RELICARIO


Pieza destinada a conservar o exponer a la pública veneración objetos que pertenecieron al Señor o a los santos, y de éstos, ante todo, sus cuerpos enteros o partes de ellos, o simplemente lienzos tocados a los mismos. Para la historia de las artes menores los r. son de capital importancia; constituyen uno de los capítulos más brillantes de la orfebrería (v.), eboraria (v. MARFILES), metalistería, cristalería e incluso de las artes industriales y del tejido. Puede designarse, además, como r. el tríptico de gran tamaño o retablo (v.) que exhibe gran número de reliquias, y la sala o capilla construida expresamente para albergar tanto las piezas-r. como los retablos-r. Los r. se han fabricado de todos los materiales imaginables: desde los más costosos, como el oro, plata, bronce, chapa esmaltada, marfil, ébano, nácar, azabache, hasta los más humildes, como el hierro, plomo, madera, hueso, cristal, piedra y arcilla; los hay también de seda, brocado y lino. En cuanto a sus formas, son múltiples y variadísimas.
      Los primeros r. conocidos a partir del s. IV coinciden con las cajitas que se colocaban en lóculos bajo el ara de los altares, uso litúrgico que aún pervive. Pero el auge del r. y su complicación formal se inician a partir del s. VII, cuando las reliquias (v.) de los mártires comenzaron a ser trasladados en Roma desde las catacumbas a las basílicas urbanas, promoviéndose un intenso tráfico hacia varios centros europeos. En esta primera etapa de la Alta Edad Media abundan ya los costosísimos lignum crucis en forma de cruz o estaurotecas, recamadas de pedrería. Para las reliquias de los santos, cuando eran pequeñas, las formas preferidas eran: cajitas, arquetas, encolpios, cápsulas, vasos, anillos, etc. Cuando se trataba de reliquias grandes y cuerpos enteros, lo mismo que para las traslaciones, se utilizaban r. en forma de sarcófagos o urnas sepulcrales. En la Baja Edad Media, coincidiendo con el transporte masivo de reliquias desde Oriente, promovido por las Cruzadas, se sucede una nueva etapa de esplendor en la historia de los r. Se generaliza entonces el uso de bolsas de tejido para llevar reliquias privadas. Las formas se complican y enriquecen; se hacen r. a manera de tableros, dípticos, trípticos, pequeñas iglesias finamente labradas, píxides, fanales...; los más característicos son, sin embargo, los de forma de busto y los que adoptan el contorno de la reliquia en cuestión: cabeza, torso, corazón, brazo, mano, pierna o pie del respectivo santo. A fines de la Edad Media abundan los r. en forma de templete apiramidado sobre peana, de tipo gótico, con sus repisas, gabletes, pináculos y crestería.
      Últimas etapas en la historia de los r. son el Renacimiento y el Barroco, épocas en que el rechazo del culto a los santos por parte de los protestantes y el redescubrimiento de las catacumbas romanas en 1578 reavivan el fervor contrarreformista por las reliquias. El tipo más representativo del Renacimiento es el ciborio-r., a modo de baldaquino, con sus columnas, órdenes y frontones clásicos y su decoración plateresca. En cambio, en el Barroco predomina el tipo de custodia (v.) terminada en ostensorio circular aureolado de rayos. Son también muy peculiares del Barroco los enormes madera con múltiples nichos, que albergan estatuillas provistas de reliquias; su uso fue propagado en Europa por las órdenes religiosas, sobre todo los jesuitas. En la bibliografía que se cita a continuación se podrá encontrar el estudio de los principales r. españoles.
     
     

BIBL.: H. LECLERCQ, Reliques et reliquaires, DACL XIV,22922359; J. BRAUN, Die Reliquiáre des christlichen Kultus und ihre Entwicklung, Friburgo de Brisgovia 1940; CH. DAVILLIER, Recherches sur Porfévrerie en Espagne au Moyen Age et á la Renaissanee; París 1879; N. SENTENACH, Bosquejo histórico de la orfebrería española, Madrid 1909; J. FERRANDIS, Marfiles y azabaches españoles, Barcelona 1928; R. LAíNEz ALCALÁ, Antigua orfebrería española, Madrid 1941; A. MARSHALL JOHNSON, Hispanic silverwork, Nueva York 1944; F. ABBAD, Manual de orfebrería, Madrid 1949.

 

A. RODRíGUEZ , G. DE CEBALLOS.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991