30 de Diciembre
Traslado del cuerpo de Santiago
Autor: Archidiócesis de Madrid
De
hecho, por los breves apostólicos de dos papas, Gregorio XIII y Sixto V, se
celebra en Santiago y en España la fiesta de la Traslación.
El rey Herodes mandó decapitar a Santiago. Fue el protomártir de los Apóstoles;
luego le seguirían todos los demás y sucedió en la ciudad Santa de Jerusalén.
Este es el dato histórico y punto de partida de una leyenda que parece ser un
inverosímil juego imaginativo pero, como tantas veces sucede, la fantasía mejor
intencionada cubre los espacios en blanco que la historia no puede rellenar con
datos comprobables.
Y la leyenda se expone así resumiendo: Una vez muerto Santiago, los siete
discípulos que había llevado consigo cuando estuvo en España robaron por la
noche el cuerpo que Herodes prohibió enterrar y dejó expuesto a las aves, perros
y alimañas. Ocultamente lo llevaron hasta el puerto de Jaffa donde
milagrosamente encontraron una nave sin remeros ni piloto, pero con todo lo
necesario para una larga travesía. Ayudados por un viento favorable y sin
escollos ni tempestad arriban a Iria Flavia —hoy Padrón— cerca de Finisterre.
Con esto cumplen el deseo que les había encargado el propio Santiago previendo
el acontecimiento de su muerte.
Tierra adentro encuentran una gruta. Les parece sitio apto para depositar los
restos mortales. Manos a la obra, destruyen un ídolo de piedra de los paganos
del país y excavan en la piedra un sepulcro donde depositan el cuerpo con su
cabeza que habían transportado. Luego levantan una casa que será capilla.
Teodoro y Atanasio se quedarán custodiando la reliquia, mientras que los otros
cinco compañeros saldrán por los campos y poblados a predicar el Evangelio.
Cuando mueren los dos custodios reciben sepultura junto a los restos de
Santiago.
Las invasiones y guerras que se suceden en el lugar son factores determinantes
para que, junto con el mismo paso de los años, se relegue al olvido
transitoriamente tanto el lugar ya tapado por los matorrales como el tesoro que
contiene.
Cuando reina Alfonso el Casto se descubren los antiguos sepulcros y el rey manda
edificar un templo. Y otros monarcas le siguen. Es Compostela. Los papas
conceden privilegios, Urbano II desliga el obispado de la jurisdicción de Braga
y con Calixto II comienza a ser arzobispado. Los milagros y las maravillas se
producen en el tiempo para españoles y extranjeros. Se señala de modo muy
especial la protección en la larga lucha de reconquista llegando a aplicársele
el alias de "Matamoros" por haberlo visto con todas las armas precediendo al
ejército cristiano. Las rutas del peregrinaje de Europa comienzan a tener otro
camino para culminar el perdón de los pecados con arrepentimiento.