hay que padecer mucho y va a suceder muchas cosas antes de que sea predicado en el orbe entero el Evangelio del Reino (San Mateo 24,4-14). Luego la interpretación del Reino escatológico inminente debe ser absolutamente rechazada.

 

d) Por último de un modo implícito las extensas enseñanzas del Señor acerca de la misión pastoral y de los muchísimos trabajos que iban a tener que soportar en el ejercicio de esta misión después de la Ascensión del Señor, excluyen el simple escatologismo (San Mateo 10,16-42; 18,1-35; San Juan 13-17) (véase n2 104).

 

55.- 4ª parte: Jesús predicó un Reino en primer término sin duda espiritual e interno, pero que también es externo y visible:

 

1) El Reino de Cristo es espiritual e interno:

 

A) Por su fin primordial el cual es la salvación del alma que se tiene que alcanzar mediante la perfección moral; la cual perfección consiste: negativamente, en la negación de la propia persona y de los bienes temporales, y positivamente en la caridad perfecta respecto a Dios y al prójimo; es así que tal fin es espiritual e interno; luego el Reino también es primordialmente espiritual e interno.

 

56.- La Menor es evidente por sus términos mismos.

 

La Mayor se prueba: a) El fin es la salvación del alma: En San Lucas 19,10 dice Jesús a Zaqueo: Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido (véase San Juan 3,15-17). Confirman lo mismo las parábolas de la oveja perdida, del hallazgo de la dracma y del hijo pródigo: San Lucas 15,1-32, en las cuales lo que más se pone de relieve es la finalidad del Reino de Cristo de salvar las almas de los hombres. Aparece ya en el mismo Nombre de Jesús que le fue puesto por voluntad divina, que la finalidad de la Misión de Jesucristo es la salvación de los hombres (San Mateo 1,21).

 

b) Mediante la perfección moral: San Mateo 5,48 Así pues sed perfectos, la cual es como la conclusión de la promulgación de la Nueva Ley de la perfección, por la que quedan corregidas las imperfecciones de la Ley Antigua: San Mateo 5,1-47.

 

57.- c) Negativamente, mediante la negación de la propia persona: San Mateo 16,24 Si alguno quiere seguirme niégese a sí mismo... mediante la renuncia de los bienes temporales: San Lucas 14,33 El que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.

 

d) Positivamente, mediante el amor perfecto a Dios: San Mateo 22,37-40 Amarás a Dios con todo tu corazón; San Mateo 10,22 seréis aborrecidos de todos por mi nombre; San Mateo 10,37-39 El que ama al padre o a la madre más que a mí,      no es digno de mí. Mediante la caridad perfecta respecto al prójimo: San Mateo 5,43-45 amad a vuestros enemigos; San Mateo 25,31-40,46, la sentencia del Juicio final, por la cual la salvación eterna se concede a causa de las obras de caridad fraterna.

 

58.- B) Por los deberes que impone, cuales son: San Mateo 4,17, la penitencia; San Marcos 16,16, la fe; San Juan 13,34-35; 14,21-24; 15,9-14,17, la caridad; San Mateo 5,3-12, la pobreza de espíritu, la pureza de corazón, la mansedumbre, la paciencia, la justicia, la misericordia, el amor de la paz y el sufrimiento de las persecuciones. Todos estos deberes son primordialmente espirituales e internos.

 

Confirman esto mismo los textos de San Mateo 5,17.21.27.33.38.43, en los cuales se ordenan deberes característicos de la Nueva Ley en aquello, en lo que la Ley Antigua queda corregida y perfeccionada, de forma que en oposición a la observancia externa, se ordena una obediencia total de lo interior del hombre; y sobre todo los textos de San Mateo 5,44; 6,12; 22,34-40, donde podemos ver el mandamiento peculiar de la Ley Nueva, esto es el mandato de la caridad, que es en grado sumo espiritual e interno: Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos. Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Un mandamiento grande: Amarás al Señor tu Dios... amaras a tu prójimo. Este es mi mandamiento, que os améis los unos a los otros como Yo os he amado (San Juan 13,34; 15,12-17).

 

Así pues si los deberes, que ordena, son de modo muy especial internos y espirituales, por consiguiente también el Reino, que impone estos deberes, hay que decir que es primordialmente espiritual e interno.

 

59.- C) Por los bienes que aporta, los cuales son:

 

1) Negativamente, el perdón de los pecados: San Mateo 9,1-6,13: he venido a llamar a los pecadores, te son perdonados los pecados; San Juan 20,22-23: a quienes perdonareis los pecados les quedan perdonados. Esto mismo lo confirman las parábolas de la oveja perdida, de la dracma y del hijo pródigo; San Lucas 15,1-23.

 

60.- 2) Positivamente: a) la vida sobrenatural, iluminados por la cual con una nueva luz los hombres vienen a ser verdaderamente hijos de Dios: San Juan 1,4.9.12s: en Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Era la luz verdadera que, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre. Mas a cuantos le recibieron dióles poder de venir a ser hijos de Dios a aquellos que creen en su nombre; que no de la sangre, ni de la voluntad carnal, ni de la voluntad de varón, sino de Dios son nacidos;

 

b) la gracia del Espíritu, por la que los hombres se convierten en templo, en el que Dios habita: San Juan 14,17.23: El Espíritu de verdad...permanece con vosotros y está en vosotros. Si alguno me ama, guardará mi palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y en él haremos morada;

 

c) la participación de la vida de Jesucristo: San Juan 15,4s: Yo soy la vid y vosotros los sarmientos: quien permanece en mí y yo en él, este da mucho fruto, porque sin Mí no podéis hacer nada;

 

d) la unión íntima con Dios: San Juan 17,21: para que todos sean uno, como Tú, Padre, estás en Mí y Yo en Ti, para que también ellos sean uno en Nosotros.

 

61.- 2) El Reino de Jesucristo es también visible y externo:

 

a) Porque Jesucristo predicó aquel mismo Reino, que había sido anunciado de antemano por los Profetas; es así que los Profetas habían anunciado de antemano un Reino Mesiánico visible y externo; luego el Reino de Cristo es también visible y externo.

 

La Mayor está clara por el tratado anterior, en el cual se ha probado, en concreto en la tesis 27, que Jesús fue aquél Mesías, que habían anunciado de antemano los Profetas.

 

La Menor puede probarse por el Libro de los Salmos 46,2s.8s; por Isaías 2,2-4; por Miqueas 4,1-3; por Daniel 2,44; 7,13-14; por Malaquías 1,11; por los cuales textos hemos probado también que la universalidad del Reino Mesiánico había sido anunciada de antemano en el Antiguo Testamento. Ahora bien estos mismos textos prueban también que el Reino de Jesucristo había sido anunciado de antemano como visible y externo, puesto que también es descrito en cuanto tal (n2 48).

 

62.- b) Puesto que Jesucristo predicó un Reino, que debe abrirse paso en medio de obstáculos, o al que atacan los enemigos y pretenden sofocarlo violentamente, San Mateo 11,12; el cual Reino es como un campo, en el que crecen al mismo tiempo de un modo visible los buenos y los malos, así como crece el trigo y la cizaña, San Mateo 13,24-30.36-43; el cual Reino se dice que es semejante a un convite, en el que se reúnen aquellos a los que se les ve vestidos con traje nupcial y se encuentran estos juntamente con otros, que no llevan dicho traje, San Mateo 22,1-14.

 

Es así que todo esto no puede realizarse en el Reino de Jesucristo mas que en la medida en que este sea visible y externo; pues si fuera invisible y meramente interno, constaría solamente de aquellos, que son buenos, excluidos todos los malos, o solamente de aquellos que tuvieran el mismo sentido de filiación respecto a Dios, y no podría ser atacado por un enemigo extraño. Luego Jesucristo predicó un Reino que es también visible y externo.

 

63.- c) Por que el Reino predicado por Jesucristo supone unas funciones y unos deberes visibles y externos; luego el Reino mismo será también necesariamente visible y externo.

 

El Antecedente se prueba, ya que el Reino predicado por Jesucristo conlleva una misión que debe ser realizada de forma que a causa de ella sus ministros se vean perseguidos así como lo son las ovejas por los lobos: San Mateo 10,16-18; puesto que su doctrina debe ser predicada sobre los terrados, y con la obligación de aceptarla: San Mateo 10,27.40; ya que obliga a confesarle en presencia de los hombres: San Mateo 10,32; porque exige que los Apóstoles o sus sucesores proporcionen la debida instrucción, y exige también el rito externo de recibir el bautismo, a fin de que una persona quede incorporada a este Reino: San Mateo 28,19; San Juan 3,3.

 

d) Porque según San Mateo 16,18s, el Reino predicado por Jesucristo es aquella Iglesia, acerca de la cual a lo largo de todo nuestro tratado demostraremos que es una verdadera sociedad de hombres que viven en este mundo, sociedad visible y externa, jerárquica y monárquica, dotada de las funciones sociales de enseñar, santificar y regir y una sociedad a la que se la puede conocer y distinguir por unas auténticas notas visibles.

 

64.- Objeciones. I. Contra el Universalismo del Reino de Dios predicado por Jesucristo.

 

1. San Mateo 15,24: No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de la Casa de Israel. La Misión de Jesucristo estaba restringida a la Casa de Israel; es así que la Misión de los Apóstoles es una mera continuación de la Misión de Jesucristo; luego también estaba restringida a Israel.

 

Distingo la mayor. Estaba restringida a la Casa de Israel la Misión de Jesucristo, en cuanto que debía ser llevada a cabo personalmente durante su vida mortal, pase la mayor; la misión de Jesucristo en cuanto salvífica y que debía ser continuada mediante los Apóstoles, niego la Mayor.

 

65.- 2. San Mateo 10,5: No vayáis a los gentiles... id más bien a las ovejas perdidas de la Casa de Israel. Así pues la Misión de los Apóstoles estaba también restringida a Israel.

 

Distingo el Aserto. Aquella Misión previa de los Apóstoles, concedo; la Misión definitiva de estos, niego. En San Mateo 10,1-15 se habla de la Misión previa de los Apóstoles; en cambio a partir del versículo 16 hasta el 42 los Apóstoles son instruidos más bien respecto a su Misión definitiva; por tanto el texto de San Mateo 10,1-15 corresponde a los textos de San Marcos 6,7-13 y de San Lucas 9,1-5; en cambio lo que sigue en el texto de San Mateo 10,16ss corresponde a los textos de San Marcos 13,9ss y de San Lucas 21,12ss. Véanse las ediciones criticas.

 

66.- 3. Hechos de los Apóstoles 10,1-11.18: Por el modo de comportarse San Pedro con el gentil Cornelio; 10,1-8: El gentil Cornelio llama a San Pedro impulsado a esto por una visión; 10,9-23: San Pedro iluminado por Dios marcha a casa de Cornelio; 10,24-33: San Pedro no hubiera acudido a casa de Cornelio si no hubiera sido avisado por Dios acerca de ello; 10,34-48: parece que San redro comprendió ahora por primera vez el universalismo; 11,1-18: San Pedro al dar cuenta de su comportamiento, hace referencia no a un mandato de Jesucristo, sino a las revelaciones que le habían sido hechas por inspiración divina respecto a Cornelio.

 

De donde la objeción se presenta así: San Pedro unos diez años después de la Ascensión de Jesucristo no sabía que el Evangelio y el Bautismo estaban destinados también a los Gentiles; luego hay que concluir que Jesucristo no había predicado un Reino universal.

 

67.- Se admite el texto y se explica. San Pedro conocía ciertamente el destino universal del Reino de Dios, el cual Jesucristo lo había predicho en muchas ocasiones (San Mateo 28,19; San Lucas 24,47; Hechos de los Apóstoles 2,39). Sabía también que el Evangelio debía ser predicado antes a los judíos y después a los gentiles (San Lucas 24,47; Hechos de los Apóstoles 1,8; 2,39; 13,42-48). Sin embargo San Pedro necesitaba ser iluminado por Dios a fin de entender con más plenitud que no solo entre los circuncisos, sino que EN TODA NACIÓN el que teme a Dios y practica la justicia le es acepto (Hechos de los Apóstoles 10,35), y para comprender que nadie puede negar el que sean bautizados los que han recibido el Espíritu Santo, aunque no hubieran sido circuncidados (Hechos de los Apóstoles 10,47). Una iluminación similar le fue concedida a San Pablo mismo (Hechos de los Apóstoles 22,17-21). Ahora bien esta iluminación divina era además necesaria para que los restantes Cristianos que se habían convertido proviniendo del judaísmo se dieran plenamente cuenta de aquello mismo que sacaron en conclusión acertadamente debido a esta iluminación por parte de Dios: Luego Dios ha concedido también a los gentiles la penitencia para la vida sin necesidad de circuncisión (Hechos de los Apóstoles 11,18). Luego San Pedro y los Apóstoles no conocían todavía entonces "el momento preciso y el modo como los gentiles debían ser incorporados a la Iglesia: a saber, ignoraban si los gentiles debían ser circuncidados antes, o si por el contrario debían entrar inmediatamente en la Iglesia de Jesucristo sin circuncisión previa" (F. C. Ceulemans, respecto al texto de los Hechos de los Apóstoles 10).

 

Por tanto si queremos contestar en forma silogística a la objeción, diremos distingo el antecedente: San Pedro no conocía entonces "secundum quid" que el Evangelio y el Bautismo estaban destinados también a los Gentiles, concedo el antecedente; no lo conocía "simpliciter", niego el antecedente. De igual modo distingo el consiguiente. Luego hay que sacar la conclusión de que Jesucristo no predicó "secundum quid" el Reino universal, concedo el consiguiente; no lo predicó "simpliciter", niego el consiguiente.

 

Por tanto concedemos que los Apóstoles ignoraron entonces "secundum quid", esto es por lo que se refiere al momento exacto y al modo concreto, en los que los Gentiles debían ser incorporados a la Iglesia ya entonces y sin circuncisión previa; sin embargo los Apóstoles sabían muy bien "simpliciter" que los Gentiles debían ser incorporados a la Iglesia en alguna ocasión y de algún modo, al menos después de recibir la circuncisión. Ahora bien, puesto que sabemos que el Espíritu Santo les fue concedido a los Apóstoles, a fin de "enseñarles todas las cosas y traerles a la memoria todo lo que había dicho Jesucristo" (San Juan 14,26), podemos conceder el que San Pedro mediante estos hechos respecto a Cornelio fue por fin instruido plenamente    por el Espíritu Santo acerca de las circunstancias del tiempo preciso y del modo concreto, en las que los Gentiles debían ser admitidos al Reino de Dios, sin ninguna obligación previa de la Ley Mosaica. Y no es necesario presuponer el que los Apóstoles, en cuanto testigos inmediatos de Jesucristo, conocían desde el principio todo plena y perfectamente (véase San Juan 20,9); pues la Revelación quedó clausurada con el último de los Apóstoles, esto es con la muerte de San Juan, según probaremos después, en la tesis 18.

 

68.- 4. Según los Hechos de los Apóstoles 8,1-4; 11,19-20: Los helenistas compañeros de San Esteban, no los Apóstoles, eran perseguidos por los judíos, y habiéndose por consiguiente dispersado, fueron los primeros en comenzar a predicar a los Gentiles; luego el universalismo fue introducido, no por los Apóstoles, sino por los helenistas.

 

Respuesta: Distingo el antecedente. Fueron los primeros que empezaron a predicar después de San Pedro y con el consentimiento de los Apóstoles, pase el antecedente; en contra del parecer de los Apóstoles, niego el antecedente. Véase Hechos de los Apóstoles-10,1-11.18, acerca del cual texto hemos hablado en la objeción, que precede inmediatamente a esta.

 

69.- 5. Romanos 11,13; Gálatas 2,7-9: Se reconoce que San Pablo es "el Apóstol de las gentes"; luego es señal de que fue él el que introdujo el universalismo.

 

Respuesta: Distingo el antecedente. San Pablo es el Apóstol de las gentes, de forma especial y bajo un punto de vista  relativo, concedo el     antecedente; exclusivamente y de modo absoluto, niego el antecedente. Debe atenderse al contexto (véase Hechos de los Apóstoles 13,14-47; Romanos 9,3; I Corintios 9,19-22).

 

70.- II. Respecto a aquellos que defienden un simple escatologismo.

 

Hay que tener en cuenta de antemano que por lo que se refiere a las objeciones siguientes de los escatologistas, nosotros podemos negar el supuesto de los adversarios, a saber que Jesucristo se equivocó en esto; en efecto suponemos ya probado el que Dios había reconocido con milagros como auténtica la predicación de Jesucristo, luego resulta imposible el que admitiera un error en algo tan importante (véase el Tratado De revelatione tesis 31-34). Aparte de esto, Jesús no entiende la venida del Reino de Dios en un solo sentido; puesto que no solo la "Parusía" final, sino también toda la obra de Jesucristo significa ya la venida del Reino de Dios, aunque esta venida temporal esté ordenada a la "Parusía" final (véase San Mateo 12,21-28).

 

6. San Mateo 10,23: no se  acabarán las ciudades de Israel hasta que venga el Hijo del hombre. Luego Jesús pensó que su parusía estaba próxima (véase San Plateo 10,18; 24,36).

 

Puede darse una triple respuesta: 1) Pueden entenderse las ciudades de Israel en sentido estricto, esto es las ciudades que existían entonces, y la venida de Jesucristo puede entenderse, no de la parusía final, sino bien de la resurrección, bien del poder por el que será retirada la Ley Antigua en la Jerusalén destruida, o bien de la victoria de Jesucristo en la propagación de la Iglesia: de este modo explican este texto muchos autores (San Beda, Santo Tomás, Lagrange, Mangenot).

 

71.- 2) Puede también entenderse la venida de Jesucristo acerca de su parusía al fin del mundo, y entonces las ciudades de Israel serán o bien aquellas en las que habiten los israelitas hasta el fin del mundo, o bien aquellas en las que se encuentre la heredera de las promesas de Israel, a saber la Iglesia de Jesucristo: así piensan no pocos otros autores (Knabenbauer).

 

72.- 3) A la luz del texto de San Mateo 23,29-39, podemos interpretar la venida de Jesucristo acerca de su parusía final; y por ciudades de Israel pueden entenderse aquellas mismas que hay en el territorio de Israel; las cuales no se acabarán, puesto que al no aceptar los judíos la predicación de los Apóstoles que había sido iniciada en ellas, siempre habrá lugar a ir huyendo de una en otra, y por último deberán ser abandonadas, a fin de dedicarse a la conversión de los Gentiles (Hechos de los Apóstoles 13,46); y en un tiempo posterior, antes de la venida final de Jesucristo, se convertirá un resto de los judíos (Romanos 9,27; 11,5.25s). Así lo explican San Hilario y Santo Tomás, en su comentario a este texto, y muchos otros comentaristas de las Sagradas Escrituras.

 

73.- 7. San Mateo 16,28: algunos de los aquí presentes no morirán antes que vean al Hijo del hombre venir en su Reino.

 

Triple respuesta: 1) La venida de Jesucristo puede entenderse acerca de su transfiguración, la cual se describe en los versículos inmediatamente siguientes San Mateo 17,1-8; véase San Marcos 9,1; de este modo interpretaron este texto de modo unánime los Santos Padres, los occidentales hasta San Gregorio (muerto el año 604), los orientales hasta el siglo VIII. Véase la 2á epístola de San Pedro 1,16ss; Romanos 1,4.

 

74.- 2) San Gregorio Magno y San Beda (muerto el año 735) entienden la venida de Jesucristo en su reino acerca de la Iglesia propagada milagrosamente, véase San Marcos 9, 1ss; San Lucas 9,27. Estas dos interpretaciones solamente se encuentran hasta mitad del siglo XIII, y las propone Santo Tomás, en su comentario a este texto, y no cita otras.

 

3) Entienden la venida de Jesucristo en su Reino San Alberto Magno acerca de la Resurrección (véase Romanos 1,4), Cartusiano acerca de la Ascensión, el P. Mariana, al cual le sigue la mayor parte de los autores más modernos, entienden la venida de Jesucristo en su Reino haciendo referencia al poder y al juicio de Jesucristo en la destrucción de Jerusalén.

 

75.- 8. San Mateo 24,34: no pasará esta generación antes de que suceda todo esto. En los versículos anteriores se trata de la destrucción del templo y del fin del mundo (véase San Lucas 21,28).

 

Triple respuesta: 1) Muchos autores entienden por esta generación los coetaneos de Jesucristo, y en ese caso la expresión todo esto la entienden como la destrucción del templo y de la ciudad de Jerusalén (Dieckmann, Grandmaison, Lagrange, Simón-Dorado, Benoit).

 

2) Otros dicen que la expresión esta generación se refiere al pueblo de los judíos y juzgan que en este caso la expresión todo esto debe entenderse acerca de la destrucción del templo y del fin del mundo (Jerónimo, Knabenbauer, Prat, Ceulemans). Zapelena intenta perfeccionar esta explicación, al escribir que esta generación significa "principalmente en verdad la generación judía, sin embargo no exclusivamente, sino en cuanto solidaria y moralmente una bien con sus antecesores en el orden de la culpa bien con sus descendientes en el orden de la pena". En cambio todo esto "significa la pena toda entera que corresponde a la culpa nacional de la generación perversa" (véase San Mateo 23,29-39).

 

76.- 3) Otros dicen: esta generación hace referencia en sentido literal a los coetáneos de Jesucristo y en sentido típico al pueblo judío; estos mismos autores interpretan la expresión todo esto en sentido literal acerca de la destrucción del templo y de la ciudad de Jerusalén, en cambio en sentido típico acerca del fin del mundo (Fillion, Tromp).

 

De entre estas soluciones Santo Tomás, en su Comentario a este texto, presenta la primera, sin embargo juzga que debe preferirse la segunda, no obstante perfeccionándola de tal forma que "esta generación" se entienda acerca de todos los fieles que constituyen una sola generacion Eclesial que ha de durar hasta el día del Juicio.

 

N. B. Respecto a la doble pregunta que se formula a Jesucristo en el texto de San Mateo 24,3, a la primera pregunta responde en el texto de San Mateo 24,34 y a la segunda en el texto de San Mateo 24,36.

 

77.- 9. San Mateo 26,64: un día veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir sobre las nubes del cielo.

 

Respuesta. La palabra "amodo", (en griego: aparti), falta en San Marcos 14,26; y en San Lucas 22,69 leemos simplemente "ex hoc" (en griego: apo tu nin).

 

Con estas palabras Jesús anuncia a los Sacerdotes el cumplimiento en él de las profecías de las que habla el Libro de los Salmos 109,1 (véase San Mateo 22,42) acerca de la manifestación del poder de Dios, y el libro de Daniel 7,13, acerca de la venida en las nubes: lo primero lo pudieron ver ya entonces cuando estando Jesús colgado de la cruz el sol se oscurecía y hubo un terremoto, o después en la resurrección, en Pentecostés y en la propagación milagrosa de la Iglesia; y lo segundo se cumplió en la Ascensión y de nuevo todos lo veremos en la venida de Jesucristo para el Juicio final. Luego las palabras del Señor tienen un sentido muy adecuado, tanto si la palabra a modo significa proximidad como en el caso de que, signifique simple posterioridad.

 

78.- 10. Jesucristo mismo dijo: Mi Reino no es de este mundo (San Juan 18,36). Luego es meramente escatológico.

 

Respuesta. Según el contexto, distinguimos la mayor: Jesucristo dijo que su Reino por su origen y por su naturaleza no es mundano y terreno, el cual tenga como fin proporcionar bienes temporales y posea soldados los cuales luchen en favor de su Rey, concedo; dijo que su Reino no existía en este mundo, aunque no sea por su origen y por su naturaleza de este mundo, sino que tiene como fin el procurar sin armas los bienes eternos de sus ciudadanos, niego.

 

Jesucristo afirmó acerca de su Reino lo mismo que había afirmado acerca de Sí mismo y de sus Apóstoles: los que me diste no son del mundo, así como tampoco Yo soy del mundo; y sin embargo, hablo estas cosas en el mundo y estos están en el mundo (San Juan 17,11-16). Con su respuesta a Pilato Jesús le da por adelantado la solucion a la acusación de los judíos: Todo el que se hace Rey, va contra el César (San Juan 19,12); pues "no quita los bienes perecederos el que da el reino celestial".

 

La dificultad extraída de la Tesalonicenses 4,13-18 puede resolverse por la Tesalonicenses 5,1-3; 2á Tesalonicenses 1,7-2,5; véase 22 de San Pedro 3,8-16; San Mateo 24,36.42-44; D 2179-2181. Acerca de todo esto hablaremos después en el n2 538 y siguiente.

 

79.- III. Respecto a los que defienden un Reino meramente interno.

 

11. San Mateo 13,44s: El Reino de Dios es comparado a un tesoro escondido; luego es invisible.

 

Respuesta. Distingo el Antecedente. Es un tesoro escondido porque a causa de su excelencia no todos se dan cuenta fácilmente de él y porque debe ser preferido a todas las otras cosas, concedo el antecedente; porque es simplemente invisible, niego el antecedente.

 

80.- 12. Ahora bien San Lucas 17,21 dice, que el Reino está dentro de vosotros; luego es meramente interno.

 

Respuesta. Distingo el antecedente. Dice que el Reino está ya presente entre aquellos, a los que habla Jesús, concedo el antecedente; dice que, está dentro del interior de cada uno de aquellos Fariseos, niego el antecedente.

 

Véase el contexto, del cual se desprende que no puede entenderse el que Cristo hubiera dicho que el Reino de Dios estaba en los corazones de los Fariseos a los cuales habla el Señor.

 

81.- 13. San Juan 4,23: El Reino de Jesucristo es meramente espiritual, porque consta de aquellos que adoran al Padre en espíritu y en verdad.

 

Respuesta. Distingo. Estas palabras significan que el Reino de Jesucristo es primordial y principalmente espiritual, concedo; exclusivamente espiritual, niego.

 

82.- 14. Ahora bien en la Epístola a los Romanos 14,17 se dice que el Reino de Jesucristo es justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. Luego hay que pensar que se trata de un Reino espiritual.

 

Distingo. Primordial y principalmente, concedo; exclusivamente, niego.

 

83.- 15. Sin embargo en la 1ª Epístola a los Corintios 12,6.11 en el Reino de Jesús todo lo realiza el Espíritu.

 

Respuesta. Distingo. Como principio invisible en el cuerpo visible del Reino de Dios, al cual vivifica, concedo; como causa única que excluye todo elemento visible y externo del Reino de Dios, niego.

 

84.- Escolio. Jesucristo no solo predicó, según hemos visto, un Reino religioso y universal, sino que también dio a entender que la economía religiosa del Antiguo Testamento quedaría abrogada, y substituyó a esta por un nuevo orden religioso.

 

Decimos 1) Que Jesucristo dio a entender que el Antiguo Testamento quedaría abrogado, ya que no encontramos en los Evangelios palabras de Jesucristo que abrogen explícitamente el Antiguo Testamento. Y aunque en los libros del Antiguo Testamento se anuncia el Nuevo Testamento (Jeremías 31,31; véase Hebreos 8,8; Isaías 55,3), sin embargo los libros posteriores a los Proféticos ya no hablan acerca de esto y en tiempo de Jesucristo los judíos comúnmente tenían el Antiguo Testamento como perfecto y eterno. Ahora bien como el Antiguo Testamento en último término debía ser abrogado con la muerte de Jesucristo (Efesios 2,13-16), por esto nada tiene de extraño el que Jesucristo reconociera el Antiguo Testamento durante su vida: a) en la vida privada, es circuncidado y presentado en el Templo, celebra la Pascua (San Lucas 2,21.41); b) en la vida pública, admite el Templo (San Mateo 21,12), a los Sacerdotes (San Mateo 8,4), a los Escribas (San Mateo 23,3), al Sanedrín (San Mateo 26.,63), la prerrogativa que tenia el pueblo de Israel de prioridad de elección y de custodia de la revelación (San Mateo 10,6; 15,24; Romanos 3,2; 9,4), la Ley misma (San Mateo 19,16), el valor del Antiguo Testamento (San Mateo 5,17).

 

85.- La significación de la abrogación futura del Antiguo Testamento consta por las Palabras de Jesucristo mismo. Pues los elementos esenciales del Antiguo Testamento son: La Circuncisión (Génesis 17,10), el Templo (Éxodo 25,27), el Sábado (Éxodo 20,8; 31,12), la Pureza levítica (Levítico 11), la Prerrogativa del pueblo de Israel (Deuteronomio 7,6-14), la Ley misma (Éxodo 19,24 y en otros abundantes textos). Ahora bien Jesucristo equipara la Circuncisión a una curación (San Juan 7,22), anuncia que el Templo va a ser abandonado y destruido (San Mateo 23,38; 24,2), quebranta el Sábado y se declara Señor del Sábado y del Templo (San Juan 5,18; San Mateo 12,6.8), desecha la Pureza levítica (San Mateo 15,11), rechaza la Prerrogativa del pueblo de Israel (San Mateo 8,10ss; 21,43), completa y perfecciona la Ley misma, y quita los indultos de ésta (San Mateo 5,21-48).

 

86.- Decimos 2) que Jesucristo substituyó al Antiguo Testamento por su nuevo orden religioso, ya que expone de forma explícita la naturaleza meramente preparatoria de aquél y anunciadora de un nuevo orden que iba Él a establecer (San Mateo 11,10-14; San Lucas 24,44), y principalmente porque Jesucristo instituyó Una Nueva Alianza en su sangre, en vez de aquella alianza, que Yahveh por ministerio de Moisés había pactado con el pueblo de Israel en la sangre de las víctimas (Éxodo 24,5-8).

 

87.- Éxodo 24,8 (MOISES) tomó entonces la sangre (de los novillos) roció con ella al pueblo y dijo: "Esta es la sangre de la Alianza que Yahveh ha hecho con vosotros, según todas estas palabras".

 

San Lucas 22,20 (Y Jesús tomó) de igual modo después de cenar, el cáliz, diciendo: "Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre, que va a ser derramada por vosotros" (San Mateo 26,28; 1á Corintios 11,25).

 

La semejanza entre ambas Alianzas se ve por la forma; y las palabras mismas, que Jesucristo empleó, debían necesariamente traerles a la memoria a los Apóstoles la Antigua Alianza. Sin embargo también es manifiesta la diferencia, ya que la Antigua Alianza no se pacta en la sangre de los novillos, sino en la sangre preciosa del Hijo de Dios. Luego Jesucristo en la Nueva Alianza completó también y perfeccionó la figura dé la Antigua Alianza (véase D 712).


[1] Con el Título "de Hijo del hombre" anunciado por Daniel (7,13), Jesús se designa a sí mismo 80 veces en los Evangelios.