CAPITULO  II

 

    DE LA EXALTACIÓN DE CRISTO DESPUÉS DE ESTA VIDA

 

TESIS 30. CRISTO HOMBRE ES REY DE TODOS LOS HOMBRES Y PUEBLOS; Y ES REY TAMBIÉN EN CUANTO HOMBRE. SU REINO ES ESPIRITUAL; SIN EMBARGO, LE COMPETE *IN ACTU PRIMO+ POTESTAD DIRECTA TAMBIÉN EN LOS REINOS TEMPORALES.

 

753. Nexo. En el primer capítulo de este libro segundo tratamos, con S.Tomás, de la salida de Cristo de este mundo. Nos queda ahora el último paso que dar con el mismo sabio doctor para considerar la exaltación de Cristo. Como ya hemos adelantado por razones prácticas algunas cosas sobre la resurrección de Cristo (3 q.53-56) y sobre la ascensión (q.57), en la tesis 29, escolio 4s, n.747-749, hay que tratar ahora la cuestión de la sesión de Cristo a la derecha del Padre (q.58) y de su potestad judicial (q.59), cosas las dos que comprendemos bajo la noción de realeza de Cristo. Porque el mismo S.Tomás, en estas dos cuestiones, atiende expresamente a la dignidad de Cristo (cf. q.58 a.1 c; a.2 c;  a.3 c; q.59 a.4 ad 1).

 

754. Nociones. CRISTO HOMBRE, o sea, Cristo como este hombre. Se toma en el sentido en el que se indicó antes, tesis 19, n.492. Si alguno quisiera expresar esto mismo con la fórmula: Cristo como hombre, la palabra *hombre+ se reduplicaría en el sentido especificativamente menos propio (cf. tesis 19, n.493s).

 

Para que esta proposición: *Cristo hombre, o sea, este hombre Cristo, es rey+, sea verdadera, basta la comunicación de idiomas (cf. antes, tesis 16, n.372).

 

755. REY. La noción de *rey+ la tomamos de la Encíclica "Quas primas", que enseguida, en el n.763, vamos a aducir. En el sentido metafórico se dice rey el que en algún orden obtiene el oficio de gobernar a los hombres unidos en sociedad y conducirlos al fin común; oficio que cumple por el ejercicio de la triple potestad, a saber, legislativa, judicial, ejecutiva.

 

Que Cristo es rey en sentido metafórico, en razón del sumo grado de excelencia por el que sobresale entre todas las cosas creadas, es demasiado claro y no tratamos de este sentido en la tesis. Afirmamos, pues, que Cristo es rey en sentido propio.

 

756. DE TODOS LOS HOMBRES. En qué sentido Cristo debe ser dicho rey de los ángeles y de todas las cosas creadas lo expondremos después, escolio 3s, n.786s. Por *todos los hombres+ entendemos a cuantos existen después de la venida de Cristo. De los que vivieron antes hablaremos después, escolio 2, n.785.

 

757. CRISTO EN CUANTO HOMBRE. En esta segunda parte de la tesis damos un paso más. El vocablo *hombre+ se reduplica en sentido especificativo propio, del cual hablamos antes, tesis 20, n.521. Decimos, pues, que el Verbo, con su voluntad humana, gobierna a las criaturas. Parecería, quizás, que la palabra *hombre+ se reduplica en un sentido reduplicativo (cf. antes, tesis 19, n.496). Sin embargo, esto se diría menos rectamente, porque la potestad real no le compete a Cristo hombre por los principios de la naturaleza humana, sino que se le ha dado por la unión con la persona divina (cf. después, sobre todo el escolio 1, n.784).

 

758. REINO (βασιλεια). En un doble sentido, principalmente se toma esta palabra porque alguna vez significa la misma dignidad y potestad real de que está dotado el supremo rector de una comunidad, y alguna otra vez designa a la íntegra comunidad o sociedad en la que se ejerce aquella potestad regia.

 

REINO ESPIRITUAL. La potestad o autoridad se define en orden a la sociedad y ésta se especifica por su fin próximo. Así pues, se da el reino espiritual cuando el fin próximo de una sociedad perfecta es la satisfacción del alma.

 

REINO TEMPORAL se da cuando el fin próximo de la sociedad perfecta es la prosperidad pública temporal.

 

En esta tesis la palabra *reino+, cuando se trata del reino espiritual de Cristo, designa principalmente la misma potestad real, pero cuando se hace mención de *reinos temporales+, se indica una sociedad civil perfecta.

 

759. POTESTAD DIRECTA es la que versa acerca de una cosa por sí misma. Y potestad indirecta es la que versa sobre alguna cosa por la conexión que tiene con otra cosa acerca de la cual se tiene potestad directa.

 

POTESTAD DIRECTA IN ACTU PRIMO. La potestad, sea directa o indirecta, se puede considerar en sí misma y en ejercicio. La potestad en sí misma se dice potestad in actu primo, pero el ejercicio de la potestad se dice potestad in actu secundo.

 

760. Cristo en cuanto hombre tiene, según esta tesis, potestad espiritual directa in actu secundo, esto es, ejerce su potestad real en aquellas cosas que se ordenan próximamente a la santificación de las almas.

 

En cuanto a las cosas temporales, o sea, las que por su destino se refieren a la vida terrena, y en cuanto a las sociedades civiles, Cristo, por razón de esta potestad espiritual, a saber, por y en cuanto dichas cosas temporales están conexionadas con las espirituales.

 

Además, atribuimos a Cristo potestad directa temporal in actu primo. De donde se sigue que los reyes de la sociedad civil no son propiamente vicarios o mandatarios de Cristo, sino que lo serían si Cristo hubiese ejercido la potestad real que tiene in actu primo.

 

761. Adversarios. A. El laicismo, *peste de nuestro tiempo+, niega que Cristo hombre sea rey de todos los hombres y pueblos. Pero principalmente el laicismo impugna el que las sociedades civiles deban reconocer a Cristo rey.

 

Esto el laicismo lo niega acerca del mismo Dios, pero ataca principalmente a Cristo hombre, fundador de la Iglesia visible (D 2197).

 

B. Se suele citar a muchos teólogos antiguos que habían negado que Cristo, en cuanto hombre, había tenido potestad temporal directa in actu primo.

 

762. Doctrina de la Iglesia. A. Cristo hombre es rey de todos los hombres y pueblos. Símbolo de Epifanio: *... nuestro Señor Jesucristo... y él mismo rey+ (D 13). Símbolo Niceno-Constantinopolitano: *cuyo reino no tendrá fin+ (D 86; cf. antes, tesis 9, n.162).

 

LEON XIII: *... él mismo (Jesucristo) es principio y Señor supremo. Es decir, su imperio no es únicamente sobre las gentes de nombre católico... sino que abarca también a todos los que se encuentran desposeídos de la fe católica, de tal manera, que con toda verdad está bajo la potestad de Cristo la totalidad del género humano+. *El creador de la naturaleza humana y también redentor de la misma, el Hijo de Dios, es rey y señor del orbe de la tierra y obtiene la potestad suprema sobre los hombres, ya sobre cada uno, ya estando éstos asociados jurídicamente. Luego, debe tener vigencia la ley de Cristo en la convivencia humana y en la sociedad, de tal manera que sea maestro no sólo de la vida privada, sino también de la pública.

 

763. PIO XI: *... no hay quien no vea que el nombre y potestad de rey, y en verdad en su significación propia, es menester atribuírselo a Cristo, porque a no ser en cuanto que es hombre, no se puede decir que recibió del Padre la potestad, el  honor y el reino [Dan 7,13s], puesto que el Verbo de Dios, que tiene la misma substancia que el Padre, no puede no tener todas las cosas comunes con el Padre...+ (cf. D 2194s). *Y no hay ninguna diferencia en esto entre las personas particulares y las familias y las sociedades civiles, porque los hombres unidos en sociedad no están menos bajo la potestad de Cristo que cada uno en particular+ (D 2196).

 

El mismo Romano Pontífice, el año 1925, instituyó la fiesta de Nuestro Señor Jesucristo Rey como fiesta principal, con rito doble de primera clase, para celebrarla en la Iglesia universal la última dominica de octubre, *para que los misterios de la vida de Jesucristo, celebrados antes durante el año, como que se terminen y se coronen con esta solemnidad de Cristo Rey+.

 

764. B. Cristo es rey aun en cuanto hombre. Pío XI, en la Encíclica "Quas primas!, citada varias veces, tiene muchas expresiones que parecen afirmar eso. Así, v. gr., *... el nombre y la potestad de rey..., es menester atribuirlos a Cristo hombre porque, al no ser en cuanto que es hombre, no se puede decir que recibió del Padre la potestad, el honor y el reino+ (Dan 7,13s; cf. antes, n.763). *De donde se sigue, no solamente que Cristo tiene que ser adorado como Dios por los ángeles y los hombres, sino también el que los ángeles y los hombres obedezcan y estén sometidos a su imperio de hombre+ (D 2194).

 

No negamos, sin embargo, que otras expresiones de esta Encíclica se han de entender de Cristo hombre (cf. antes, n.754), de donde se podría decir que Pío XI no tuvo ante los ojos esta nuestra ulterior determinación.

 

765. C. Cristo hombre tiene un reino espiritual. PIO XI: *Sin embargo, tal reino, en un cierto modo principal, es espiritual y pertenece a lo espiritual...+ (D 2195). *... y sometidas a su imperio todas las criaturas, entregase a tu inmensa Majestad un reino eterno y universal, reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz+ (Prefacio de la Misa de Cristo Rey).

 

D. Cristo, en cuanto hombre, tiene potestad directa in actu primo también de los reinos temporales. PIO XI: *Por lo demás, torpemente erraría quien niegue a Cristo hombre el imperio de cualquiera realidades civiles, ya que él, de tal manera ha obtenido del Padre el derecho absolutísimo en todas las cosas creadas, que todas están, pues, abajo su arbitrio. Sin embargo, mientras vivió en la tierra, se abstuvo totalmente de ejercer este dominio...+ (D 2196).

 

Aunque con estas palabras de Pío XI se juzga generalmente decidida con autoridad aquella antigua controversia de los teólogos (cf. antes, n.761), la cosa no queda completamente clara, ya por la razón general antes indicada, n.764, ya porque no se ha de admitir fácilmente que el Romano Pontífice haya querido denunciar con estas tan duras palabras la sentencia de tales teólogos.

 

766. Valor teológico. A. Cristo hombre es rey: de fe divina y católica definida (D 86; cf. antes, tesis 9, nota 8). Cristo hombre es rey de todos los hombres y de todos los pueblos: doctrina católica (D 2196).

 

B. Es rey también en cuanto hombre: parecería doctrina católica (D 2194; cf. antes, n.763; cf. sin embargo antes, n.764).

 

C. Cristo hombre tiene un reino espiritual: al menos doctrina católica (D 2195). Pero también se debe decir: de fe divina y católica por el magisterio ordinario.

 

D. Cristo, en cuanto hombre, tiene también potestad directa in actu primo sobre los reino temporales: doctrina mucho más común entre los teólogos y parece cierta. Quizás se pueda decir también: doctrina católica (D 2195; cf. sin embargo antes, n.765).

 

767. Se prueba por la sagrada Escritura. A. Cristo hombre es rey de todos los hombres y pueblos. Antiguo Testamento. 1) Salmo 2,6.8: Yo he sido constituido rey por él sobre Sión, su monte santo... Pídeme y te daré en herencia las naciones, en propiedad los confines de la tierra. La mesianidad de este salmo consta, tanto por los testimonios del Nuevo Testamento (Hch 4,25; 13,33; Heb 1,5), como por la tradición judía y cristiana y por los argumentos internos.

 

Se enseña en este salmo que el Mesías, esto es, Cristo hombre, es rey cuyo dominio se extiende a toda la tierra, de tal manera que es rey de los reyes y de todas las naciones (cf. también el salmo 109).

 

768. 2) Is 9,6s (Heb 5s): el señorío se posará en su hombro y se llamará su nombre... Padre del siglo futuro (padre eterno, o sea que en la eternidad se mostrará para con sus súbditos padre benigno), Príncipe de la paz (príncipe pacífico). Grande es su poderío y su paz no tendrá fin, sobre el trono de David y sobre su reino se sentará...

 

La mesianidad de este texto se prueba, ya por el testimonio de S.Mateo (4,13-16), ya por la tradición cristiana (los judíos de época posterior a la venida de Cristo niegan casi todos el carácter mesiánico de este vaticinio), ya porque varias de las cualidades de este *niño+, que aparecen en este contexto, se cumplen en el Mesías y sólo en el Mesías.

 

Se enseña en este texto que el Mesías, verdadero hombre, *párvulo+, *hijo+, será rey que se sentará sobre el solio de David, fomentará un amor perdurable hacia sus súbditos en suma paz, extenderá más y más su reino y reducirá a la impotencia a sus enemigos (cf. también Is 11,1-16).

 

769. 3) Dan 7,13s: ... y he aquí que en las nubes del cielo venía como un Hijo del hombre. Se dirigió hacia el anciano y fue llevado a su presencia. A él se le dio el imperio, el honor y el reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron...

 

La mesianidad de este texto se manifiesta por las cualidades del reino predicho, el cual será universal y sempiterno (7,18.27).

 

La dificultad para la mesianidad personal de este vaticinio, que se podría poner por el hecho de que donde se explica esta visión se habla, no de la persona del rey, sino del reino (vv.18.22.27: al pueblo de los santos del Altísimo), fácilmente se soluciona si atendemos al argumento de la tradición (v. gr., Mt 26,64) y además consideramos muy común, ya en la antigüedad, ya en Daniel, que se identifica el rey y el reino.

 

Luego, el rey de los santos es designado simultáneamente con su pueblo, con su reino; de tal manera que Daniel, sin embargo, pensase más en la persona del rey que en el pueblo de los santos cuando describió el hecho de la colación de la potestad real, porque el rey mismo y no el reino es coronado solemnemente y recibe las llaves del reino. Daniel presenta, pues, al Mesías precisamente como hijo del hombre, como rey, cuyo reino es universal y sempiterno.

 

770. Nuevo Testamento. 1) Evangelios. Lc 1,32s:... el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la casa de Jacob por los siglos... Jn 18,37: Sí, como me dices, soy rey.

 

Mt 28,18-20: Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes... Este texto tiene una gran fuerza probatoria si se considera como compendio de los hechos y palabras de Cristo. Porque Cristo en el Nuevo Testamento aparece como dotado de potestad legislativa (v. c., Mt 5,22.28.32.34...; Jn 14,15), judicial (v. c., Jn 5,22.27; Hch 10,42), ejecutiva (Mt 25,34.41; Hch 1,18). Ahora bien, en virtud de su plenísima potestad (ergo = por eso), envía a los apóstoles como fundadores de la Iglesia, sociedad perfecta, la cual es, verdaderamente, el reino de Dios y de Cristo, como se muestra más detenida­mente en el tratado sobre la Iglesia.

 

771. 2) S.Pablo. 1 Cor 15,24s: Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el reino... Porque debe él reinar hasta que se ponga a todos sus enemigos bajo sus pies (Sal 109,1).

 

Cristo es rey de la Iglesia militante, sobre la cual ejercerá su potestad real hasta que someta a todos los enemigos. Entonces, por fin, le devolverá al Padre esta potestad real que le ha sido entregada a él.

 

3) Apocalipsis. 1,5:... y de parte de Jesucristo, que es... el príncipe de los reyes de la tierra. 17,14: pero, como el Cordero, que es Señor de señores y Rey de reyes, los vencerá. 19,12.16: Sus ojos, llama de fuego, sobre su cabeza muchas diademas... Lleva escrito en su manto y en su muslo un nombre: Rey de reyes y Señor de señores.

 

772. B. Cristo es rey también en cuanto hombre. En la sagrada Escritura se anuncia un rey de origen humano (hijo de David), al que es presentado explícitamente como hombre. Luego, si no hay una razón para que la dignidad real haya que apartarla de él en cuanto hombre, hay que decir que él es rey en cuanto hombre que es.

 

Ahora bien, ninguna razón aparece por la que Cristo no pueda ejercer la potestad real con su voluntad humana. Por el contrario, por razones internas se excluye, en cuanto hombre, la divinidad, aunque en el mismo lugar (Is 9,6; ver antes, n.768) ese niño sea llamado el Dios fuerte.

 

773. C. Cristo hombre tiene un reino espiritual. El argumento fundamental de esta afirmación es la concepción íntegra de la sagrada Escritura, que entiende el reino de Dios y de Cristo, en primer lugar, en orden a la santificación de las almas, el término de la cual santificación sea la salvación eterna sobrenatural.

 

Esto también aparecía claro en el Antiguo Testamento, aunque frecuentemente se emplean símbolos sensibles. Pero más claramente se muestra en el Nuevo Testamento, de tal manera que Cristo mismo, hacia el fin de su vida terrenal, pudiera decir: Mi reino no es de este mundo (Jn 18,36).

 

De hecho, la preparación para entrar en el reino de Dios y de Cristo, es la penitencia (Mt 3,2; 4,17); en él entra uno por la fe y el bautismo (Jn 3,3; Mc 16,16); propias son de este reino la humildad, la pobreza, la abnegación de sí, la castidad, la mansedumbre (cf. v.c., Mt 5,1-12 y en muchos textos); el precepto principal de este reino es el amor de Dios y por Dios, el amor de los hombres, incluso los enemigos (cf. v.c. Mt 22,37-40; 5,43-48); este reino se opone, no a los reinos de este mundo, sino al poder de las tinieblas (Col 1,13). Y todas estas cosas muestran que el reino de Cristo tiende próximamente a la santificación de las almas.

 

774. D. Cristo, en cuanto hombre, tiene también potestad directa in actu primo en los reinos temporales. De la sagrada Escritura apenas parece que se pueda deducir algo de esta afirmación, ya que los testimonios de ésta tratan realmente del reino espiritual de Cristo, aunque los símbolos empleados sean con frecuencia temporales. Esto consta por el número anterior 773.

 

775. Se prueba por la tradición. 1) Los Padres enuncian el hecho del reino de Cristo. Así S.AMBROSIO: *Somos reino de Cristo antes, después del Padre...+ (R 1274). S.CIRILO ALEJANDRINO: *Porque Cristo reinó e imperó en el orbe de la tierra. Y esto nos lo manifiesta cuando dice: Me ha sido dada la potestad en el cielo y en la tierra. Porque, aunque como Dios, tuviera potestad en todas las cosas, dice que por el ministerio de la carne se le ha dado lo que como Dios tenía. Cuando, pues, obtuvo el reino, puso al frente de nosotros a los santos apóstoles...+.

 

2) Atienden especialmente a la potestad judicial y ejecutiva, S.JUSTINO: *Porque, )cómo confiaríamos en un hombre crucificado que él... habría de juzgar a todo el género humano si no...+ (R 125). S.IRENEO: *... para que este Cristo Jesús, Señor nuestro... toda rodilla se doble... y haga juicio justo en todos+ (R 191). TERTULIANO: *... que Jesucristo vendrá con claridad... y para entregar a los profanos al fuego perpetuo+ (R 290; cf. R 31, 33, 101, 552, 647, 1014, 2262).

 

3) Enseñan una ulterior determinación de esta potestad real de Cristo. Gustaremos algunos breves textos de S.AGUSTIN: *Sin embargo, porque el mismo Cristo, de la descendencia de David, según la carne, pero Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos, él es rey nuestro y Dios nuestro: rey en cuanto que nació de la tribu de Judá según la carne, Cristo Señor Salvador; pero Dios nuestro porque es antes de Judá...+ (Enarrat. in Sal 75 n.1: ML 36,958). *Porque no es Cristo rey de Israel para exigir tributo o armar un ejército con la espada y derrotar visiblemente a los enemigos, sino que es rey de Israel que gobierna las almas porque las dirige in aeternum, porque conduce al reino de los cielos a los que creen, esperan y aman+ (Tract. in Io tr.51 n.4: ML 35,1765).

 

776. Razón teológica. A. Cristo hombre es rey de todos los hombres y pueblos. a) Por razón de la unión hipostática. En virtud de esta unión, el hombre Jesús es rey de todos, porque es verdadero Dios. b) Por razón de la redención, ya que nos libró del pecado, de la pena del pecado, de la potestad del diablo y nos hizo suyos (cf. antes, tesis 29, principalmente n.742).

 

777. B. Y es rey también en cuanto hombre. a) Según lo probado antes en la tesis 28, n.695, Cristo es sacerdote precisamente en cuanto hombre, y lo mismo se podría probar de Cristo Redentor; ahora bien, la función real de Cristo reviste y participa de la naturaleza de una y otra de esas funciones, esto es, de Sacerdote y de Redentor; luego Cristo es rey en cuanto hombre.

 

La posibilidad se prueba no sólo negativamente, porque no aparece ninguna razón de imposibilidad, sino también positivamente. Porque, para regir a otros, sobre todo si se trata del linaje humano universal, se requiere suma ciencia, suma rectitud, sumo poder. Ahora bien, consta que Cristo con su entendimiento humano tuvo suma ciencia (cf. antes, tesis 13); que en su voluntad humana tuvo suma gracia e impecabilidad (cf. antes, tesis 11.15); en su alma suma participación de la divina omnipotencia, de tal manera que ésta concurrió a los mismos efectos sobrenaturales (cf. antes, tesis 14).

 

El fin de la encarnación fue la virtud de la redención de los hombres por la humildad, la obediencia, la pasión, la muerte de Cristo como rey de todos los hombres, como hemos probado en esta tesis. Y concuerda con este cargo del Verbo encarnado, el que su voluntad humana, que es adorada por los ángeles y los hombres con un único y el mismo culto de latría que la divinidad de Cristo (cf. antes tesis 20), recibe y participa de la potestad real de Cristo hombre.

 

779. c) Las cosas inferiores en un determinado orden, son regidas por Dios mediante las superiores, no ciertamente mediante las superiores en cierto sentido, sino mediante las superiores simple y absolutamente, de donde se ha de decir que todas las cosas son regidas por el alma de Cristo, que es simple y absolutamente sobre toda criatura.

 

780. C. El reino de Cristo es espiritual. No se necesita de una prueba ulterior, ya que toda la obra del Verbo encarnado se ordena, sobre todo, a la salvación sobrenatural de los hombres.

 

D. También en los reinos temporales le corresponde la potestad directa in actu primo. Probamos hace poco, n.777-779, que la voluntad humana de Cristo participa de la potestad real de Cristo hombre; ahora bien, Cristo hombre tiene también potestad directa in actu primo en los reinos temporales por razón de su divinidad. Por otra parte, no se aduce ninguna razón convincente para que la participación de la divina potestad real en la voluntad humana de Cristo se limite a la sólo espiritual.

 

Una sola razón se suele aducir contra esta participación de la potestad real en cuanto a lo temporal. La primera consiste en esto, en que para la misión espiritual de Cristo y para dar a los hombres ejemplo de humildad y pobreza, parece conveniente que él tuviese tal potestad en las cosas temporales. Se responde que esto vale ciertamente respecto del uso de la potestad, pero no de la potestad misma in actu primo. La humildad y la pobreza se ponen todavía más de relieve, y no es obstáculo para la misión espiritual de Cristo que él tuviese la potestad que nunca había ejercido.

 

La otra razón se aduce por el hecho de que la mera potestad que nunca se reduce al acto es inútil. Esto, sin embargo, no vale cuando ya la sola potestad, independientemente del ejercicio, entraña perfección y contribuye a una mayor dignidad del sujeto, como sucede en nuestro caso. Muchas otras cualidades tuvo la naturaleza humana de Cristo que nunca pasaron al acto, como el don de lenguas, la ciencia perfecta de las cosas naturales.

 

781. Objeciones. 1. El Romano Pontífice es Vicario de Cristo en la tierra. Es así que el vicario participa de la potestad de aquél cuyas veces hace; luego el Romano Pontífice tendrá potestad directa in actu primo en los reinos temporales.

 

Concedo la mayor. Distingo la menor. El vicario participa de la potestad de aquél de quien es vicario, según la medida en que recibe la potestad, concedo la menor; ilimitadamente, niego la menor. Contradistingo la consecuencia. El Romano Pontífice tendría esta potestad directa si participara ilimitadamente de la potestad de Cristo, concedo la consecuencia; si participara ateniéndose a una medida, subdistingo: si Cristo le hubiese dado esta potestad para participarla, concedo la consecuencia; si de hecho no la dio, niego la consecuencia.

 

La potestad del Romano Pontífice como Vicario de Cristo, se participa según el fin de la Iglesia, pero este fin no es directamente temporal, como en el tratado de la Iglesia y en el Derecho Canónico más detenidamente se expone. Por lo demás, aunque participase de esta potestad, de ninguna manera podría el Romano Pontífice ejercitar aquella que ni el Señor mismo ejerce.

 

782. 2. En la Encíclica "Quas primas" se lee: *Que si los príncipes y magistrados... estuviesen persuadidos que ellos mandan, no tanto por derecho suyo, cuanto por mandato y en lugar del Rey divino...+ (AAS 17, 1925, 602). Es así que esto indica que los príncipes temporales son vicarios de Cristo Rey, luego Cristo no sólo tiene potestad directa in actu primo en los reinos temporales, sino que la ejercita in actu secundo.

 

Admito el texto y explico. El lugar aducido significa que los príncipes de este mundo son, dicho propiamente, vicarios de Cristo, niego; significa que ellos tienen la autoridad (recibida) de Cristo, en un sentido semejante a como el marido representa a Cristo en orden a su mujer, concedo. Contradistingo la menor.

 

El Sumo Pontífice poco antes, en esta misma Encíclica, había negado explícitamente que Cristo hubiese ejercido en esta vida terrenal el imperio de las cosas civiles, o el que lo ejerciera ahora (cf. D 2196). Las palabras aducidas no pueden, por tanto, tener el sentido que el objetante indica.

 

783. Cuál es el sentido legítimo de estas palabras, se deduce positivamente del hecho de que el lugar aducido se lee inmediatamente después de estas palabras: *Por lo cual, el Apóstol Pablo, aunque mandara a las mujeres y siervos que en su marido, en su señor, reverenciasen a Cristo, avisó, sin embargo, que no les obedeciesen como a hombres, sino únicamente porque hacían las veces de Cristo...+.

 

Pues bien, en tanto se puede decir que el marido *hace las veces de Cristo+ en el ejercicio de su propiedad con respecto a su mujer, en cuanto que la sujeción de la mujer debe ser otorgada a causa de Cristo que prescribió tal orden y sujeción. De donde, en verdad, la mujer en tal sujeción se somete principalmente a Cristo.

 

Por lo demás, ningún inconveniente habría en que se diga que los príncipes imperan por su mandato y en lugar de Cristo, en cuanto que Cristo es Dios. Porque S.Pablo, al tratar de los príncipes de este mundo decía: pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen han sido constituidas por Dios (Rom 13,1). Esta solución se hace valer por la expresión *por mandato del Rey divino+, que aquí emplea la Encíclica.

 

784. Escolio 1. Cristo, en cuanto hombre, tuvo verdadera potestad real, pero no primera ni suprema. La potestad real primera parece incluir estas dos cosas: independencia de toda potestad superior, y que esta potestad suprema se posea en virtud de los principios intrínsecos y esenciales de la naturaleza. Estas dos cosas, de tal manera convienen a Dios, en cuanto que es Dios, que no se pueden comunicar a la humanidad. En cuanto a la independencia absoluta es patente que lo otro no compete a la humanidad de Cristo, consta, porque la potestad real no conviene a Cristo hombre por razón de la humanidad, o sea, en virtud de los principios de ésta, sino que le es dado por la unión con la persona divina.

 

Sin embargo, la potestad de Cristo es verdaderamente propia y simplemente real. Más aún, esta potestad real de Cristo es más verdadera que la de cualquier rey meramente humano. Porque bien Cristo en cuanto que es hombre, bien cualquier rey legítimo, participan la divina potestad de regir; sin embargo Cristo de modo mucho más perfecto y eminente.

 

785. Escolio 2. Cristo, rey de aquellos que vivieron antes de su venida. Se puede aplicar a esta cuestión la solución que da S.Tomás acerca de la potestad judicial de Cristo, a saber, antes de la encarnación los juicios se ejercían *por Cristo, en cuanto que es Verbo de Dios, de la cual potestad su alma fue hecha partícipe por la encarnación, la cual está personalmente unida a él+ (3 q.59 a.4 ad 3).

 

Sin embargo, todos los hombres serán juzgados por Cristo en el último juicio en cuanto que es hombre, y así todos están sujetos a la potestad real de Cristo, aun en cuanto hombre.

 

786. Escolio 3. Cristo en cuanto hombre, rey de los ángeles. Pío XI expone explícitamente la doctrina tradicional y fundamenta: *De donde se sigue, no solamente que Cristo ha de ser adorado como Dios por los ángeles y los hombres, sino también que, a su imperio de hombre, los ángeles y los hombres obedezcan y estén sometidos, a saber, que por el exclusivo nombre de la unión hipostática, Cristo obtenga la potestad en todas las criaturas+ (D 2194).

 

Esta potestad real le compete a Cristo en cuanto hombre, como muestran las razones antes expuestas, n.778s.

 

En qué sentido Cristo, en cuanto hombre, ha de juzgar a los ángeles, no están de acuerdo los autores; a saber, si en el último juicio los ángeles buenos han de ser juzgados por Cristo en cuanto al premio esencial, y los ángeles malos en cuanto a la pena esencial. Con respecto a este punto S.Tomás sólo hace mención de aquel juicio de los ángeles que fue hecho por Cristo, en cuanto que es Verbo de Dios, desde el principio del mundo (3 q.59 a.6 c).

 

Pero Suárez juzga como más probable que también todos los ángeles han de ser juzgados por Cristo, en cuanto hombre, en el último juicio, por lo que se refiere al premio y al suplicio esencial, al menos con juicio de aprobación y de condenación.

 

787. Escolio 4. Cristo, en cuanto hombre, rey de las criaturas inferiores. En el sentido estrictísimo con el que en la tesis tomamos la palabra *rey+ (cf. antes, n.755), súbditos propios de Cristo Rey no pueden serlo más que las criaturas racionales. Sin embargo, en consecuencia con el modo de hablar de la sagrada Escritura, en la que Dios se dice rey de toda la tierra (Sal 46,8), Cristo puede ser llamado también rey de las cosas insensibles.

 

Aquí tiene también validez el principio de S.Tomás: *a quien se le encomienda también lo principal, se le encomienda también lo necesario+ (3 q.59 a.4 c). Ahora bien, todas las cosas inferiores se ordenan al hombre y, consiguientemente, al fin de la bienaventuranza, que es la salvación eterna.

 

788. Escolio 5. Cristo, en cuanto hombre, Señor temporal de todas las cosas del mundo. En todo lo anterior se atendía principalmente a la potestad de regir y gobernar a los súbditos, ya en orden espiritual, en el orden temporal. Ahora bien, respecto al dominio de propiedad de las cosas temporales que obtuvo Cristo en cuanto hombre, se ha de decir casi lo mismo que expusimos al hablar de su potestad en los reinos temporales.

 

789. Escolio 6. De las nociones afines de cabeza, señor, jefe, presidente, rey. Aunque estas nociones tengan lugar en Cristo junta y plenamente, parece que hay que asignar entre ellas una diferencia de no pequeña importancia.

 

Cabeza quiere decir influjo vital y una cierta excelencia de orden y de perfección y, simultáneamente, de gobierno externo (cf. antes, tesis 11, n.227s). Luego es una noción más amplia que la noción de rey y, por tanto, no atiende tan explícitamente a la potestad de mandar o de regir, y precisamente en sociedad perfecta.

 

Señor puede ser algo de orden meramente privado, por tanto no coincide plenamente con la noción de rey, aunque, por lo demás, los términos *Señor+ y *Rey+ están íntimamente conexionados.

 

Jefe, presidente, no son aquel término tan usado por la sagrada Escritura y empleado por innumerables pueblos en el correr de los largos siglos, para que con él se designara a aquel que gozaba de la autoridad suprema en una sociedad perfecta.

 

Rey, en el sentido de la Encíclica "Quas primas" (cf. antes, n.755), indica la suprema autoridad de jurisdicción en una sociedad perfecta. Algo peculiar tiene el término *Cristo Rey+, al que con todo odio persiguen los laicos y, simultáneamente, con mayor amor veneran tantos fieles y mártires de nuestros tiempos.

 

790. Escolio 7. Y está sentado a la diestra del Padre. Hay que exponer brevemente esta fórmula de la sagrada Escritura, que está tan estrechamente unida con la potestad real de Cristo.

 

Esta metáfora ya se decía del Mesías en el A.T.: Sal 109,1: Siéntate a mi diestra hasta... (cf. antes, n.707). Ahora bien, en el N.T. aparece con frecuencia: Mc 16,19: Y el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios (cf. v.c., Lc 22,69; Hch 7,56; Rom 8,34; Ef 1,20; Col 3,1; 1 Pe 3,22; Heb 1,3). Bien se puede decir que esta idea cunde por todo el Nuevo Testamento.

 

Con esta expresión se significa que Cristo tiene una parte totalmente singular en la gloria y poder de Dios Padre. Esto lo asegura de Cristo el N.T. precisamente después de la ascensión, porque por ésta Cristo entró en el cielo, como en lugar propio designado por Dios como habitación connatural de la gloriosa humanidad de Cristo y para el ejercicio de la potestad real.

 

791. Sólo a Cristo conviene propiamente estar sentado a la derecha del Padre, Hch 1,13: Y, )a qué ángel dijo alguna vez: Siéntate a mi diestra...? Sin embargo, *porque Cristo es cabeza nuestra, lo que se ha conferido a Cristo también en él nos ha sido conferido a nosotros+ (S.To. 3 q.58 a.4 ad 1).

 

Séanos permitido resumir toda esta economía de nuestra salvación por la íntima solidaridad con Cristo, con las palabras de S.Pablo con que ponemos fin a este nuestro tratado del Verbo encarnado, Ef 2,4-6: Pero Dios, rico en misericordia, por el grande amor con que nos amó, estando muertos a causa de nuestros delitos, nos vivificó juntamente con Cristo, por cuya gracia habéis sido salvados, y con él nos resucitó y nos hizo sentar en los cielos en Cristo Jesús.

 

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