EUGENIO III, PAPA


(Bernardo de Pisa). Ignoramos su fecha de nacimiento que. tuvo lugar en la región de Pisa. Se cree que perteneció a la nobleza toscana (los Paganelli de Montemagno) y con el lema Ex magnitudine montis se le designa en las famosas profecías de S. Malaquías de Armargh (v.). Fue monje en Claraval y discípulo de S. Bernardo (v.). Cuando fue elegido Papa (15 feo. 1145) era abad en el monasterio cisterciense de San Vicente y San Anastasio de Roma. Poco sabemos de su vida monástica. Su virtud le llevó al Solio pontificio y, en él, acreditó celo y no escasa habilidad en el manejo de los negocios. Después de su muerte (Tívoli, 8 jul. 1153) recibió culto como beato y Pío IX lo declaró tal en 1872.
     
      Su pontificado tuvo un comienzo turbulento y esta turbulencia le acompañó siempre. Pervivían en Italia las consecuencias del cisma de Anacleto. El principal sostén del antipápa (Roger II de Sicilia) había pactado ventajosamente con Inocencio II y no disimulaba sus pretensiones de injerencia en Roma. En esta ciudad el cisma fue ocasión propicia para el enfrentamiento de la nobleza y la subversión del pueblo, contagiado por el movimiento comunal del norte. Vanamente su antecesor (Lucio II) había intentado, en vísperas de su muerte, reducir el órgano director de la Comuna romana (el Senado), sitiándole en el Capitolio. El mismo día de la muerte de Lucio II (15 feb. 1145) fue elegido Papa E., que prudentemente se retiró al monasterio de Farfa, donde fue consagrado el 18 de febrero, siendo su primer cuidado la restauración de su autoridad en Roma. Usó, para ello, con gran habilidad, los precarios elementos de que disponía: la fidelidad de la campiña romana; el apoyo de Roger II, cuya injerencia temía; y la ayuda del emperador Conrado III, demasiado ocupado en Alemania. Pudo entrar en Roma en 1145, en virtud de pacto con los romanos, pero se vio obligado a abandonarla muy pronto, residiendo en Tívoli, Sutri y Viterbo hasta 1147, en que viajó a Francia. Volvió a Italia en 1148 y, con ayuda de Roger II, logró entrar en Letrán a finales de 1149, pero se vio obligado a abandonar la ciudad de nuevo hasta el 9 dic. 1152. Antes de su muerte concluyó un pacto con Federico Barbarroja (v.), sucesor de Conrado 111, que aseguraba la permanencia del Pontífice en las turbulentas aguas de la sociedad romana.
     
      Tres preocupaciones fundamentales, además de la restáuración de la autoridad pontificia en Roma, llenaron su pontificado: la Cruzada (durante su estancia en Francia preparó la segunda Cruzada, respondiendo así a la amenaza turca después de la caída de Edesa el 28 nov. 1144, y estimuló la expedición germana contra el país de los «blendas» (eslavos occidentales), decidida en el conc. de Francfort del a. 1147); la reforma de la Iglesia (presidió un Concilio en Reims el 21 mar. 1148, donde se tomaron medidas para la reforma del clero, de los religiosos y contra la simonía, y trató de reformar la Curia bajo la guía del De consideratione, que le dedicara San Bernardo (v.), mandando redactar un «Liber Censum»); y la herejía (combatió la herejía neomaniquea, enviando al Languedoc, como Legado, al card. Alberico de Ostia -1145- y tratando de reducir la rebeldía de Arnaldo de Brescia; v.). Pero su pontificado fue demasiado corto y turbulento y acaso los logros, sobre todo en la abolición de los abusos curiales, fueron más cortos que los proyectos. S. Antonio (v.) dice de él que fue «uno de los Papas más grandes y más afligidos». Su pontificado se sitúa claramente en la línea reformista iniciada por Gregorio VII (v.). Restauró Santa María la Mayor y encargó a Anselmo de Havelberg la redacción del Antekeimon contra los errores griegos.
     
     

BIBL.: P. JAFFÉ, Regesta Pontificium Romanorum, II, Leipzig 1888 (reed. Graz 1956); OTóN DE FREISING, Chronica sive historia de duobus civitatibus, ed. HOFMEISTER, en MGH, Scriptores Reruln Germanicarum, Berlín 1912; A. WATTERICH, Pontificium Romanorum vitae ab aequalibus conscriptae, II, Leipzig 1862; FLICHE-MARTIN, IX, 42 ss. (con bibl. muy completa); B. LLORCA, R. GARCIA VILLOSLADA, F. MONTALBÁN, Historia de la Iglesia católica, II, 3 ed. Madrid 1964; A, EHRHARD y W. NEUSs, Historia de la Iglesia, III, Madrid 1961.

 

A. PRIETO PRIETO.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991