TEMA 24: LA IGLESIA DE CRISTO

 

24.1 Cristo, fundamento y Fundador de la Iglesia.

24.2 Reino de Dios e Iglesia en la predicación de Jesús.

24.3 Aspectos del misterio de la Iglesia.

24.4 Notas de la Iglesia.

24.5 La Iglesia, Pueblo de Dios y Cuerpo Místico de Cristo.

24.6 Misión de la Iglesia.

 

A) DESARROLLO

24.1 Cristo, fundamento y Fundador de la Iglesia

La Iglesia es una obra ad extra de la Trinidad. Su primer origen está en el libérrimo y arcano decreto del Padre eterno que decide elevar a los hombres a la participación de su vida divina[238]. Así, Cristo junto con el Padre, envió el Espíritu Santo para que santificara a su Iglesia, la impulsara a su propia expansión[239]. De este modo la Iglesia aparece como un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Cristo no sólo es el fundador sino el fundamento “Pues del costado de Cristo dormido en la Cruz nació el sacramento admirable de toda la Iglesia”[240] y es el fundamento constante de su Iglesia. La fundación de la Iglesia no se puede ver en un acto exclusivo de Jesús. No hay que pensar en un acto solemne mediante el cual la Iglesia hubiera sido proclamada, pues, no existe tal acto formal. La Iglesia creció a lo largo de la vida de Jesús conforme a su voluntad creadora y a su voluntad de extender el amor del Padre, que comparte con el Espíritu Santo, a todo el mundo. Pero ciertas acciones particulares de Jesús tienen especial significación, ya que revelan de modo especial su voluntad de fundar la Iglesia. Estos actos de Jesús se pueden clasificar de la siguiente manera:

Actos de Cristo que preparan la Iglesia (Actos preparatorios):

1) La constitución de la comunidad de los discípulos. “El germen y el comienzo del Reino son el pequeño rebaño de los que Jesús ha venido a convocar en torno suyo y de los que él mismo es el pastor . Constituyen la verdadera familia de Jesús[241].

2) Elección y misión de los “Doce”. “El Señor Jesús dotó a su comunidad de una estructura que permanecerá hasta la plena consumación del Reino. Ante todo está la elección de los Doce con Pedro como su Cabeza; puesto que representan a las doce tribus de Israel, ellos son los cimientos de la nueva Jerusalén. Los Doce y los otros discípulos participan en la misión de Cristo, en su poder, y también en su suerte”[242].

3) Vocación y misión de Pedro. Existe una voluntad explícita de Cristo que entre ellos haya uno que sea la Roca que dé consistencia (en los Evangelios Pedro siempre aparece en primer lugar) y que debe confirmar a sus hermanos. Tras la confesión de Pedro aparece la promesa de que Cristo edificará su Iglesia sobre la persona de Pedro y también sobre la Fe en que él es el Mesías.

La Última Cena del Señor en cuanto acto anticipador y recapitulador:

 La Última Cena es el acto fundacional que da sentido a los otros porque la Nueva Iglesia surge por la entrega de Cristo y la participación de los creyentes en ese tomar el cuerpo que es anticipada en la Última Cena. Se presenta al pueblo como la Nueva Alianza con el encargo de hacerlo en su conmemoración.

Los “Actos de Colación” de Cristo resucitado:

1) Manda , con todo el poder del Cielo, perdonar los pecados como fruto de la Cruz.

2) Colación del Primado a Pedro. Pedro es el signo de la potestad de Cristo sobre su Iglesia, cuando le dice que debe apacentar sus ovejas.

3) Elementos de misión y potestad. No es una potestad delegada sino la misma potestad de Cristo hecha presente porque representa a Cristo como pastor. Son representantes y lo harán a partir de un acto sacramental. Luego también, una vez resucitado les da la misión universal de predicar, santificar y gobernar. Todo esto cuando les manda perdonar los pecados atar y desatar y predicar su Evangelio por todo el mundo.

 

24.2 Reino de Dios e Iglesia en la predicación de Jesús

“El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Noticia, es decir, de la llegada del Reino de Dios prometido desde hacía siglos en las Escrituras. Para cumplir la voluntad del Padre, Cristo inauguró el Reino de los cielos en la tierra. La Iglesia es el Reino de Cristo presente ya en misterio”[243].

Las características del reino predicado por Jesús son:  1) Es  escatológico; 2) Está en crecimiento; 3) Es religioso, no es político; 4) Es universal; 5) Es de misericordia no de castigo; 6) Se accede al Reino por la conversión (metanoia); 7) El Reino de Dios es el Reino de Cristo, implica una conversión a Jesús, reconocer que El es el Hijo de Dios.

La pregunta sobre la relación entre el Reino y la Iglesia se planteó en el siglo XIX por parte del protestantismo liberal, concretamente a raíz de la afirmación de Loisy: “Jesús anunciaba el Reino y vino la Iglesia”. Según esta visión hay una ruptura entre el Reino e Iglesia, esta concepción se introdujo en el ambiente católico: el modernismo. Otro grupo de autores se enmarcó en la escuela escatologista (Bultmann, H. Küng, Schweitzer): “el Reino sólo se dará en la Parusía; ése era el reino del que hablaba Cristo aunque pensaba que era algo inminente y que se daría durante su vida”. También se mantuvo la línea de la ilustración protestante de corte racionalista (Harnack, Schleiermacher): “Cristo predicó el Reino de Dios, pero era meramente espiritual, la Iglesia surgió después. Entre ambos no existe relación. El cristianismo es una ética. Una realidad basada en el amor, que no afecta al hombre sino al espíritu”. Estas doctrinas fueron condenadas en el Decreto Lamentabili y en la Enc. Pascendi de San Pío X.

Más recientemente el Concilio Vaticano II en Lumen Gentium 5, al hablar de la relación entre la Iglesia y el Reino, afirma que la Iglesia recibe la misión de anunciar el Reino, y la misión de instaurarlo en todos los pueblos siendo ella misma “el germen y el comienzo de este Reino en la tierra”. Por tanto, se puede a modo de resumen decir: que la Iglesia es un agente al servicio del Reino, con misión de anunciarlo en el futuro e instaurarlo en el presente; la Iglesia es presencia germinal del Reino; la Iglesia vive en tensión escatológica hacia la consumación del Reino; el Reino y la Iglesia en parte se identifican y en parte se diferencian; y que la Iglesia ha sido fundada por Cristo, el mismo que ha predicado el Reino de Dios.

 

24.3 Aspectos del misterio de la Iglesia

La Iglesia es a la vez: sociedad dotada de órganos jerárquicos y el Cuerpo Místico de Cristo; el grupo visible y la comunidad espiritual; la Iglesia de la tierra y la Iglesia llena de bienes del cielo. Estas dimensiones juntas constituyen una realidad compleja, en la que están unidos el elemento divino y el humano[244].

La Iglesia es Misterio de Comunión. En la Iglesia es donde Cristo realiza y revela su propio misterio como la finalidad del designio de Dios: recapitular todo en él. San Pablo llama gran misterio al desposorio de Cristo y de la Iglesia. Porque la Iglesia se une a Cristo como a su esposo, por eso se convierte a su vez en Misterio. Contemplando en ella el Misterio, San Pablo escribe: el misterio es Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria [245].

En la Iglesia esta comunión de los hombres con Dios por la caridad que no pasará jamás es la finalidad que ordena todo lo que en ella es medio sacramental ligado a este mundo que pasa[246].

La Iglesia es sacramento universal de salvación. La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano: Ser el sacramento de la unión íntima de los hombres con Dios es el primer fin de la Iglesia. Como la comunión de los hombres radica en la unión con Dios, la Iglesia es también el sacramento de la unidad del género humano [247].

Como sacramento, la Iglesia es instrumento de Cristo. Ella es asumida por Cristo como instrumento de redención universal, sacramento universal de salvación, por medio del cual Cristo manifiesta y realiza al mismo tiempo el misterio del amor de Dios al hombre. Ella es el proyecto visible del amor de Dios hacia la humanidad que quiere que todo el género humano forme un único Pueblo de Dios, se una en un único Cuerpo de Cristo, se coedifique en un único templo del Espíritu Santo[248].

 

24.4 Notas de la Iglesia

Entendemos por notas ciertas propiedades esenciales de la Iglesia que la hacen exteriormente reconocible y discernible. Constituyen a la Iglesia en su ser, dimanan de la misma esencia de la Iglesia desde el centro mismo de su misterio; las notas son consecuencia de su naturaleza sacramental y condición sine qua non de su misión; según resume el Catecismo de la Iglesia  Católica, las notas de la Iglesia son:

1) La Iglesia es una: Tiene un solo Señor, confiesa una sola fe, nace de un solo Bautismo, no forma más que un solo Cuerpo, vivificado por un solo Espíritu, orientado a una única esperanza[249] a cuyo término se superarán todas las divisiones[250].

2) La Iglesia es santa: Dios santísimo es su autor; Cristo, su Esposo, se entregó por ella para santificarla; el Espíritu de santidad la vivifica. Aunque comprenda pecadores, ella es “ex maculatis immaculata” (“inmaculada aunque compuesta de pecadores”). En los santos brilla su santidad; en María es ya la enteramente santa[251].

3) La Iglesia es católica: Anuncia la totalidad de la fe; lleva en sí y administra la plenitud de los medios de salvación; es enviada a todos los pueblos; se dirige a todos los hombres; abarca todos los tiempos; es, por su propia naturaleza, misionera[252].

4) La Iglesia es apostólica: Está edificada sobre sólidos cimientos: “los doce apóstoles del Cordero”[253]; es indestructible[254]; se mantiene infaliblemente en la verdad: Cristo la gobierna por medio de Pedro y los demás apóstoles, presentes en sus sucesores, el Papa y el colegio de los obispos[255].

 La única Iglesia de Cristo que es: una, santa, católica y apostólica, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él. Sin duda, fuera de su estructura visible pueden encontrarse muchos elementos de santificación y de verdad[256].

 

24.5 La Iglesia, Pueblo de Dios y Cuerpo Místico de Cristo

Ninguna imagen tratada aisladamente abarca totalmente el misterio de la Iglesia. Pero hay imágenes más abarcantes que otras, de entre ellas la Iglesia como Cuerpo Místico y como Nuevo Pueblo de Dios son fundamentales.

i) Cuerpo Místico: La comparación de la Iglesia con el cuerpo arroja un rayo de luz sobre la relación íntima entre la Iglesia y Cristo. No está solamente reunida en torno a El: siempre está unificada en El, en su Cuerpo[257]. En esta imagen se destacan los siguientes puntos:

1) La unión indisoluble entre Cristo y la Iglesia: Cristo entra en el concepto de la Iglesia. De modo analógico podemos decir que esta unión es tan indisoluble como la Hipostática.

2) Unión vital entre Cristo y la Iglesia, de tal manera que la Iglesia existe como un misterio de comunión con Cristo.

3) El carácter mistérico o sobrenatural de la Iglesia: Misterio sobrenatural y espiritual, no espiritualista.

4) Esta imagen nos habla de una relación entre los sacramentos y la comunidad de gracia. La Iglesia tiene una estructura sacramental, de tal manera que dentro de los sacramentos hay un sacramento que según Santo Tomás, es el que hace la Iglesia: la Eucaristía.

5) Hay una implicación de los servicios o ministerios que se dan en la Iglesia y que la presentan como un organismo.

6) En este cuerpo, el principio vital o de unidad es el Espíritu Santo (es como el alma).

ii) Pueblo de Dios: Esta noción ayuda a profundizar en el misterio de la Iglesia de modo que:

1) Une el AT con el NT, así el Nuevo Pueblo de Dios se entenderá como la continuación del qahal Yahveh, comprendida tal novedad al margen de raza y cultura.

2) Hay continuidad en las ideas de vocación y de elección. A un cuerpo no se pertenece por voluntad propia, sino que se nace parte de ese cuerpo. Todos han sido llamados y convocados a formar este pueblo, esta vocación resume la antropología de la Iglesia. Se comprende que en la Iglesia lo fundamental es el ser cristiano (bautizado y confirmado); luego, vendrá la distinción jerárquica como una congregación dentro de la congregación, que está para el servicio de ella.

3) Implica también la idea de Alianza, fundamental tanto en el AT como en la Iglesia. Se requiere una respuesta de fe, obediencia y fidelidad. La Iglesia es portadora de la Alianza y sacramento de salvación.

4) Muestra cómo la Iglesia tiene como finalidad la alabanza y la gloria de Dios al igual que el qahal Yahveh del AT. Esta alabanza está ligada al desarrollo del sacerdocio de Cristo en la Iglesia: testimoniar las maravillas de Dios.

5) Pone de relieve el sentido escatológico de la Iglesia.

A modo de síntesis, de ambas nociones, se puede afirmar que: La Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, es decir, aquel que existe como Cuerpo de Cristo.

 

24.6 Misión de la Iglesia

Siguiendo el orden del Catecismo de la Iglesia[258] veremos: cuál es la misión de la Iglesia; su origen y fin; el motivo; quién conduce esta misión y por qué caminos.

El mandato misionero que la Iglesia ha recibido de Dios consiste en que ha sido enviada para ser sacramento universal de salvación, obedeciendo al mandato de su Fundador, se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres[259].

El origen de la misión de la Iglesia tiene su fuente última en el amor eterno de la Santísima Trinidad[260]; y el fin último de la misión no es otro que hacer participar a los hombres en la comunión que existe entre el Padre y el Hijo en su Espíritu de amor[261].

Del amor de Dios por todos los hombres la Iglesia ha sacado en todo tiempo la obligación y la fuerza, el motivo, de su impulso misionero: “porque el amor de Cristo nos apremia...”[262]. En efecto, “Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad”[263].

El Espíritu Santo es en verdad el protagonista de toda la misión eclesial[264]. El es quien conduce la Iglesia por los caminos de la misión, mismos que recorrió Cristo; esto es, el camino de la pobreza, la obediencia, el servicio y la inmolación de sí mismo hasta la muerte, de la que surgió victorioso por su resurrección[265].

Por último, algunas características concretas, propuestas por el Concilio Vaticano II, que debe tener el camino que la Iglesia debe recorrer en el cumplimiento de su misión, son: ser camino de conversión y renovación [266]; camino de paciencia[267]; de esfuerzo hacia la unidad de los cristianos[268]; y de diálogo respetuoso con los que todavía no aceptan el Evangelio[269].

 

B) RESUMEN

Los Actos de Cristo que preparan la Iglesia son: la constitución de la comunidad de los discípulos; elección y misión de los “Doce”; vocación y misión de Pedro. La Última Cena del Señor es un acto anticipador y recapitulador. Los “Actos de Colación” de Cristo resucitado son: manda , con todo el poder del Cielo, perdonar los pecados como fruto de la Cruz; colación del Primado a Pedro; y elementos de misión y potestad.

Las características del reino predicado por Jesús son:  es escatológico; está en crecimiento; es religioso, no es político; es universal; es de misericordia no de castigo; se accede al Reino por la conversión; y el Reino de Dios es el Reino de Cristo, implica una conversión a Jesús, reconocer que Él es el Hijo de Dios.

La Iglesia es Misterio de Comunión. En la Iglesia es donde Cristo realiza y revela su propio misterio como la finalidad del designio de Dios: recapitular todo en él. La Iglesia es sacramento universal de salvación. La Iglesia es en Cristo como un sacramento o signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano.

Entendemos por notas ciertas propiedades esenciales de la Iglesia que la hacen exteriormente reconocible y discernible: la Iglesia es una, santa, católica y apostólica.

La Iglesia es el Pueblo de Dios y el Cuerpo Místico de Cristo. A modo de síntesis, de ambas nociones, se puede afirmar que: La Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, es decir, aquel que existe como Cuerpo de Cristo.

El mandato misionero que la Iglesia a recibido de Dios consiste en que ha sido enviada para ser sacramento universal de salvación, obedeciendo al mandato de su Fundador, se esfuerza por anunciar el Evangelio a todos los hombres.

 

C) BIBLIOGRAFÍA

Concilio Vaticano II, Const. Lumen gentium, 1-17.

Concilio Vaticano II, Decr. Ad gentes divinitus, 1-9.

Concilio Vaticano II, Const. Sacrosanctum Concilium, 1-13.

Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis Humanae, 14.

Concilio Vaticano II, Decr. Unitatis Redintegratio, 4.

Juan Pablo II,  Redemptoris Missio, 21.23.50.55.

Catecismo de la Iglesia Católica, 748-870.
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NOTAS

[238]LG 2.

[239]AG 4.

[240]SC 5.

[241]cf. CEC 764.

[242]cf. CEC 765.

[243]cf. CEC 763.

[244]cf. CEC 771.

[245]cf CEC 772.

[246]cf CEC 773.

[247]cf CEC 775.

[248]cf CEC 776.

[249]cf  Ef 4, 3-5.

[250]CEC 866.

[251]CEC 867.

[252]cf CEC 868.

[253]Ap 21, 14.

[254]cf Mt 16, 18.

[255]CEC 869.

[256]cf CEC 870.

[257]cf CEC 789.

[258]cf CEC 849-856.

[259]AG 1; cf Mt 28, 19-20; cf  CEC 849.

[260]cf AG 2.

[261]cf RM 23; cf CEC 850.

[262]2 Co 5, 14.

[263]1 Tm 2, 4; cf CEC 851.

[264]RM 21.

[265]cf AG 5; cf CEC 852.

[266]LG 8.

[267]DH 14.

[268]cf RM 50; cf UR 4.

[269]cf RM 55.