CALPENA Y ÁVILA, LUIS


Orador sagrado español de los s. XIX y XX. Hombre de gran facilidad de palabra, hábil dominador del arte de cautivar al auditorio, al que supo adaptarse con un raro dominio de la psicología de grupos y de los recursos oratorios. Fácil improvisador. Su estilo, sencillo unas veces, profundo y elocuente otras, resulta siempre sugestivo, correcto, elegante. Es uno de los últimos representantes en España de la elocuencia sagrada, culta y declamatoria. Poseía una rica personalidad sensible al arte y a la belleza, y siempre en contacto con los últimos hallazgos de la ciencia y del espíritu humano. Fue teólogo, orador, músico, publicista fecundo, académico e historiador.
      N. en Biar (Alicante) en 1860 y m. en Madrid el 7 en. 1921. Hizo sus estudios en el seminario de Orihuela, donde se reveló pronto como predicador de altura. A los 18 años, todavía alumno, desempeñó la cátedra de Ciencias Naturales. Hizo una carrera brillante, coronada con el doctorado en Teología, y la ordenación sacerdotal en 1886.
      Su primer ministerio lo ejerció en Novelda (Alicante), donde fundó un colegio de estudios superiores. Simultaneó el magisterio con la predicación. En 1894, obtuvo la dignidad de canónigo magistral en la basílica de S. Francisco el Grande de Madrid. Pronto se extendió por toda España su fama de predicador. En 1896 fue nombrado capellán de honor y magistral de la Real Capilla.
      Alternó sus sermones grandilocuentes en las grandes cátedras de toda España, con sus conferencias, discursos apologéticos, panegíricos, arengas patrióticas y con las catequesis sencillas que todos los domingos predicaba en la iglesia de las Reparadoras de Madrid. Sus piezas oratorias más famosas son: La palabra divina y El despertar de la fe. Su producción oratoria ha sido publicada en gran parte. El Estado editó sus discursos patrióticos. Además se han publicado, entre otras, las siguientes: Antología de oratoria sagrada; Anuario de la Predicación Parroquial; Conferencias y Sermones; Semana Santa; Jesucristo Rey; Sermones de la Santísima Virgen.
      La oratoria de C. y de los grandes predicadores de los s. XVII-XIX ha quedado anticuada hace unos años. Hoy encontramos hueca y artificiosa su forma elocuencial. La sensibilidad de nuestros días no aprecia las frases ampulosas, los incisos sonoros, los torrentes de metáforas, las sutilezas ingeniosas y la retórica de convicción. El estilo natural y directo, la verdad desnuda, la dicción sencilla, es patrimonio de una generación a la que no pertenece C. Su oratoria, sin embargo, no está desprovista de profundidad; aunque pueda achacársele en ocasiones una preocupación excesiva por la forma, y navegar por el mundo abstracto de las ideas, sin una encarnación auténtica en la vida real. No se puede, sin embargo, negar a C. un conocimiento profundo de la sicología de las masas, un amor sincero de la verdad, junto con un sentido innato de lo bello y del poder electrizante del ritmo y de la cadencia.
      Otra faceta notable de C. es su conocimiento de la música. Es autor de varias obras musicales, y un crítico certero y documentado. La doctrina de C., buen conocedor de la teología y de las ciencias eclesiásticas, se reduce en gran parte a temas de carácter apologético: la existencia de Dios, el origen divino de la Iglesia, la necesidad de la fe, la verdad de la tradición y la Revelación.
     

BIBL. : Casi toda la obra oratoria de C. está recogida en La luz de la fe en el siglo X[X, 13 vol. Madrid s. a. y sin imprenta. Sobre la personalidad de C. no conocemos ninguna obra, aunque hay numerosos artículos de revistas.

 

CARLOS MARÍA LÓPEZ.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991