BÍBLICAS, SOCIEDADES PROTESTANTES


Con el desarrollo industrial de la imprenta se multiplicaron las ediciones de la Biblia, tanto de tipo científico como sencillo, así como las iniciativas encaminadas a difundir su lectura. En la Iglesia católica, en la que, además de la jerarquía, ya había numerosas congregaciones y asociaciones de tipo apostólico, ello no dio origen a sociedades especiales, sino que la Biblia fue difundida por las agrupaciones ya existentes, editoriales, etc. Entre los protestantes, en cambio, surgieron, sobre todo como apoyo de la actividad misionera de esas confesiones, diversas sociedades bíblicas. A ellas nos referimos a continuación. Para una visión más general del tema v. BIBLIA VIVIII; BÍBLICO, MOVIMIENTO y BÍBLICAS, SOCIEDADES Y REVISTAS.
      Orígenes. Este movimiento empezó en Alemania, donde se fundó una Institución Bíblica en Halle en 1710. En Inglaterra, se formó en 1780 una asociación para la distribución de la Biblia entre soldados y marineros, que adoptó el título de Sociedad Bíblica Naval y Militar. En 1799, se fundó el Religious Tract Society (Sociedad para folletos religiosos). A fines del s. xvlli un pastor galés, que experimentó dificultades en conseguir biblias en lengua vernácula para sus fieles, sugirió a la Religious Tract Society la conveniencia de establecer una organización para distribuirlas donde hiciera falta. Resultado de esta iniciativa fue la constitución en 1804 de la más importante de las sociedades bíblicas protestantes: la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (British and Foreing Bible Sociery) la cual ha dado origen a un sinnúmero de asociaciones similares en todo el mundo anglosajón. La Sociedad Bíblica Americana (American Bible Sociery) se fundó en Nueva York en 1'816. En 1946 se dio un paso importante cuando, en una reunión celebrada en Inglaterra con representantes de las sociedades bíblicas de 13 países, se constituyeron las Sociedades Bíblicas Unidas (United Bible Societies), para coordinar las actividades de sus miembros por todo el mundo.
      Estadística. La organización mundial de las Sociedades Bíblicas Unidas, con sede en Londres, bajo la presidencia del Arzobispo anglicano de York, consta en la actualidad de 27 sociedades miembros, con ocho más en calidad de asociados. En el mundo hispánico, hay asociaciones en Argentina, México, Colombia, El Salvador, Filipinas. La Sociedad Bíblica Británica y Extranjera mantiene una oficina en Madrid y otras en Bolivia, Chile, Guatemala, Paraguay, Uruguay, Perú y Venezuela.
      En el año 1967, la circulación de Biblias completas, distribuidas por estas sociedades, alcanzó casi 5 millones de ejemplares, mientras el total, incluyendo libros sueltos y selecciones, se estima en unos 104 millones. Los idiomas empleados en las traducciones de la Biblia alcanzan 1.326. En cuanto a la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, la producción de Biblias en 1967 fue de casi dos millones, más otro millón de ediciones parciales. En España, en 1967 se distribuyeron 12.146 Biblias, con un total, incluyendo ediciones incompletas, de 76.999 ejemplares. En América Latina, la distribución de Biblias alcanzó 787.157, y el total, incluyendo las ediciones incompletas, fue de 23.449.571 ejemplares.
      Situación actual de las relaciones con el catolicismo. La Cédula Real de Incorporación de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera autorizó la publicación de la S. E. con la condición explícita de que las ediciones excluyeran los libros deuterocanónicos, y de quelos textos no llevasen nota o comentario alguno (v. LIBRE EXAMEN). Es de notar que los anglicanos reconocen la misma Biblia que la Iglesia Católica Romana, aunque suele colocar los libros deuterocanónicos en una sección aparte. Pero con la amplia difusión de Biblias en inglés, según las normas de la Sociedad Bíblica, resultó que la palabra Bible en inglés normalmente quiere decir lo que es para los católicos solamente una selección de la S. E., a la cual faltan los libros deuterocanónicos (v. BIBLIA II). Éste ha sido uno de los motivos principales de la larga historia de oposición a la obra de las sociedades bíblicas protestantes por parte de la Iglesia Católica. No era, como creyeron los protestantes, que la Iglesia Católica despreciase la Biblia, sino que los católicos quisieron proteger la Palabra de Dios de lo que a sus ojos era un desprecio por parte de los protestantes. Por eso, las autoridades católicas, donde tuvieron el poder y el apoyo de la ley civil, considéraron su deber impedir los esfuerzos de las sociedades bíblicas protestantes para distribuir ediciones de la Biblia que la Iglesia considera defectuosas y engañosas.
      A partir de 1960 ha habido algunos contactos entre las Sociedades Bíblicas Unidas y algunos distinguidos escrituristas católicos. En noviembre de 1964 se convocó en Suiza una reunión a la cual asistieron representantes de las Sociedades Bíblicas Británica, Norteamericana, India, Holandesa y Alemana, con unos diez traductores católicos eminentes de Holanda, Bélgica, Inglaterra, Norteamérica, Suiza, Italia y Francia. Como resultado se estableció en Roma un secretariado para la coordinación de obras bíblicas católicas y protestantes, bajo la dirección del jesuita P. Walter Abbott.
      Del lado protestante, se ha salvado el obstáculo más grande a la obra en común, con la modificación de las cláusulas restrictivas de la Cédula Real de Incorporación, de modo que las sociedades bíblicas protestantes pueden publicar ediciones completas de la Biblia, incluyendo los libros deuterocanónicos, y con la adición de explicaciones no doctrinales cuando éstas convienen para facilitar la lectura. Donde haya divergencias de criterio en cuanto a la versión o traducción del texto entre católicos y protestantes, se indican las alternativas en una nota o apéndice. La solución no es del todo satisfactoria, desde el punto de vista católico, ya que, como queda dicho, esas ediciones no incluyen notas doctrinales: es decir, se trata de ediciones en las que se prescinde de la Tradición (v.) que, en realidad, forma una unidad con la S. E. que debe, por tanto, ser interpretada conjuntamente con ella. Posibles ediciones interconfesionales pueden, pues, tener interés desde el punto de vista ecuménico, pero no son adecuadas para la formación doctrinal de los católicos. V. t.: BIBLIA VI, 9; BÍBLICAS, SOCIEDADES Y REVISTAS; BÍBLICO, MOVIMIENTO.
     
     

 

RONALD BARON.

 

BIBL.: W. CANTON, History of the British and Foreign Bible Society, Londres 190410; J. M. RoE, History of the British and Foreign Bible Society 190554, Londres 1965; T. H. DARLow y H. F. MouLE, Historical Catalogue of the Printed Editions of Holy Scripture, Londres 190311; J. SCHMID, Bibelgesellschaften, en LTK 2,346349; L. A. BUSHINSKI, Biblical Societies, en New Catholic Encyclopedia, 2, Nueva York 1967, 543545.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991