VERSIONES DE LA BIBLIA
VERSIONES ARAMEAS. La palabra Targum (v. TALmuD, 3) significa
traducción. Se aplica a las traducciones de la Biblia hebrea al arameo.
Según la tradición judía, a la que hace referencia al parecer el libro
de Nehemías (8,8), el origen de estas traducciones se encuentra en la
necesidad de que los judíos repatriados de Babilonia por los persas
entendiesen la lectura del texto hebreo que se hacía en las sinagogas;
en el destierro habían olvidado la lengua nativa, el hebreo, y habían
adoptado el arameo (v.), lengua de Babilonia. Esta necesidad era urgente
tratándose de repatriados pertenecientes sobre todo a las clases
humildes y menos cultas del judaísmo. Las traducciones arameas
redactadas por escrito en época posterior, que han llegado hasta
nosotros, son las siguientes (las principales son traducciones del
Pentateuco por ser la parte fundamental de la lectura sinagogal): el
Targum Onqelos, que es la traducción oficial del judaísmo, y el Targum
llamado Palestinense, el cual fue sustituido alrededor del s. ix d. C.
en Palestina, donde había imperado en siglos anteriores, por el oficial
de Onqelos.
Targum Palestinense. Hasta hace poco se llamaba Targum
Fragmentario o Yerusalmí II, porque solamente se conservaba en
fragmentos (la doceava parte de todo el texto). Los ms. conservados son
los siguientes: ms. 440 de la Biblioteca Vaticana, vocalizado por un
naqdán o vocalizador ignaro del arameo; el ms. 110 de París; el ms. de
Leipzig 1, que es el más corto; el ms. de Nuremberg 1, de un gran
parecido con el fragmentario de la Biblia Rabínica del 151718 de Félix
Pratense (tenemos la impresión de que la Biblia Rabínica copia el targum
fragmentario, esto es, la segunda mano del de Nuremberg). Últimamente ha
aparecido otro targum fragmentario en la Biblioteca Sassoon 264 de
Letshworth; se trata de un ms. yemení vocalizado con puntuación
superlineal yemení, dato éste interesante porque los mss. yemeníes
suelen vocalizar con mucho cuidado dentro del sistema de vocalización
adoptado. El ms. de Nuremberg parece haber sido vocalizado siguiendo el
sistema del arameo de Onqelos; el de la Biblia Rabínica sigue la
vocalización del de Nuremberg; el de Leipzig está sin vocalizar, lo
mismo que el de París.
Estos mss. pertenecen a las recensiones siguientes: 1) el ms. 110
de París; 2) el Targum Fragmentario 440 de la Vaticana junto con el de
Leipzig 1, el de Nuremberg 1 y el de la Biblia Rabínica o Bomberg; 3) el
Targum Fragmentario del que Paul Kahle descubrió numerosos fragmentos
entre los materiales de la Geniza de El Cairo y los publicó en Masoreten
des Westens (v ;bibl.); son fragmentos de un Targum Palestino completo
descubierto en 1956 por A. Díez Macho en el: 4) ms. Neofiti 1 de la Bibl.
Vaticana, que es el único ms. del Targum Palestinense completo;
solamente falta algún que otro versículo, olvidado por el copista; el
descubrimiento del Neofiti 1 ha vuelto a suscitar la vieja cuestión
acerca del: 5) Targum PseudoJonatán o Yerusalmí I, que también es una
versión completa del Pentateuco al arameo, muy parafrástica,
ordinariamente aún más que el Neofiti, y que era conocida desde antiguo;
en 1591 se publicó la editio princeps, que es ligeramente distinta del
Targum PseudoJonatán editado por Mole Ginsburger, en 1903, a base del ms.
Add. 27031 del Museo Británico. Del PseudoJonatán se conservan, pues,
dos textos parecidos, pero no iguales; investigado últimamente en
función del Neofiti, se ha llegado a la conclusión de que también el
PseudoJonatán representa un targum palestino. Acabamos de recibir una
fotocopia del ms. de Sassoon 1L través del Dr. W. Baars de Leiden y aún
no lo hemos catalogado en ninguna de estas recensiones.
Targum Onqelos: Normalmente se dice que es un targum babilónico;
pero esto debe entenderse en el sentido de que en las Academias judías
de Babilonia recibió su forma actual, particularmente la vocalización.
Los mss. de Onqelos medievales arrancan en último término de la
vocalización superlineal recibida en las Academias de Babilonia. Este
texto babilónico se extendió por el Oriente y particularmente por el
Yemen, en donde se conservó en diversos mss. yemeníes antiguos con
puntuación superlineal babilónica; nosotros tuvimos la fortuna de
descubrir en el Seminario Teológico judío de Nueva York un número
considerable de esos mss. yeméníes, que conservan el texto primitivo del
Onqelos babilónico y deben constituir la base para cualquier edición
crítica del Targum de Onqelos; desde hace varios años estamos trabajando
en la edición del Ongelos babilónico a base de estos mss. Solamente el
Éxodo no ha sido descubierto entero; en Nueva York y en la Bibl.
Universitaria de Estrasburgo hemos descubierto unos capítulos. Los mss.
babilónicos superlineales fueron transliterados en la Edad Media según
el sistema tiberiense sublineal, que a partir del s. x, tras la
destrucción de las Academias de Babilonia, se convirtió poco a poco en
el único sistema de puntuación de los mss. hebraicos y aramaicos. Uno de
estos mss. transliterados con signos tiberienses de un apógrafo
superlineal babilónico de Onqelos es el ms. 448 de la Bibl. Vaticana,
que publicaremos en la Políglota Matritense.
Pero la inmensa mayoría de los mss. medievales de Onqelos son
tiberienses, acusando la puntuación babilónica primitiva en más o menos
detalles y poco a poco han sido puntuados según el arameo bíblico. El
texto fue acomodado a la Hálaká (v. MIDRÁS I) o normas legales del
judaísmo oficial: Misná y Talmud (v.), y esta acomodación fue realizada
o bien en Babilonia o bien anteriormente en Palestina; por tanto,
Onqelos representa una versión aramea de la Biblia según la
interpretación jurídica oficial. Hasta hace poco se insistía en que el
Ongelos era una traducción estrictamente literal del Pentateuco, pero
estudios recientes los de Vermés, Bowkerdemuestran que el Onqelos,
particularmente en Génesis, incluye tradiciones que integran la Haggadá
(v. MIDRÁS I) de origen palestinense; un cotejo de la tradición de
Onqelos con el Pseudo Jonatán y Neofiti prueba que el Onqelos reproduce
con cierta frecuencia la misma Haggadá, ya del Neofiti, ya del
PseudoJonatán, aunque normalmente en forma más concisa y abreviada que
en el PseudoJonatán. De ahí se concluye que la tradición judía acerca
del origen palestinense del Onqelos tiene buen fundamento, efectivamente
el texto consonántico de Onqelos, probablemente una recensión anterior a
la que conservamos, procedió de Palestina. En Qumrán (v.) se han
descubierto unos fragmentos de una traducción aramea del Levítico, muy
literal, y parece ser una forma muy antigua de Ongelos, quizá un
PreOngelos. A pesar de este origen palestinense, es cierto que la
literatura rabínica de Palestina no cita al Onqelos, ya que todas las
citas insertadas en esta literatura rabínica proceden de Babilonia. Un
problema importante respecto al Onquelos es relacionarlo con el Targum
PseudoJonatán.
PseudoJonatán o YerusaImí 1. Se considera como un Targum
palestinense, que conserva mucha Haggadá, incluso más que el Neofiti. En
conjunto es muy antiguo, aunque haya interpolacíones y adiciones
tardías: se menciona la caída de Constantinopla, la hija y la mujer de
Mahoma, y ésta es la razón por la que durante más de cincuenta años se
prescindiese de este texto en los estudios de exégesis del N. T. por
considerarlo un texto medieval. Hoy se cree que el PseudoJonatán tiene
interpolaciones tardías, pero su texto es muy antiguo con numerosos
materiales precristianos; por eso es necesario tenerlo muy en cuenta
para la exégesis del N. T. La tesis de McNamara (v. bibl), recientemente
defendida en el Instituto Bíblico, saca gran provecho de la Haggadá del
PseudoJonatán para explicar muchos pasajes del N. T. De todos modos para
utilizar el PseudoJonatán en un trabajo exegético conviene determinar
siempre, en cada caso particular, la edad del texto, si es antiguo o,
por el contrario, reciente o medieval. En nuestro trabajo de
Introducción a la Editio Princeps del Neofiti (v. bibl.), señalamos toda
una serie de métodos para datar los targumim palestinenses. Respecto a
la lengua del PseudoJonatán el problema es harto complicado; a nuestro
modo de ver se trata de un arameo lingüísticamente palestino, como el
Neofiti, un arameo dialectal palestino, al cual se han añadido
constantemente formas lingüísticas de otro . tipo de arameo, que seria
el Onqelos, o, si se quiere, el arameo imperial.
Neofiti 1. Fue descubierto en el año 1956 (cfr. relación
pormenorizada en la Introducción, o. c. en bibl.). Este descubrimiento
ha sido un acontecimiento extraordinario, no sólo en relación con los
estudios targúmicos, sino, incluso, en relación con la lingüística
aramea palestinense y con la exégesis bíblica neotestamentaria. Además
es muy importante para detectar el desarrollo de la literatura halák1ca
judía en sus primeras fases. Menahem Kasher, gran especialista en la
literatura rabínica, considera al Neofiti como un instrumento básico
para la investigación de la literatura rabínica primitiva. Desde el
punto de vista del contenido es ordinariamente una versión literal, pero
con frecuentes paráfrasis al texto hebreo del Pentateuco, versión
pública y litúrgica que se leía en la sinagoga, lo que se deduce del
frecuente uso de esta forma litúrgica: «Pueblo mío, hijos de Israel».
Este carácter litúrgico del Neofiti da a su teología un relieve
especial, porque representa la teología admitida en la sinagoga durante
la época neotestamentaria. En el Neofiti hay cientos de menciones del
Memra de Yahtvéh (Verbo de Dios), del Ruha de Qudsa (Espíritu Santo); de
ahí la importancia de relacionar esta fraseología con las expresiones
trinitarias del N. T.
Un punto importante es que el Neofiti parece ser del s. I o II d.
C. (muchos son los argumentos que diversos investigadores hemos aducido
en favor de la data antigua del Neofiti); por tanto, sería un documento
contemporáneo al nacimiento del cristianismo. Debe advertirse que todos
los cotejos que hasta ahora se hacían entre la literatura
neotestamentaria y la rabínica era a base de una literatura posterior al
s. III d. C., y con el Neofiti se pasa a una literatura rabínica
contemporánea al N. T. El conjunto del texto del Neofiti se puede decir
que es anterior 0, por lo menos, contemporáneo al cristianismo.
La importancia lingüística del Neofiti deriva de que está escrito
en arameo diálectal palestino, en el arameo de Galilea, que hablaba
Jesucristo. En el Neofiti hay formas lingüísticas que encontramos en el
Onqelos, pero pueden deberse ya a influjo de los copistas posteriores
que sólo conocían el arameo del tipo de Onge1os, o bien porque en el
mismo arameo galilaico se mezclasen formas lingüísticas de un arameo un
tanto distinto, que pudo hablarse en Palestina en los primeros siglos
del cristianismo, un arameo parecido al de Ongelos, o al arameo imperial
o literario. A este propósito recuérdese que en el s. ii y III d. C.,
gran parte de la población judía del S de Palestina se instaló en el N;
por eso, los escritos galilaicos acusan fácilmente formas aramaicas del
S.
Targumim a los Profetas y Hagiógrafos. La traducción aramea
oficial a los Profetas es la llamada de Jonatán ben Uzziel, del nombre
de un discípulo de Hilel (s. i; v.), pero obra anónima redactada en
Babilonia entre los s. III y v d. C., a partir de materiales diversos
fundamentalmente de origen palestino (para ampliación de datos y bibl.
cfr. Le Déaut, o. c. en bibl.).
Según T. Walker, los Targumim a los Hagiógraf os no son anteriores
a la época talmúdica. Probablemente sean mucho más recientes. Son obras
individuales y no se destinaron nunca a uso litúrgico o escolar. Aunque
de época reciente, contienen tradiciones antiguas de origen palestino
(más datos y bibl. en Le Déaut, o. c. en bibl.). V. t.: ARAMEOS III;
MIDRA99; TALMUD.
A. DIEZ MACIZO.
BIBL.: A. DIEZ MACHO, Targum, en Enc. Bibl. 1,865881; R. LE DÉAUT, Introducción d la Littérature Targumique, Roma 1966; A. DfEz MACHO, Introducción a la Editio Princeps del Neofiti 1, Bilbao 1967; P. KAHLE, Massoreten des Westens, II, Stuttgart 1930.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991