7 DE AGOSTO

 

-San Cayetano de Tiena (Italia), 1547.

-Santa Juliana de Monte Cornillón († 1258)

-San Mamés, mártir. Este mártir de Capadocia, tan alabado de los Santos Gregorio y Basilio, tuvo por padres a dos insignes confesores de Cristo, que padecieron en Cesarean. Mamés vino antes de tiempo al mundo, pues su madre Rufina le dió a luz en medio de los tormentos. Ammia se encargó de la crianza del niño, y le educó cristiana y literariamente en las escuelas de Cesarea. El emperador Aureliano publicó un edicto prohibiendo la instrucción a los niños cristianos; el gobernador le hizo comparecer a su presencia para hacerle apostatar; no pudiendo, se le envió al mismo Aureliano, que estaba en Egea. Tampoco lo logró éste y le mandó ahogar en el mar. El Cielo le salvó y llegó a Cesarea; un ángel le instruyó en los misterios más sublimes de nuestra religión. Después se sucedieron nuevos interrogatorios ante los gobernadores y el emperador, las luchas en el circo con los leones, y finalmente un gladiador le remató en la arena del anfiteatro de Cesarea, 273.

-San Donato Hilariño, obispo y mártir, Arezzo (Italia) 362.

-Santos Pedro y Julián, con otros dieciocho mártires., Roma, s. III.

-San Fausto. mártir, Milán, s. II.

-Santos Carpóforo, Exanto, Casio, Severino, Segundo y Licinio, mártires, Como (Italia), s. II.

-San Domecio, monje y mártir, Mesopotamia, 363.

-San Victricio, obispo de Rouen (Francia), 415.

-San Donaciano, obispo de Chalons (Francia), 136.

-San Alberto, confesor, Mesina, 1306.

-Beato Ulrico o Uldarico, obispo de Passau (Austria); descendiente de los condes de Haeft, extendió notablemente la orden de Canónigos Regulares por toda Alemania y reunió muchos concilios para promover la reforma del clero, constituyéndose en defensor de los cánones de la Iglesia contra los señores feudales.