METODIO DE OLIMPO, SAN


Obispo mártir de la segunda mitad del s. III, fecundo escritor y uno de los adversarios más distinguidos de Orígenes.
      Vida. Muy pocos datos ciertos poseemos sobre él. Fue obispo de Olimpo, en Licia, según los testimonios de S. Jerónimo (De Viris Illustribus, 83: PL 23,692) y de Sócrates (Hist. Eccl. VI,13: PG 67,701-704). Murió mártir, probablemente hacia el 311 en la persecución de Diocleciano, en Cálcide (alguna de las varias existentes en Oriente). El historiador Eusebio de Cesarea (v.), seguramente por el abierto anti-origenismo de M., no lo menciona en su Historia Eclesiástica.
      Obras. De su extensa producción sólo nos ha llegado íntegramente, en su redacción original griega, El Banquete o Sobre la virginidad, la más interesante de sus obras. De las demás sólo se conserva una versión eslava del s. xI, a veces fragmentaria, gracias a la cual se han salvado gran parte de los escritos de M. (publicada y traducida al alemán por G. N. Bonwetsch: Griechische christliche Schriftsteller, 27, 1917, 143 ss.), así como las referencias de Focio, que poseía y analizó cuatro obras de nuestro autor (PG 103,1109-1180), y de S. Jerónimo (o. c.). 1) El Banquete. Es una imitación, en la forma y estilo, del Banquete de Platón. Por escribir contra el neoplatónico Porfirio y el alegorista Orígenes (v.), utiliza el platonismo y la alegoría. Tras el banquete celebrado en el paradisiaco jardín de Areté (la Virtud), las diez vírgenes invitadas dialogan sobre el origen y el valor de la virginidad y el matrimonio (Marcela, Teófila y Talía), sobre las propiedades de la castidad (Teopatra, Talusa, Águeda, Procila), sobre su naturaleza y efectos (Tecla, que hace el más bello discurso, Tisiana y Domnina). Metodio, que procura romper la monotonía del diálogo con digresiones teológicas contra Porfirio, Orígenes y los gnósticos y con consideraciones espirituales sobre los textos de la Escritura, concluye con un bellísimo himno sobre el desposorio virginal con Cristo. «Tal es el Banquete de Metodio que, a pesar de sus deficiencias de escenografía, la pobreza de su diálogo y la pertinacia de su prurito alegórico, constituyó el primero y uno de los más felices intentos de poner el arte literario y la inspiración lírica al servicio de la virginidad» (F. Vizmanos, o. c. en bibl.). 2) Tratado sobre el libre albedrío. Plantea el problema del mal físico y moral. El punto de partida está en el don divino de la libertad humana. El hombre, inducido por el diablo, es víctima de su propia libertad. Esta obra es importante como fuente de la antigua teoría ascética cristiana. 3) Sobre la Resurrección: defiende contra los origenistasla concepción tradicional del pecado original y de la naturaleza del cuerpo resucitado. 4) Sobre la vida y su práctica razonable: pequeño tratado de sabor estoico, pero elevado por el espíritu cristiano de sometimiento a Dios e imitación de Jesucristo. 5) Contra Porfirio: obra muy alabada por S. Jerónimo, y de la que se conservan sólo unos pocos fragmentos. 6) Sobre la creación. De ella sólo nos quedan fragmentos comentados por Focio (PG 103-1137-1147). Explica la libre creación de Dios en el tiempo, por medio del Hijo, a quien llama la omnipotente mano creadora de Dios. Esta obra es probablemente identificable con el Xenon, de que nos habla Sócrates (Hist. Eccl. VI,13: PG 67,704). 7) Obras exegéticas. Diversos tratados Sobre la distinción de alimentos, Sobre la lepra, Sobre la sanguijuela nos presentan una interpretación alegórica, para aplicación cristiana, de observancias mosaicas y de algunos textos veterotestamentarios. 8) Pequeños fragmentos y obras perdidas. Nicetas de Heraclea en su Cateng graecorum Patrum in beatum lob (en PG 93,13-470 aparece bajo él nombre de Olimpiodoro) ha trasmitido 25 fragmentos breves de los Comentarios sobre Job, de M. Y Teodoreto en su Eranistes (PG 83,88) conserva unas líneas del Sobre los mártires. Se han perdido sus Comentarios al Génesis y al Cantar de los Cantares, a menos que S. Jerónimo en su testimonio (o. c.) se refiera a una parte del Sobre la creación y al cap. VII del Banquete, donde Procila comenta el Cantar de los Cantares. Igualmente se han perdido el Sobre la Pitonisa, y Sobre el cuerpo, anunciada por M. en Sobre la sanguijuela 10,4. 9) Obras apócrifas. Diez sermones sobre Simeón y Ana, sobre la fiesta de las Palmas (PG 18,348 s. 384 s.), sobre la Ascensión (Pitra, Analecta Sacra IV,207.433: texto armenio y versión latina de dos fragmentos de ese sermón). Se trata de escritos de la época de las controversias cristológicas. Sermo Sancti Methodii episcopi Paterensis de regno gentium et in novissimis temporibus certa demonstratio: profecía relativa al fin del mundo, de mucha aceptación en la Edad Media.
      Doctrina. M. no es un pensador original: platónico en su metafísica, ireniano en su concepción de la historia del mundo, origeñista en su alegorismo, y estoico-aristotélico en su moral. Su estilo literario combina sutilmente las imágenes platónicas y bíblicas. El objeto de su teología es explicar la historia sobrenatural del hombre en la tierra. La libertad del hombre es la muestra más clara de haber sido hecho a imagen y semejanza de Dios. Pero la caída de Adán rompió el perfecto equilibrio anímico de que gozaba, dañando su libertad e imposibilitándole para la castidad. Cristo, nuevo Adán, viene a restaurar aquel estado de perfección original: y un signo de esta restauración es la castidad cristiana, la virginidad. Esta se alcanza con una severa ascesis de la voluntad, que pliega las malas tendencias y reduce a equilibrio las pasiones; en ella juega un papel importante la oración y la lucha ascética. La virginidad, que constituye la perfección cristiana, es el modo de conseguir la ascensión platónica del alma. Todo su pensamiento teológico y ascético es voluntarista (predominio de la voluntad sobre el entendimiento).
      Su concepción del tiempo y de la historia de la salvación es de sabor milenarista (v.): después de los primeros cinco días, época de «las sombras» (que corresponde al Antiguo Testamento), el sexto día es el tiempo del Nuevo Testamento y de la Iglesia (la época de «la imagen»); el séptimo día, que se abre con el retorno de Cristo, es el periodo del descanso milenario con Cristo glorioso, y el comienzo del tiempo de «la realidad», que se consuma en la eternidad del cielo (el octavo día de la historia del mundo). Su eclesiología se inspira en el Apocalipsis de S. Juan: la Iglesia, representada en la Mujer, es la Virgen-Madre que nutre a sus hijos con la gracia.
      Un tema oscuro de su teología es el de su visión posiblemente subordinacionista (v.) de la Trinidad. Por una parte afirma que el Verbo es «el más antiguo de los eones, el primero de los Arcángeles» (Banq. 60), y que el Verbo y el Espíritu son «los dos poderes, nacidos en el fondo de los tiempos, que hacen guardia cerca de Dios» (Banq. 276). Pero, al mismo tiempo, habla de la generación eterna del Hijo (Banq. 193).
     
     

BIBL.: Ediciones: PG 18,1-408; G. N. BONWETSCH: Giechische christliche Schriftsteller (GCS) 27 (1917); H. MUSURILLO, Méthode d'Olimpe. Le Banquet. Introduction et texte critique, en Sources Chrétiennes, 95, París 1963; F. VIZntANOs, Las vírgenes cristianas, BAC, Madrid 1949, 418-448, 989-1088 (introducción y versión española del Banquete). Estudios: G. N. BONWTScH, Die Theologie des Methodius von Olimpus, Berlín 1903; 1. FARGEs, Les idées morales et religieuses de Méthode d'Olimpe, París 1929; T. BADURINA, Doctrina Sanct¡ Methodii de Olympio de peccato original¡ et de eius effectibus, Roma 1942; M. PELLEGRINO, L'inno del Simposio di San Metodio Martire, Turín 1958; V. BUCHHEIT, Studien zu Methodos von Olympos, Berlín 1958; L. G. PATTERSON, The anti-origenist theology of Methodius of Olympus (tesis Univers. de Columbia, 1958); A. ORBE, San Metodio y la exégesis de Rom. 7,9a, «Gregorianumn, 50 (1969) 93-137

 

A. I. PETIT CARO

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991