Romería
Práctica religiosa que consiste en visitar,
individual o colectivamente, algún santuario o lugar sagrado para honrar a Dios,
ofrecerle acciones de gracias, invocar su perdón, obtener de su liberalidad la
atención a nuestras peticiones, etc., bien directamente (en el caso de lugares
sagrados dedicados a la misma Divinidad, a la Trinidad Santísima, a alguna de
sus Personas o a cualquiera de los aspectos de la Santísima Humanidad de
Jesucristo), bien a través de la intercesión de la Santísima Virgen, de los
ángeles o de los santos (en los casos de lugares destinados a venerar su
memoria, el lugar de su aparición, etc.).
En su origen, el término r. designaba solamente un caso particular de estos
desplazamientos por motivo religioso: ir de romería, ser romero, significaba
viajar a Roma para visitar las tumbas de los gloriosos Apóstoles Pedro y Pablo y
honrar al Romano Pontífice, Cabeza visible de la Iglesia y sucesor de S. Pedro.
Con el paso del tiempo el término se ha generalizado viniendo a ser, en lengua
castellana, casi sinónimo de peregrinación, aunque hay ciertos matices que
permiten diferenciar ambos conceptos: peregrinación parece poner más de relieve
el aspecto penitencial y también el de lejanía, abandono del lugar y ambiente
habituales, el aceptar cierta condición de extranjero, etc. En este sentido
fueron particularmente notables las peregrinaciones (v.) a Tierra Santa (v.),
Roma y Santiago de Compostela (v.) y, más recientemente, a Lourdes (v.) y Fátima
(v.), etc.
En ocasiones, algunas r. han catalizado en torno al fenómeno religioso -que, de
ordinario, ha permanecido como núcleo de la celebración- manifestaciones
folklóricas diversas, fiestas populares, bailes, etc.
Los santuarios a los que se hacen r. son numerosísimos y en muchos casos cuentan
con tradiciones inmemoriales. La mayor parte de las veces no sobrepasan el
ámbito local, aunque hay algunas mundialmente conocidas (p. ej., la r. al
santuario de Nuestra Señora del Rocío, en las cercanías de Almonte, Huelva). Los
santuarios más visitados son, sin duda, los dedicados a la Santísima Virgen. Las
prácticas de piedad son también variadísimas, destacando entre ellas el rezo del
Santo Rosario (v.).
Desde hace unos 40 años, además de las tradicionales r., que siguen celebrándose
en todas partes, se ha difundido por todo el mundo, entre hombres y mujeres de
toda raza, profesión y condición social, la costumbre de realizar durante el mes
de mayo visitas o r. muy sencillas a la Virgen «en un lugar dedicado a Ella,
yendo a pie -solos o en pequeños grupos- y rezando el Rosario por el camino.
Cada uno va al sitio por el que siente más devoción y con quien quiera: con su
familia, con sus compañeros de trabajo, con los amigos. La costumbre nació tras
una visita hecha por Mons. Escrivá de Balaguer (v.), fundador del Opus Dei (v.),
al Santuario de Nuestra Señora de Sonsoles, en las cercanías de Ávila. Fue en
1933. Desde entonces muchísimas personas han seguido esta manera simple y
natural de rendir homenaje a la Madre de Dios» (A. Livi, Antiguas y nuevas
tradiciones marianas, «L'Osservatore Romano», 20 mayo 1965).
V. t.: PEREGRINACIONES; CAMINO DE SANTIAGO.
JOSEMARÍA REVUELTA.
BIBL.: V. la de PEREGRINACIONES.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991