DRUSOS (Durúz)


Minoría religiosa musulmana radicada en Siria y Líbano, especialmente en las zonas montañosas del Anti-Líbano y de Hawrán, cuyos componentes se cifran, a finales del siglo XX, en unos 350.000. Los orígenes étnicos de este pueblo son oscuros y, según N. Bouron, los mismos drusos los desconocen. Dicho autor los considera indoeuropeos y no semitas, afirmando, sin embargo, que sólo pueden aventurarse conjeturas acerca de su raza. Dentro del Islam, la doctrina religiosa drusa constituye una ramificación de la secta ismailí (v. ISLAMISMO).
     
      Dicha doctrina nace en Egipto bajo el reinado del califa fatimí al-Hákim (386-411 Hégira /996-1021 d. C.). notable por su conducta excéntrica, quien en sus últimos años se proclamó encarnación de la Divinidad. Los principales seguidores y propagandistas de sus pretensiones divinas fueron el turco al-Darazi y el persa Hamza b. `AIL Aunque la doctrina toma su nombre del primero, fue Hamza quien le dio su forma definitiva. Declaró ser el único conocedor de todas las verdades, al mismo tiempo que presentaba a al-Hákim como la última de las manifestaciones de la Divinidad bajo apariencia humana. Cuando este califa desapareció el año 411 H. (1021 d. C.), Hamza afirmó que se había ocultado a fin de probar la lealtad de sus fieles, pero que habría de reaparecer algún día para hacer la felicidad de cuantos en él creyeran.
     
      Los d. reconocen a un solo Dios y se llaman a sí mismos muwhhidttn (unitarios). Su código moral preceptúa la sinceridad en el trato con los correligionarios y la prestación de ayuda mutua. Creen en la existencia de un número fijo de almas y, como consecuencia, en la metempsícosis (v.) o reencarnación que se produce inmediatamente después de la muerte del cuerpo. La comunidad drusa se divide en dos categorías: la de los `ugqál (sabios), minoritaria, integrada por los iniciados en las verdades religiosas; y la de los yuhhcil (ignorantes), constituida por la gran masa que, aun sin ser iniciados, forman parte de la comunidad. Los `ugqál -a cuya categoría pueden pertenecer también las mujeres-, se distinguen por su indumentaria y por la conducta que observan, dentro de una estricta sobriedad y religiosidad. Ocupan lugar destacado entre ellos los sayjs, instruidos en centros especiales y poseedores de conocimientos religiosos profundos, que se dedican a la copia de los textos sagrados.
     
      Los d. no observan el ayuno del mes de Ramadán, pero sí celebran el `Id al-adhá o Fiesta del Sacrificio. La práctica del ayuno es tenida, no obstante, como laudable. Un día a la semana, preferentemente la vigilia del Viernes, se reúnen en locales de gran simplicidad para la recitación de fragmentos religiosos. Los yuhhál pueden asistir sólo a una parte de la ceremonia, que queda reservada en su integridad para los profundamente iniciados. Los drusos no buscan nuevos adeptos ni practican el proselitismo, y su canon religioso se halla recogido en numerosos manuscritos. La época de mayor esplendor de este pueblo se sitúa en la primera mitad del s. XV11, coincidiendo con el caudillaje de Fajr al-Din 11.
     
     

BIBL.: A. 1. SILVESTRE DE SAcY, Exposé de la religion des druzes, 2 vol., París 1838 (reimpresión 1964); N. BOURON, Les Druzes, París 1930; art. Duruz, en Enc. Islam, 11,647-653.

 

R. C.ASTRILLO MÁRQUEZ.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991