Historiador y cardenal italiano, conocido también como Baronius. N. en
Sora (Campania) el 31 oct. 1538, de familia de antiguo linaje. Cursó
estudios de Humanidades, Teología y Derecho, en diversos centros de
Nápoles y Roma. A los 19 años, y tras vencer la resistencia de su padre,
entró en el Oratorio de S. Felipe Neri. Sacerdote en 1564 ejerció su
ministerio en destacadas iglesias romanas, así como en los medios más
humildes de la Ciudad Eterna, en los que dejaría una ancha estela de
sólidas virtudes.
Obra. A causa de la simpatía y afecto que sus cualidades personales
y sus vastos conocimientos en todas las ramas de las ciencias sagradas y
en las diversas materias históricas despertaron en S. Felipe Neri, éste le
obligó, cordialmente, a acometer una monumental obra con el fin de
demostrar el origen divino del Primado romano y la autenticidad de la
Iglesia católica como exclusiva depositaria de los dogmas y mandamientos
divinos. Proyectada como una reacción a las famosas Centurias del
historiador protestante Matías Flacio - en la que su autor intentaba
probar la estrecha identidad y similitud de las iglesias reformadas con el
cristianismo de la primera hora-, la obra de B., «Annales Ecclesiastici»,
es una obra ingente en cuanto a los documentos y la exégesis. Los primeros
volúmenes aparecidos ya proporcionaron a su autor dilatada fama en los
medios humanistas, y, especialmente, en los pontificios. Elegido como
confesor por Clemente VIII, ejerció sobre el ánimo de éste un gran
predicamento, puesto, sobre todo, de relieve en la absolución, otorgada
bajo sus instancias, dada por el Papa a Enrique IV, que consolidaba así su
recién conquistado trono. Bibliotecario de la Vaticana, cardenal de los
títulos de los Santos Nereo y Aquileo (5 jun. 1596), etc., su carrera de
honores fue muy amplia bajo el Pontificado de su protector, aunque en
ningún momento mostró apego hacia las distinciones con que se recompensaba
su labor. En el cónclave que siguió a la muerte de Clemente VIII, estuvo a
punto de ser designado como su sucesor; pero lo impidió la resuelta
oposición de la Corona española, enemistada con él por algunas de las
afirmaciones impresas en el volumen XI de su obra - tomo cuya difusión fue
prohibida en los dominios de la Monarquía católica por orden de Felipe III-
y por su pretendida proclividad hacia Francia. Pese a ello, estuvo de
nuevo a punto de ser Papa a la muerte de León XI; pero sus incesantes
súplicas en sentido contrario determinaron la elección de Paulo V. Poco
antes de morir (Roma, 30 jun. 1607) expresaría por ello su gratitud a sus
compañeros de cardenalato en el XII y último volumen de sus Annales.
Valoración de su obra. La valoración de su obra, tanto de los
Annales, principalmente, como de su Martirologio Romano, ha experimentado
diversas oscilaciones. La crítica no ha dejado de subrayar los errores de
detalles, el escaso conocimiento que de la lengua griega poseía B., el
tono de controversia y apología que adopta a veces, etc. No obstante todas
estas sombras, numerosas de las cuales son imputables al estado de los
conocimientos de su época y su esfuerzo solitario y carente de
colaboradores, los historiadores actuales de la Iglesia ven en los Annales
una piedra miliar de su estudio y reconstrucción y fuente generosa para la
totalidad de los trabajos realizados ulteriormente.
BIBL. : G. CALENCIO, La Vita e
gli Scritti del cardinale Cesare Baronio, Roma 1928; v. t. Bibl. de FELIPE
NERI, SAN.
J. M. CUENCA TORIBIO.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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