24 DE OCTUBRE


San Antonio María Claret, arzobispo, fundador

—Santos Félix, Audacto, Jenaro, Fortunato y Séptimo, mártires, africanos, en la persecucion de Diocleciano, 303.

—San Aretas y sus numerosos compañeros mártires, 523.

—San Evergisto, obispo de Colonia y mártir. Murió asaeteado por unos malvados cuando visitaba el monasterio de Santa Maria de Tongres, s. V.

San Proclo, patriarca de Constantinopla; trabajó enérgicamente en la extinción de los últimos restos del cisma oriental de palabra y con sus escritos. Por los que se han conservado se ve que las luces de su inteligencia igualaban a su celo de apóstol. Sus Cartas tratan de las disputas que se suscitaron en su tiempo sobre la Encarnación. Algunas de sus Homilías son un elogio acabado de la Virgen y de su maternidad divina; las demás hablan principalmente de Jesucristo, de sus misterios y de las fiestas más notables, Su estilo es conciso y sentencioso; abundan también los pasajes oratorios y espirituales. En el último año de su episcopado (447) se introdujo el Trisagio en la liturgia. Los orientales le atribuyen la revisión definitiva de la liturgia de San Juan Crisóstomo, en Constantinopla.

—San Maglorio, obispo, Bretaña, en Francia, s. VI.

—San Martín, abad. Francia, s. VII.

—San Marcos, solitario en la Campania romana, cuya vida dejó escrita el papa San Gregorio, s. VI.