EDUCACIÓN FÍSICA
1. Visión general. No es fácil precisar qué sea
exactamente la e. física. Hay quienes la han considerado preparación para el
deporte. Es bastante cierta la afirmación de que generalmente no puede ser buen
deportista quien antes no haya sido objeto de una buena e. física. Ésta es al
deporte como las primeras letras son a los estudios superiores (Zauli). No es
nexacta esta idea; pero limitar a ello sólo la e. física equivale a hacerla
coincidir con preparación física y, aun dentro de ésta, con el específico
menester de preparar para el deporte. Incluso la simple preparación física es
más amplia; puede serlo para uno u otro tipo de trabajo, para cualquier esfuerzo
específico (V. DEPORTES).
La e. física no es educar el organismo humano, o el aparato locomotor;
estas partes del ser humano no son propiamente objeto de e.; pueden serlo, en
alguna manera, de adiestramiento. El aspecto o área educativa física, llamada e.
física, sería el arte, ciencia, conjunto de métodos o técnicas de ayudar al
individuo al desarrollo de sus facultades personales para el diálogo con la vida
y cumplimiento de su propio fin, con especial atención (o dedicación a sus
capacidades físicas. El adjetivo que completa la expresión e. física indica el
aspecto de la e. en general que llega al individuo atendiendo primariamente a su
constitución física, destreza, armonía de movimientos, agilidad, vigor,
resistencia, capacidad de respuesta, cte.; un sistema educativo donde cuenta
sobre todo el hombre en movimiento y, consecuentemente, el hombre en especial
actitud espiritual. No es un aprendizaje de- movimientos, como han sostenido
algunas escuelas embarrancadas a niveles atomísticos, sino, repitamos, una
educación del hombre sistematizada a partir de una atención a su propia
condición física, generalmente detectada en movimiento y apta para el
movimiento.
Si educar es, en alguna manera, ayudar al diálogo con la vida, es
conveniente recordar que toda iniciación al contacto con la vida es sensorial, y
todo hecho sensorial viene condicionado por las coordenadas espacio-tiempo.
Estas dos entidades o «categorías» imponen al hombre en su comunicación un
importante condiciona miento. Antes de que el hombre pueda relacionarse
conceptualmente con sus semejantes, dialoga ya con éstos y con el resto del
mundo por gestos, de tal forma que una importante serie de hábitos,
invitaciones, espontaneidades y respuestas ha conformado elementalmente su
personalidad. Aparecido y evolucionado el lenguaje conceptual, cimera expresión
humana, subsiste el nivel del gesto físico como importante campo captador de
noticias exteriores y emisor de vivencias interiores. A partir de este
fundamental nivel antropológico hay que colocar la e. física en su verdadero y
completo sentido. Tiene ella mucho que ver con la e. sensorial, perceptiva,
motriz, con el aprendizaje propioceptivo y exteroceptivo, con la noticia
espacial, con la respuesta personal a la iniciación espacial, con la
organización temporal, rítmica, de la propia persona.
La música, la danza, la expresión canora, y, en nivel humano colectivo, el
folklore, cte., deben ser tenidos en cuenta, dado su carácter de espontánea
expresión física humana, en toda seria estructuración de la e. física, y, sin
pretender absorberlos, integrarlos armónicamente en su amplio cometido.
2. Notas históricas. Se puede afirmar que de alguna manera en todas las
culturas existió algún tipo de e. física. El ejercicio físico en la Antigüedad
le era al hombre más necesario para subsistir que ahora. Hubo de prepararse para
esta condición sine qua non de vida, de adiestrarse para la lucha contra
animales y otros elementos de la Naturaleza y también para la disputa de unos
bienes, permanencias o preponderancias, con el fin de aventajar físicamente a
otros hombres. Todo ello puede integrarse dentro de un concepto no forzado de e.
física, adecuada a las exigencias vitales de la circunstancia. Cualquier
descripción de pueblos antiguos, por esquemática que fuese, rebasaría los
límites de este esquema.
De muy antiguas civilizaciones extendidas por el Pacifico, como p. ej.,
Hawai, Tahití, Nueva Caledonia, Filipinas, Nueva Zelanda, etc., se ha tenido
noticia de la vinculación de juegos verdaderamente deportivos y de ejercicios
físicos vigorosos con los sacrificios y pompas fúnebres. Igualmente, ha sido
ampliamente comprobado el hábito del ejercicio físico y del juego más o menos
deportivo en muchos pueblos antiguos de América del Norte y del Sur, del que
quedan todavía importantes vestigios vivos entre los indios de la Tarahumara (rarámuris)
en diversas zonas de Brasil, etc. Especial mención merecen los juegos de
tauromaquia de la vieja civilización cretense, de los que se hallan vestigios en
el periodo micénico tardío en Micenas, Tirinto, Orchomenos, etc. Antiquísimas
tradiciones del Tibet subrayan la manera de celebrar acontecimientos importantes
de la existencia en forma de grandes ejercicios físicos, carreras y luchas
ecuestres, etc.
En Grecia se desarrolló de manera pujante la e. física. Ya de las culturas
homéricas y arcadias, y, desde luego, de la clásica y posteriores, nos ha
llegado importante documentación. Palestras, gimnasios, estadios, son palabras
muy precisas evocadoras de toda una realidad vivida alrededor del ejercicio
físico. Existe sobre todo una palabra muy identificada con todo el proceso
cultural griego, el agon, que puede ser traducido por competición, disputa,
galardón, o todo ello a la vez, la cual inspira todo el extenso hecho de los
juegos competitivos griegos (v. OLIMPIADA).
Dada la estrecha conexión, y en algunos aspectos identidad, que la e.
física tiene con el deporte, de todas las costumbres y estructuraciones
deportivas manifestadas en las diversas culturas y épocas se pueden sacar
deducciones documentales con respecto a la vigencia de cierto tipo de e. física
en todas ellas. Pero la aparición de ésta como práctica y ciencia específica y
consciente no sobreviene hasta el brote de los grandes pedagogos del s. XVIII.
Hubo muchos precursores entre los que pueden ser citados Luis Vives, Mercurialis,
Rabelais, Comenio (v.). El ejercicio físico, y en alguna manera, la
sistematización de la gimnástica se hicieron patentes en obras como De arte
gymnastica, de Mercurialis. En el s. XVIII existe ya entre pedagogos y
filántropos un marcado y consciente movimiento hacia lo que posteriormente será
entendido como e. física. Rousseau (v.), Basedow (v.), Guts-Muths, Locke (v.),
pueden ser considerados como pedagogos directamente preocupados de una casi
específica e. física.
La institución de los primeros movimientos ya definitivos y estructurados
de una verdadera e. física, concertada en la gimnasia (v.), se debe al español
Francisco Amorós, al alemán Ludwig Jahn y al sueco P. H. Ling. El primero,
inspirado en las ideas de Guts-Muths, fundó en 1818, el Gimnasio Normal Militar
en París (antes, en 1806, había creado en el Real Inst. Pestalozziano de Madrid
un gimnasio). La gimnasia amorosiana es una reunión de ejercicios de Guts-Muths,
ideas pedagógicas pestalozzianas e invenciones personales. Tuvo gran éxito en
Francia y dejó continuadores tales como D'Argy, Laisne y, posteriormente,
Lagrange, Tissie, etc.
La escuela alemana puede considerarse fundada por Ludwig fahn, que en 1810
construyó en Berlín el primer Turnhalle. Sus objetivos eran patrióticos y
militaristas, concretados en el deseo de crear una juventud fuerte que pudiese
defender a la nación. El enfoque de sus ejercicios es de intenso adiestramiento
y grandes dificultades y constituye el origen de la moderna gimnasia deportiva
olímpica. Después de Jahn aparece otro gran impulsor de la gimnasia, pero más
bien en la línea pedagógica de GutsMuths, que fue A. Spiess. Discípulos de Jahn
más destacados fueron Eiselen y Lion, mientras que del enfoque educativo de
Spiess hicieron escuela Maul, Wassmandorff, etc. En 1813 P. H. Ling fundó en
Estocolmo el Real Inst. Central de Gimnástica. Estuvo inspirado en la línea del
alemán Guts-Muths y en las realizaciones del danés Nachtegal. El enfoque de sus
ejercicios es higiénico y correctivo y dio origen a la famosa gimnasia sueca que
tuvo como principales continuadores a su hijo H. Hjalmar Ling y, posteriormente
a Tórngrer, Norlander, Balck, etc.
A finales del s. XIX y principios del XX surgen en el movimiento educativo
gimnástico nombres importantes como Bjbrksten, Bukh y Lindhard de influjo
directo sueco, Hebert en la línea francesa, Jac Quesdalcroze, Laban, Bode,
Jalkanen, Idla, de la línea alemana y, posteriormente, otros ilustres
innovadores de escuelas, tales como Wigmann, Thulin, Carlquist, Gaulhofer y
Streicher, en cuyos sistemas respectivos se advierten ya influencias recíprocas;
es decir, la gimnasia de enfoque educativo inicia con el s. XX la búsqueda de
métodos y procedimientos completos.
La educación física en España. El coronel Francisco Amorós elaboró un
verdadero sistema coherente de ejercicios físicos. Por razones complejas, entre
ellas su talante político afrancesado, a raíz de la Guerra de la Independencia,
Amorós hubo de huir a Francia no pudiendo coronar en España su obra, iniciada
con un gimnasio en 1806.
A lo largo del s. XIX, sin que logre instaurarse ningún sistema de
gimnasia o de e. física propiamente dicho, algunas figuras importantes trabajan
con más o menos influencia en favor de la e. física; cabe destacar el escritor y
político Gaspar Melchor de fovellanos (v.), quien propone en 1809 a la Junta
Suprema de Gobierno unas Bases para la formación de un plan general de
instrucción pública, donde presenta a la e. física como una de las grandes
preocupaciones en el proceso general de la e. Vicente Naharro publica en 1818 un
libro titulado Descripción de los juegos de la infancia, los más apropiados a
desenvolver las facultades físicas y morales y para servir de abecedario
gimnástico. En 1842, el conde de Villalobos publica su libro Ojeada sobre la
jimnasia, utilidad y ventajas que emanan de esta ciencia. Hacia esta fecha puede
situarse la creació% del primer gimnasio en Madrid (después del desaparecido de
Amorós), al cual siguen otros varios creados en diversas ciudades españolas
hacia mediados de siglo.
La primera repercusión oficial en España de los movimientos gimnásticos
tiene lugar con la Ley de marzo de 1883, firmada por Alfonso XII, por la que se
crea en Madrid una Escuela Central de Profesoras y Profesores de Gimnástica.
Dicha Ley había sido promovida por el político Manuel Becerra. Hasta 1887 no
comienza el funcionamiento de dicha Escuela Central de Gimnástica.
La incorporación oficial de España a los movimientos europeos de e. física
era tardía, pero al fin se presentaba prometedora. Sin embargo, por razones
principalmente políticas, dicha Escuela es clausurada en 1892. El número total
de titulados durante esos breves años es de 16 mujeres y 71 hombres, quienes
indudablemente van a tener una-influencia importante en el oscuro periodo que va
desde esta fecha hasta la creación de la Escuela Central de Gimnasia de Toledo
en 1919. En 1893 se promulga una RO por la que se establecen oficialmente la
plantilla y las cátedras de gimnástica en los institutos provinciales, en los
cuales pueden realizar alguna labor los citados titulados.
En 1919, se crea la Escuela Central Militar de Educación Física de Toledo.
Esta fecha viene a señalar una nueva época en la e. física española, ya que
significa la iniciación del periodo de continuidad hasta nuestros días, en la
institucionalización pedagógica y académica de la e. física. En 1934, se funda
aneja a la Facultad de Medicina de la Univ. de Madrid, otra Escuela de Educación
Física que se orienta a la titulación, como Profesores de Educación Física, de
los médicos que realicen un curso especial. En 1938 el Gobierno español promulga
una ley importante por la que se reforma los estudios y se implanta la gimnasia
en todos los cursos de Bachillerato. Esta ley se ve reforzada por una Orden
ministerial de 1941, reglamentando la e. física y deportiva en todos los centros
de primera y segunda enseñanza. En 1939, una ley organiza la e. física femenina
a cargo de la Sección Femenina. En 1940, otra ley encarga a la organización
Frente de Juventudes de la e. física de la juventud española. En 1943, aparece
una ley sobre la e. física en la universidad, encomendando esta tarea al
Sindicato Español Universitario. En 1945, se crea la Escuela Femenina de
Educación Física, que es reestructurada en 1957, con el nombre de Julio Ruiz de
Alda.
La Ley de Educación Física de 1961 proclama que «Ningún Estado que
represente una situación madura de cultura puede desconocer que, entre las
misiones educativas que le, competen, la educación física adquiere una entidad
en cierto modo paralela a la de la alfabetización, porque representa un esfuerzo
ineludible para la puesta en vigor de su potencial humano mediante el
acondicionamiento de sus plenas facultades intelectuales y corporales». Dicha
Ley instaura un procedimiento de financiación de las actividades y estructuras
necesarias para una e. física y crea el Inst. Nac. de Educación Física. El
primer curso académico de dicho Instituto se inaugura en 1967. En la Ley General
de Educación de 1970, dicha institución es considerada con el «rango de
instituto universitario». Esto viene a simbolizar la aceptación por parte de la
sociedad española de la trascendencia educativa y de la resonancia cultural que
debe tener en el mundo presente la e. física (v. ESPAÑA XIII).
3. Problemas y perspectivas. Relación con la gimnasia. Por razones no del
todo claras, el concepto genérico de gimnasia a comienzos del s. XX se escinde
ya en la gimnasia competitiva (el deporte de la gimnasia), hoy «gimnasia
deportiva», «gimnasia olímpica» «gimnasia de aparatos», y gimnasia educativa. La
visión más amplia y genérica y en el fondo más pedagógica, se acoge a la
expresión más significativa y esclarecedora de e. física. Así, vemos que en 1881
se crea la Fédération Internationale de Gymnastique Éducative, que evoluciona
hasta ir adquiriendo análogas características y atribuciones, en el terreno de
la competición gimnástica, que otras federaciones deportivas internacionales (International
Athletic Amateur Federation, Fédération Internationale de Football, cte.). En
1923, se funda la Fédération Internationale de Gymnastique Éducative. Los
objetivos de ambas son totalmente diversos. La primera es ya prácticamente una
modalidad deportivo-competitiva; la segunda tiene enfoque educativo; pero la
casi identidad terminológica produce muchas confusiones que, en el terreno del
simple y elemental entendimiento de lo que sea la gimnasia, llega a producir
verdadera desorientación. En 1953, la Fédération Internationale de Gymnastique
Éducative (posteriormente denominada Fédération Internationale de Gymnastique
Ling) decide llamarse Fédération Internationale d'Éducation Physique (FIEP), con
la cual confirmaba definitivamente su enfoque pedagógico, señalaba su más amplia
visión y aspiraciones, por encima de la estricta gimnasia, y solucionaba
problemas de convivencias y objetivos. Pero ese cambio de denominación venía a
hacer patente a nivel oficial internacional otro gran problema, origen de
enormes confusiones y que todavía no ha sido resuelto: la excesiva vinculación
de la e. física a la gimnasia; o dicho de otro modo, la exclusividad de que los
gimnasiarcas han hecho y siguen haciendo gala con respecto a la e. física.
Danza y deporte. De esta forma, por tradición, terminología y hábitos
mentales, e. física ha llegado a identificarse casi con gimnasia; mientras que
dos grandes campos de la expresión humana en las que el movimiento físico es
factor esencial, la danza (v.) y el deporte, quedaron casi al margen. La danza
en su moderna expresión culta nació (s. XVII) más como expresión estética que
como entidad educativa, y se desarrolló al margen de los movimientos que
terminarían en la moderna e. física. Por otro lado, el deporte moderno, de
inspiración e impulso primordialmente británico, se estructuró al margen de los
grandes movimientos modernos. Dada la capital importancia de la preparación
física locomotriz para el buen rendimiento deportivo, se establecieron
conexiones; se habló de la e. física como base del deporte; de éste como
consecuencia de aquélla. Por su parte, algunas modalidades del deporte
contemporáneo fueron adquiriendo gran prestigio y popularidad. Su
espectacularidad dio origen al profesionalismo, y éste atrajo su comparsa de
intereses económicos, empresariales, políticos, etc. Los pedagogos del ejercicio
físico, gimnasiarcas que se autoatribuían la exclusiva de educadores físicos,
anatematizaron el deporte, con lo cual perdieron el más importante medio de
educar a través de las facultades físicas y de motivar a sus contemporáneos para
esta e. Redujeron sus reivindicaciones a defender su acción educativa como una
simple asignatura en los programas escolares; querían mantener así lo que una
vieja distribución escolar superintelectualizada dejaba entre sus estrechos
resquicios. Al margen de ellos, el deporte ha seguido un crecimiento divorciado
de una visión pedagógica, en manos de empresarios, industriales, comerciantes,
hombres de negocios, políticos.
Esta escisión entre e. física y deporte tiende a ser espontáneamente
superada por la sencilla intuición popular, la cual entiende que e. física y
deporte son entidades casi coincidentes. Ambos se asientan, en efecto, sobre el
movimiento físico humano y ambos constituyen caminos de expresión corporal. Los
especialistas y responsables de la e. física, aceptando esta patente evidencia,
vienen esforzándose desde hace más de 50 años por integrarlos, y así ha estado
vigente una clasificación casi axiomática de la e. física en tres partes:
gimnasia, juegos y deportes. Es una clasificación propedéuticamente válida, apta
para organizar clases, horarios y escalafones en una escuela de e. física; pero
es artificial.
E. física es educar a la persona a través del desarrollo de sus
capacidades físicas de ejecución, integración y expresión. En el centro de toda
ejecución y expresión física humana está el movimiento. Por consiguiente, para
educar físicamente hay que atender, ante todo, a toda la gama de movimiento
espontáneo que el hombre produce y a través del cual se expresa. Superando un
culturalismo histórico, procede atender a la situación en el momento presente.
En nuestra cultura contemporánea el hombre se expresa físicamente en dos grandes
campos: la danza y el deporte. Éstos han de ser, por consiguiente, los caminos
principales de la e. física: la expresión físicoestética (individual o
colectiva) por medio de la danza, y la expresión físico-ludo-competitiva en el
deporte. Sabemos que cada una de estas dos importantes realidades están ya
clasificadas y estereotipadas en la sociedad, que se asientan sobre estructuras,
gremios e intereses muy consolidados y dispares entre sí. Pero ello no ha de ser
motivo suficiente para renunciar a una visión antropológica y realista de uno de
los más importantes campos de la e. humana. Acudiendo a la danza, existen
ejemplos de certera visión, precisamente en países de no tan vieja tradición
cultural, pero de un incomparable proceso científico y pedagógico. Así, la
American Association for Health, Physical Educación and Recreation asocia a
todos los profesionales de la enseñanza en este ámbito. Una de sus grandes
divisiones es la e. física y otra es la danza. Es decir, la danza, como elemento
pedagógico, como factor educativo, está incluida dentro del concepto general de
salud y e. física y recreación. Se confirma que la ausencia de viejos
estereotipos histórico-culturales facilita muchas veces la ordenación del
progreso cultural de nuestro tiempo.
El papel central que el deporte debe representar en la e. física es
todavía más patente. Sus más espontáneos movimientos ludo-competitivos están ya
integrados en una u otra modalidad deportiva. Por consiguiente, para estructurar
una e. física apoyada en las formas espontáneas de movimiento humano, hay que
contar en el centro de dicha estructuración con las diversas modalidades
deportivas. La carrera, el salto, el lanzamiento, el forcejeo físico, la lucha,
etc., de un lado; por otro, la disputa en forma de juego de cualquier
instrumento lúdico, principalmente la esfera en sus diversas modalidades y
tamaños, abarcan ya prácticamente casi todas las formas posibles de expresión
competitiva por el movimiento físico. Siempre se podrán encontrar posturas y
movimientos nuevos, pero al alejarse del natural juego espontáneo se harán
artificiales. Por ello, la e. física debe contar en primer lugar no sólo con el
deporte, sino con los deportes, es decir, con las variadísimas formas de
espontánea competición a través del movimiento humano.
No quiere esto decir que la gimnasia, como estudio y experiencia práctica
del correcto movimiento humano, haya de ser rechazada en una moderna e. física.
Por el contrario, en el ámbito de una e. física montada sobre el hecho
deportivo, la gimnasia se hace más necesaria que nunca. Toda modalidad
deportiva, por completa que parezca, es locomotoramente insuficiente,
biomecánicamente incorrecta en muchos casos. Tales insuficiencias e
incorrecciones son las que debe afrontar directamente cualquier tipo de gimnasia
analítica, pertenezca ésta a una u otra escuela. En esta concepción de la e.
física la gimnasia puede parecer un elemento complementario; pero no es así; su
papel es también principalísimo, aun cuando deba aceptar la primordialidad
,antropológica del deporte.
Aspecto científico. No son tan definitivos ni unánimemente delimitados los
fines y objetivos de la e. física. Para algunos, sigue siendo todavía simple
adiestramiento de movimientos, más o menos espectaculares; para otros, se va
haciendo patente la importancia cultural de la e. física como sistema coherente
de e. del individuo a través de sus más espontáneos medios de expresión. También
ha sido planteado el problema de la ciencia de la e. física. ¿Existe como tal
ciencia independiente, como ciencia transversal, condicionada? Cada vez es más
aceptado por los estudiosos que su aspecto formal científico es el hombre en
movimiento. La Asoc. Int. de Escuelas Superiores de Educación Física (AIESEP)
fundada en 1962, trabaja en esta línea y en la clarificación de un corpus
doctrinal y de unos objetivos definidos y aplicados al mundo presente. A su vez,
la Federación Int. de Educación Física (FIEP) ha lanzado en 1971 un Manifiesto
sobre educación física, insistiendo en el primordial enfoque pedagógico de esta
disciplina y en la trascendencia que tiene dentro del proceso general educativo
y social.
V. t.: I; GIMNASIA; JUEGO; DEPORTE; DANZA.
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