CIENTIFISMO


Este término se forjó en Francia en la segunda mitad del s. XII (scientisme).
     
      En primer lugar se puede hablar de un c. de carácter metafísico que sería la tendencia a creer que la ciencia físico-natural resolverá todos los problemas de los que se ocupa la Metafísica. Sería, pues, la actitud intelectual de pensar que las ciencias experimentales son capaces de proporcionar al hombre un saber completo, resolviéndole todos los problemas y satisfaciendo todos sus deseos, aun los más altamente espirituales.
     
      En relación con éste, podemos hablar de otro c. de carácter más metodológico, que tiende a considerar el método (v.) cuantitativo y experimental de las ciencias físico-naturales como el único válido en todas las esferas del saber, también en las ciencias humanas. El espíritu y los métodos de esas ciencias deberían ser extendidos, según esta mentalidad, a todos los dominios de la vida intelectual y moral sin excepción. Este tipo de c. no acepta, por tanto, como conocimiento válido, más que las adquisiciones de las ciencias llamadas positivas, y no reconoce a la razón otro papel que el que representa en la constitución de las ciencias (v.).
     
      Esta actitud arranca en parte del empirismo (v.) y, después, de Kant (v.). Kant intentó negar la posibilidad de la Metafísica como ciencia con su peculiar teoría del conocimiento, diciendo que éste no es capaz de captar la realidad tal como es, sino que consiste sólo en una ordenación de los fenómenos sensibles por medio de las ideas y juicios a priori que les aplica el entendimiento. El c. viene a representar un aspecto violento, aunque superficial, de la polémica antimetafísica desarrollada por algunos a partir de Kant. En este sentido el c. equivale a positivismo (v.). La tesis central de Comte (v.), su principal representante, es que sólo hay un saber auténtico, el de las ciencias naturales y positivas, las ciencias de los fenómenos. La Filosofía, en consecuencia, no sería un saber distinto e independiente; se reduciría, para Comte, a una refleXIón sobre las ciencias.
     
      Lo que caracteriza la mentalidad cientifista, que no hay que confundir con la científica, es la pretensión de objetivar toda causa, de no conocer más que la objetividad, de integrar el mundo humano en eJ mundo de los objetos (v.). Dos son fundamentalmente los principios esenciales que están implicados en esta mentalidad: a) la verdadera ciencia sería una especie de mecánica universal, capaz de traducir en términos racionales todos los fenómenos (v.), sin conceder una posición privilegiada a ninguno de ellos, ni siquiera a aquellos que se presentan en la escala humana y, por tanto, con caracteres cualitativos, sino reduciéndolos todos a ecuaciones cuantitativas; b) el método de la ciencia consistiría exclusivamente en ordenar y explicar los hechos según la necesidad causal. Aplicación, pues, del determinismo (v.) universal al mundo entero, incluyendo al mundo humano.
     
      Boutroux, en La nature et l'esprit, París 1926, observó contra eJ movimiento cientifista que en una ciencia concebida determinísticamente no entra el estudio de la vida y del pensamiento y, por otra parte, la ciencia tiene un terreno mucho más amplio que aquel en el cual vige el determinismo. Y Bergson (La pensée et le mouvant, 3 ed. 1934, 83) hace una crítica parecida de la mentalidad cientifista afirmando: «Nosotros sólo hemos pedido a la ciencia que siguiera siendo científica, que no se envolviera en una metafísica inconsciente, que se presenta entonces a los ignorantes o a los semidoctos bajo la máscara de la ciencia. Durante más de medio siglo este cientifismo ha obstaculizado el camino de la metafísica».
     
      Son muchos los errores, pues, implicados en el c. o la mentalidad cientifista. En general, puede decirse que los que afectan al racionalismo de tipo empirista, más ingenuo y superficial que el racionalismo idealista. En particular, la confusión de las diversas clases de conocimiento y de sus diversos métodos. Es evidente que las diversas realidades (v.) no pueden estudiarse con los mismos métodos; no pueden estudiarse, p. ej., del mismo modo la realidad de la libertad y responsabilidad humanas que los mecanismos de reproducción de los animales. Con ello, el c. tampoco es capaz de reconocer el auténtico pluralismo de la realidad y de las ciencias correspondientes. Para todo esto, V. MÉTODO; CONOCIMIENTO; PLURALISMO I; CIENCIA VII; INVESTIGACIÓN VI; RACIONALISMO 3; SÍNTESIS.
     
     

BIBL.: G. SERMONTI, Il crepuscolo dello scientismo, Milán 1971; É. GILSON, D'Aristote á Darwin et retour, Essai sur quelques constantes de la biophilosophie, París 1971; íD, La unidad de la experiencia filosófica, 2 ed. Madrid 1966, cap. VIII-XI; R. PANIKER, Ontonomía de la ciencia. Sobre el sentido de la ciencia y sus relaciones con la filosofía, Madrid 1961; M. RIAZA, Ciencia moderna y filosofía, Madrid 1954; y en general la Bibl. citada en MÉTODO, CONOCIMIENTO, CIENCIA VII, etc.

 

M. GONZÁLEZ GARCÍA.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991