4 DE JULIO

 

-Santa Isabel, reina de Portugal, 1336.

-Los profetas Oseas y Ageo, 766 y 520 a. de Jesucristo.

-San Laureano, obispo de Sevilla y mártir. Nació en Hungría; se convirtió en Milán y allí fue ordenado de diácono. Pasó después a España y fue elevado a la sede de Sevilla. Vuelto a Italia, cayó en poder de los soldados de Totila, que le mandó decapitar; ¿hacia 544? Venérase su cabeza en Sevilla.

-San Jucundiano, mártir, África.

-Santos Inocente y Sebastián, con otros treinta mártires, Sirmio (Yugoslavia).

-San Nanfarión, mártir, Madaura (África).

-San Teodoro, obispo de Cirene (África), 310.

-Santos Flaviano y Elías, obispos de Antioquía y Jerusalén, 518.

-San Uldarico o Ulrico, estudiante en San Galo, Suiza, y discípulo en Augsburgo de Adalberón, obispo de esta ciudad; pasó a Roma siendo todavía bastante joven. El papa le recibió en audiencia, e inspirado de lo alto y poniéndole las manos sobre su cabeza, le dijo: "Ha muerto Adalberón, tú serás su sucesor." En efecto, volvió a su patria, halló que había muerto el obispo y el pueblo le aclamó por su prelado. Reconcilió, siendo pastor de esta cuidad, a los emperadores Otón y Rodulfo. Gobernó muchos años su diócesis y falleció el de 963.

-La traslación de San Martín, obispo de Tours.

-San Aureliano, obispo de Lyón, 895.

-San Andrés de Creta.