SACRAE THEOLOGIAE

SUMMA I

THEOLOGIA FUNDAMENTALIS

 

 

TRATADO II

LA REVELACIÓN CRISTIANA,

O DE LA VERDADERA RELIGIÓN

AUT0R

P. Miguel Nicolau, S.J.

Profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia de Salamanca

 

 

L I B R O III

 

DE LA COMPROBACIÓN DEL HECHO DE LA REVELACIÓN CRISTIANA, ESTO ES, ACERCA DE JESÚS LEGADO DE DIOS

 

 

360. NEXO DEL TRATADO Y DIVISIÓN DEL LIBRO. Después del estudio de las fuentes históricas, de donde tendremos que extraer las pruebas, podemos comprobar ya el hecho histórico mismo de la revelación divina llevada a cabo por Jesucristo. Y si nos fijamos en lo más importante y lo más general, deberá quedar garantizado en este libro lo siguiente:

 

1.La demostración de la existencia histórica de Jesús Nazareno, existencia que ha de quedar firmemente asegurada en virtud de las fuentes (Capítulo I).

2.Hay que probar que Jesús testificó que él era el Legado de Dios, para enseñarnos la verdad (Capítulo II).

3. Debemos demostrar que ésta misma Misión Divina quedó comprobada tanto con criterios de primer orden como con criterios de segundo orden (Capítulo III).

 

De este modo Jesús aparecerá como el testigo fiel (Apoc 1,5) de aquellas verdades que ha oído al Padre (San Juan 15,,15); así nosotros le podremos decir: nosotros sabemos [científicamente] que has venido de parte de Dios como Maestro (San Juan 3,2).

 

CAPITULO I

ACERCA DE LA EXISTENCIA HISTÓRICA DE JESÚS NAZARENO

 

363. Aunque este tema es totalmente evidente e incluso los enemigos mismos de la Iglesia lo conceden plenamente, es menester sin embargo el tratarlo en profundidad, tanto por ser una exigencia erudita, como a causa de los adversarios que han surgido últimamente en algunos lugares.

 

TESIS 25. LA EXISTENCIA HISTÓRICA DE JESÚS NAZARENO LA CUAL CONSTA IRREFUTABLEMENTE POR LOS EVANGELIOS Y POR EL HECHO DE LA RELIGIÓN CRISTIANA (I), SE PRUEBA TAMBIÉN POR LAS EPÍSTOLAS DE SAN PABLO (II) Y POR LOS AUTORES PROFANOS (III).

 

364. ADVERSARIOS, esto es evolución en la negación de la existencia de Jesús. Esta negación proviene de los últimos años del siglo XVIII y tuvo a Voltaire (1694­1778) como predecesor, según el cual Jesús había sido un judío desconocido y que fue crucificado.

 

Los primeros adversarios deben recibir el nombre de mitólogos , ya que, según sus propias palabras pretendieron explicar la existencia de Jesús, como si se tratara de un mito.

 

Y así C.F.VOLNEY (1757-1820), inmerso en el racionalismo y apoyándose en el falso método de la historia de las religiones, en sus escritos del año 1791 considera a Jesús como un mito astral, esto es, como si redimiera de la fábulas astronómicas.

 

De modo semejante según CH. F. DUPUIS (1742-1809), que escribe poco después, en el año 1794. Jesús es un mito solar y la personificación del sol...; y así como el sol en su salida de la estación invernal bajo el signo de Aries restablece el daño introducido por los fríos anteriores, así el Dios de los cristianos bajo el símbolo del Cordero que repara los pecados, resucita a la nueva vida al comenzar la primavera. Los doce Apóstoles, según este autor, son los doce signos del Zodiaco; Pedro, sigue diciendo, con las llaves y la navecilla es el antiguo Jano a la cabeza de los doce deidades, que son los doce meses del año... El autor J.L. PERES, empleando este mismo método, refutó haciendo gala de su ingenio a éste autor; y llega a negar con dicho método la existencia de Napoleón, a pesar de que PERES escribía el año 1836.[1]

 

365. Hacia el fin del siglo pasado y a comienzos del siglo actual otros propusieron la existencia de Jesús como una personificación hecha de diversas tendencias bien filosóficas bien sociales.

 

Así BRUNO BAUER (1809-1882), queriendo explicar el origen del cristianismo a partir del helenismo romano, publicado en el 1877 su obra acerca de este tema; en el cual seguía a la escuela crítica de Turinga: según este autor, Jesús es la personificación de la idea cristiana, la cual dice que surgió de un elemento greco-romano (estoico-platónico) y de un elemento judáico (Josephus, Philo).

 

A. KALTHOFF (1850-1906), pretendía explicar la historia a base de las tendencias sociales y económicas: según este autor Jesús es la personaficación de cierta tendencia social comunista, que- se dio, dice él, en la espera mesiánico-apocalíptica de los judíos.

 

366. Al principio del presente siglo de nuevo aparecen los mitólogos a causa de los hallazgos procedentes de Egipto. Así dejándose llevar por su exaltación oriental unos varones peritos en sus artes, pero haciendo uso de una fantasía exagerada, pretendían mediante nuevos procedimientos hallar mitos en la humanización de alguna divinidad de una secta judía:

 

* J.M. ROBERTSON (nacido el año 1856), recurre a Josué y pretende explicar los evangelios suponiendo falsamente que se encuentra el culto a "Jesús" bajo el símbolo del cordero entre los cultos politeístas israelíticos, y que este culto está de acuerdo con el culto de la divinidad egipcia Osiris-Tammuz.

 

* Según W.B.SMITH la secta de los, cristianos es idéntica a la secta de los Nazarenos, la cual veneraron a algún Dios, a Jesús.

 

* P. JENSEN (nació el año 1861) afirmó que Jesús era una nueva edición de la deidad babilónica Gilgamesch, que unía en sí lo divino y lo humano, así como también Moisés y San Pablo y otros del

Antiguo y del Nuevo Testamento, y que era como una personificación del sol; de este modo el evangelio provendría de una cierta leyenda solar.

 

* A. DREWS (nació el año 1865) el año 1909 y siguientes provocó una gran conmoción a causa de su seguridad en la exposición y de su erudición; no obstante reúne con un método sincretístico, palabras anteriores extraídas de distintas escuelas: de la hipótesis astral y del culto israelita pre-cristiano y del parsismo, del agnosticismo, del helenismo...; y no procede ateniéndose a un método científico. En este autor todo son un cúmulo de congeturas y de hipótesis.

 

* Según DREWS Jesús debería ser Josué; ahora bien éste, dice Drews, no es un hombre histórico, sino cierta divinidad solar, de la tribu de Efrain, que guarda una semejanza con el Mesías de los judíos. Después de la primera guerra europea, a partir del año 1921 , se repitieron no raras veces las palabras dichas por Drews y por sus seguidores.

* P. L. COUCHOUD, médico, historiador de las religiones, el año 1924 en su libro El Misterio de Jesús, escrito todo él en un estilo elegante y abandonando los mitos y las teorías precedentes, rechaza a los liberales y a los escatologistas, dice que son insuficientes las pruebas acerca de la existencia de Jesús, y da una explicación suya; pues prefiere una explicación no mitológica, sino simbólica: dice que Jesús está en continuo "fieri" y que posee una realidad ideal en la mente de los creyentes.

 

* P. ALFARIC pretende explicar el hecho del cristianismo a base de la fusión del mesianismo judío con los mitos paganos de las deidades en cuyas religiones se habla de una salvación (Osiris, Attis, Mithra); sin embargo ésta explicación es rechazada también con crítica severa e incluso por los mismos racionalistas críticos y radicales.

 

367. LA DOCTRINA DE LA IGLESIA no hay por qué recordarla ahora de un modo especial, puesto que consta suficientemente por los símbolos y por el magisterio ordinario que la Iglesia enseña absolutamente la existencia histórica misma de Jesús, y consta también que ésta existencia histórica de Jesús pertenece a la fe divina y católica.

 

En el Sílabus de Pío IX se condena la proposición: "Jesucristo mismo es una ficción mística" (D.1707).

 

368. VALOR DOGMÁTICO en cuanto a la existencia histórica misma de Jesús: de fe divina y católica según acabamos de decir. Por lo que concierne a las distintas partes y enunciados de las tesis: es igualmente de fe divina y católica el que consta por los evangelios esta existencia histórica de Jesús; y el que se prueba también por las epístolas de San Pablo, es al menos de fe divina, ya que se contiene claramente en éstas escrituras, y es críticamente cierto el que se prueba por los autores profanos.

 

Si se examina desde un punto meramente crítico e histórico la existencia histórica misma de Jesús, es una verdad metafísicamente cierta por reducción.

 

369. LA PRUEBA DE LA PRIMERA PARTE no necesita de una explicación especial, ya que los Evangelios mismos y los Hechos de los Apóstoles, cuya historicidad ha sido probada y debe ser ya admitida sin ningún lugar a dudas, si contienen alguna verdad por mínima que sea, esta verdad es la existencia histórica misma de Jesús. Además la existencia misma y la naturaleza de la religión cristiana es un argumento virtual plenamente seguro en favor de éste tema que nos ocupa: en efecto los cristianos tenían la convicción de que la religión cristiana había sido fundada por un hombre histórico, Jesús, el cual creían firmemente había sido el Mesías, el Cristo; y así los que pertenecían a la religión cristiana recibieron este nombre de cristianos primeramente en Antioquía (Hechos de los Apóstoles 11,26) y eran llamados la secta de los Nazarenos (Hechos de los Apóstoles 24,5); así por una parte los símbolos más antiguos profesan la naturaleza humana de Jesús; así por otra parte le tenían como la víctima real inmolada en favor de la redención de los hombres, de éste modo sostenían la presencia real de Jesús en la Sagrada Eucaristía....

 

Y nosotros podemos detallar minuciosamente el espacio y el tiempo, la patria y el momento histórico en los que vivió Jesús: siendo Emperador Tiberio Cesar, siendo Procurador de Judea Poncio Pilato y Tetrarca de Galilea Herodes...(San Lucas 3,1); y muchísimos otros datos que se pueden decir acerca del momento y la historia de la vida de Jesús. Se demuestran con certeza y fuera de toda duda muchos lugares recorridos en Palestina por Jesús; y la cronología de su vida queda determinada dentro de unos límites ciertos. Así pues, no queda su existencia en la oscuridad, así como pudieron surgir dudas acerca de la existencia de Romero: se trata de un hecho totalmente distinto a los poemas épicos de Homero que versan acerca de Eneas, de Calypso y de Ulises...

 

Es tan grande la fuerza probatoria que se deriva de los evangelios y del hecho de la religión cristiana en favor de la existencia histórica de Jesús, que esta verdad, aunque conste con certeza moral, ésta certeza reductivamente metafísica.

 

370. LA PRUEBA DE LA SEGUNDA PARTE debe extraerse de las Epístolas de San Pablo cuya autenticidad todos la admiten. Hay que hacer esta prueba a causa de las modernas invectivas de Couchoud; y al mismo tiempo poseeremos los más antiguos testimonios históricos a cerca de la existencia histórica de Jesús y de la transformación de un mortal en Dios, poco después muerto aquél y de los judíos monoteístas mismos casó único en la historia, hacia el año 55, sin haber pasado el largo transcurso de tiempo que exigía Strauss para sus mitos (252).[2]

 

371. Viene bien el presentar el tema de tal forma que sigamos el orden cronológico de la vida de Jesús:

 

* Jesús tenía madre del pueblo de los Hebreos, y era adicto a éste pueblo y a su religión, ya que es "Nacido de mujer, nacido bajo la Ley..." (Gálatas 4,4).

 

* Tenía parientes ("hermanos") (I Corintios 9,5); y él mismo procedía de los antiguos patriarcas de los judíos, puesto que San Pablo dice acerca de sus propios deudos según la carne, o sea acerca de los judíos: ... Cuyos son los patriarcas y de quienes según la carne procede Cristo" (Romanos 9,3-5).

 

* Y era Hijo de David (Romanos 1,3; 9,5 Véase, Timoteo 2,8) e hijo de Abraham "al cual le fueron hechas las promesas y a su descendencia... habla como de una sola: y a tu descendencia, que es Cristo" (Galatas 3,16).

 

* Vivió pobre, "Siendo rico, se hizo pobre por amor nuestro, para que vosotros fuéseis ricos por su pobreza" (2 Cor. 8,9; Véase, Filipenses 2,7).

 

* Se da por supuesto que obró milagros, ya que San Pablo le atribuye a Jesús sus propios milagros y prodigios (Romanos 15,18 s.; Véase, I Corintios 1,22-25; 2 Corintios 12,12; Gálatas 3,5).

 

* Constituyó a los Apóstoles y en verdad en el colegio de los doce (I Cor. 15,5; 9,5).

 

* Instituyó la Sagrada Eucaristía ( I Cor. 11,23­-26)

 

* En la noche en que fue entregado (I Cor. 11,23); fue entregado por nuestros pecados (Rom. 4,25).

 

* Y fue inmolado (I Cor 5,7; Galatas 2,20).

 

* En la crucifixión (I Cor 1,17.23; 2,2.8; 2 Cor 13,4; Gálatas 3,13; Véase, Romanos 6,5-8).

 

* Y sufrió la muerte (Rom. 5,6 s.; 6,3-10; 8,34;

14,9); 1 Cor 15,3; 1 Thes. 4,14).

 

* Y en verdad de parte de los judíos (I Thes. 2,15) .

 

 * Fue sepultado (I Cor 15,4; Rom 6,4).

 

 * Y resucitó (I Cor 15,4 s.; Rom 1,4; 4,25; 8,34; I Thes. 1,10; 4,14).

 

* Y fue visto por los discípulos después de la resurrección (I Cor 15,5-7).

 

* Y por San Pablo mismo (I Cor 15,8; 9,1).

 

Así pues, según consta por lo que acabamos de decir, San Pablo no presenta la vida de Jesús siguiendo un orden cronológico, ya que sus epístolas son ocasionales y no pretenden transmitir una doctrina sistemática. No obstante contienen el esquema y las líneas principales acerca de la vida de Jesús y esto de un modo fijo y determinado, no de una forma nebulosa u oscura; de tal manera que se dá por supuesta absolutamente la existencia histórica y humana de Jesús.

 

372. Además, San Pablo propone los ejemplos de las virtudes de Jesús (en muchos textos), nombra a los discípulos de Jesús, y la doctrina que transmite acerca de la redención da por supuesta la existencia humana de Jesús.

 

Y en los discursos de San Pablo, como son los que tenemos en los Hechos de los Apóstoles, renunciados ante los judíos o también ante los paganos, propone la mesianidad de Jesús como un hecho totalmente histórico (Hechos Ap. 13,24-41; 17,3.18.31; 19,4; 26,23).

 

373. Acerca de la ciencia y de la veracidad de San Pablo al afirmar todo esto consta ya por el hecho de que se tiene a sí mismo como que sería el más miserable de todos los hombres, si se hubiera él mismo engañado (Véase, 1 Cor 15,19). Y podía conocer bien estos hechos, como cualesquiera otros hechos históricos notables de la época; y en verdad esto que él narra está totalmente de acuerdo con los evangelios, y por otra parte podía, si no hubiera respondido a la verdad histórica, ser refutado por los testigos vivientes; pues San Pablo escribe entre los años 50-60.

 

374. OBJECIONES siguiendo el pensamiento de Couchoud

 

1. En las epístolas de San Pablo solamente se haya una cierta imagen ideal de Jesús Nazareno, formada mediante internas experiencias y visiones de Pablo (Véase, Rom. 1 2 ss; I Cor 15,3 ss; Gálatas 4,4).

 

Respuesta: Negamos absolutamente lo indicado en la objeción, ateniéndonos a las pruebas que hemos dado en la tesis.

 

2. Insiste el que presenta la objeción: según la epístola I a los Corintios 2,8 San Pablo predicaba la sabiduría de Dios en forma de misterio, la cual sabiduría no la conoció ninguno de los príncipes de este mundo; pues si la hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria. De donde los príncipes de este mundo no conocieron al Señor, y fueron unos entes "míticos" los que le crucificaron.

 

Respuesta: La conclusión es totalmente arbitraria. Pues del hecho de que en la predicación y en la persona de Jesús hay misterios, no por ello ya dejan ambas de ser históricas: ni tampoco por el hecho de que los príncipes de este mundo no conocieron la sabiduría de Dios, no por este motivo ya no conocieron al Señor.

 

3. En la epístola a los Phil. 2,5-11 se encuentran elementos de idealización en la imagen de Jesús: la humillación y la muerte de un ser divino y la exaltación juntamente con la glorificación. Luego la existencia de Jesús no es sino el resultado de la idea cristiana.

 

Respuesta: Niego el antecedente y la consecuencia. Nadie hay que no se dé cuenta de qué forma tan gratuita, sin ningún fundamento se dice lo que se indica en la objeción. En el texto citado se encuentra ciertamente propuesto el misterio de la doble naturaleza en la persona de Jesucristo, quién, existiendo en la forma de Dios, no reputó codiciable tesoro mantenerse igual a Dios, antes se anonadó, tomando la forma de siervo... hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz... Ahora bien con este misterio concuerda bien la historicidad del mismo Jesucristo, según consta por este mismo texto y según hemos demostrado abundantemente por San Pablo.

 

4. En los más antiguos documentos de los cristianos, en las epístolas de San Pablo, Jesús aparece como Dios. Y así es llamado Kyrios, el cual nombre los setenta los reservan para Dios;. en el nombre de Jesús se doble toda rodilla (Phil. 2,10-11; Véase, Isaías 45,24 donde se dice de Dios ésta expresión); todo el que invocare su nombre se salvará (Rom. 10,13; Véase, Joel 2,32); porque en El fueron creadas todas las cosas del cielo y de la tierra (Col 1,15 s.19); es así que es extraño para un judío monoteísta el que Jesús hombre sea Dios; luego Jesús no es sino un héroe de alguna apocalipsis objeto de una experiencia mística, Dios de un misterio.

 

Respuesta: Concedo la mayor. Es ciertamente  verdad que en las epístolas de San Pablo Jesús aparece y es tenido como Dios. Distingo la menor.

 

Es extraño para un judío, el que algún hombre aparezca como Dios, a no ser que hubieran precedido pruebas sumamente eficaces, concedo la menor; sí han precedido estas pruebas eficaces, ahora niego la menor; y más aún esto es señal de que los judíos tuvieron tales pruebas eficaces. Y niego el consiguiente y la consecuencia.

 

5. Los escritos de Pablo, según los tenemos hoy, son la segunda edición refundida después de Marción, un siglo posterior a Pablo; pues la primera edición 6 cuerpo paulino fue el Apostolicon de Marción (hacia el año 140); ahora bien Marción, como agnóstico que era, negaba la realidad de la carne de Cristo.

 

Respuesta: Todo esto se dice de un modo totalmente gratuito , sin prueba alguna, y en contra de la verdad; en efecto consta con toda claridad, y lo confirman incluso los enemigos de la Iglesia, la originaria y primitiva antigüedad de aquellas epístolas de San Pablo en base a las cuales hemos argumentado. Véase, núm 370.

 

375. ESCOLIO. Podrá preguntarse si los escritos cristianos extracanónicos pueden aportar otra prueba eficaz en favor de la existencia histórica de Jesús. Sin duda en virtud de estas fuentes cristianas puede deducirse con toda certeza la existencia de Jesús Nazareno; sin embargo, puesto que muchos de estos escritos dependen del Nuevo Testamento, no pueden robustecer bajo un punto de vista crítico la fuerza de los anteriores argumentos extraídos del Nuevo Testamento. No obstante podemos indicar algunos escritos que pueden parecer independientes del Nuevo Testamento.

 

* Así HEGESIPPUS hacia el año 180 habla de ciertos parientes de Jesús (descendientes de Judas, hermano de Jesús) los cuales vivían en tiempo de Domiciano;

 

* ORÍGENES dice que se muestra en Belén la cueva del nacimiento de Jesús, y en la cueva el pesebre donde fue envuelto en pañales.

 

* Y QUADRATUS en su Apología (hacia el año 124) habla de las personas curadas y resucitadas por el Señor, que llegaron hasta su tiempo (R.109).

 

376. La prueba de la tercera parte la realizaremos considerando: A) Los testimonios judíos; B) Los testimonios gentiles.

 

A) TESTIMONIOS JUDÍOS

 

1. FLAVIO JOSEFO (hacia el año 37-105) de familia judía sacerdotal, estuvo en la guerra de los judíos contra los romanos, y se pasó a los romanos, y escribió entre los años 75­79 en arameo la obra sobre la guerra judía que fue posteriormente traducida al griego. Existen también algunas Adiciones de la antigua versión eslava, que faltan en la versión griega y fueron publicadas por BERENDTS (el año 1906) y por GRASS (año 1924); en estas adiciones se encuentran algunos datos acerca de Jesús y de sus obras. Autores más recientes consideran la versión eslava como interpolada; no obstante conserva su valor por lo que se refiere a la persuasión histórica acerca de la existencia de Jesús como persona histórica.

 

377. 2. El mismo FLAVIO JOSEFO escribió la obra Los tiempos antiguos de los judíos, obra terminada hacia el año 93 después de Jesucristo, en la cual se hayan dos testimonios acerca de Jesús:

 

"En aquél tiempo también vivió Jesús, hombre sabio, si es que se le puede llamar hombre. Pues realizó obras portentosas, fue maestro de los hombres, acogen la verdad con gozo, y atrajo a el a muchos judíos, e igualmente a muchos gentiles. Este era Cristo. Al cual habiéndole Pilatos condenado a ser crucificado, por haber sido delatado por nuestros príncipes, no obstante no dejaron de amarle, los que anteriormente le habían amado. Y al tercer día después de muerto se les apareció resucitado, habiéndose pronunciado profecías por inspiración divina acerca de esto y acerca de muchísimos otros prodigios sobre él. Y perdura hasta hoy el pueblo de los cristianos, así llamados a causa de él".

 

"Entre tanto Ananoel Joven, el cual ya hemos dicho que alcanzó el pontificado, era feroz y extraordinariamente osado, seguía también la secta de los saduceos, los cuales son crueles y despiadados en sus juicios por encima de los otros judíos, según hemos indicado antes. Así pues, siendo de esta índole Anano, habiendo pensado que se le presentaba una ocasión propicia, ya que Festo había muerto y Albino todavía se encontraba de viaje, reúne la asamblea de los jueces; y habiendo sido introducido en la asamblea Santiago, hermano de Jesús llamado Cristo, y juntamente con Santiago algunos otros, habiéndoles acusado de violar la ley, los entregó para que fueran lapidados..."

 

378. Este segundo testimonio, cuando habla acerca del martirio de Santiago, hermano de Jesús, llamado Cristo, si bien trata directamente acerca del martirio del Apóstol, es un fuerte argumento en favor de la existencia histórica de Jesús.

 

Acerca del primer testimonio preclaro hay tres sentencias sobre la genuinidad del texto:

 

a) Muchos dudan sobre ella o la niegan, ya que autores eclesiásticos bastante antiguos, los cuales por otra parte conocieron a JOSEFO, no hablan acerca del testimonio de éste (argumento basado en el silencio), si exceptuamos a Eusebio; o bien dudan por el hecho de que se extrañan de que FLAVIO JOSEFO, incrédulo, pueda llamar Mesías a Jesús.

 

b) Otros responden -y con razón, según parece- que los escritores eclesiásticos no tenían obligación imperiosa de hablar acerca de este testimonio; y que JOSEFO pudo hablar de aquella dignidad mesiánica y todas las otras prerrogativas de Jesús, sin que necesariamente le atribuya la misión mesiánica, así como después habla de Santiago "hermano de Jesús que es llamado Cristo

 

c) Otros admiten en grados distintos la interpolación en el testimonio de JOSEFO; v,gr. en cuanto a las palabras: "Este era Cristo".

 

379. 3.  OTRAS FUENTES JUDÍAS son:

 

a) MÍSHNA, o sea la colección de las leyes de las costumbres tradicionales extraídas de las escuelas de los fariseos, obra escrita a finales del siglo II;

 

b) Además el TALMUZ esto es el comentario al MISHNA, uno es el palestinense escrito en lengua aramea a comienzos de siglo V, y otro el babiloniense que se refiere a los siglos V y VI y está escrito en lengua arameo-babilónica, ambos transmiten en hebreo las palabras de los doctores antiguos.

 

Estas fuentes refieren algunos datos acerca de Jesús y profesan la existencia histórica del mismo.

 

En cambio las tradiciones de los doctores de Amoraim, siglo III) no son independientes de la narración de los evangelios; ya que surgieron por afán de calumniar y beben en fuentes cristianas, si bien con intención de odiar el cristianismo. De otro modo, esto es, incluso con independencia de la narración de los evangelios, hay que decir acerca de las tradiciones de los doctores de Tanais, los cuales se encontraban en Iamniae después de la destrucción del templo el año 70. Así, según el judío no católico J.KLAUSMER, se dan en estos escritos rabínicos noticias históricas fidedignas acerca de Jesús Nazareno: "Era llamado Jesús Nazareno; practicaba la magia (esto es, obraba prodigios, así como muchos otros, de aquella época) [!], y engañaba y seducía a Israel; menospreciaba las palabras de los doctores; comentaba la Escritura al modo de los fariseos; tenía cinco discípulos; declaró que el no había venido a añadir ni a quitar nada de la ley; fue colgado (crucificado) en la vigilia de la Pascua, puesto que venía en el día del sábado, ya que eran, dicen estos escritos rabínicos "seductor"; y sus discípulos curaban enfermos en nombre de Jesús".

 

En cuanto al Toledoth Ieshua (historia de Jesús), este libro según el testigo mismo. el judío no católico J.KLAUSNER carece de valor histórico; a no ser que se diga que es a lo sumo una confirmación de la persuasión universal acerca de la existencia histórica de Jesús.

 

380. B) TESTIMONIOS GENTILES.

 

Los testimonios de los paganos acerca de Jesús unos son polémicos en contra de los cristianos, como es el caso de lo que dijeron Celso y otros; otros testimonios son no polémicos. No tratamos acerca de los primeros, ya que estos dependen de las fuentes cristianas; ahora estudiaremos los otros, los no polémicos.

 

1. PLINIO SEGUNDO EL JOVEN, procónsul de Bitinia hacía una consulta por los años 111-113 al emperador Trajano a causa de la propagación del cristianismo; y al narrar el modo de comportarse de los cristianos, dice entre otras cosas: que los romanos los obligaban a que "maldijeran a Cristo" y que ellos "antes del amanecer se reunían y entonaban un himno a Cristo como a Dios". Acerca de este testimonio preclaro en favor de la propagación enormemente rápida de la religión cristiana puede plantearse la cuestión sobre si es una afirmación directa de la existencia histórica de Jesús, lo cual se dice e incluso de un modo bastante convincente, o solo es la afirmación de alguna divinidad.

 

2. CORNELIO TACITO, discípulo de PLINIO EL MAYOR, el cual había estado también en Judea en tiempos del emperador Tito, en sus Anales escritos entre los años 69-117, al escribir acerca del incendio de la ciudad de Roma en tiempos dé Nerón, dice que el rumor había sido desviado en contra de los cristianos y explica el nombre de cristiano por Cristo: "... el autor de este nombre Cristo había sufrido suplicio en tiempos del emperador Tiberio por el procurador Poncio Pilato...". Y este es el testimonio solemne del esclarecido historiador en favor de la existencia histórica de Jesús.

 

3. C. SUETONIO TRANQUILO escribiendo hacia el año 120 la vida del emperador Claudio dice lo siguiente acerca de él: "[Claudio] expulsó de Roma a los judíos, cuyo consejero era Cristo, los cuales ocasionaban constantes alborotos". Y en la Vida de Nerón encontramos: "...se les somete a los tormentos a los cristianos, raza de hombres que profesan un culto nuevo y nocivo...". Luego el primer testimonio extraído de la Vida de Claudio trata acerca de algún hombre, a saber de Cristo, cuya existencia se afirma, de donde han surgido la revuelta y las discusiones y las expulsiones de los judíos (acerca de las cuales véase Hechos de los Apóstoles 18,2): si bien este testimonio parece suponer que Cristo vivió en Roma.

 

4. Las actas que refieren los hechos acontecidos en tiempo de Poncio Pilato parece que se conservaron en Roma, como informes públicos y auténticos. En efecto a estas Actas parece hacer alusión San Justino, al referir los milagros de Jesús y al añadir: "Podéis conocer por las Actas escritas en tiempo de Poncio Pilato las obras que “fueron ciertamente realizadas por él [por Jesucristo]". Y tal vez haga alusión a estas mismas Actas Tertuliano en su Apologético.

 

381. Los testimonios profanos, no apócrifos, acerca del cristianismo, se encuentran coleccionados en Kch: 8.9 (el testimonio de FLAVIO JOSEFO acerca de la muerte de Juan el Bautista y de Santiago el Menor); 39 (acerca de la expulsión de los judíos de Roma en tiempos de Claudio hacia los años 49-52); 32 (sobre la acusación de Pomponiae Graecinae, años 56-57); 39.40 (sobre el incendio de Roma y la persecución de Nerón, año 64); 42.45 (del reino futuro de los judíos); 43.44.226 (acerca de la persecución de Domiciano, años 81-96); 28-31 (consulta de Plinio a Trajano a cerca de los cristianos y rescripto del emperador a Plinio, años 111-113); 36.38 (rescriptos de Adriano acerca de los cristianos año 125 y 132-134); 64 (rescriptos de Antonino Pío años 138-161).

 

382. OBJECIONES.

 

1. Si Jesús existió en realidad y fue tan egregia su figura histórica, no se explica el silencio acerca de él en los documentos profanos del siglo I.

 

Respuesta: De este silencio nada puede deducirse, ya que no existían tales historiadores coetáneos de Jesús, y tampoco el emperador César Augusto tuvo un biógrafo coetáneo; ni existe de aquella época la historia de las provincias del imperio, en concreto la historia de Siria y Palestina. Ahora bien FLAVIO JOSEFO al escribir quería agradar a los romanos, y calla muchos datos acerca de Palestina, y en concreto muchos sobre los movimientos mesiánicos y el cristianismo naciente.

 

Además el silencio de Jesús no es absoluto en los documentos profanos de este siglo, según hemos mostrado anteriormente.

 

2. Sin embargo la figura de un taumaturgos, cual se afirma que fue Jesús, debió ser conocida mucho más que todos los emperadores.

 

Respuesta: Debió ser conocida por aquellos que vivían en Palestina o mantenían una fácil comunicación con ella, concedo, debió ser conocida en cualquier lugar de la tierra, niego. La dificultad parece dar por supuesto que entonces existió la actual facilidad en la difusión de las noticias prácticamente en el mismo momento que ocurren. Sin embargo ni siquiera ahora se difunden muchos hechos admirables en realidad, ya que el elemento de difusión es el interés mismo y la disposición psicológica respecto de la persona o del lugar de donde proviene cierta noticia. Ahora bien no interesaba mucho a los romanos y a los gentiles lo que ocurría entre los judíos; más aún incluso los judíos mismos que vivían en la diáspora no parece que hubieran tenido conocimiento de Jesús antes de la predicación de los apóstoles (Véase, Hechos de los Apóstoles 2, 5-12; 13,13-41; 28,17-28).

 

Además el movimiento religioso del cristianismo primitivo no tenía entre los romanos aquella importancia que después iba a tener entre nosotros. En efecto toda nueva tendencia por regla general no despierta la atención de los coetáneos antes de que haga peligrar las instituciones vigentes. Por ello primeramente es ignorada, después es atacada por el mundo, finalmente es acometida violentamente con una apariencia dé método científico por los intelectuales y filósofos. Así se comportaron Celso, Porfirio... en contra del cristianismo.

 

3. ¿Por qué fueron posibles tales errores acerca de la existencia de Jesús en un asunto tan evidente?.

 

Respuesta: A parte dé la disposición dé la voluntad, la cual es la causa de aquello que es más claro que la luz sea tenido como oscuro, aquí tuvo importancia la tendencia hipercrítica exagerada en grado sumo y llevada hasta el extremo; y en algunos la lógica consecuencia dé sus falsos principios, a saber del hecho de que no admitieron como históricos los evangelios mismos, de donde sucedió que de lo falso se siguiera cualquier cosa, a saber la negación misma de algo totalmente evidente y por reducción metafísicamente cierto.

 


[1] Como que Napoleón no ha existido jamás. "usando hábilmente de analogías y de semejanzas, da por sentado que Napoleón es el sol, que su hipotética muerte en la isla de Santa Elena simboliza el ocaso de este astro en el occidente, que sus cuatro hermanos son las cuatro estaciones, sus doce mariscales, los doce signos del Zodiaco... Entre las numerosas refutaciones que suscitó el origen de todos los cultos ésta era tal vez la que suponía menos esfuerzo; y no era la menos eficaz". (PINARD DE LA BOULLAYE El estudio comparado de las religiones t.1 párrafo 112 p. 228; en la traducción española t.1 [1940] 221 s)..

 

[2] La primera epístola a los Tesalónicenses fue escrita entre el año 50 y 51; la epístola a los Gálatas el año 54; la primera epístola a los Corintios el año 55; y la epístola a los Romanos poco tiempo antes de la fiesta de la Pascua del año 58. Luego entre los años 50 y 60, poco tiempo después de la muerte de Jesús, se escribía acerca de él como de hombre y de Dios simultáneamente; lo cual es una señal de que en realidad Jesús es lo uno y lo otro, a saber hombre y Dios, para aquel que recapacite en que los israelitas eran tan entrañablemente monoteístas, y en que los cristianos obraron de distinto modo que los mahometanos y los israelitas con sus fundadores, Mahoma y Moisés, los cuales no fueron elevados al orden divino. Véase, BRAUN, o.c. 167-171. COUCHOUD admite que son argumentos de peso, sin embargo a causa de su prejuicio apriorístico no quiere admitir la divinidad de Jesús, véase, BRAUN página 174 y siguientes.