27 DE ENERO


LECTIO DIVINA

SANTA ÁNGELA DE MERICI


La fundadora de las ursulinas, primera congregación femenina dedicada a la enseñanza, nació el 21 de marzo de 1470 en el Desenzano, en Lombardía. Los padres de la santa, más piadosos que ricos, la educaron cristianamente. Ambos murieron cuando Ángela tenía 10 años, quien junto con sus dos hermanos se mudaron a la casa de un tío suyo.

A la edad de 25 años regresó a su pueblo natal. Quedó muy sorprendida de la ignorancia de los niños, a quienes sus padres no podían o no querían enseñar ni siquiera los más elemental del catecismo. Sintiéndose llamada a resolver este problema, decidió hablar con algunas amigas quienes de inmediato decidieron seguir generosamente a la santa. Las buenas mujeres con Ángela a la cabeza, empezaron a reunir a las niñas de la ciudad y educarlas sistemáticamente. Pronto, la obra empezó a tener sus frutos, y Santa Ángela fue invitada a fundar otra escuela en Brescia.

Hacia el año 1533, la santa empezó a formar a varias jóvenes selectas en una especie de noviciado informal. Doce de esas jóvenes se fueron a vivir con ella en una casa de las cercanías de la Iglesia de Santa Afra. Dos años después, 20 jóvenes se consagraron al servicio de Dios y la santa las puso al servicio de Santa Ursula, la patrona de las universidades medievales. Por ellos, las hijas de Santa Ángela han conservado el nombre de ursulinas. El 25 de noviembre de 1535 fue la fecha de la fundación de la Orden de las Ursulinas. Las ursulinas se reunían para la enseñanza y la oración, ejecutaban trabajos que se les encomendaban y procuraban llevar vida de perfección en la casa paterna.

Sin embargo, pese a los cambios, las ursulinas conservan hasta el día de hoy la finalidad para la que fueron creadas: la educación de las niñas, sobre todo de las niñas pobres. En las primeras elecciones, la santa fue nombrada superiora y ejerció ese cargo durante los últimos cinco años de su vida. A principios de enero de 1540, cayó enferma y murió el 27 del mismo mes. En 1544, una bula de Paulo III confirmó la Compañía de Santa Ursula, y la reconoció como congregación. Fue canonizada en 1807.


-Santa Angela de Mérici, virgen, Brescia (Italia). 1474-1540. Nació en Desenzano, pequeña ciudad italiana, el 21 de marzo de 1471, en una familia pobre, pero que leía antes de terminar el día la vida del santo.

Desde pequeña, Angela buscaba todos los medios para imitar en su casa las penitencias de los solitarios. A los diez años quedó huérfana de padre y madre; a los trece, después de muchas instancias, logró que la admitiesen a hacer la primera comunión, y algo después tomaba el hábito de terciaria de San Francisco.

Tenía veintidós años cuando se la vió juntamente con otras muchachas reunir a las niñas de la población para enseñarles el catecismo, y hacer otras obras de caridad. Angela tenía gracia para explicar la doctrina cristiana, y una ciencia infusa llenaba de sabiduría sus palabras. En Brescia continuó sus piadosas tareas. Después visitó los principales santuarios de Italia, y asociándose a una peregrinación hizo también el viaje de Palestina. Rezó delante de los Santos Lugares, pero sin verlos, pues al pasar por la isla de Candia se había quedado ciega. Recobró la vista cuando ya estaba de vuelta.

Al llegar a Brescia de nuevo, organizó definitivamente su Asociación de la Enseñanza, y dio a sus compañeras el nombre de ursulinas. Era en 1535. Los últimos años de su vida fueron una época de gran actividad externa y de muchos favores espirituales. Murió en 1540.


 

«Caridad y prudencia»  son las dos virtudes de Santa Ángela de Merici que pedimos al Señor que nos haga capaces de imitar.

En ellas se resume perfectamente la semblanza espiritual de esta incomparable educadora, que fue la fundadora de las Ursulinas.

Vive el cristianismo auténtico de sus padres, en Desenzano, perteneciente a Venecia junto al lago de Garda, en donde nace entre 1470 y 1475. Todas las noches se leía en familia el Santoral. Para poder llevar una juventud fuerte y espiritual, y comulgar con la máxima frecuencia, se hace terciaria de San Francisco.

Pierde a sus padres muy joven; y lo siente tanto, que llega a creerlo falta de confianza en Dios, y pide perdón por ello. Tiene que enfrentarse sola con una vida dura; y la supera, añadiendo prácticas fortificantes de penitencia.

Quiere hacer todo el bien posible; para ello, reúne a sus amigas; y durante toda su juventud, organiza con ellas catequesis entre gente humilde y visitas a enfermos y necesitados.

Con gran temple penitencial peregrina en 1524, a sus cuarenta años, hasta Tierra Santa y Roma, las tierras de Cristo y de su Vicario, el Papa Clemente VII, de quien es paternalmente recibida en audiencia.

Fue en Brescia - lugar en el que se afincó desde 1516 - donde fundó su familia religiosa. En medio de la Italia del Renacimiento, presa de la paganización en todas sus formas - desde la violencia hasta la literatura sexual -,  Ángela estimó que la tarea primordial estribaba en formar mujeres profundamente cristianas. Con tales miras reunió en torno a sí a algunas compañeras, a las que dio una Regla enteramente nueva para aquellos tiempos: nada de clausura, un mínimo de vida común y búsqueda de contactos humanos. Dos líneas de orientación serían las que sustentarían su apostolado: la enseñanza de las niñas y las misiones. Y, junto a esto, un ansia constante por responder a las necesidades del momento; para lo cual dejaba previsto que la Regla se había de poner al día de modo periódico. Ángela murió en 1540.

Desde el 25 de noviembre de 1535, el nombre de Ursulinas se irá desplegando por el mundo en el campo de la formación femenina; multiplicando su ideal en diversos Institutos y Congregaciones.

Al morir Santa Ángela de Mérici, el 27 de enero de 1540 en Brescia, las últimas palabras resumen su vida: "Sí, Dios mío; yo te amo".

Otros santos: Enrique de Ossó y Cervelló, presbítero; Julián, obispo; Vitaliano, papa; Julián, Avito, Dátivo, Vicente, Dacio y  Reatrio, mártires; Emerio, abad; Beato Marcelino de Forti, presbítero.