Sansón
 

En hebreo Simsón; fue el último de los Jueces de Israel. Originario de la tribu de Dan, al sur de Palestina (v.), se vio envuelto en una serie de episodios con los filisteos (v.) que por aquella época se habían asentado en la costa meridional de Palestina, fundando una confederación de cinco ciudades-estados (Idc 3,3) al modo griego. Las hazañas de S. se hallan narradas en los cap. 13-16 del Libro de los jueces (v.). En contraposición con los demás Jueces, S. no aparece claramente como el liberador de su tribu, ni al frente de ella; sus hazañas son siempre de carácter personal. De su fuerza quedó memoria imborrable en Israel. Los cap. 14-16 nos narran cómo contrajo matrimonio con una filistea de Timnah que le traicionó, arrebatándole y declarando el secreto del enigma propuesto por él a los participantes en la boda. Para desquitarse de la apuesta perdida, S. mató a 30 filisteos de Ascalón, con cuyos vestidos pagó. Cuando luego quiso reclamar a su esposa, resultó que su padre la había entregado a otro. S. tomó pie de este ultraje para dañar a los filisteos: valiéndose de 300 zorras o chacales atadas de dos en dos prendió fuego a sus mieses. Aquéllos exigieron a su tribu que les fuera entregado S.; éste accedió, pero una vez frente a sus enemigos, se deshizo de ellos con una quijada de asno. En otra ocasión, habiendo descendido a Gaza (v.), a casa de una meretriz, escapa al asedio de sus enemigos cargando con las puertas de la ciudad por la noche. Pero su fin fue trágico, otra vez traicionado por la nueva mujer filistea que había tomado. Como la primera, Dalila descubre y revela el secreto de su fuerza, coaccionada por los príncipes dejó cortar la cabellera y se encontró inerme ante sus enemigos; éstos le humillaron y sacaron los ojos. Recobrada otra vez su fuerza, S. se venga de ellos derribando las columnas del templo de Dagón, su dios, donde se han reunido y adonde le han llevado para que les divierta. Y allí muere aplastado junto con sus enemigos.

Es difícil de precisar el alcance histórico de estos relatos por tratarse de viejas tradiciones de la época tribal de la nación, sometidas a la transformación épica, propia de su género. Sin embargo, la historicidad de base está asegurada por los datos geográficos y políticos que cuadran bien con el momento histórico, principios del s.XI a. C., cuando todavía era posible la convivencia entre filisteos e israelitas, aún no bien asentados en Palestina. El conflicto estallará en años posteriores. Otra garantía de historicidad la ofrece el proceder moral del héroe. Aunque yahwista declarado, aparece dominado en su actuación por las mujeres, extranjeras, contra la legislación hebrea. El redactor no construye, pues, un héroe ficticio, sino que respeta al tipo humano cuya actuación sirvió para contrarrestar la presión filistea sobre Israel. Éste fue el único sentido de su actividad como juez, durante los 20 años que le atribuye el texto bíblico (Idc 15,20; 16,31).

Por otra parte, estas tradiciones populares están integradas en un marco teológico que da razón del carisma del juez, su fuerza. Desde luego, cada una de sus hazañas es fruto de la irrupción en S. del espíritu de Dios (13,25; 14,6.19; 15,14). Pero, además, se sabe que esa fuerza es una aptitud permanente de S. y tiene su explicación en una vocación previa. El cap. 13 dramatiza este dato: S. es un elegido de Dios desde antes de nacer, hijo de la promesa a una madre estéril y consagrado a Yahwéh desde el seno de ésta. Será así un nazir, sometido a las normas del nazareato (Num 6,2-21). Precisamente la ruptura de esta consagración a Dios, como consecuencia de su debilidad por una mujer extranjera, le acarreará la desgracia. Lección de gran actualidad en la época monárquica de Israel. La exégesis liberal pretendió hacer de S. un mito solar (su nombre se derivaría de semen, sol) o una leyenda mítica, a la manera del Gilgamesh (v.) mesopotámico o el Hércules (v.) griego.

V. t.: JUECES DE ISRAEL, LIBRO DE LOS.


G. DEL OLMO LETE.
 

BIBL.: V. ZAPLETAL, Der biblische Samson, Friburgo 1906; M. 1. LAGRANGE, Le livre des fuges, París 1903, 258 ss.; L. DESNOVERS, Histoire du peuple hébreu, 1, París 1922, 191-208; R. TAMISIER, Le livre des fuges, en La Sainte Bible, PIROT-CLAMER, París 1949, 246-267.
 

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991