CARTESIANOS


Concepto. Con el nombre de cartesianismo se ha designado, en general, el movimiento intelectual suscitado por el pensamiento de René Descartes (Cartesius) especialmente en los s. XVII y XVlli, aunque tiene diversas prolongaciones en esos siglos y en los posteriores. En vida de Descartes ya fue grande la repercusión de su obra en el ambiente intelectual e incluso cultural y social de Francia y también de Holanda, Bélgica, Alemania e Inglaterra, discutiéndose y polemizándose acerca de sus ideas y de su forma de concebir los problemas filosóficos.
      Influencias del racionalismo cartesiano se encuentran en varios pensadores que elaboraron algún sistema propio, como Spinoza (v.), Leibniz (v.), Kant (v.), en gran parte en el idealismo (v.) posterior que culmina en Hegel (v.). en el empirismo (v.) de Locke (v.), etc. Para estos autores y sistemas, V. RACIONALISMO (y también MODERNA, EDAD III, 5-6). Los considerados como c. propiamente dichos son aquellos pensadores que se centraron más en algunos de los temas planteados por Descartes, sobre todo en su división dualista de las sustancias en «extensas» y «pensantes», y que fueron difusores y continuadores de su obra y de sus conclusiones, convirtiéndola en sistema que Descartes (v.) no había llegado a elaborar del todo. Leibniz los acusó de estériles, porque en general no dirigían su investigación hacia ciencias experimentales como la Física, la Medicina, las Matemáticas, sino hacia problemas metafísicos como el dualismo entre res cogitans y res extensa y la interacción entre ambas sustancias, el valor del conocimiento, la naturaleza de las ideas, el mecanicismo de la res extensa y la metodología cartesiana. La polémica estuvo mezclada con las cuestiones religiosas y teológicas implicadas y con los encarnizados debates entre jesuitas, jansenistas y oratorianos acerca de todo ello.
      La publicación de las Meditaciones metafísicas (1641), con las respuestas de Descartes a las objeciones planteadas por siete de sus críticos, señala el comienzo de la polémica en torno al cartesianismo. Objetores y en general hostiles a Descartes son: P. Gassendi (1592-1655). autor de las quintas objeciones, T. Hobbes (v.), el holandés Gilberto Voét (1593-1676), su discípulo Martín Schockius. Pero la crítica más a fondo y fundamentada del sistema y metodología cartesianos se encuentra sobre todo en el resurgimiento y revitalización de las diversas corrientes realistas en el s. XII y más en el XX (v. REALISMO). por obra de los neoescolásticos (v.), la fenomenología (v.). el neotomismo (v.), etc.
      Continuadores de Descartes. Son los principales: algunos miembros de la Escuela de Port Royal, que suelen considerarse representantes del jansenismo por haber adoptado la mayoría la doctrina de Jansenio (v.) en cuestiones teológicas y filosóficas. Los más notables c., entre ellos, son: Antoine Arnauld (1612-94) y Pierre Nicole (1625-95). Su obra común, La Lógica de Port Royal, está elaborada de acuerdo con la metodología c., aunque no faltan en ella elementos aristotélicos, como p. ej. las formas del razonamiento. Ambos son teólogos agustinianos más que lógicos, y su obra filosófica está al servicio de la teología. Arnauld fue el autor de las cuartas objeciones a las Meditaciones, lo que no le impidió ser más tarde un «ortodoxo» cartesiano.
      Algunos oratorianos (v.), miembros de la Conjir. del Oratorio, cuyo más alto representante es Malebranche (v.). Encuentran en el mecanicismo c. un medio de conciliar el espiritualismo de S. Agustín con las nuevas ciencia y filosofía. La influencia de Descartes se encuentra sobre todo en el estudio del alma y su carácter espiritual, en la investigación sobre la verdad, la visión de las cosas en Dios y las relaciones entre alma y cuerpo. Como los portroyalistas, los oratorianos ponen su filosofía al servicio de una apología del cristianismo, lo que les lleva a elaborar una peculiar teología, no exenta de equívocos. P. Bérulle (1575-1629) y N. Poisson (1637-1710) representan, con Malebranche, el cartesianismo del Oratorio.
      Los ocasionalistas. No reciben una denominación común por pertenecer a una escuela, como los anteriores, sino por coincidir en la forma de solucionar el problema c. de la intercomunicación de las substancias (V. OCAStoNALISMO). Mantienen el estricto dualismo c. entre substancia extensa y substancia pensante, y coinciden en afirmar que todo cuanto existe es una substancia o la modificación de una substancia. Además de su peculiar concepción de la substancia (V.), mantienen también una peculiar teoría sobre la naturaleza y acción de las causas; niegan la relación causal, no sólo entre alma y cuerpo, sino también entre las distintas substancias extensas (cuerpos). Dios, Ser Supremo pensante, interviene para producir un movimiento en el cuerpo cada vez (con ocasión de) que otro se ha producido en el espíritu, y viceversa. La realidad y acción de la causa (v.) y la relación causa-efecto desaparecen en esta concepción sustituidas por el concepto de ocasión. Es una concepción estática del Universo, que remite a Dios el papel de mantener la armonía entre las substancias independientes. Además de Malebranche son notables c., entre los ocasionalistas, Arnold R. Geulincx (1625-69), belga, que trata de elaborar una ética partiendo del ocasionalismo; trabajó también en Lógica y Física. El alemán Johan Clauberg (1620-65) que, como Louis de la Forge (1605-69), se esfuerza por conciliar a Descartes con la tradición platónica y el agustinismo (v.); sobre la situación del alma separada después de la muerte se limita a afirmar su natural incorruptibilidad. G. Courdemoy (1620-84) es, de todos los ocasionalistas, quien presenta una visión del mundo más desarticulada (precedente quizá de la de Hume), y es por ello especialmente atacado por Leibniz. Introduce en el mecanicismo c. una nueva forma de atomismo, y es uno de los más peculiares cartesianos.
      El inglés Sylvain Régis (1632-1707), que defiende a Descartes contra su objetor D. Huet, al que tacha de sensualista escéptico y antirracionalista achacándole el admitir como válido sólo al conocimiento sensorial y el llevar al extremo la duda metódica cartesiana, como si la razón fuese impotente para alcanzar certeza. Régis elabora un sistema completo de filosofía c. (lógica, metafísica, física y ética), con tendencias empiristas. Tiene rasgos de originalidad, y acusa la influencia de otros pensadores, como Locke, Hobbes o Spinoza.
      Jacques Rohault (1620-72) es el único c. que no prescinde de la ciencia experimental; escribió un Traité de Physique basado en el mecanicismo de Descartes dando gran importancia a la experimentación, sobre todo en sus investigaciones sobre la capilaridad. Tiene dos textos, póstumos, de matemáticas y mecánica. Se le acusó de pretender convertir al hombre en máquina y, por tanto. de herejía.
      Robert Desgabets (1620-78) coincide en el ocasionalismo con los anteriores, y, aun considerando peligrosa la duda c., encuentra en el cartesianismo un medio de establecer la sólida certeza de nuestros conocimientos frente a los escépticos, sobre todo en materia religiosa.
      Antoine Le Grand (m. 1699) defendió el más estricto cartesianismo en Inglaterra frente a las objeciones del obispo anglicano S. Parker.
      Son también c. los miembros del llamado Círculo de Mersenne, formado alrededor del franciscano Marin Mersenne (1588-1648), autor de las segundas objeciones, que acusa la influencia cartesiana sobre todo en la concepción mecanicista del mundo, si bien está influido en casi igual medida por el mecanicismo de Hobbes o de Gassendi. Leibniz dice de Mersenne que es «menos mecanicista de lo que cree».
     
      V. t.: DESCARTES; RACIONALISMO; MODERNA, EDAD 111, 5-6.

     

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R. SÁNCHEZ MANTERO.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991