30 DE AGOSTO

 

- Santos Emeterio y Celedonio, soldados, mártires, Calahorra, persecución de Diocleciano.

- Beato Juan de Mayorga y cuarenta compañeros mártires.

-Beatos Juan de Perusa y Pedro de Sasso-Ferrato, martirizados en Valencia en 1230. Discípulos de San Francisco de Asís, se ofrecieron al santo para predicar el Evangelio entre los mahometanos. En Teruel construyeron una iglesia y desde allí salieron durante muchos años a predicar por tierras de Valencia. Entre las conversiones ruidosas que hicieron, fue una la del rey de Valencia, Azote, que abolió el mahometismo como religión en todos sus dominios.

- San Miguel Ghebra, mártir († 1855)

-Santos Félix y Adaucto, mártires, Roma. 303.

-Santa Gaudencia, virgen y mártir, Roma.

-San Pammaquio, senador. Amigo de San Jerónimo, delató a Jovinciano ante el papa Siricio como fautor de herejía, y ayudó a San jerónimo para escribir sus tratados contra el heresiarca. Casó San Pammaquio con Paulina, hija de Santa Paula; pero la perdió a los tres años. El resto de su vida lo consagró a obras de piedad y de celo, predicando con la palabra y los escritos a los donatistas del Africa, entre los cuales tenía él sus esclavos. Por ello mereció elogios de San Agustin, que le escribió algunas cartas, 410.

-Sesenta mártires en Sufétula del Africa, 399.

-Santos Bonifacio y Tecla, que dieron al Cielo doce hijos mártires, Adrumeto (Africa). 250.

-San Fantino, confesor, Salónica (Grecia), 870.

-San Fiacro, confesor, Meaux (Francia), 570.

-San Pedro, confesor, Trevi junto a Roma, s. XI.

-San Bononio, abad, Bolonia (Italia), 1026.

-Santos, Pelayo, Arsenio y Silvano, mártires y monjes del monasterio de San Pedro de Arlanza, Burgos. El monje Pelayo de Arlanza va unido a la epopeya de Fernán-González; él se aparece al conde antes y después de sus encuentros con los moros; el conde le ve montado a caballo al lado del Apóstol Santiago, le conforta en los sueños, le favorece en las revueltas de los vasallos. Un documento dudoso de Fernando I parece dar a entender que Pelayo y sus dos compañeros sufrieron el martirio a manos de los sarracenos hacia mediados del siglo X. Así se cree en la comarca, y como mártires los venera la región bañada por el Arlanza, donde no hay iglesia que no posea alguna reliquia de los monjes de San Pedro.